Isha – Salmos

DÍA 96 – Salmo 58
Dosis: Justicia
Serpientes Venenosas
“¿Acaso ustedes, gobernantes, actúan con justicia, y juzgan con rectitud a los seres humanos? Al contrario, con la mente traman injusticia, y la violencia de sus manos se desata en el país.” (Salmo 58:1–2) (NVI)
Este es uno de los salmos más violentos, una súplica intensa por la justicia, una denuncia apasionada.
La verdad es que después de leerlo enmudecí. Sólo podía entender frases tan fuertes, en el contexto de corrupción que se describe. Los líderes nacionales debieran ser justos y rectos, pero tanto en la antigüedad como hoy en día, muchos jueces y gobernantes que asumen autoridad pervierten la justicia y el derecho, los pobres se empobrecen más, el pueblo sufre y la sociedad se deteriora moralmente.
Dios ama la justicia y el salmista también. Por eso escribe este salmo como una denuncia profética para acusar a los poderosos que maquinan maldad y hacen violencia. Denuncia un sistema judicial que lejos de implantar la justicia, premedita el engaño y la mentira, y toman decisiones que afectan a la sociedad haciendo abuso de su autoridad. ¿Te suena familiar? Leamos: “Los malvados se pervierten desde que nacen; desde el vientre materno se desvían los mentirosos. Su veneno es como el de las serpientes, como el de una cobra que se hace la sorda para no escuchar la música del mago, del diestro en encantamientos.”
El salmista compara a los jueces injustos con serpientes venenosas que aún llegan a confundir y desorientar a los encantadores que antes hipnotizaban a las víboras con su música. Estos jueces injustos son víboras sordas a las necesidades de quienes oprimen, y envenenan la sociedad con su corrupción.
Pienso en la violación de los derechos humanos. ¡Cuántas veces hemos creído que no había esperanza! El salmista seguramente no podía tolerar tanta violencia e injusticia, por eso lanza una súplica apasionada de juicio que nos deja pasmadas: “Rómpeles, oh Dios, los dientes; ¡arráncales, SEÑOR, los colmillos a esos leones! Que se escurran, como el agua entre los dedos; que se rompan sus flechas al tensar el arco. Que se disuelvan, como babosa rastrera; que no vean la luz, cual si fueran abortivos. Que sin darse cuenta, ardan como espinos; que el viento los arrastre, estén verdes o secos.”
No sé cuantas veces has deseado una justa retribución a las maldades, un castigo para quienes cometen abuso de autoridad. Este Salmo nos revela, que Dios es un juez justo y que finalmente podemos confiar en Él sin tomar la venganza en nuestras manos, porque: «…los justos son recompensados; ciertamente hay un Dios que juzga en la tierra.»
Oración: Señor enséñame a clamar por la justicia y los derechos humanos, juzga con tu santidad y tus justos juicios. Amén.
De Vergara, P. A., de Vera, A. D., & Harris, K. O. (2012). Isha-Salmos: Una dosis diaria de fe para ti. (P. A. de Vergara, Ed.) (Primera Edición, p. 111). Lima, Perú: Ediciones Verbo Vivo.