Jesús, Señor del día de reposo

Mateo 12-15

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Jesús, Señor del día de reposo

alimentemos_el_alma12 Por aquel tiempo[a] Jesús pasó por entre los sembrados en el día de reposo; sus discípulos tuvieron hambre, y empezaron a arrancar espigas y a comer. Y cuando lo vieron los fariseos, le dijeron: Mira, tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en el día de reposo. Pero El les dijo: ¿No habéis leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre, cómo entró en la casa de Dios y comieron los panes consagrados[b], que no les era lícito comer, ni a él ni a los que estaban con él, sino sólo a los sacerdotes? ¿O no habéis leído en la ley, que en los días de reposo los sacerdotes en el templo profanan el día de reposo y están sin culpa? Pues os digo que algo[c] mayor que el templo está aquí. Pero si hubierais sabido lo que esto significa[d]: “Misericordia[e] quiero y no sacrificio”, no hubierais condenado a los inocentes. Porque el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo.

Jesús sana al hombre de la mano seca

Pasando de allí, entró en la sinagoga de ellos. 10 Y he aquí, había allí un hombre que tenía una mano seca. Y para poder acusarle, le preguntaron, diciendo: ¿Es lícito sanar en el día de reposo? 11 Y El les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros que tenga una sola oveja, si ésta se le cae en un hoyo en día de reposo, no le echa mano y la saca? 12 Pues, ¡cuánto más vale un hombre que una oveja! Por tanto, es lícito hacer bien en el día de reposo. 13 Entonces dijo* al hombre:Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada, sana como la otra. 14 Pero cuando los fariseos salieron, se confabularon[f] contra El, para ver cómo podrían destruirle.

Jesús, el siervo escogido

15 Mas Jesús, sabiéndolo, se retiró de allí. Y muchos le siguieron, y los sanó a todos. 16 Y les advirtió que no revelaran quién era El[g]; 17 para que se cumpliera lo que fue dicho por medio del profeta Isaías, cuando dijo:

18 Mirad, mi Siervo[h], a quien he escogido[i];
mi amado en quien se agrada[j] mi alma;
sobre El pondre mi Espiritu,
y a las naciones[k] proclamara justicia[l].
19 No contendera, ni gritara,
ni habra quien en las calles oiga su voz.
20 No quebrara la caña cascada,
ni apagara la mecha que humea,
hasta que lleve[m] a la victoria la justicia[n].
21 Y en su nombre pondran las naciones[o] su esperanza.

Jesús y Beelzebú

22 Entonces le trajeron un endemoniado ciego y mudo, y lo sanó, de manera que el mudo hablaba y veía. 23 Y todas las multitudes estaban asombradas, y decían: ¿Acaso no es éste el Hijo de David? 24 Pero cuando los fariseos lo oyeron, dijeron: Este no expulsa los demonios sino por Beelzebú, el príncipe de los demonios. 25 Y conociendo Jesús sus pensamientos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma no se mantendrá en pie. 26 Y si Satanás expulsa a Satanás, está[p] dividido contra sí mismo; ¿cómo puede entonces mantenerse en pie su reino? 27 Y si yo expulso los demonios por Beelzebú, ¿por quién los expulsan vuestros hijos? Por tanto, ellos serán vuestros jueces. 28 Pero si yo expulso los demonios por el Espíritu de Dios, entonces el reino de Dios ha llegado a vosotros. 29 ¿O cómo puede alguien entrar en la casa de un hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no lo ata[q]? Y entonces saqueará su casa. 30 El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama. 31 Por eso os digo: todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada.32 Y a cualquiera que diga una palabra contra el Hijo del Hombre, se le perdonará; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este siglo[r] ni en el venidero. 33 O haced bueno el árbol y bueno su fruto, o haced malo el árbol y malo su fruto; porque por el fruto se conoce el árbol. 34 ¡Camada de víboras! ¿Cómo podéis hablar cosas buenas siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. 35 El hombre bueno de su buen tesoro saca cosas buenas; y el hombre malo de su mal tesoro saca cosas malas. 36 Y yo os digo que de toda palabra vana que hablen los hombres, darán cuenta de ella en el día del juicio.37 Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.

Escribas y fariseos demandan señal

38 Entonces le respondieron algunos de los escribas y fariseos, diciendo: Maestro, queremos ver una señal[s] de parte tuya. 39 Pero respondiendo El, les dijo: Una generación perversa y adúltera demanda señal[t], y ninguna señal[u] se le dará, sino la señal[v] de Jonás el profeta; 40 porque como estuvo Jonas en el vientre del monstruo marino tres dias y tres noches, así estará el Hijo del Hombre tres días y tres noches en el corazón de la tierra. 41 Los hombres de Nínive se levantarán con esta generación en el juicio y la condenarán, porque ellos se arrepintieron con la predicación de Jonás; y mirad, algo más grande que Jonás está aquí. 42 La Reina del Sur se levantará con esta generación en el juicio y la condenará, porque ella vino desde los confines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón; y mirad, algo más grande que Salomón está aquí. 43 Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, pasa por lugares áridos buscando descanso y no lo halla. 44 Entonces dice: “Volveré a mi casa de donde salí”; y cuando llega, la encuentra desocupada, barrida y arreglada. 45 Va entonces, y toma consigo otros siete espíritus más depravados que él, y entrando, moran allí; y el estado final de aquel hombre resulta peor que el primero. Así será también con esta generación perversa.

La madre y los hermanos de Jesús

46 Mientras El aún estaba hablando a la multitud, he aquí, su madre y sus hermanos estaban afuera, deseando hablar con El. 47 Y alguien le dijo: He aquí, tu madre y tus hermanos están afuera deseando hablar contigo. 48 Pero respondiendo El al que se lo decía, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos? 49 Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: ¡He aquí mi madre y mis hermanos! 50 Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre.

Parábolas sobre el reino

13 Ese mismo día salió Jesús de la casa y se sentó a la orilla del mar. Y se congregaron junto a El grandes multitudes, por lo que subió a una barca y se sentó; y toda la multitud estaba de pie en la playa.

Parábola del sembrador

Y les habló muchas cosas en parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar; y al sembrar, parte de la semilla cayó junto al camino, y vinieron las aves y se la comieron. Otra parte[w] cayó en pedregales donde no tenía mucha tierra; y enseguida brotó porque no tenía profundidad de tierra; pero cuando salió el sol, se quemó; y porque no tenía raíz, se secó. Otra parte[x] cayó entre[y]espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron. Y otra parte[z] cayó en tierra buena y dio* fruto, algunas semillas a ciento por uno, otras a sesenta y otras a treinta. El que tiene oídos[aa], que oiga.

Propósito de las parábolas

10 Y acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas en parábolas? 11 Y respondiendo El, les dijo: Porque a vosotros se os ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no se les ha concedido. 12 Porque a cualquiera que tiene, se le dará más, y tendrá en abundancia; pero a cualquiera que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. 13 Por eso les hablo en parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden. 14 Y en[ab] ellos se cumple la profecía de Isaías que dice:

Al oir oireis, y no entendereis;
y viendo vereis, y no percibireis;
15 porque el corazon de este pueblo se ha vuelto insensible[ac]
y con dificultad oyen con sus oidos;
y sus ojos han cerrado,
no sea que vean con los ojos,
y oigan con los oidos,
y entiendan con el corazon,
y se conviertan,
y yo los sane.”

16 Pero dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen.17 Porque en verdad os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron.

Explicación de la parábola del sembrador

18 Vosotros, pues, escuchad la parábola del sembrador. 19 A todo el que oye la palabra del reino y no la entiende, el maligno viene y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es aquel en quien se sembró la semilla junto al camino. 20 Y aquel en quien se sembró la semilla en pedregales, éste es el que oye la palabra y enseguida la recibe con gozo; 21 pero no tiene raíz profunda en sí mismo, sino quesólo es temporal, y cuando por causa de la palabra viene la aflicción o la persecución, enseguida tropieza y cae. 22 Y aquel en quien se sembró la semilla entre espinos, éste es el que oye la palabra, mas las preocupaciones del mundo[ad]y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se queda sin fruto. 23 Pero aquel en quien se sembró la semilla en tierra buena, éste es el que oye la palabra y la entiende, éste sí da fruto y produce, uno a ciento, otro a sesenta y otro a treinta.

Parábola del trigo y la cizaña

24 Jesús les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos puede compararse a[ae] un hombre que sembró buena semilla en su campo. 25 Pero mientras los hombres dormían, vino su enemigo y sembró cizaña[af] entre el trigo, y se fue. 26 Cuando el trigo[ag] brotó y produjo grano, entonces apareció también la cizaña. 27 Y los siervos del dueño fueron y le dijeron: “Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿Cómo[ah], pues, tiene cizaña?” 28 El les dijo: “Un enemigo[ai]ha hecho esto”. Y los siervos le dijeron*: “¿Quieres, pues, que vayamos y la recojamos?” 29 Pero él dijo*: “No, no sea que al recoger la cizaña, arranquéis el trigo junto con ella. 30 “Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega; y al tiempo de la siega diré a los segadores: ‘Recoged primero la cizaña y atadla en manojos para quemarla, pero el trigo recogedlo en mi granero.’”

Parábola del grano de mostaza

31 Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo, 32 y que de todas las semillas es la más pequeña; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de modo que las aves del cielo vienen y anidan en sus ramas.

Parábola de la levadura

33 Les dijo otra parábola: El reino de los cielos es semejante a la levadura que una mujer tomó y escondió en tres medidas[aj] de harina hasta que todo quedó fermentado.

34 Todo esto habló Jesús en parábolas a las multitudes, y nada les hablaba sin parábola, 35 para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta, cuando dijo:

Abrire mi boca en parabolas;
hablare de cosas ocultas desde la fundacion del mundo.

Explicación de la parábola del trigo y la cizaña

36 Entonces dejó a la multitud y entró en la casa. Y se le acercaron sus discípulos, diciendo: Explícanos la parábola de la cizaña del campo. 37 Y respondiendo El, dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre, 38 y el campo es el mundo; y la buena semilla son[ak] los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del maligno; 39 y el enemigo que la sembró es el diablo, y la siega es el fin[al] del mundo[am], y los segadores son los ángeles. 40 Por tanto, así como la cizaña se recoge y se quema en el fuego, de la misma manera será en el fin[an] del mundo[ao].41 El Hijo del Hombre enviará a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos losque son piedra de tropiezo[ap] y a los que hacen iniquidad; 42 y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes. 43 Entonces los justos resplandeceran como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos[aq], que oiga.

Parábolas del tesoro escondido y la perla de gran valor

44 El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo, que al encontrarlo un hombre, lo vuelve a esconder, y de alegría por ello, va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo.

45 El reino de los cielos también es semejante a un mercader que busca perlas finas, 46 y al encontrar una perla de gran valor, fue y vendió todo lo que tenía y la compró.

Parábola de la red barredera

47 El reino de los cielos también es semejante a una red barredera que se echó en el mar, y recogió peces de toda clase; 48 y cuando se llenó, la sacaron a la playa; y se sentaron y recogieron los peces buenos en canastas[ar], pero echaron fuera los malos. 49 Así será en el fin[as] del mundo[at]; los ángeles saldrán, y sacarán[au] a los malos de entre los justos, 50 y los arrojarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes.

Parábola del dueño de casa

51 ¿Habéis entendido todas estas cosas? Ellos le dijeron*: Sí. 52 Y El les dijo: Por eso todo escriba que se ha convertido en un discípulo del reino de los cielos es semejante al[av] dueño de casa que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.

Jesús enseña en Nazaret

53 Y sucedió que cuando Jesús terminó estas parábolas, se fue de allí. 54 Y llegando a su pueblo, les enseñaba en su sinagoga, de tal manera que se maravillaban y decían: ¿Dónde obtuvo éste esta sabiduría y estos poderes milagrosos[aw]? 55 ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Jacobo[ax], José, Simón y Judas? 56 ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿Dónde, pues, obtuvo éste todas estas cosas? 57 Y se escandalizaban a causa de El. Pero Jesús les dijo: No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su casa. 58 Y no hizo muchos milagros[ay] allí a causa de la incredulidad de ellos.

Muerte de Juan el Bautista

14 Por aquel tiempo[az], Herodes el tetrarca oyó la fama de Jesús, y dijo a sus sirvientes: Este es Juan el Bautista. El ha resucitado de entre los muertos, y por eso es que poderes milagrosos actúan en él. Porque Herodes había prendido a Juan, lo había atado[ba] y puesto en la cárcel por causa de Herodías, mujer de su hermano Felipe; porque Juan le decía: No te es lícito tenerla. Y aunque Herodes quería matarlo, tenía miedo al pueblo[bb], porque consideraban[bc] a Juan como un profeta. Pero cuando llegó[bd] el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodíasdanzó ante[be] ellos y agradó a Herodes. Por lo cual le prometió con juramento darle lo que ella pidiera. Ella, instigada por su madre, dijo*: Dame aquí, en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista. Y aunque el rey se entristeció, a causa de sus[bf] juramentos y de sus invitados[bg], ordenó que se la dieran; 10 y mandó decapitar a Juan en la cárcel. 11 Y trajeron su cabeza en una bandeja y se la dieron a la muchacha, y ella se la llevó a su madre. 12 Los discípulos de Juan[bh] llegaron y recogieron el cuerpo y lo sepultaron; y fueron y se lo comunicaron a Jesús.

Alimentación de los cinco mil

13 Al oír esto, Jesús se retiró de allí en una barca, solo, a un lugar desierto; y cuando las multitudes lo supieron[bi], le siguieron a pie desde las ciudades. 14 Y al desembarcar[bj], vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos y sanó a sus enfermos. 15 Al atardecer se le acercaron los discípulos, diciendo: El lugar está desierto y la hora es ya avanzada; despide, pues, a las multitudes para que vayan a las aldeas y se compren alimentos. 16 Pero Jesús les dijo: No hay necesidad de que se vayan; dadles vosotros de comer. 17 Entonces ellos le dijeron*: No tenemos aquí más que cinco panes y dos peces. 18 El les dijo: Traédmelos acá. 19 Y ordenando a la muchedumbre que se recostara sobre la hierba, tomó los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo los alimentos, y partiendo los panes, se los dio a los discípulos y los discípulos a la multitud. 20 Y comieron todos y se saciaron. Y recogieron lo que sobró de los pedazos: doce cestas llenas. 21 Y los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.

Jesús anda sobre el mar

22 Enseguida hizo que los discípulos[bk] subieran a la barca y fueran delante de El a la otra orilla, mientras El despedía a la multitud. 23 Después de despedir a la multitud, subió al monte a solas para orar; y al anochecer, estaba allí solo. 24 Pero la barca estaba ya a muchos estadios[bl] de tierra, y era azotada[bm] por las olas, porque el viento era contrario. 25 Y a la cuarta vigilia de la noche[bn], Jesús vino a ellos andando sobre el mar. 26 Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, y decían: ¡Es un fantasma! Y de miedo, se pusieron a gritar. 27 Pero enseguida Jesús les habló, diciendo: Tened ánimo, soy yo; no temáis.28 Respondiéndole Pedro, dijo: Señor, si eres tú, mándame que vaya a ti sobre las aguas. 29 Y El dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, caminó sobre las aguas, y fue hacia Jesús. 30 Pero viendo la fuerza del viento tuvo miedo, y empezando a hundirse gritó, diciendo: ¡Señor, sálvame! 31 Y al instante Jesús, extendiendo la mano, lo sostuvo y le dijo*: Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?32 Cuando ellos subieron a la barca, el viento se calmó. 33 Entonces los que estaban en la barca le adoraron, diciendo: En verdad eres Hijo de Dios.

34 Terminada la travesía, bajaron a[bo] tierra en Genesaret. 35 Y cuando los hombres de aquel lugar reconocieron a Jesús[bp], enviaron a decirlo por toda aquella comarca de alrededor y le trajeron todos los que tenían algún mal. 36 Y le rogaban que les dejara tocar siquiera el borde de su manto; y todos los que lo tocaban quedaban curados.

Discusión con algunos escribas y fariseos

15 Entonces se acercaron* a Jesús algunos escribas y fariseos de Jerusalén, diciendo: ¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Pues no se lavan las manos cuando comen pan. Y respondiendo El, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios a causa de vuestra tradición? Porque Dios dijo: “Honra a tu padre y a tu madre,” y: “Quien hable mal desu padre o de su madre, que muera[bq].” Pero vosotros decís: “Cualquiera que diga asu padre o a su madre: ‘Es ofrenda a Dios todo lo mío con que pudieras ser ayudado’, no necesitará más honrar[br] a su padre o a su madre[bs].” Y asíinvalidasteis la palabra[bt] de Dios por causa de vuestra tradición. ¡Hipócritas! Bien profetizó Isaías de vosotros cuando dijo:

Este pueblo con los labios me honra,
pero su corazon esta muy lejos de mi.
Mas en vano me rinden culto,
enseñando como doctrinas preceptos de hombres.”

Lo que contamina al hombre

10 Y llamando junto a sí a la multitud, les dijo: Oíd y entended: 11 no es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre. 12 Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron*: ¿Sabes que los fariseos se escandalizaron[bu] cuando oyeron tus palabras[bv]? 13 Pero El contestó y dijo: Toda planta que mi Padre celestial no haya plantado, será desarraigada. 14 Dejadlos; son ciegos guías de ciegos[bw]. Y si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en el hoyo. 15 Respondiendo Pedro, le dijo: Explícanos la parábola. 16 Y El dijo: ¿También vosotros estáis aún faltos de entendimiento?17 ¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al estómago[bx] y luego se elimina[by]? 18 Pero lo que sale de la boca proviene del corazón, y eso es lo que contamina al hombre. 19 Porque del corazón provienen malos pensamientos, homicidios, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios y calumnias.20 Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero comer sin lavarse las manos no contamina al hombre.

Jesús sana a la hija de una cananea

21 Saliendo Jesús de allí, se retiró a la región de Tiro y de Sidón. 22 Y he aquí, una mujer cananea que había salido de aquella comarca, comenzó a gritar, diciendo: Señor, Hijo de David, ten misericordia de mí; mi hija está terriblemente endemoniada. 23 Pero El no le respondió palabra. Y acercándose sus discípulos, le rogaban, diciendo: Atiéndela[bz], pues viene gritando tras nosotros. 24 Y respondiendo El, dijo: No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 25 Pero acercándose ella, se postró[ca] ante El, diciendo: ¡Señor, socórreme!26 Y El respondió y dijo: No está bien tomar el pan de los hijos, y echárselo a los perrillos. 27 Pero ella dijo: Sí, Señor; pero[cb] también los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos. 28 Entonces, respondiendo Jesús, le dijo: Oh mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas. Y su hija quedó sana desde aquel momento[cc].

Jesús sana a muchos junto al mar de Galilea

29 Y pasando Jesús de allí, vino junto al mar de Galilea, y subiendo al monte, se sentó allí. 30 Y vinieron a El grandes multitudes trayendo consigo cojos, lisiados, ciegos, mudos y muchos otros enfermos y los pusieron a sus pies y El los sanó;31 de modo que la muchedumbre se maravilló al ver que los mudos hablaban, los lisiados quedaban restaurados[cd], los cojos caminaban y los ciegos veían; y glorificaron al Dios de Israel.

Alimentación de los cuatro mil

32 Entonces Jesús, llamando junto a sí a sus discípulos, les dijo: Tengo compasión de la multitud, porque hace ya tres días que están conmigo y no tienen qué comer; y no quiero despedirlos sin comer, no sea que desfallezcan en el camino.33 Y los discípulos le dijeron*: ¿Dónde conseguiríamos nosotros en el desierto tantos panes para saciar a una multitud tan grande? 34 Jesús entonces les dijo*:¿Cuántos panes tenéis? Y ellos respondieron: Siete, y unos pocos pececillos. 35 Y El mandó a la multitud que se recostara en el suelo; 36 y tomó los siete panes y los peces; y después de dar gracias, los partió y empezó a darlos a los discípulos, y los discípulos a las multitudes. 37 Y comieron todos y se saciaron; y recogieron de lo que sobró de los pedazos, siete canastas llenas. 38 Los que comieron fueron cuatro mil hombres, sin contar las mujeres y los niños. 39 Y después de despedir a la muchedumbre, subió a la barca y fue a la región de Magadán[ce].

Notas al pie:

  1. Mateo 12:1 O, aquella ocasión
  2. Mateo 12:4 Lit., los panes de la proposición
  3. Mateo 12:6 O, uno, y así en los vers. 41 y 42
  4. Mateo 12:7 Lit., es
  5. Mateo 12:7 O, Compasión
  6. Mateo 12:14 Lit., tomaron consejo
  7. Mateo 12:16 Lit., no le hicieran manifiesto
  8. Mateo 12:18 O, Hijo
  9. Mateo 12:18 Lit., escogí
  10. Mateo 12:18 Lit., se agradó
  11. Mateo 12:18 O, los gentiles
  12. Mateo 12:18 O, juicio
  13. Mateo 12:20 O, saque
  14. Mateo 12:20 O, el juicio
  15. Mateo 12:21 O, los gentiles
  16. Mateo 12:26 Lit., estaba
  17. Mateo 12:29 Lit., no ata al fuerte
  18. Mateo 12:32 O, tiempo
  19. Mateo 12:38 O, un milagro
  20. Mateo 12:39 O, milagro
  21. Mateo 12:39 O, milagro
  22. Mateo 12:39 O, milagro
  23. Mateo 13:5 Lit., Y otras
  24. Mateo 13:7 Lit., Y otras
  25. Mateo 13:7 Lit., sobre los
  26. Mateo 13:8 Lit., Y otras
  27. Mateo 13:9 Algunos mss. antiguos dicen: oídos para oír
  28. Mateo 13:14 O, para
  29. Mateo 13:15 Lit., se ha engrosado
  30. Mateo 13:22 O, siglo
  31. Mateo 13:24 Lit., fue comparado con
  32. Mateo 13:25 I.e., planta gramínea muy parecida al trigo
  33. Mateo 13:26 Lit., la hierba
  34. Mateo 13:27 Lit., De dónde
  35. Mateo 13:28 Lit., Un hombre enemigo
  36. Mateo 13:33 Gr., sata; un sato equivale aprox. a 13 litros
  37. Mateo 13:38 Lit., éstos son
  38. Mateo 13:39 Lit., la consumación
  39. Mateo 13:39 O, siglo
  40. Mateo 13:40 Lit., la consumación
  41. Mateo 13:40 O, siglo
  42. Mateo 13:41 O, todo lo que ofende
  43. Mateo 13:43 Algunos mss. antiguos dicen: oídos para oír
  44. Mateo 13:48 O, vasijas
  45. Mateo 13:49 O, la consumación
  46. Mateo 13:49 O, siglo
  47. Mateo 13:49 O, separarán
  48. Mateo 13:52 Lit., a un hombre
  49. Mateo 13:54 O, milagros
  50. Mateo 13:55 O, Santiago
  51. Mateo 13:58 O, muchas obras de poder
  52. Mateo 14:1 O, aquella ocasión
  53. Mateo 14:3 O, encadenado
  54. Mateo 14:5 O, a la multitud
  55. Mateo 14:5 Lit., tenían
  56. Mateo 14:6 Lit., ocurrió
  57. Mateo 14:6 Lit., en medio de
  58. Mateo 14:9 Lit., los
  59. Mateo 14:9 Lit., de los que se reclinaban a la mesa con él
  60. Mateo 14:12 Lit., Y sus discípulos
  61. Mateo 14:13 Lit., oyeron
  62. Mateo 14:14 Lit., Y saliendo
  63. Mateo 14:22 Lit., obligó a los discípulos que
  64. Mateo 14:24 Un estadio equivale aprox. a 180 metros
  65. Mateo 14:24 Lit., atormentada
  66. Mateo 14:25 I.e., entre las tres y las seis de la mañana
  67. Mateo 14:34 Lit., llegaron a la
  68. Mateo 14:35 Lit., El
  69. Mateo 15:4 Lit., muera a muerte
  70. Mateo 15:6 I.e., en el sentido de socorrer
  71. Mateo 15:6 Algunos mss. antiguos no incluyen: o a su madre
  72. Mateo 15:6 Algunos mss. antiguos dicen: la ley
  73. Mateo 15:12 O, fueron ofendidos
  74. Mateo 15:12 Lit., la palabra
  75. Mateo 15:14 Varios mss. antiguos no incluyen: de ciegos
  76. Mateo 15:17 Lit., vientre
  77. Mateo 15:17 Lit., se echa en la letrina
  78. Mateo 15:23 Lit., Despídela
  79. Mateo 15:25 O, adoró
  80. Mateo 15:27 Lit., porque
  81. Mateo 15:28 Lit., desde aquella hora
  82. Mateo 15:31 O, sanos
  83. Mateo 15:39 Algunos mss. posteriores dicen: Magdala

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