DEJE ESOS MALOS HÁBITOS

Noviembre 27

DEJE ESOS MALOS HÁBITOS

El efecto de la justicia será paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre.

(Isaías 32:17)

La conducta limpia produce paz y estabilidad espiritual, pero la conducta pecaminosa produce inestabilidad. Eso es así no solo en el reino milenario, donde un día Cristo gobernará la tierra con justicia, como lo indica el versículo de hoy, sino también en la vida del creyente. Jacobo el hermano de Jesús dijo: “La sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica… Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz” (Stg. 3:17-18).

Contentamiento, consuelo, calma, quietud y tranquilidad acompañan a la conducta cristiana, que se basa en la Palabra de Dios. Hacer lo bueno no es solamente la manera de vencer lo malo (Ro. 12:21), sino también la práctica que se espera de todo creyente. Al cultivar buenos hábitos gracias al poder de Dios, disminuirán sus malos hábitos, y su vida será más estable.

Del libro La Verdad para Hoy de John MacArthur DERECHOS DE AUTOR © 2001 Utilizado con permiso de Editorial Portavoz, http://www.portavoz.com

 

UNA VIDA SIN COMPARACIÓN

UNA VIDA SIN COMPARACIÓN

por Charles R. Swindoll

27 de noviembre, 2018
Salmo 1

La lección central del Salmo 1 es esta: no existe ninguna similitud entre la vida espiritual del justo y la vida del impío que lentamente se erosiona. Analice el contraste tan claro:

El piadoso
Abundancia de felicidad
Una pureza intransigente
Tiene como guía la Palabra de Dios
Es como un árbol
Está de pie delante de Dios
Es objeto especial del cuidado de Dios
Es destino seguro y próspero

El Impío
Todo lo contrario
Llevado por el viento
No tiene guía
Es como el tamo
No puede levantarse
No puede estar en la congregación de los justos
Perecerá

Concluyamos el estudio de esta semana del Salmo 1 con la siguiente paráfrasis ampliada:

Oh, cuánta felicidad abunda en aquel hombre que no imita de manera casual o temporal el estilo de vida de aquellos que viven en la actividad de una confusión pecadora; ni se junta con aquellos que nunca buscan a Dios. Tampoco reside en el mismo lugar donde viven los blasfemos. Al contrario, él disfruta mucho la Palabra de Dios. Piensa y medita en ella todo el tiempo, ya sea de día o de noche. Como resultado, será como un árbol, firme y fructífero. Que no muere y cumple los objetivos que Dios ha diseñado para él. No le sucede lo mismo a los impíos. Ellos son como la hojarasca que es llevada por el viento de la vida (viviendo sin ningún propósito). Por lo tanto, debido a su falta de valor y por no tener a Dios, el impío no puede defenderse en el día del juicio ni tampoco tiene ningún derecho para ser parte de la asamblea de aquellos que Dios ha declarado justos. El Señor cuida de los justos con un amor y un cuidado especial. Por el contrario, aquél que no tiene al Señor se dirige a la ruina eterna.

Afirmando el alma: Lea nuevamente el Salmo 1. Ponga mucha atención al simbolismo que tienen las palabras, «caminar», «detenerse» y «sentarse» en el primer versículo. Sea honesto consigo mismo. ¿Ha comenzado a transigir en algunas cosas que usted antes rechazaba? ¿Qué debe hacer para dejar de hacerlo? No minimice el daño que la erosión moral, ética y espiritual pueden causar en su vida.

Adaptado del libro, Viviendo los Salmos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2013). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2018 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

Jesús y nuestras preocupaciones

Martes 27 Noviembre

Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.

1 Pedro 5:7

Jesús y nuestras preocupaciones

«¡Qué vida!», se oye decir a menudo. ¡Hay tantos sufrimientos, injusticias, inmoralidad, dificultades de todo tipo, y todo esto para acabar inevitablemente en la muerte! Comprendemos a los que hablan así, pues están llenos de incertidumbres respecto al presente y no tienen ninguna esperanza para el más allá. ¿Forma usted parte de los que piensan que la vida es una carga demasiado pesada?

Sin embargo, hay alguien que puede comprenderle porque estuvo en la tierra y vivió como hombre entre los hombres. ¡Es Jesús!

Él vive y se interesa en usted personalmente.

Él también lloró, y puede consolarle.

Él, quien fue odiado por todos, desea demostrarle que le ama.

Él, quien fue abandonado por todos, nunca lo abandonará. “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano” (Juan 10:27-28).

Él, el justo, quien fue condenado, le ofrece el perdón de Dios. “Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu” (1 Pedro 3:18).

Él, quien fue rechazado, nunca lo rechazará. “Al que a mí viene, no le echo fuera” (Juan 6:37). Él, quien fue clavado en una cruz, quiere darle la vida eterna.

¿Qué se necesita para tener un amigo así? Acudir a él con sus preocupaciones y sus penas, con toda la carga que pesa sobre sus espaldas. Este peso tal vez sea desconocido por los demás, pero no por él. Jesús está dispuesto a recibirle; no será superado por ninguno de sus problemas.

Josué 15 – Colosenses 1:1-14 – Salmo 134 – Proverbios 28:19-20

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