LA PAZ CELESTIAL

Noviembre 18

LA PAZ CELESTIAL

La paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento. (Filipenses 4:7)

El versículo de hoy promete calma o tranquilidad interior al creyente que ora con una actitud agradecida. Observe que no promete cuál será la respuesta a nuestras oraciones.

Esa paz “sobrepasa todo entendimiento”, lo cual se refiere a su origen divino. Trasciende el intelecto, el análisis y la agudeza de los seres humanos. Ningún consejero humano puede dársela a usted porque es un don de Dios.

El verdadero reto de la vida cristiana no es eliminar toda circunstancia desagradable de su vida, sino confiar en el infinito, santo, soberano y poderoso Dios en medio de toda situación.

Jesús dijo: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Jn. 16:33). Así que comience a vivir en el plano sobrenatural, reconozca que vive en un mundo caído, y permita que Dios haga su obra perfecta en usted. Y Dios le dará su paz cuando se entregue confiado en sus manos.

Del libro La Verdad para Hoy de John MacArthur DERECHOS DE AUTOR © 2001 Utilizado con permiso de Editorial Portavoz, www.portavoz.com

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La obra perfecta del Señor

Domingo 18 Noviembre

(Jesucristo) llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero (de la cruz).

1 Pedro 2:24

La obra perfecta del Señor

Cada creyente puede decir con gozo y convicción: Jesucristo llevó mis pecados en la cruz. ¡Qué riqueza hay en estas pocas palabras!

Él mismo llevó a cabo la obra expiatoria. Sufrió el juicio del Dios justo y santo, el castigo que merecían nuestras faltas. Nadie, ni ángel, ni hombre podía cumplir esta obra, excepto el Hijo de Dios hecho hombre.

Él llevó nuestros pecados en la cruz. El Señor Jesús no murió por una idea o una doctrina. ¡No, él dio su vida por nosotros! Cada una de nuestras malas acciones, nuestros malos pensamientos, palabras necias, etc., todo cayó sobre ese divino Sustituto. Tomó sobre sí, en nuestro lugar, nuestros desvíos, nuestros crímenes y sus consecuencias ante Dios.

Los llevó en su cuerpo. Solo porque era hombre pudo sufrir y morir por los hombres. Dios hizo caer sobre él, como si él fuese culpable, el castigo que nosotros merecíamos.

La expresión sobre el madero hace alusión a la cruz donde, durante tres horas tenebrosas, sufrió el castigo que merecíamos. Su vida perfecta no podía salvarnos, sino el hecho de que “Cristo murió por nuestros pecados” (1 Corintios 15:3).

Llevó nuestros pecados. ¡Qué carga cayó sobre él! ¡Qué terrible fue el abandono de su Dios cuando Cristo soportó el castigo debido a nuestras ofensas! Sobre esta obra perfecta descansan la seguridad de nuestra salvación, la paz para nuestra conciencia y las promesas de bendición de nuestro Dios.

Jesucristo, “habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad” (Hebreos 1:3).

Josué 7 – Hebreos 9:1-14 – Salmo 127 – Proverbios 28:1-2

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