Vivir al borde

Abril 20

Vivir al borde

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Lectura bíblica: Romanos 12:1, 2

No os conforméis a este mundo; más bien, transformaos por la renovación de vuestro entendimiento. Romanos 12:2

a1Hace cientos de años en Inglaterra, el rey tenía que escoger cocheros para el carruaje real tirado a caballos. Le hizo una pregunta a cada cochero:
—Si me estuvieras llevando por un camino en la montaña lleno de curvas, ¿hasta qué punto podrías acercarte al borde del camino sin caer por la barranca?

El primer cochero se jactó:
—Soy un conductor excelente, Su Majestad. Podría manejar llevando el carruaje hasta 50 centímetros del borde a toda velocidad sin desbarrancarme.

El segundo cochero se jactó:
—Mi habilidad y experiencia no tienen paralelos, Su Majestad. Yo podría conducir su carruaje a 15 centímetros del borde.

Pero el tercero respondió:
—Yo no arriesgaría su vida, Su Majestad. Yo conduciría el carruaje lo más lejos posible del borde.

El rey escogió al tercer cochero. Era el único más interesado en la seguridad del rey que en presumir.

Existe una actitud que aparece en muchas personas, tanto jóvenes como viejas: “Quiero ver hasta qué punto puedo acercarme al borde sin meterme en problemas”. Lo único que quieren saber de la escuela es: “¿Qué es lo menos que puedo estudiar y todavía aprobar las materias?”. Su único dilema en cuanto a llevarse bien con sus padres es: “¿Cuánto les puedo mentir sin que me descubran?”. Su única pregunta en cuanto a tener su vida organizada es: “¿Cuánto desorden puedo tener en mi habitación?”. Y cuando se trata de servir a Dios, se preguntan: “¿Cuánto puedo pecar y salirme con la mía?”.

Las personas útiles para Dios tienen la actitud del tercer cochero. Piensan: “Para honrar a Dios, veré qué lejos del borde puedo quedarme”.

La batalla entre el bien y el mal se libra dentro de nosotros. Según Romanos 12:2 tu mente es el campo de batalla. Para ser diferente, tienes que renovar tu mente, tienes que pensar como piensa Jesús. Pierde allí la batalla, y la pierdes en tus acciones. Si dejas que tu mente tenga pensamientos acerca de hacer cosas malas, por ejemplo, te será fácil ceder a la menor presión para hacer el mal. Pero si llenas tu mente de pensamientos acerca de hacer el bien y seguir a Dios, tus acciones serán más y más como las de Cristo. ¡Serás transformado!

Si quieres vivir para Dios no dejarás que sólo cambie tu conducta. Dejarás que te cambie de adentro para afuera.

PARA DIALOGAR
¿Qué opinas de tu Dios, quien te ayuda a cambiar de adentro para afuera?

PARA ORAR
Señor, cambia nuestra vida de adentro para afuera. Ayúdanos a pensar de un modo distinto para poder actuar de la manera que te agrada a ti.

PARA HACER
¿Existen áreas en tu vida que hacen que te acerques lo más que puedas al borde? Si no estás seguro, tus padres y otros familiares quizá puedan ayudarte. ¡Habla con Dios acerca de cómo a él le gustaría cambiar esas situaciones!

McDowell, J., & Johnson, K. (2005). Devocionales para la familia. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano.


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