24 de abril

La primavera es encantadora
«Se han mostrado las flores en la tierra, el tiempo de la canción ha venido, y en nuestro país se ha oído la voz de la tórtola».
Cantares 2:12
La primavera es encantadora. El largo y triste invierno nos ayuda a apreciar su agradable calor, y el anuncio que ella hace del verano acrecienta sus actuales encantos. Después de algunos períodos de depresión de espíritu es placentero contemplar de nuevo la luz del sol de Justicia. Entonces nuestras adormecidas virtudes se levantan de su letargo como el azafrán y el narciso de sus lechos terrestres. Entonces el corazón se nos alegra con melodiosas notas de gratitud, mucho más melodiosas que los gorjeos de los pájaros; y la reconfortante seguridad de paz, mucho más agradable que la voz de la tórtola, se oye dentro del alma. Ahora es el tiempo cuando el alma debe buscar la comunión con su Amado; ahora debe levantarse de su natural bajeza y apartarse de sus antiguas compañías. Si no izamos las velas cuando la brisa es favorable, seremos dignos de reproche. Los tiempos de refrigerio no deben pasar sin que los aprovechemos. Cuando es Jesús mismo quien nos visita con ternura y nos ruega que nos levantemos, ¿seremos nosotros tan ruines como para denegar su súplica? Él mismo se ha levantado para atraernos a sí. Nos ha regenerado por su Espíritu para que podamos, en novedad de vida, ascender al Cielo y tener comunión con él. Para frialdad e indiferencia debe bastarnos ya nuestro estado invernal. Si el Señor produce una primavera dentro de nosotros, dejemos que nuestra savia suba con fuerza y nuestras ramas crezcan con vigor. ¡Oh Señor, si no ha llegado la primavera a mi frío corazón, haz que llegue; porque, sinceramente, estoy cansado de vivir lejos de ti. ¡Oh, cuándo pondrás fin al largo y deprimente invierno! Ven, Espíritu, y renueva mi alma. Avívame, restáurame y ten misericordia de mí. Esta misma noche te ruego ardientemente que te apiades de tu siervo y me concedas un feliz avivamiento en mi vida espiritual.
Spurgeon, C. H. (2012). Lecturas vespertinas: Lecturas diarias para el culto familiar. (S. D. Daglio, Trad.) (4a edición, p. 123). Moral de Calatrava, Ciudad Real: Editorial Peregrino.