17 Noviembre 2016

¡Arriésguese!
Ester 4:12-14
Usted se puede preguntar: ¿Qué importa si me involucro o no? Importa mucho, ¡le importa a su carácter!. Sí, es cierto que Dios tiene otras maneras de lograr sus propósitos. Tiene a otras personas que él puede utilizar. Él no se frustra ni se limita porque usted o yo podamos ser indiferentes. Pero si eso sucede, los perdedores somos nosotros. Si hemos sido llamados “para un tiempo como este”, qué trágico será que no nos pongamos de pie en esta hora.
No habrá ninguna voz celestial urgiéndole a dar la cara. Ni tampoco el resplandor de un rayo le despertará en medio de su letargo. La cosa no funciona así; por lo tanto, no se quede sentado esperando pasivamente. A nuestro derredor hay muchas necesidades y dificultades que nos llaman a levantarnos y a tomar acción. Aunque no podremos responder a todas ellas, ¡la solución no es no responder a ninguna de ellas! Por lo tanto, permítame preguntarle: ¿Qué está haciendo usted para levantarse, para dar la cara, para responder el llamado de Dios en este tiempo? Permítame puntualizar algunas cuestiones y necesidades que vale la pena considerar.
¿Está usted involucrado en la ayuda a familias disfuncionales? ¿Qué me dice de los que no tienen que comer y de los que viven en las calles? ¿O de los que están viviendo bajo el influjo de las drogas o el alcohol? ¿Qué hace a favor de los huérfanos y las viudas? En “un tiempo como este”, ¿qué combate y que defiende? ¿Se ha declarado en contra de la pornografía? ¿Apoya la causa del movimiento a favor de la vida y en contra del aborto? ¿Cuál es su posición ante la ausencia de masculinidad, y todo el movimiento feminista extremo? ¿Qué me dice del horror del abuso sexual que se ha vuelto tan frecuente en nuestra sociedad? ¿O de los perjuicios en contra de otras razas o nacionalidades? ¿Qué me dice de los discapacitados, su desarrollo y derechos? Este es un tiempo urgente y de mucha necesidad. ¿Está usted listo para ser sal y luz, en este tiempo?
Usted estará dispuesto a arriesgarse solamente cuando crea que una sola persona puede marcar una diferencia. Deje de preocuparse por lo que pensarán los demás. Usted no tiene que rendirles cuentas a ellos, sino a Dios, y Él le ayudará. Le dará la sabiduría y el arrojo necesarios. Es posible que usted sea solamente uno, pero es uno, por lo tanto, ¡arriésguese!
Es posible que usted sea solamente uno, pero es uno, por lo tanto, ¡arriésguese!
Tomado del libro Buenos Días con Buenos Amigos (El Paso: Editorial Mundo Hispano, 2007). Con permiso de la Editorial Mundo Hispano (www.editorialmundohispano.org). Copyright © 2016 por Charles R. Swindoll Inc. Reservados mundialmente todos los derechos.
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