¿No existen analogías contemporáneas?

¿No existen analogías contemporáneas?

7 MARZO

Éxodo 18 | Lucas 21 | Job 36 | 2 Corintios 6

Es difícil imaginarnos el contenido de las conversaciones que Moisés habría disfrutado con Jetro, su suegro, durante las décadas que pasaron juntos en Madian. Pero no cabe duda de que uno de los temas fuera Yahvé. Llamado a un ministerio extraordinario, Moisés confió temporalmente a su suegro el cuidado de su esposa e hijos (Éxodo 18:2). Tal vez esta decisión la precipitara el acontecimiento extraordinario que se relata en Éxodo 4:24–26, en el cual, a la luz de la nueva misión encargada a Moisés, su propios hijos tienen que someterse a la circuncisión in extremis para que la casa de Moisés estuviese en conformidad con los términos del pacto con Abraham, y evitase así caer bajo el juicio de Dios.

Pero ahora, Moisés recibe la noticia que Jetro viene a verle, trayéndole a su esposa Séfora y a sus hijos Gersón y Eliezer. Luego, sigue la conversación en torno a los mismos temas que antes. Esta vez, Moisés ofrece a su suegro una descripción detallada de todo lo que Yahvé había hecho, rescatando a su pueblo de la esclavitud en Egipto. Sin duda, parte del gozo que Jetro experimenta (18:9) tiene que ver con los lazos que le unen a su yerno. Pero, si se toma su último comentario evaluativo al pie de la letra, Jetro también ha llegado a una convicción muy firme: “Ahora sé que el SEÑOR es más grande que todos los dioses, por lo que hizo a quienes trataron a Israel con arrogancia” (18:11). Y ofreció sacrificios al Dios vivo (18:12).

Todo este detalle sirve de trasfondo para lo que se relata en el resto del capítulo. Al día siguiente, Jetro ve los esfuerzos de Moisés para arbitrar en todas y cada una de las disputas que surgen en esta nación en formación. Con sabiduría y gran perspicacia, anima a Moisés a que emprenda un cambio radical en la manera de administrar la nación – a implantar, de hecho, un sistema jurídico riguroso, por el cual la mayor parte de las decisiones se tomarían al nivel más bajo posible y sólo las más difíciles corresponderían a Moisés mismo, el “tribunal supremo” por así decirlo. Moisés escucha con atención los consejos de su suegro y decide poner en marcha todo este plan (18:24). Las ventajas para el pueblo, para el cual resulta ser un sistema mucho menos frustrante, y para Moisés, quien sufrirá mucho menos estrés, son incalculables. Y al final del capítulo, Jetro regresa a su casa.

En algunos aspectos, este relato nos sorprende. Se montan unas estructuras administrativas muy importantes sin que Dios medie palabra alguna. ¿Por qué se le permite a Jetro, que vive en la periferia del pueblo del pacto, desempeñar un papel tan extraordinario como consejero y confidente de Moisés?

Las preguntas se contestan a sí mismas. Dios puede usar los medios de la gracia común para instruir y enriquecer a su pueblo. La bondad y provisión soberanas de Dios se exhiben tan claramente mediante esta participación de Jetro en la formación de la nación, como mediante la división de las aguas del Mar Rojo. ¿No existen analogías contemporáneas?

Carson, D. A. (2013). Por amor a Dios: Devocional para apasionarnos por la Palabra. (R. Marshall, G. Muñoz, & L. Viegas, Trads.) (1a edición, Vol. I, p. 66). Barcelona: Publicaciones Andamio.


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