PENSAMOS MUY POCO

Noviembre 22

PENSAMOS MUY POCO

Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Más nosotros tenemos la mente de Cristo.

(1 Corintios 2:16) 

Algunos suponen que la preocupación es resultado de pensar demasiado. Pero en realidad es el resultado de pensar muy poco en la dirección correcta. Cuando fuimos salvos, recibimos una nueva mente o manera de pensar. Ahora nuestro modo de pensar está impregnado de pensamientos divinos y sobrenaturales.

El apóstol Pablo dijo: “Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz” (Ro. 8:5-6). Gracias al Espíritu de Dios en nuestra vida, pensamos a un nivel espiritual, no a un nivel carnal.

Pablo también dijo: “Por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención” (1 Co. 1:30). Como Dios nos da su sabiduría, podemos pensar los profundos pensamientos del Dios eterno.

Del libro La Verdad para Hoy de John MacArthur DERECHOS DE AUTOR © 2001 Utilizado con permiso de Editorial Portavoz, www.portavoz.com

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LA VIDA JUSTA

LA VIDA JUSTA

Charles R. Swindoll

22 de noviembre, 2018

Salmo 1

En los primeros tres versículos del Salmo 1, el salmista describe una persona que decide vivir una vida recta, una persona que conscientemente resiste las desviaciones sutiles de la transigencia. Él presenta el concepto de una persona que se mantiene lejos de cualquier cosa que pueda erosionar su compromiso de vivir piadosamente. La canción comienza con tres analogías negativas que ilustran la importancia de evitar comprometerse con el mal y cuya consecuencia sería que la maldad llegara a convertirse en un hábito. Luego, en el versículo 2, él muestra el lado positivo de la piedad y la forma en que puede lograrse. El versículo 3 describe los beneficios de caminar en justicia. Analicemos esto más profundamente.

Bienaventurado el hombre que no anda según el consejo de los impíos ni se detiene en el camino de los pecadores ni se sienta en la silla de los burladores. Salmo 1:1.

La primera palabra: «bienaventurado», es un tanto anodina en nuestro idioma español. El término hebreo es mucho más descriptivo, especialmente en su forma calificativa. Quizás una descripción más sencilla sería decir: «Oh, cuánta felicidad, felicidad tras felicidad…».

¿Qué es lo que causa tal abundancia de felicidad? La pureza de caminar en justicia delante de Dios.

El salmista está hablando de una erosión espiritual. Las palabras ilustran lo fácil que es que nuestras intenciones hacia la justicia se vayan deteniendo o lo hagan completamente al irse desgastando debido a las compañías que elegimos mantener. Podemos notar esto al analizar tres categorías de los términos restantes de este versículo:

Caminar
El término caminar sugiere la idea de pasar por algún lugar o dar un movimiento casual. Al leer la frase completa, la idea implica una persona que imita o sigue los pasos de los impíos.

La palabra que se traduce como «consejo» se deriva de un término hebreo que significa «duro o firme». En este pasaje significa una dirección planeada firme y definitiva. Considere esta paráfrasis de Salmo 1:1:

«Oh, cuánta felicidad tiene aquel que no sigue los pasos o imita el estilo de vida de aquellos que viven impíamente».

Es común coquetear con la vida impía, es común imitar periódicamente los pasos de aquellos que no tienen a Cristo. A veces, a manera de broma, nos referimos a la emoción y la diversión de la impiedad o bromeamos acerca de las acciones impropias de nuestros hijos. David nos amonesta. Nos dice que seremos mucho más felices si nos mantenemos lejos de cualquier cosa que pueda erosionar y causar una transigencia espiritual en nuestras vidas.

Detenerse
La palabra hebrea para «detenerse» tiene la idea de apropiarse de una posición. La palabra, «camino» se refiere a un sendero ya trazado, un estilo de vida precisamente marcado. ¿Puede notar la deterioración progresiva que nos lleva a involucrarnos más y más en una vida pecaminosa? El observador casual se detiene y sin darse cuenta empieza a vivir ese estilo de vida.

En contraste, si nos comprometemos con la justicia, seremos «como un árbol plantado junto a corrientes de aguas», que no puede ser erosionado por los vientos de la maldad y la impiedad.

Sentarse
La siguiente palabra que el salmista enfatiza es, «sentarse». Esta palabra sugiere una morada constante, un ajuste permanente. El uso de la palabra «sentarse» se aclara cuando entendemos qué su significado tiene que ver con una residencia permanente. Mucha atención a esto: el estilo de vida se encuentra en la esfera del burlador, una persona que continuamente bromea con las cosas sagradas. En otras palabras, una persona blasfema.

¿Nota usted el concepto del escritor? Seremos abundantemente felices si mantenemos un camino puro, lejos del mínimo coqueteo con la maldad. Si comenzamos a «caminar» en «el consejo de los impíos», fácilmente caeremos en la residencia de los burladores.

Afirmando el alma: Analice mentalmente los últimos doce meses de su vida y ponga mucha atención a su «caminar». ¿De qué manera su vida ha cambiado con respecto a los años anteriores? ¿Su caminar actual le place más a Dios, o al contrario? Considere ahora su disposición a seguir una «convicción» que no es popular. ¿Puede mantenerse firme? ¿Y qué tal su actitud? ¿Se encuentra usted sentado cómodamente en medio de aquellos que no valoran la Palabra de Dios?

Adaptado del libro, Viviendo los Salmos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2013). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2018 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

La vida del niño (1)

Jueves 22 Noviembre

Jesús… le vio, y le dijo:… Hoy es necesario que pose yo en tu casa.

Lucas 19:5

(Jesús) entró donde estaba la niña. Y tomando la mano de la niña, le dijo: Niña, a ti te digo, levántate. Y luego la niña se levantó y andaba… Y se espantaron grandemente.

Marcos 5:40-42

La vida del niño (1)

2 Reyes 4:8-37

En tiempos del profeta Eliseo, una mujer rica había reconocido en este profeta a un “varón de Dios” y lo había hospedado en su casa. Incluso había pedido a su marido que preparase una habitación especialmente para él. Pero esta mujer no tenía hijos, y Eliseo, viendo su tristeza, le había prometido que tendría un hijo.

El niño nació y creció. Pero una mañana se quejó de dolor de cabeza. Y al mediodía murió en el regazo de su madre. ¿Qué haría ella? ¿Llorar y enterrar al niño? ¡No!

Lo acostó en la cama del profeta y fue a buscar a la única persona que podía ayudarla: Eliseo, el varón de Dios. Era como si dijese: «Si nos diste este niño, no puedes dejarlo morir ahora; tienes que ocuparte de él». E insistió para que el profeta fuese inmediatamente a su casa. Eliseo envió primero a su siervo, pero este fue incapaz de devolver la vida al niño. Cuando Eliseo llegó, el niño muerto estaba tendido en su cama. Entonces el profeta rogó a Dios por él, y devolvió el niño vivo a su madre.

Madres cristianas, el Señor les ha dado hijos. Su deseo es que ellos tengan la vida eterna, que no se pierdan. Pero ustedes no pueden dársela, solo el Señor puede hacerlo. Pidan al Señor Jesús, representado por Eliseo en este relato, que venga a su casa. ¡Es necesario que tenga una morada en su hogar!

Josué 10:22-43 – Hebreos 11:1-22 – Salmo 131 – Proverbios 28:9-10

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