El fruto del Espíritu (1)

Sábado 29 Abril
¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios?
1 Corintios 6:19
El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza.
Gálatas 5:22-23
El fruto del Espíritu (1)

Desde que Jesús subió al cielo, el Espíritu Santo vino a la tierra para vivir en cada creyente: “Habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo” (Efesios 1:13). El Espíritu Santo anima la vida nueva del creyente y produce un “fruto” que, por la gracia de Dios, madura en él. Está compuesto por el conjunto de estas virtudes morales: amor, gozo, paz… que encontramos en el segundo versículo de hoy. Si el corazón del creyente está lleno de estas virtudes, ellas se manifiestan en su vida, en su conducta. Esto fue lo que hizo decir al apóstol Pablo, dirigiéndose a los creyentes de Galacia (una provincia de la actual Turquía): “Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu” (Gálatas 5:25).

Esos cristianos estaban tentados a vivir como si ese fruto del Espíritu no fuese suficiente. Querían añadir a su cristianismo la práctica de ciertos ritos de la ley de Moisés.

Perdían así lo que nos aporta el verdadero evangelio, pues andar por el Espíritu es dejarle que nos dé la fuerza para rechazar el mal y hacer el bien. Por la fe podemos ponerlo en práctica cada día. Amigos cristianos, así como un niño aprende a caminar, nosotros tenemos que aprender a andar por el Espíritu. Este aprendizaje dura toda nuestra vida y hace crecer este fruto, que es interior, pero que se ve, como el amor, el gozo, la paz, la paciencia…

(Los próximos sábados comentaremos más sobre cada uno de estos aspectos del fruto del Espíritu).
Jonás 3-4 – Marcos 4:21-41 – Salmo 50:1-6 – Proverbios 14:21-22

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«Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras» (Santiago 5: 17.)

Manantiales en el Desierto | Lettie B. Cowman

Abril 29
«Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras» (Santiago 5: 17.)

Gracias a Dios por eso. Elías se sentó debajo da un árbol como tú y yo hemos hecho con frecuencia; se quejó y murmuró, como a menudo nosotros hemos hecho; fué incrédulo como tú y yo también lo hemos sido. Pero no fué esta su condición cuando verdaderamente se puso en contacto con Dios. Aunque «era un hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras» «él rogó orando.» El texto original es verdaderamente sublime, no dice «ardientemente» sinó «él rogó en oración.» Él se mantuvo orando. ¿Qué lección aprendemos aquí? Que tú y yo debemos orar continuamente.
Sube a lo alto del Carmelo y contempla la parábola tan extraordinaria de Fé y Vista. Lo que ahora se necesitaba no era el descendimiento del fuego, sino el descendimiento del agua; y el hombre que tiene poder para mandar al fuego, también tiene poder para mandar al agua por los mismos medios y métodos.
Se nos dice, que él se inclinó a tierra con su rostro entre sus rodillas; es decir, evitando toda clase de vista y ruído. El se estaba colocando en una posición en que no podía ver ni oír debajo de su capa, lo que estaba sucediendo más allá.
El dijo a su siervo, «Ve y observa si sucede algo.» El fué y cuando volvió, dijo una sóla palabra, «¡Nada!»
Al rato volvió y dijo: «Hay una nube pequeña semejante a la mano de un hombre.» La mano de un hombre se había levantado suplicando, e inmediatamente vino la lluvia. Ahab no tuvo tiempo de volver a las puertas de Samaria con sus veloces caballos. Esta es una parábola de Fé y Vista. La fé misma encerrándose con Dios; la vista, observando y no viendo nada.
La fé marchando hacia adelante, y «suplicando en oración» a pesar de la información tan desalentadora que le daba la vista.
¿Sabes cómo orar y prevalecer en tales ocasiones? Deja que la vista te informe de un modo desalentador, pero no prestes a ello atención alguna. El Dios vivo, aún está en los cielos, y el
tardar podemos considerarlo como parte de Su bondad.
-Arthur T. Pierson.

Tres muchachos dieron una definición de la fé, la cual es una ilustración de la tenacidad de la misma.

El primero de los muchachos dijo, «Es el tomar posesión de Cristo»

el segundo, «El guardar la posesión:»

y el tercero, «No dejarle marchar.»

¿Deberían las mujeres servir como pastoras / predicadoras?

Posiblemente no hay un tema más discutido en la iglesia de hoy que el tema de las mujeres que sirven como pastoras / predicadoras. Por consiguiente, es muy importante no mirar este tema como hombres contra mujeres. Hay mujeres que creen que las mujeres no deberían servir como pastoras y que la Biblia coloca restricciones en el ministerio de las mujeres, y hay hombres que creen que las mujeres pueden servir como predicadoras y que no hay restricciones sobre las mujeres en el ministerio. Este no es un asunto de machismo o discriminación. Es un asunto de interpretación bíblica.

1ª Timoteo 2:11-12 proclama, «La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio». En la iglesia, Dios asigna diferentes roles a los hombres y a las mujeres. Este es el resultado de la manera en que la humanidad fue creada (1ª Timoteo 2:13) y la manera en la que el pecado entró en el mundo (2ª Timoteo 2:14). Dios, a través de los escritos del apóstol Pablo, restringe a las mujeres de servir en roles de enseñanza y/o tener autoridad sobre los hombres. Esto impide a las mujeres servir como pastoras sobre los hombres, lo cual definitivamente incluye predicarles, enseñarles públicamente y ejercer autoridad espiritual sobre ellos.

Hay muchas «objeciones» a este punto de vista sobre las mujeres en el ministerio pastoral. Una objeción común es que Pablo restringe a las mujeres de enseñar porque en el siglo primero, las mujeres por regla general eran incultas. Sin embargo, en ninguna parte de 1ª Timoteo 2:11-14 menciona el nivel educativo. Si la educación hubiese sido un requisito para el ministerio, la mayoría de los discípulos de Jesús probablemente no habrían calificado. Una segunda objeción común era que Pablo solamente restringió a las mujeres de Éfeso de enseñar a los hombres (1ª Timoteo fue escrita a Timoteo, un pastor en la iglesia de Éfeso). La ciudad de Éfeso fue conocida por su templo de Artemisa, y las mujeres eran la autoridad en esa rama del paganismo; por lo tanto, la teoría dice que Pablo sólo reaccionaba contra las costumbres de los idólatras de Éfeso dirigidas por mujeres, y la iglesia necesitaba ser diferente. Sin embargo, en ningún lugar del libro de 1ª Timoteo se menciona a Artemisa, ni Pablo menciona la práctica estándar de los adoradores de Artemisa como una razón para las restricciones en 1ª Timoteo 2:11-12.

Una tercera objeción común es que Pablo solamente se está refiriendo a los esposos y las esposas, no a los hombres y a las mujeres en general. Las palabras en griego para «mujer» y «hombre» en 1ª Timoteo 2:11-14 podrían referirse a esposos y esposas. Sin embargo, el significado básico de las palabras es más amplio que eso. Adicionalmente, las mismas palabras en griego son utilizadas en los versículos 8-10. ¿Solo los esposos deben orar en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda (versículo 8)? ¿Solo las esposas deben vestirse con ropa decorosa, con pudor y modestia; tener buenas obras y adorar a Dios (versículos 9-10)? Por supuesto que no. Los versículos 8 al 10 claramente se refieren a los hombres y mujeres en general, no solamente a los esposos y a las esposas. No hay nada en el contexto que debiera indicar una limitación para esposas y esposos en los versículos 11 al 14.

Sin embargo, otra objeción a esta interpretación de mujeres en el ministerio pastoral es en relación con Miriam, Débora, Hulda, mujeres que mantuvieron posiciones de liderazgo en el antiguo testamento. Es verdad que estas mujeres fueron escogidas por Dios para un servicio especial para Él y que ellas son modelos de fe, coraje y, sí, liderazgo. Sin embargo, la autoridad de las mujeres en el antiguo testamento no es relevante para el tema de los pastores en la iglesia. Las epístolas del nuevo testamento presentan un nuevo paradigma para el pueblo de Dios, la iglesia, el cuerpo de Cristo y, ese paradigma involucra una estructura de autoridad única para la iglesia, no para la nación de Israel o cualquier otra entidad del antiguo testamento.

Argumentos similares se hacen usando a Priscila y Febe en el nuevo testamento. En el libro de los Hechos, el capítulo 18, Priscila y Aquila son presentados como ministros fieles de Cristo. El nombre de Priscila es mencionado primero, indicando probablemente que ella era más «prominente» en el ministerio que su esposo. ¿Enseñaron Priscila y su esposo el evangelio de Jesucristo a Apolos? Sí, en su casa «le expusieron más exactamente el camino de Dios» (Hechos 18:26). ¿Dice la Biblia alguna vez que Priscila pastoreó una iglesia, o enseñó públicamente o se convirtió en la líder espiritual de una congregación de santos? Sin embargo, en ninguna parte se describe a Priscila participando en una actividad de ministerio que esté en contradicción con 1ª Timoteo 2:11 al 14.

En Romanos 16:1, a Febe se le considera una «diaconisa» (o «sierva») en la iglesia y es altamente elogiada por Pablo. Pero, como con Priscila, no hay nada en las Escrituras que indique que Febe fuera una pastora o maestra de hombres en la iglesia. «Apto para enseñar» es un calificativo dado para los ancianos, pero no para los diáconos (1ª Timoteo 3:1-13; Tito 1:6-9).

La estructura de 1ª Timoteo 2:11 al 14 deja la razón perfectamente establecida. El versículo 13 comienza con «Porque» y da la «causa» de lo que Pablo declara en los versículos 11 y 12. ¿Por qué las mujeres no deberían enseñar o tener autoridad sobre los hombres? Porque «Adán fue formado primero, luego Eva. Y Adán no fue engañado; sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión». Esa es la razón. Dios creó a Adán primero y luego creó a Eva a fin de que fuera «ayuda idónea» para Adán. Este orden de la creación tiene una aplicación universal para la humanidad en la familia (Efesios 5:22-23) y en la iglesia.

El hecho de que Eva fuera engañada también se da en 1 Timoteo 2:14 como una razón para que las mujeres no sirvan como pastoras o tengan autoridad espiritual sobre los hombres. Esto no significa que las mujeres sean ingenuas o que sean engañadas más fácilmente. Si todas las mujeres son engañadas más fácilmente, ¿por qué se les permitiría enseñar a los niños (quienes son fácilmente engañados) y a otras mujeres (quienes supuestamente son engañadas más fácilmente)? El texto simplemente dice que las mujeres no deben enseñar o tener autoridad espiritual sobre los hombres porque Eva fue engañada. Dios ha dado a los hombres la autoridad de enseñanza principal en la iglesia.

Muchas mujeres sobresalen en dones de hospitalidad, misericordia, enseñanza, evangelismo y ayuda. Gran parte del ministerio de la iglesia local depende de las mujeres. Las mujeres en la iglesia no están restringidas de orar o profetizar en público (1ª Corintios 11:5), solamente de tener autoridad en las enseñanzas espirituales sobre los hombres. La Biblia en ninguna parte restringe a las mujeres de ejercitar los dones del Espíritu Santo (1ª Corintios capítulo 12). Así como los hombres, las mujeres, están llamadas a ministrar a otros, a demostrar el fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23), y a proclamar el evangelio a los perdidos (Mateo 28:18-20; Hechos 1:8; 1ª Pedro 3:15).

Dios ha ordenado que solamente los hombres sirvan en posiciones de autoridad de enseñanza espiritual en la iglesia. Esto no es necesariamente porque son mejores maestros, o porque las mujeres son inferiores o menos inteligentes (tal no es el caso). Es simplemente la manera en que Dios designó la iglesia para que funcione. Los hombres deben ser ejemplo en el liderazgo espiritual, en sus vidas y a través de sus palabras. Las mujeres deben asumir un papel menos autoritario. Se las anima a enseñar a otras mujeres (Tito 2:3-5). La Biblia tampoco restringe a las mujeres de enseñar a los niños. La única actividad de la que están restringidas es de enseñar o tener autoridad espiritual sobre los hombres. Esto impide que las mujeres sirvan como pastoras de hombres. De ninguna manera esto las hace menos importantes, más bien les da un ministerio enfocado más de acuerdo con el talento dado por Dios.