RAZONES PARA REGOCIJARSE

RAZONES PARA REGOCIJARSE

11/10/2017

Aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso. (1 Pedro 1:8)

Los cristianos tenemos muchas razones para regocijarnos. La principal se basa en quién es Dios: Él es soberano. Esa es la verdad más grandiosa acerca de Dios. Nada está fuera de su control, y Él lo controla todo a fin de obrar para nuestro bien (Ro. 8:28). Él tiene un conocimiento infinito de todos los aspectos de la vida; dónde estamos y qué decimos (Sal. 139:2-4). Y Él ejerce su conocimiento en perfecta sabiduría. El conocer así a Dios nos debe dar gozo inefable y glorioso.

También debemos regocijarnos porque Dios nos salvó, nos adoptó y prometió darnos una herencia en Jesucristo (Ef. 1:1-11). Cuando Cristo regrese, disfrutaremos de su presencia y del lugar celestial preparado para nosotros (Jn. 14:2-3). Hasta entonces, tenemos el gozo de saber que Dios ha prometido satisfacer todas nuestras necesidades (Fil. 4:19). Además, tenemos el privilegio de servir al que más amamos. Eso incluye el dar las buenas nuevas a los perdidos y alentar a los hermanos en la fe para que crezcan en su amor y en su servicio a Él. También podemos tener gozo al saber que podemos orar a Dios en cualquier momento (He. 4:15-16).

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Librémonos del miedo

NOVIEMBRE, 10

Librémonos del miedo

Devocional por John Piper

El día en que temo, yo en ti confío. (Salmo 56:3)

Una posible respuesta a la verdad de que la raíz de nuestra ansiedad es incredulidad, es la siguiente: «Tengo que lidiar con la ansiedad casi todos los días, y eso me hace sentir que mi fe en la gracia de Dios debe ser insuficiente. Me pregunto si puedo tener alguna certeza de mi salvación».

Mi respuesta a esta preocupación es: supongamos que usted está en una carrera automovilística y su enemigo, quien no quiere que usted termine la carrera, le arroja lodo en el parabrisas. El hecho de que temporalmente pierda de vista la meta y empiece a salirse de la pista no implica que vaya a abandonar la carrera.

Sin lugar a dudas, tampoco significa que usted está en la pista equivocada. Si así fuera, el enemigo no lo molestaría en absoluto. Lo que significa es que debe encender el limpiaparabrisas.

Cuando la ansiedad nos golpea y nubla la visión de la gloria de Dios y de la grandeza del futuro que él planeó para nosotros, eso no quiere decir que no tengamos fe, o que no llegaremos al cielo. Quiere decir que nuestra fe está bajo ataque.

Al recibir el primer golpe, nuestra confianza en las promesas de Dios puede titubear y volverse inestable. No obstante, el hecho de que sigamos encarrilados y lleguemos a la meta depende de que, por medio de la gracia, pongamos en marcha un proceso de resistencia, es decir, depende de que luchemos contra la incredulidad que la ansiedad genera. ¿Encenderemos el limpiaparabrisas?

El Salmo 56:3 dice: «El día en que temo, yo en ti confío».

Notemos que no dice: «nunca lucho contra el miedo». El miedo nos golpea y entonces la batalla comienza. La Biblia no asume que los verdaderos creyentes no tendrán ansiedad. En lugar de eso, nos enseña a luchar contra ella cuando nos golpea.


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Devocional tomado del libro “Future Grace” (Gracia Venidera), páginas 53-54

 

 

«Bástale al discípulo ser como su maestro»

10 de noviembre

«Bástale al discípulo ser como su maestro».

Mateo 10:25

Ninguno discutirá esta declaración, porque sería impropio que un siervo se elevara sobre su Maestro y Señor. Cuando nuestro Señor estaba en el mundo, ¿cómo lo trataron? ¿Se reconocieron sus demandas? ¿Se siguieron sus instrucciones? ¿Adoraron aquellos a quienes él había venido a bendecir sus perfecciones? ¡No! Más bien, Jesús fue «despreciado y desechado entre los hombres». Su lugar estaba «fuera del campamento»; su misión consistió en llevar la cruz. ¿Le proporcionó el mundo solaz y descanso? «Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene donde recostar la cabeza» (Lc. 9:58). Esta inhóspita tierra no le dio asilo, sino que lo echó fuera y lo crucificó. Si eres un seguidor de Jesús y mantienes una conducta consecuente y cristiana, esta será la suerte que le ha de tocar a aquella parte de tu vida espiritual cuyo desarrollo exterior está bajo la observación de los hombres. Ellos te tratarán como trataron al Salvador: te despreciarán. No sueñes con que los mundanos te admirarán o que, cuanto más santo y parecido a Cristo seas, la gente te tratará con más consideración. Si no valoraron la joya pulida, ¿cómo estimarán la piedra en bruto? «Si al Padre de familia llamaron Beelzebú, ¿cuánto más a los de su casa?». Si fuéramos más semejantes a Cristo, sus enemigos nos odiarían más: constituiría un gran deshonor para un hijo de Dios el ser el favorito del mundo. Es un mal presagio cuando oímos que el mundo malvado bate las manos y le dice al cristiano: «¡Muy bien!». En ese caso, el creyente bien podría examinar su carácter y preguntarse si no ha estado haciendo algo malo, cuando los injustos le dan su aprobación. Seamos leales a nuestro Maestro y no tengamos amistad con un mundo ciego y ruin que le desprecia y rechaza. Lejos esté de nosotros buscar una corona de honor allí donde nuestro Señor encontró una de espinas.

Spurgeon, C. H. (2012). Lecturas vespertinas: Lecturas diarias para el culto familiar. (S. D. Daglio, Trad.) (4a edición, p. 325). Moral de Calatrava, Ciudad Real: Editorial Peregrino.

Segunda Temporada – Programa 7 «Salvos ¿Para qué?»

 «Salvos ¿Para qué?»

Segunda Temporada – Programa 7

Eduardo Saladin – Sugel Michelén – Rafael Alcántara

 

ENTENDIENDO LOS TIEMPOS

Surge en el 2013 como programa de radio bajo la cobertura de la emisora cristiana Radio Eternidad en la estación 990am. Las temáticas de nuestro programa son diversas y contemporáneas con las necesidades que se presentan  hoy en día en la sociedad. Todo tema es llevado a la luz de la Palabra de Dios que es la única mediadora entre los hombres y la única verdad que puede hacerle libre. Tratamos diferentes temas con el propósito de entender el presente bajo una cosmovisión bíblica y actuar en base a esta. Con nuestro productor Andrés Figueroa y el equipo de Gracia TV, quienes semanalmente transmiten este programa en un formato para Radio y TV.

http://www.entendiendolostiempos.org/

2 Reyes 23 | Hebreos 5 | Joel 2 | Salmo 142

10 NOVIEMBRE

2 Reyes 23 | Hebreos 5 | Joel 2 | Salmo 142

Las palabras del Salmo 2:7, “Tú eres mi hijo; hoy mismo te he engendrado” son citadas tres veces en el Nuevo Testamento: (a) en Hechos 13:33, donde sirve como una especie de texto-prueba para justificar la resurrección de Jesús; (b) en Hebreos 1:5, donde el autor infiere que por ser Jesús el único Hijo de Dios, es superior a los ángeles, y (c) en Hebreos 5:5, donde se cita para probar que al igual que Aarón no tomó el sumo sacerdocio por sí mismo, sino que Dios lo llamó para esa tarea, así también Jesús fue nombrado por Dios para su sumo sacerdocio.

De manera que el Salmo 2:7 se usa de diferentes maneras para apoyar la resurrección de Jesús, su superioridad sobre los ángeles y para demostrar que cuando Jesús se convirtió en sumo sacerdote, no se asignó la tarea a sí mismo, sino que fue nombrado por Dios. Sin embargo, ninguna de estas aplicaciones del Salmo 2:7 resulta muy obvia.

Es útil recordar dos cosas: Primero, el Salmo 2:7 es un salmo de coronación. Celebra el nombramiento del próximo rey davídico. En ese momento, el hombre se convierte en “hijo de Dios”. En el mundo antiguo, los hijos solían terminar haciendo lo mismo que sus padres. Dios reina con justicia y equidad; el rey, funcionando como “hijo” de Dios, debía hacer lo que hace Dios: entre otras cosas, reinar con justicia y equidad. Y este linaje davídico termina en uno que es el “Hijo” por excelencia.

Segundo, y con el riesgo de simplificarlo demasiado, la cristología del Nuevo Testamento cae dentro de uno de dos patrones. En el primero, el relato de Cristo comienza en la eternidad pasada, desciende en su humillación en este mundo y en la ignominia y vergüenza de la cruz, y se eleva mediante la resurrección y exaltación de Cristo al triunfo. Podemos referirnos a este como el modelo “sube, baja y sube”. Filipenses 2:6–11 y Juan 17:5 son ejemplos memorables. En el segundo, no se menciona el origen de Jesús en la eternidad pasada: es un modelo “baja y sube”. Todo el enfoque está en su triunfo mediante la muerte, resurrección, ascensión y exaltación. Este gran evento redentor alcanza su punto álgido cuando Jesús es nombrado rey, cuando comienza su papel sacerdotal, cuando es “declarado con poder Hijo de Dios por la resurrección” (Romanos 1:4). Esto no quiere decir que no haya cierto sentido en el que Jesús es el Hijo, o el rey, o ejercita funciones sacerdotales, antes de la cruz y de la resurrección. Pero este modelo de cristología no tiene duda alguna en cuál es el momento decisivo de la historia.

Estas son las presuposiciones que existen detrás de los tres usos del Salmo 2:7. Es un ejercicio útil reflexionar sobre ellos otra vez, con estas estructuras en mente.

Carson, D. A. (2013). Por amor a Dios: Devocional para apasionarnos por la Palabra. (R. Marshall, G. Muñoz, & L. Viegas, Trads.) (1a edición, Vol. I, p. 314). Barcelona: Publicaciones Andamio.

Reunidos en el nombre del Señor Jesucristo

Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.

Mateo 18:20

Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana… vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: Paz a vosotros.

Juan 20:19

Reunidos en el nombre del Señor Jesucristo

Un predicador y evangelista muy conocido en China insistía en la importancia para los creyentes de no quedarse solos, sino de reunirse en el nombre del Señor Jesús.

Esta enseñanza tuvo por resultado la formación de un gran número de «iglesias de casa», poco antes de la revolución comunista. Esas iglesias aún subsisten en la clandestinidad, y han permitido la continuidad del testimonio cristiano en China. Dios había preparado esa enseñanza apropiada para todos los tiempos y, en especial, con miras a los períodos de persecución.

A menudo la Biblia menciona iglesias que se reunían en las casas de los creyentes al principio del cristianismo. Luego, y esto a lo largo de la historia de la Iglesia, los cristianos aislados o perseguidos se reunieron frecuentemente en pequeños grupos en las casas para estudiar la Biblia, orar y alabar a Dios. Allí, mientras a su alrededor todo era oscuridad, experimentaron la dulzura de la presencia de su Señor.

No esperemos a ser perseguidos para tener esta experiencia; seamos diligentes para reunirnos con otros creyentes. Hagámoslo contando solo con el Señor y velando humildemente para vivir lo que la Palabra de Dios nos enseña con respecto a este tema. El Espíritu Santo nos hará experimentar una paz y una felicidad sin igual. Comprobaremos que Jesús cumple su promesa y está en la cita que dio a los suyos reunidos únicamente en su nombre.

Job 9 – Hebreos 2 – Salmo 119:169-176 – Proverbios 27:9-10

 Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
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