Un Rey para nuestras vidas

DÍA 2

Salmo 2
Un Rey para nuestras vidas

Dosis: Salvación

“¿Por qué se sublevan las naciones, y en vano conspiran los pueblos? Los reyes de la tierra se rebelan; los gobernantes se confabulan contra el SEÑOR y contra su ungido. Y dicen: «¡Hagamos pedazos sus cadenas! ¡Librémonos de su yugo!» (Salmo 2:1–3) (NVI)

Este es un salmo mesiánico, pues encuentra su cumplimiento en Cristo, por eso es citado muchas veces en el Nuevo Testamento. En el salterio vamos a encontrar varios salmos de este tipo, pues aunque el salmista tuviera en mente a un rey de la monarquía de Israel cuando escribía, sabemos que Dios guió la escritura de tal manera que el reino temporal de la línea davídica, señalaba el reino eterno del futuro Mesías: Jesús.
El salmo empieza con una pregunta dramática frente al panorama del mundo: ¿Por qué se sublevan las naciones, y en vano conspiran los pueblos? Describe la intención del engaño o la traición, la arrogancia del corazón humano, las naciones llegan a conspirar contra Dios y contra su Ungido. ¿Te parece familiar? Hoy, hay voces que se levantan en nuestra sociedad para derribar los principios y los absolutos de Dios.
El salmista describe la rebelión de los corazones: “Los reyes de la tierra se rebelan; los gobernantes se confabulan contra el SEÑOR y contra su ungido. Y dicen: «¡Hagamos pedazos sus cadenas!¡Librémonos de su yugo!». De una manera poética se describe aquí la realidad del deseo del ser humano de desligarse del señorío de Dios sobre su vida, sin entender que Dios siempre va a querer lo mejor para nosotros. ¿Rompiste también las ligaduras que te unían a Dios? ¿Te independizaste de Él? ¿Alguna vez te comportaste de esa manera? ¿Cuáles fueron las consecuencias?
El salmista nos asegura que aunque tratemos de rebelarnos e ignorar sus mandamientos, es inútil pues Dios sigue teniendo el Señorío sobre el mundo y sobre nuestras vidas: “El rey de los cielos se ríe; el SEÑOR se burla de ellos. En su enojo los reprende, en su furor los intimida y dice:«He establecido a mi rey sobre Sión, mi santo monte.»”
Dios quiere que contemplemos a este Rey justo, a Jesús, y lo aceptemos como nuestro Salvador. Que entendamos su sacrificio, su amor, y su compasión por nosotras. Que entendamos que sus cuerdas, son cuerdas de amor, para que nunca más intentemos desligarnos de Él. Sólo así germinará nuestra fe y aceptaremos la invitación de “acercarnos confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia, para el oportuno socorro.”

Oración: Señor enséñame a contemplar al Mesías y a someterme a su Señorío con gratitud y alegría, y que sea el Rey de mi vida. Amén.

De Vergara, P. A., de Vera, A. D., & Harris, K. O. (2012). Isha-Salmos: Una dosis diaria de fe para ti. (P. A. de Vergara, Ed.) (Primera Edición, p. 17). Lima, Perú: Ediciones Verbo Vivo.


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