LA PALABRA PROFÉTICA

Noviembre 28

LA PALABRA PROFÉTICA

Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones. (2 Pedro 1:19)

Los creyentes de Filipos tenían los libros del Antiguo Testamento, pero todavía no se había completado todo el Nuevo Testamento cuando Pablo les escribió su carta. Como pueden haber tenido acceso solamente a una cantidad mínima de la revelación escrita en el Nuevo Testamento, los creyentes acudían a los apóstoles como su fuente de la verdad hasta que se pusieron juntos todos los libros del Nuevo Testamento. De modo que la norma de la fe y de la conducta cristiana estaba incluida en la enseñanza y en el ejemplo de los apóstoles.

Por eso el día de Pentecostés tres mil creyentes “perseveraban en la doctrina de los apóstoles” (Hch. 2:42). Por eso Pablo les dijo a los creyentes corintios: “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo” (1 Co. 11:1). Pero usted tiene una ventaja que ellos no tuvieron; usted tiene toda la revelación de Dios a su disposición. Así que no deje de aprovecharla.

Del libro La Verdad para Hoy de John MacArthur DERECHOS DE AUTOR © 2001 Utilizado con permiso de Editorial Portavoz, http://www.portavoz.com

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UNA CANCIÓN Y UNA CIRCUNSTANCIA

UNA CANCIÓN Y UNA CIRCUNSTANCIA

Charles R. Swindoll

28 de noviembre, 2018

Salmo 5

Las canciones, por lo general, nacen de circunstancias que inspiran el pensamiento del compositor. El compositor siente la necesidad de componer una melodía y describir con palabras su situación. Si usted pone atención, ese es el caso de las canciones románticas en cualquier época. Lo mismo aplica para las canciones y los himnos de la iglesia; su contexto histórico explica el mensaje.

El Salmo 5 no es una excepción. Cuando lo leemos, podemos darnos cuenta que surgió de una atmósfera de opresión y prueba. David se encontraba por los suelos, estaba desanimado. Cualesquiera que hayan sido las presiones que enfrentaba, éstas le hicieron componer este himno antiguo en clave menor.

Realmente dudo que exista algún tema más común en nuestra época que el desánimo. A diario me encuentro con muchas personas cuyas vidas parecen ser un disco rayado de canciones tristes. El desánimo imperdonable las sigue tras cada meta no alcanzada o tras cada romance fallido. Algunos intentan enmascarar la oscuridad de un matrimonio fracasado, una relación que comenzó bien pero que ahora parece irremediable. La mala salud puede desanimar y desmoralizar a su víctima, especialmente cuando el dolor se mantiene. ¿Y quién no puede identificarse con aquel individuo que se arriesga a hacer algo nuevo, solamente para después sufrir la crítica de una galería de autodenominados jueces?

El desánimo causado por la crítica constante no puede pasarse por alto. Quizá David estaba tratando de levantarse después de haber sido abatido por otra crítica más y de allí salió el Salmo 5. Muchas almas desanimadas se identifican con esta canción a través de los siglos. Frecuentemente, las palabras antes de iniciar el primer versículo establecen el contexto histórico de la canción.

David deseaba que esta canción fuera tocada con un «Nejilot». Un Nejilot era un instrumento antiguo de viento que muchos asocian actualmente con la flauta. En mi caso personal, ya que muchos de los salmos de lamentaciones hablan del nejilot, yo imagino más el sonido de un oboe. Para mí, el sonido del oboe hace que muchos compositores lo utilicen cuando se componen canciones contemplativas o dolorosas.

No obstante es interesante agregar que David no tocaba el nejilot. Su instrumento más bien era un instrumento de cuerdas similar al arpa (vea 1 Samuel 16:23). David escribió esta canción triste de desánimo para ser tocada en un instrumento que expresara adecuadamente ese sentimiento de desánimo que le dio vida a esa canción.

Afirmando el alma: A veces, las palabras no son suficientes para expresar el dolor que sentimos en las profundidades de la adversidad. ¿Cómo nos podemos expresar cuando las palabras no son suficientes? ¿Considera usted que su comportamiento es productivo? ¿Algo que pueda ayudar a los demás? O más bien es un comportamiento destructivo, actuando de formas que dañan a los demás.

A veces, las palabras no son suficientes para expresar el dolor que sentimos en las profundidades de la adversidad.

Charles R. Swindoll

Adaptado del libro, Viviendo los Salmos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2013). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmh.org). Copyright © 2018 por Charles R. Swindoll, Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.

¿El dolor es meritorio?

Miércoles 28 Noviembre

Fuisteis rescatados… con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación.

1 Pedro 1:18-19

Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios.

1 Pedro 3:18

¿El dolor es meritorio?

Un estudio sobre los tratamientos encaminados a suprimir el dolor afirma que una de las reticencias de los enfermos a aceptar esos tratamientos es la idea de que el dolor es «meritorio». ¿La religión cristiana es responsable de esta forma de pensar? Algunos creen que sí.

¡Pero no, nuestros sufrimientos no son meritorios! Por intensos que sean, incluso soportados con paciencia y sumisión, no pueden expiar ninguno de nuestros pecados. Solo los sufrimientos que Jesús soportó en la cruz durante las tres horas tenebrosas pueden borrar los pecados. ¡En ese momento pagó el precio por nuestro rescate! Allí sufrió la ira y el abandono por parte de Dios, que nosotros tendríamos que soportar eternamente.

Durante su vida en la tierra, Jesús sufrió y fue tratado injustamente. Su manera de soportar todo puso en evidencia su perfección moral. A la hora del sacrificio demostró que él era verdaderamente el Cordero sin mancha y sin contaminación cuya sangre derramada iba a rescatar a todos los que confiaran en él (1 Pedro 1:18-19).

Nuestros sufrimientos, tristezas y abnegación no tienen nada en común con los sufrimientos expiatorios de Cristo, los cuales soportó por parte de Dios para borrar nuestros pecados. Solo el sacrificio de Cristo borra los pecados de todos los que depositaron su confianza en él. Pero el confiar en Dios en medio del sufrimiento tiene su recompensa cuando experimentamos serenamente su socorro.

Josué 16-17 – Colosenses 1:15-29 – Salmo 135:1-7 – Proverbios 28:21-22

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
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