Abriendo el corazón

DÍA 6

Salmo 5

Abriendo el corazón
Dosis: Oración

“Atiende, SEÑOR, a mis palabras; toma en cuenta mis gemidos. Escucha mis súplicas, rey mío y Dios mío, porque a ti elevo mi plegaria. Por la mañana, SEÑOR, escuchas mi clamor; por la mañana te presento mis ruegos, y quedo a la espera de tu respuesta.” (Salmo 5:1–3) (NVI)

Amanece y apenas tomamos consciencia de nuestros sentidos, cuando un canto escapa de nuestra alma. Es la voz interna de nuestro espíritu alabando y adorando a nuestro Señor. ¿Te ha sucedido? ¿Despertaste con la letra de un himno, un salmo o una alabanza?
Este salmo aviva nuestra fe y nuestra esperanza, pues a pesar que a veces no somos oídas como necesitamos por quienes amamos, David ora con la esperanza de ser oído. Él cree y adora a un Dios que se complace en oír y responder. Así nos asegura que Dios siempre escuchará nuestras oraciones, dejándonos un precioso modelo de oración. Sigamos la ruta de David en estos primeros tres versículos.
¿A quién orar? David dice: “Atiende, Señor, a mis palabras”, en otras versiones: “Escucha oh Jehová” palabra formada por las consonantes de Yahveh. Que significa: “Yo soy”, “Él quien será, es y fue” y las vocales de Adonay “Señor”. David está reconociendo que se dirige a aquel Ser Supremo, Eterno, Creador y Salvador que vive entre querubines, pero que a pesar que está sentado en el trono excelso y glorioso puede y quiere escucharnos.
¿Cómo orar? “Rey mío y Dios mío”: David reconoce el reinado de Dios en su vida, sus palabras revelan que era un adorador. Voluntariamente él se había hecho su súbdito y puesto bajo su protección. Así que ora con una actitud de humildad reconociendo el señorío de Dios sobre su vida. ¿Es Dios el rey de tu vida? ¿Está sentado en el trono de tu corazón? También dice “considera mi gemir” ora con total transparencia, con intensidad expresa la magnitud de su aflicción, presenta a Dios todos sus lamentos, buscando asirse del todopoderoso.
¿Cuándo orar? “Por la mañana, SEÑOR, escuchas mi clamor; por la mañana te presen-to mis ruegos, y quedo a la espera de tu respuesta:” David tenía urgencia de presentar su clamor, casi no podía esperar que amaneciera; pero a la vez sugiere que orar por la mañana es un buen momento antes que nuestros pensamientos se llenen de los afanes del día. Al despertar aquieta tu corazón y dedícale los primeros minutos del día a un Dios que aguarda oír tu voz.
¿Con qué actitud orar? “…me presentaré delante de ti y esperaré”: El hebreo dice literalmente “Miraré hacia arriba” esperando una respuesta de lo alto. Orar con fe y esperanza, con gratitud, con paciencia. Esperando serenamente esa respuesta que anhelamos.

Oración: Señor enséñame a orar con una actitud de humildad y esperanza cada día. Amén.

De Vergara, P. A., de Vera, A. D., & Harris, K. O. (2012). Isha-Salmos: Una dosis diaria de fe para ti. (P. A. de Vergara, Ed.) (Primera Edición, p. 21). Lima, Perú: Ediciones Verbo Vivo.


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