«Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él»

25 de abril

«Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él»

Apocalipsis 3:20

¿Cuál es tu deseo en esta noche? ¿Tienes un deseo de cosas celestiales? ¿Deseas gozar de la sublime doctrina del amor eterno? ¿Quieres tener libremente comunión íntima con Dios? ¿Aspiras a conocer la anchura, la longitud, la profundidad y la altura? Entonces necesitas acercarte a Jesús; has de tener una clara visión de su inestimable valor y perfección: debes verlo en su obra, en sus funciones y en su persona. El que conoce a Cristo recibe una unción del Santo por la cual conoce todas las cosas. Cristo es la gran llave maestra que da entrada a todas las cámaras de Dios. No hay tesorería divina que no se abra y entregue todas sus riquezas al alma que vive cerca de Jesús. ¿Te estás diciendo: «¡Oh, si él habitase en mi corazón!; ¡ojalá que hiciese en este su eterna morada!?». Entonces, querido amigo, ábrele la puerta y él entrará a tu alma. Hace tiempo que está llamando, y todo con el objeto de cenar contigo y de que tú cenes con él. Él cena contigo porque tú pones la casa; es decir, el corazón. Y tú cenas con él, porque él es quien trae la provisión. Él no puede cenar contigo sino en tu corazón, poniendo tú la casa; ni tú puedes cenar con él si él no trae la comida, ya que tu despensa está vacía. Abre, por tanto, los portones de tu alma. Él vendrá con ese amor que ansías sentir; vendrá con el gozo al cual tú no puedes conducir a tu pobre y deprimido espíritu. Él traerá la paz que ahora no tienes; vendrá con sus jarras de vino y con sabrosas manzanas de amor, y te alegrará hasta que no tengas otra enfermedad que aquella del «amor estremecedor, amor divino». Solamente ábrele la puerta, expulsa a sus enemigos, dale las llaves de tu corazón y él habitará allí para siempre. ¡Oh amor admirable, que traes a tal huésped para que habite en semejante corazón!

Spurgeon, C. H. (2012). Lecturas vespertinas: Lecturas diarias para el culto familiar. (S. D. Daglio, Trad.) (4a edición, p. 124). Moral de Calatrava, Ciudad Real: Editorial Peregrino.


Deja un comentario