22 de julio

«He aquí el hombre».
Juan 19:5
No hubo un momento en que el Señor Jesús fuera de tanto gozo y aliento para los suyos como cuando se sumergió en lo más hondo de las simas del dolor. Ven aquí, alma bondadosa, y contempla al Hombre en el huerto de Getsemaní; mira su corazón: tan lleno de amor que se desborda, tan lleno de dolor que necesita desahogarse. Contempla su sudor como sangre mientras cae al suelo. Ve al Hombre cuando le hunden los clavos en las manos y en los pies. Mira, arrepentido pecador, y ve la doliente imagen de nuestro abnegado Señor. Obsérvalo mientras las rojas gotas aparecen sobre la corona de espinas y adornan con valiosísimas gemas la diadema del Rey del sufrimiento. Contempla al Hombre cuando todos sus huesos están descoyuntados y él se derrama como aguas y es arrastrado al polvo de la muerte. Dios lo ha desamparado y el Infierno lo cerca. Mira y ve: ¿Hubo alguna vez un dolor igual al que le ha sobrevenido? Todos los que pasan, acérquense y miren este espectáculo de dolor único, sin paralelo: un portento para los hombres y para los ángeles, un prodigio sin par. Contempla al Emperador del dolor que en su agonía no tiene quien lo iguale ni rivalice con él. Míralo, tú afligido, pues si no hay consuelo en el Cristo crucificado, no lo hay ni en la tierra ni en el Cielo. Si en el precio del rescate que pagó con su sangre no hay esperanza, entonces tampoco hay gozo en las arpas del Cielo, y la diestra de Dios no conocerá jamás el placer. Para no sentirnos tan turbados con nuestras dudas y dolores solo tenemos que sentarnos más a menudo al pie de la cruz. Solo necesitamos ver sus dolores para avergonzarnos de mencionar los nuestros; no tenemos más que mirar sus heridas para sanar de las nuestras. Si queremos vivir rectamente, debemos contemplar su muerte; si deseamos elevarnos, hemos de meditar en su humillación y sus aflicciones.
Spurgeon, C. H. (2012). Lecturas vespertinas: Lecturas diarias para el culto familiar. (S. D. Daglio, Trad.) (4a edición, p. 213). Moral de Calatrava, Ciudad Real: Editorial Peregrino.