
Manantiales en el Desierto | Lettie B. Cowman
Abril 29
«Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras» (Santiago 5: 17.)
Gracias a Dios por eso. Elías se sentó debajo da un árbol como tú y yo hemos hecho con frecuencia; se quejó y murmuró, como a menudo nosotros hemos hecho; fué incrédulo como tú y yo también lo hemos sido. Pero no fué esta su condición cuando verdaderamente se puso en contacto con Dios. Aunque «era un hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras» «él rogó orando.» El texto original es verdaderamente sublime, no dice «ardientemente» sinó «él rogó en oración.» Él se mantuvo orando. ¿Qué lección aprendemos aquí? Que tú y yo debemos orar continuamente.
Sube a lo alto del Carmelo y contempla la parábola tan extraordinaria de Fé y Vista. Lo que ahora se necesitaba no era el descendimiento del fuego, sino el descendimiento del agua; y el hombre que tiene poder para mandar al fuego, también tiene poder para mandar al agua por los mismos medios y métodos.
Se nos dice, que él se inclinó a tierra con su rostro entre sus rodillas; es decir, evitando toda clase de vista y ruído. El se estaba colocando en una posición en que no podía ver ni oír debajo de su capa, lo que estaba sucediendo más allá.
El dijo a su siervo, «Ve y observa si sucede algo.» El fué y cuando volvió, dijo una sóla palabra, «¡Nada!»
Al rato volvió y dijo: «Hay una nube pequeña semejante a la mano de un hombre.» La mano de un hombre se había levantado suplicando, e inmediatamente vino la lluvia. Ahab no tuvo tiempo de volver a las puertas de Samaria con sus veloces caballos. Esta es una parábola de Fé y Vista. La fé misma encerrándose con Dios; la vista, observando y no viendo nada.
La fé marchando hacia adelante, y «suplicando en oración» a pesar de la información tan desalentadora que le daba la vista.
¿Sabes cómo orar y prevalecer en tales ocasiones? Deja que la vista te informe de un modo desalentador, pero no prestes a ello atención alguna. El Dios vivo, aún está en los cielos, y el
tardar podemos considerarlo como parte de Su bondad.
-Arthur T. Pierson.
Tres muchachos dieron una definición de la fé, la cual es una ilustración de la tenacidad de la misma.
El primero de los muchachos dijo, «Es el tomar posesión de Cristo»
el segundo, «El guardar la posesión:»
y el tercero, «No dejarle marchar.»