UNA SALVACION TAN GRANDE | C. Ryrie

UNA SALVACION TAN GRANDE

Ryrie, Charles Caldwell

I. EL ALCANCE DEL TEMA

La soteriología, la doctrina de la salvación, tiene que ser el tema mayor en las Escrituras. Abarca todas las edades como también la eternidad pasada y futura. Se relaciona en una forma u otra con toda la humanidad, sin excepción. Aun tiene repercusiones en la esfera de los ángeles. Es el tema tanto del Antiguo como del Nuevo Testamentos. Es personal, nacional y cósmica. Y se centra en la persona más importante, nuestro Señor Jesucristo.

Desde la perspectiva de Dios, la salvación incluye la obra completa de Dios en traer a las personas de la condenación a la justificación, de la muerte a la vida eterna; y de alienación a la filiación. Desde la perspectiva humana, incorpora todas las bendiciones que estar en Cristo trae tanto en esta vida como en la vida venidera. El alcance inclusivo de la salvación se subraya por observar los tres tiempos de la salvación. (1) Al momento de creer uno fue salvo de la condenación del pecado (Efesios 2:8; Tito 3:5). (2) Ese creyente también está siendo salvado del dominio del pecado y santificado y preservado (Hebreos 7:25). (3) Y será salvado de la misma presencia del pecado para siempre en el cielo (Romanos 5:9–10).

II. LOS MOTIVOS PARA LA SALVACION

¿Por qué Dios había de desear salvar a los pecadores? ¿Por qué debía soportar el dolor de entregar a Su único Hijo a morir por personas que se rebelaron contra Su benevolencia? ¿Qué le reportaría a Dios el tener una familia de seres humanos?

La Biblia indica por lo menos tres razones por las que Dios quiso salvar a los pecadores. (1) Fue la demostración más grande y concreta del amor de Dios. Sus buenos dones en la naturaleza y por Su cuidado providencial (con todo lo grandes que son) no pueden compararse con la dádiva de Su Hijo para ser nuestro Salvador. Juan 3:16 nos recuerda que Su amor se mostró en Su dádiva, y Romanos 5:8 dice que Dios definitivamente demostró que El nos amaba por la muerte de Cristo. (2) La salvación también hace posible que Dios manifieste Su gracia por toda la eternidad (Efesios 2:7). Cada persona salva será para siempre un trofeo especial de la gracia de Dios. Sólo los seres humanos redimidos pueden proveer esta demostración, (3) Dios quería un pueblo que hiciera buenas obras en esta vida y que de este modo proporcionara al mundo un vistazo, aunque imperfecto, del Dios que es bueno (v. 10). Sin la salvación que Cristo proveyó estas cosas no serían posibles.

III. LA IMPORTANCIA DE LA SALVACION

El Nuevo Testamento solamente en dos ocasiones pronuncia maldición sobre los cristianos por dejar de hacer algo. Una es por no amar al Señor (1 Corintios 16:22), y la otra por no predicar el Evangelio de la gracia (Gálatas 1:6–9). No comprender claramente la doctrina de la salvación puede resultar en la proclamación de un evangelio falso o pervertido, y hoy en día muchas de las declaraciones del Evangelio que se oyen, bien pudieran caer bajo esta maldición. Gracias a Dios, Su gracia supera nuestras presentaciones imprecisas y las personas se salvan a pesar de, no por razón de, un evangelio impreciso o incorrectamente proclamado. Decididamente, esta doctrina es esencial, simplemente porque es responsabilidad de todo creyente testificar del Evangelio. Es aun más importante para el predicador, porque él es la conexión entre Dios y la persona no regenerada, y su mensaje tiene que ser claro (Romanos 10:14–15). Chafer, cuyo ministerio comenzó con la evangelización, todavía casi al final de su vida pensaba que “en un ministerio bien balanceado la predicación del Evangelio debe ocupar no menos de setenta y cinco por ciento del testimonio del púlpito. El resto puede ser para la edificación de aquellos que son salvos”. (Lewis Sperry Chafer, Teología sistemática [Publicaciones Españolas, 1986], 3:9). Esto ciertamente subraya la importancia de estudiar y comprender este gran tema de la soteriología.

Ryrie, C. C. (2003). Teologı́a básica (pp. 313-316). Editorial Unilit.


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