Valiosos para DIos

Isha – Salmos

DÍA 149 – Salmo 113

Dosis: Redención

Valiosos para DIos

“Él levanta del polvo al pobre y saca del muladar al necesitado; los hace sentarse con príncipes, con los príncipes de su pueblo. A la mujer estéril le da un hogar y le concede la dicha de ser madre.” (Salmo 113:7–9) (NVI)

En México les llaman pepenadores. Trabajan en los basureros buscando cosas reciclables, y suelen encontrar verdaderos tesoros. Unos años atrás leí un reportaje sobre una pareja que se iba todos los días al basurero de la ciudad y recogía cosas útiles. Cuando el reportero visitó su casa, ¡se cayó de espaldas! Vivían en comodidad, con autos de lujo y un refrigerador repleto. ¿Y cómo consiguieron tanto dinero? “La gente no sabe lo que tira”, respondieron.

Un amigo mío trabajaba con drogadictos y alcohólicos. Un día recibió una carta que lo ruborizó: “No pierda el tiempo con esa gente. Deben morir en la silla eléctrica y punto”. ¡Qué bueno que mi amigo no pensaba igual! Ciertamente se necesita un corazón de siervo como el de él, pero él solo está imitando a su Padre Celestial. Porque Dios levanta del polvo al pobre. Va al basurero y encuentra al necesitado.

Dios me sacó a mí también del basurero del pecado. En cierta ocasión leí la siguiente frase: “¿Qué diferencia hay entre una prostituta y tú, mujer?” El autor concluyó: “La ropa que visten”. Todas hemos pecado. La Escritura es tajante al respecto. La mentira nos separa de Dios tanto como el adulterio o el homicidio. Las consecuencias son más graves para aquellos pecados que abusan del cuerpo y que privan a otros de la vida, pero delante de Dios, el pecado nos separa a todos de su santidad.

Pero Jesús vino para darnos buenas noticias. Por su sacrificio y su sangre, hoy podemos entrar a su presencia. Él nos hace sentar al lado de príncipes y de su Hijo, el Príncipe de Paz. No porque seamos mejores, sino porque en Cristo somos valiosas. Pidamos perdón a Dios si hemos pensado que alguna clase de personas son menos valiosas y merecen estar en un basurero. Más bien demos gracias a Dios porque tuvo a bien sacarnos del muladar.

Y finalmente en el versículo leemos algo más: la dicha de la mujer estéril a quien Dios da un hogar. No sé cuál sea tu situación el día de hoy, pero confía en estas palabras. Si hoy vas por la vida sin un hogar, Jesús te ofrece uno. Cristo nos ofrece un lugar de pertenencia, y puede ser nuestro hoy mismo.

Oración: Señor, gracias por rescatarme del polvo de mi pecado. Ayúdame a ver a los demás valiosos para ti. Amén.

De Vergara, P. A., de Vera, A. D., & Harris, K. O. (2012). Isha-Salmos: Una dosis diaria de fe para ti. (P. A. de Vergara, Ed.) (Primera Edición, p. 165). Lima, Perú: Ediciones Verbo Vivo.

 

El temor del Señor

Isha – Salmos

DÍA 148 – Salmo 111 & 112

Dosis: Reverencia

El temor del Señor

“El principio de la sabiduría es el temor del Señor, buen juicio demuestran quienes cumplen sus preceptos…” “Dichoso el que teme al Señor, el que halla gran deleite en sus mandamientos.” (Salmo 111:10, 112:1) (NVI)

Tanto en Proverbios como en Salmos leemos esta declaración: el principio de la sabiduría es el temor del Señor. Así que estamos delante de un principio, una constante que haríamos bien en escuchar. Existe un temor incorrecto, humano, mundano. Es la ansiedad por el futuro y la falta de control. Este miedo debilita, paraliza y mina nuestra fe. Este temor no tiene cabida en el reino de Dios, y no es al que se refieren estos salmos. ¿Entonces cómo debemos temer a Dios? Pensemos en dos aspectos.

Temer el juicio de Dios sobre el pecado porque él es santo es bueno. Este es el tipo de temor que nos llevará a confesar nuestros pecados y dolernos porque le fallamos. Este temor nos guía a vivir como Dios quiere, nos pide que seamos honestas en nuestro diario andar y nos conduce a una conducta recta. Durante la adolescencia, me preguntaba por qué no podía hacer ciertas cosas. Quería probar experiencias y diversiones. Pero la mayoría de las veces me detuve por temor. ¿Temor a qué o a quién? Temor a ofender a mis padres, a mis abuelos, a Dios. No podía concebir que ellos se avergonzaran por mi conducta. Del mismo modo, existe un temor natural que impide que conduzcamos a exceso de velocidad o nos crucemos un alto. Este es el tipo de temor al que nos referimos. Para evitar consecuencias negativas, este temor nos detiene.

El segundo aspecto del temor a Dios es un asombro reverente que nos hace temblar frente a su majestad. Recuerdo cuando en cierta ocasión alguien me dijo que el rector de la universidad quería hablar conmigo. No sentí el primer tipo de temor, pues no había hecho nada malo. Sin embargo, mis piernas temblaban. Es el temor que surge de enfrentarnos con alguien de rango superior. Nuestra fe en Cristo es consistente con este temor reverente que nos hace postrarnos al tratar de entender la profundidad de su amor y todo lo que tuvo que padecer por salvarnos. Como bien dice un antiguo himno: “¿Te imaginas en la cruz a mi Señor? Al recordar la cruz yo tiemblo, tiemblo, tiemblo”. ¡Cómo no vamos a temblar ante un Dios tan grande y verdadero!

Cultivemos este temor espiritual pues como dice el salmo, seremos dichosas si lo hacemos. Habrá bendición en nuestros hogares, nuestros corazones estarán firmes y nuestro carácter será purificado, pero sobre todo, hallaremos la sabiduría. ¡Cuánto hace falta la sabiduría en estos días! ¿Cómo empezar a conseguirla? Temiendo al Señor. Y como dice el salmista hallaremos deleite en cumplir sus mandamientos.

Oración: Señor, quiero ser sabia. Enséñame a temerte y a obedecerte con reverencia y gozo. Amén.

De Vergara, P. A., de Vera, A. D., & Harris, K. O. (2012). Isha-Salmos: Una dosis diaria de fe para ti. (P. A. de Vergara, Ed.) (Primera Edición, p. 164). Lima, Perú: Ediciones Verbo Vivo.

 

El Mesías

Isha – Salmos

DÍA 147 – Salmo 110

Dosis: Fe y Amor

El Mesías

“El Señor ha jurado y no cambiará de parecer: «Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec.»” (Salmo 110:4) (NVI)

Este es el salmo más citado en el Nuevo Testamento. San Agustín dijo que es breve por su número de palabras pero grande por el peso de sus sentencias. Ciertamente en primer lugar este salmo se refería a un rey de carne y hueso, pero bajo la inspiración del Espíritu Santo, este salmo significa mucho más porque vemos aquí al Mesías victorioso, a nuestro Señor Jesucristo.

La primera parte habla del Mesías Rey. “Así dijo el Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.»” En esta metáfora, Dios le dice a su Hijo que ha vencido. Se presenta como un rey triunfador que ha doblegado a sus enemigos, y por lo tanto, los jóvenes, el ejército mismo se ofrece voluntariamente a servirle. Tenemos un Dios que no nos obliga a alabarle ni a reverenciarlo, sino todo lo contrario. Él espera que de manera espontánea nos entreguemos a él. ¿Y cómo no hacerlo cuando le vemos dominar? Que el día de hoy hagamos cosas voluntarias que agraden al Mesías que reina en toda la tierra.

La segunda parte habla del Mesías Sacerdote, el versículo que tenemos hoy para meditar. No hay nada más fuerte que un juramento divino. Aquí comprendemos que no se refiere a David, sino a nuestro Señor. El sacerdocio de nuestro Señor no depende de un linaje, sino de la gracia y la voluntad del Padre. Melquisedec es un personaje del que no sabemos mucho, por lo que se muestra como un misterio de eternidad. Por eso, nuestro Señor es de este orden: eterno y perfecto. Como sacerdote, el Señor Jesús intercede por nosotras. Está en la misma presencia del Señor rogando por sus hijas. Lo maravilloso de este salmo es que podemos comprender que Jesús no solo fue el sacerdote sino también el sacrificio. ¡Qué profundidad!

Los misterios de la fe son profundos. Nos tomará toda la vida y toda la eternidad poder conocer a fondo al Mesías, el Enviado, el Ungido por quien hoy tenemos vida eterna. ¡Qué gran oportunidad tenemos de hacerlo voluntariamente! Imagina tener un esposo que fuera un robot. Ciertamente te diría todos los días: “luces hermosa”, “te amo”, “exquisita comida”, pero no valdrían mucho sus comentarios pues no nacerían de un corazón sincero sino de algo programado. Del mismo modo, Dios nos creó con libre albedrío, la capacidad de decidir y actuar. Así como vale oro que tu esposo de la nada te diga: “te amo”, ¿cuánto no alegrará a nuestro Dios que le alabemos de forma espontánea simplemente porque lo amamos? ¡Hagámoslo hoy!

Oración: Señor Jesús, eres el Mesías victorioso y el Sacerdote que yo necesitaba. ¡Te amo! Amén.

De Vergara, P. A., de Vera, A. D., & Harris, K. O. (2012). Isha-Salmos: Una dosis diaria de fe para ti. (P. A. de Vergara, Ed.) (Primera Edición, p. 163). Lima, Perú: Ediciones Verbo Vivo.

 

 

Heridas en la batalla de la vida

Isha – Salmos

DÍA 146 – Salmo 109

Dosis: Perdón

Heridas en la batalla de la vida

“¿Qué importa que ellos me maldigan? ¡Bendíceme tú! Pueden atacarme, pero quedarán avergonzados; en cambio, este siervo tuyo se alegrará.” (Salmo 109:28) (NVI)

David estaba herido, muy herido. En este salmo David está tan dolido que pide que sus enemigos pierdan su trabajo y sus bienes. Sin embargo, a pesar de su dolor, David se abstuvo de vengarse a sí mismo y entregó su causa a Dios. Quizá nos sorprenden este tipo de salmos donde pareciera que se busca venganza, pero si recordamos que los salmos son diarios espirituales, lugares donde se exhiben todos los sentimientos humanos, podemos comprender que son momentos de desahogo en que David solo elevaba su voz con queja. ¿Lo has hecho tú también? En ocasiones vertimos en oración todo lo que está dentro, pero es mejor hacerlo con Dios que ante otros oídos.
Sabemos de primera mano que David, cuando tuvo oportunidad de vengarse, no lo hizo. Cuando tuvo a Saúl cerca, no lo mató. Por lo tanto, podemos aprender que a Dios no le toma desprevenido ningún arranque humano de ira, de duelo o de tristeza. Más bien, está al tanto, esperando que vayamos a él con nuestras cargas. A final de cuentas, aunque David se siente insultado, necesitado y acusado, pide amor en vez de odio, bendición en vez de maldición y alegría en vez de oprobio.
Todas somos heridas en la batalla de la vida. Quizá algún día nos toque otorgar un perdón que va en contra de toda lógica humana. Recuerdo a un misionero que vino a mi país para servir. En cierta ocasión su hija atravesaba la calle cuando un conductor ebrio la atropelló. La niña murió enseguida. Unos meses después, condenaron a la cárcel al asesino, y el misionero supo que debía hacer lo que Dios le pedía. Así que acudió a prisión y habló con aquel hombre. Le otorgó el perdón. Tanto impacto tuvo esto sobre el condenado, que quiso oír más de Jesús y le entregó su vida.
Si has sido insultada, acusada injustamente o difamada por otros, lleva ante Dios tus quejas y desahógate con él. Pero no busques la venganza, ni quieras tomar la justicia en tus propias manos. En la película “La Lista de Schindler”, el encargado del campo de concentración compara su poder con el de los Emperadores Romanos, quienes con una señal de su mano daban vida o muerte a los que luchaban en la arena. Pero entonces Schindler le dice que cualquiera podría dar la vida a un inocente, pero el verdadero poder era ofrecer vida, cuando se sabía que aquel hombre era culpable. No hay batalla más difícil de luchar que la que se lleva a cabo en nuestros corazones cuando sabemos que debemos perdonar pero nuestra voluntad se niega. Sin embargo, nadie puede luchar contra el poder del perdón. Recuerda que tú misma has sido perdonada. No importa cuán ilógico parezca, si tú obedeces a Dios, él te bendecirá. Y como dice el salmo, ¡qué importa que otros nos maldigan! Si tenemos la bendición de Dios, lo tenemos todo.

Oración: Señor, gracias porque puedo abrir delante de ti mi corazón. Enséñame a perdonar. Amén.

De Vergara, P. A., de Vera, A. D., & Harris, K. O. (2012). Isha-Salmos: Una dosis diaria de fe para ti. (P. A. de Vergara, Ed.) (Primera Edición, p. 162). Lima, Perú: Ediciones Verbo Vivo.

Un corazón dispuesto

Isha – Salmos

DÍA 145 – Salmo 108

Dosis: Sumisión

Un corazón dispuesto

“Firme está, oh Dios, mi corazón; ¡voy a cantarte salmos, gloria mía! ¡Despierten, arpa y lira! ¡Haré despertar al nuevo día! Te alabaré, SEÑOR, entre los pueblos; te cantaré salmos entre las naciones. Pues tu amor es tan grande que rebasa los cielos; ¡tu verdad llega hasta el firmamento!” (Salmo 108:1–4) (NVI)

En este salmo David está listo para ir a la guerra. Desde siempre, antes de que un soldado salga a la batalla se encomienda a sus dioses, sean estos ídolos, ideales o personas. Pero David clama a su Dios, al verdadero Rey, y sostiene su bandera. ¿Y cómo empieza el día? Con un corazón dispuesto.

Aunque vengan muchas batallas en el día, muchas preocupaciones que nos abrumen, oremos como David. Que nuestro corazón esté firme en él, confiado de que vamos en el nombre del Señor de los ejércitos. Para entender mejor este concepto veamos algunas ilustraciones.

La palabra hebrea que significa “estar listo y preparado”, se usaba en relación a una herramienta que se prepara, se pule, la clavamos al suelo y luego la afirmamos. Esto implica que nuestro corazón debe estar preparado para escuchar, pulido al leer la Palabra de Dios y afirmado de ese modo para enfrentar el día.

Otro ejemplo lo encontramos en las ruedas de una carreta. Aunque las ruedas giran, no lo hace el eje. Las aspas del molino también giran, pero no el molino en sí mismo. La tierra gira en su órbita, pero su centro está firme. Del mismo modo, se pueden mover las ruedas de nuestras emociones o las aspas de nuestros pensamientos o la órbita de nuestras circunstancias, pero nuestro corazón permanece firme. ¿Y cómo se logra esto?

Meditando en la Palabra de Dios. La meditación no es rotativa, aunque nuestros pensamientos suelen dar miles de vueltas cuando nos sentamos a leer la Biblia. Pero debemos usar de la meditación para encadenarlos. Separemos un tiempo para leer la Escritura, pidamos a Dios un corazón quieto y dispuesto, y Él, a través de su palabra, lo afirmará, lo clavará al suelo y lo sujetará. Al ir haciendo de esto un hábito y una práctica veremos que resulta más sencillo lanzar fuera los pensamientos vagabundos y concentrarnos en Dios. De ese modo, antes de ir a la guerra, nuestro corazón estará dispuesto.

Oración: Señor, gracias por tu gran redención. Dame un corazón dispuesto para acercarme a ti, aceptar tu instrucción y amar tu Palabra. Amén.

De Vergara, P. A., de Vera, A. D., & Harris, K. O. (2012). Isha-Salmos: Una dosis diaria de fe para ti. (P. A. de Vergara, Ed.) (Primera Edición, p. 161). Lima, Perú: Ediciones Verbo Vivo.

 

 

 

Los redimidos del Señor

Isha – Salmos

DÍA 144 – Salmo 107

Dosis: Gracia

Los redimidos del Señor

“Que lo digan los redimidos del Señor, a quienes redimió del poder del adversario, a quienes reunió de todos los países, de oriente y de occidente, del norte y del sur.” (Salmo 107:2–3) (NVI)

¿Quiénes son los redimidos del Señor? A veces pensamos en ellos como gente bien vestida que se sienta en las bancas de una iglesia los domingos para adorar. Pero los redimidos son de todas las naciones y circunstancias. En este salmo encontramos por lo menos cuatro ejemplos de ellos.

Primero están los vagabundos. ¿Los conoces? Están perdidos y sin hogar. Padecen de hambre y de sed. Pero cuando claman a Dios, él los rescata de su aflicción y los lleva a un lugar seguro donde puedan vivir. ¿Has sido vagabunda en esta vida? ¿Qué haces por los vagabundos en tu barrio y tu ciudad?

Están también los prisioneros. Se encuentran con cadenas de hierro pues se rebelaron contra las palabras de Dios y se burlaron del Altísimo, pero clamaron a Dios y él les rompió las cadenas. ¿Estabas presa por tus pecados? ¡Disfruta hoy tu libertad! Pero pide en oración también por la gente que se encuentra hoy en la cárcel. Pide por aquellos que visitan las prisiones. Jesús quiere dar a todos libertad.

Están los necios. Éstos se rebelaron y sufrieron por sus pecados. En pocas palabras, echaron a perder sus vidas. Entonces clamaron al Señor y él les envió su Palabra. ¿Te identificas con ellos? Quizá hoy muchos lamentan decisiones del pasado, y por eso hoy tienen sida, o se han divorciado, o lamentan un aborto pasado, o han alejado a sus seres queridos, pero para todos hay una segunda oportunidad. Oremos por ellos.

Finalmente, están los que buscaban dinero y se toparon con tormentas. Como marineros se acobardaron ante las olas y gritaron con terror, pero Dios calmó la tormenta hasta convertirla en un susurro. ¿Recuerdas cómo era tu vida antes de conocer a Jesús? Como el salmista, alabemos al Señor por su gran amor y por lo que ha hecho a favor de nosotras. Entre más se ha sufrido, más se puede alabar. Como dice el salmista: “Los sabios tomarán todo muy en serio; verán en nuestra historia el fiel amor del Señor.” ¿Cuál es tu historia?

Oración: Señor, gracias por tu gran redención. Oro por los que necesitan de ti. Que vengan pronto a tus pies

De Vergara, P. A., de Vera, A. D., & Harris, K. O. (2012). Isha-Salmos: Una dosis diaria de fe para ti. (P. A. de Vergara, Ed.) (Primera Edición, p. 160). Lima, Perú: Ediciones Verbo Vivo.

 

Aprendamos de ellos

Isha – Salmos

DÍA 143 – Salmo 106

Dosis: Obediencia

Aprendamos de ellos

“No destruyeron a los pueblos que el SEÑOR les había señalado, sino que se mezclaron con los paganos y adoptaron sus costumbres. Rindieron culto a sus ídolos, y se les volvieron una trampa. Ofrecieron a sus hijos y a sus hijas como sacrificio a esos demonios. Derramaron sangre inocente, la sangre de sus hijos y sus hijas Al ofrecerlos en sacrificio a los ídolos de Canaán, su sangre derramada profanó la tierra.Tales hechos los contaminaron; tales acciones los corrompieron.” (Salmo 106:34–39) (NVI)

Continúa el repaso de Historia. Si el salmo 105 nos enumeró los milagros y bondades de Dios para su pueblo, este salmo enlista los pecados que el pueblo cometió contra su Dios. Después de contarnos la infidelidad de los israelitas camino a la Tierra Prometida, el salmista nos recuerda que una vez que allí llegaron continuaron pecando. Aprendamos de sus errores para no cometerlos hoy.

Desobediencia. No destruyeron a los pueblos que el Señor les había señalado. ¿Por qué Dios les ordenó algo así? Porque sabía hasta qué punto éstos iban a influenciar en ellos hasta degradarlos. Quizá no hemos eliminado de nuestras vidas esos hábitos que aún nos esclavizan. Tal vez no son hábitos como ingerir sustancias nocivas o practicar ciertas actividades, pero sí son prácticas que nos van debilitando y finalmente es desobediencia. Pensemos en los mandamientos tan sencillos que pasamos por alto: “ama a tu prójimo”, “ora sin cesar”, “no tengas dioses ajenos delante de mí”. La obediencia parcial es desobediencia. Tengamos cuidado.

Identificación. Los israelitas se mezclaron con los paganos y adoptaron sus costumbres. ¡Cuánto nos cuesta separarnos de aquellos que practican lo malo! Nuevamente, pensemos en las pequeñas cosas. Acudimos a lugares que no son los mejores. Vemos lo que no edifica. Adquirimos el mismo modo de hablar y comportarse de otros. Adoptamos sus costumbres en celebraciones y ritos. Nos dejamos influenciar por las modas tanto de vestir como de pensamiento. Oremos que Dios nos muestre dónde estamos fallando para así agradarle solo a Él.

Idolatría. Los israelitas rindieron culto a ídolos y ofrecieron a sus hijos y a sus hijas como sacrificio a esos demonios. ¿Cómo pudieron caer tan bajo? Fue una caída gradual. No despertaron un día con la idea de matar a sus hijos. Poco a poco se dejaron influenciar de modo que creyeron verdad lo que las religiones falsas les decían. Lo mismo sucede hoy. Si dejamos que como gotas las ideas contrarias a Dios nos vayan haciendo dudar, un día cometeremos una tontería. Analicemos delante de Dios nuestra opinión sobre temas como el aborto, los matrimonios homosexuales y el relativismo moral. Si cedemos hoy, mañana podemos derramar sangre inocente.

Aprendamos de los israelitas. Apartémonos de todo aquello que nos corrompe y contamina. Procuremos la santidad porque Dios es santo.

Oración: Señor, no permitas que cometa hechos que me contaminen y corrompan. Apártame de la desobediencia y la idolatría. Amén.

De Vergara, P. A., de Vera, A. D., & Harris, K. O. (2012). Isha-Salmos: Una dosis diaria de fe para ti. (P. A. de Vergara, Ed.) (Primera Edición, p. 159). Lima, Perú: Ediciones Verbo Vivo.

 

 

Hombres y Mujeres Falibles

Isha – Salmos

DÍA 142 – Salmo 105

Dosis: Misericordia

Hombres y Mujeres Falibles

“Es el pacto que hizo con Abraham, el juramento que le hizo a Isaac. Se lo confirmó a Jacob como un decreto, a Israel como un pacto eterno, cuando dijo: «Te daré la tierra de Canaán como la herencia que te toca.»” (Salmo 105:9–11) (NVI)

Si el pasado salmo fue una lección de Biología, este salmo es un repaso de Historia. En él, el salmista da un recorrido por la historia de Israel, desde Abraham hasta su entrada a Canaán, y enumera algunos de los milagros hechos en el trayecto. Pero todo comenzó con tres hombres, los fundadores de esta nación. ¿Qué recordamos de ellos?

Abraham vivió en un pueblo pagano hasta que Dios le ordenó salir de allí. Obedeció y anduvo mucho tiempo hasta llegar a la Tierra que Dios le había prometido, solo para toparse con más problemas: un hijo que no nacía, un sobrino que le quitó la mitad de su territorio, un hijo con una esclava que le trajo dolores de cabeza y una esposa que lo metió en problemas. Además, lo vemos como un hombre mentiroso y miedoso, que solo cuando confió en Dios logró rescatar a su sobrino de unos maleantes.

Isaac, su hijo, no sobresale tanto como su padre, pero aprendió bien la lección de la mentira, pues la ocupó para evitarse problemas debido a la belleza de su esposa. Más tarde, hizo preferencia entre sus hijos, y eso provocó que ellos pelearan. Terminó ciego y solo, sin su hijo Jacob. Su hijo Esaú se casó con mujeres que no convenían y se separó de él. Solo leemos en una ocasión que oró por su esposa que era estéril y de ese modo ella concibió.

Jacob, el nieto, nos causa asombro. No encontramos un personaje más contradictorio en toda la Biblia. Desde el principio le gustó el engaño. Tomó la primogenitura de su hermano y lo usurpó para recibir la bendición. Huyó hacia donde vivía su tío materno, y allí siguió una vida de duplicidad y mentiras. Tuvo cuatro mujeres —dos esposas y dos concubinas— y doce hijos que no sobresalieron por su conducta, salvo José. Al final de sus días en Egipto, incluso dijo que sus días habían sido malos.

Sin embargo, estos tres fundadores tuvieron algo que los hace especiales hasta el día de hoy: fe. Por la fe Abraham estuvo dispuesto a sacrificar su hijo. Por la fe Isaac prometió futuras bendiciones a sus hijos. Por la fe Jacob bendijo a los hijos de José y adoró a su Dios. Quizá nuestras vidas están llenas de altos y bajos como los de estos patriarcas, pero Dios solo nos pide fe en él para honrarlo. ¿Le daremos nuestra total confianza el día de hoy?

Oración: Señor, dame esa fe total en ti de que todo lo que has dicho sucederá y que las cosas que hoy no veo son una realidad en ti. Amén.

De Vergara, P. A., de Vera, A. D., & Harris, K. O. (2012). Isha-Salmos: Una dosis diaria de fe para ti. (P. A. de Vergara, Ed.) (Primera Edición, p. 158). Lima, Perú: Ediciones Verbo Vivo.

Lecciones de la Creación

Isha – Salmos

DÍA 141 – Salmo 104

Dosis: Poder

Lecciones de la Creación

“Oh Señor, ¡cuánta variedad de cosas has creado! Las hiciste todas con tu sabiduría; la tierra está repleta de tus criaturas.” (Salmo 104:24) (NTV)

Este es un salmo didáctico. No solo alaba a Dios sino que nos ofrece un repaso sobre el tema de la Creación. Enumera las cosas por orden y días en que fueron creadas, proveyendo ejemplos poéticos que nos maravillan. ¡Qué hermoso sería contar con más himnos y canciones de este tipo en nuestras iglesias!

El salmista comienza por el principio. Dios se ha envuelto en un manto de luz. ¿Qué fue lo primero que Dios creó? Su orden: “Sea la luz”. Todo comienza en ese vasto y desordenado caos que recibe la presencia iluminadora de Dios. Después, vienen los cielos y el mar. En palabras del salmista: “Despliegas la cortina de estrellas de los cielos… cabalgas sobre las alas del viento.” “Desde tu hogar celestial, envías lluvia sobre la montañas”.358 Si te gusta dibujar, o si tienes hijos en edad escolar, invítalos a elegir una de estas hermosas frases y traten de ilustrarla. ¡Será enriquecedor!

El tercer día Dios se ocupó de la tierra y la vegetación: “Desde tus altos aposentos riegas las montañas; la tierra se sacia con el fruto de tu trabajo. Haces que crezca la hierba para el ganado, y las plantas que la gente cultiva para sacar de la tierra su alimento: el vino que alegra el corazón, el aceite que hace brillar el rostro, y el pan que sustenta la vida. Los árboles del SEÑOR están bien regados, los cedros del Líbano que él plantó. Allí las aves hacen sus nidos; en los cipreses tienen su hogar las cigüeñas. ¡Qué belleza!

El cuarto día, “creaste la luna para que marcara las estaciones, y el sol sabe cuándo ponerse.” ¡Toda una lección de Astrología, Biología y Geografía! Pero aún no acaba. El día quinto vinieron las aves y los peces. “Allí está el océano, ancho e inmenso, rebosando de toda clase de vida, especies tanto grandes como pequeñas.”361 Y el sexto día, Dios hizo los animales y al hombre. “Cuando les das tu aliento, se genera la vida y renuevas la faz de la tierra.”

¡Cuántas razones para glorificar a Dios! ¡Cuánta variedad ha hecho! ¿Y qué espera de nosotros? El salmista se humilla y dice: “Que todos mis pensamientos te agraden”. Llenemos nuestras mentes de sus maravillas y no erraremos. Seguramente complaceremos a nuestro Creador.

Oración: Señor, gracias por todo lo que has creado. ¡Te alabo y me maravillo ante tus obras! Amén.

De Vergara, P. A., de Vera, A. D., & Harris, K. O. (2012). Isha-Salmos: Una dosis diaria de fe para ti. (P. A. de Vergara, Ed.) (Primera Edición, p. 157). Lima, Perú: Ediciones Verbo Vivo.

 

 

Mi Padre Celestial

Isha – Salmos

DÍA 140 – Salmo 103

Dosis: Paternidad

Mi Padre Celestial

“Tan compasivo es el Señor con los que le temen como lo es un padre con sus hijos.” (Salmo 103:13) (NVI)

Este salmo también describe las entrañas paternales de Dios. Él es el Padre perfecto, que guía, instruye, soporta, cuida, compadece, restaura, perdona y abraza. ¿Has aprendido a cobijarte en los brazos de este Padre eterno?

Karina creció con un padre abusivo. Los fines de semana llegaba a casa ebrio y las golpeaba a ella y a su madre. Cuando Karina tuvo a su primer hijo, se preguntó cómo debía ser una madre pues se dio cuenta que repetía muchos de los patrones que tanto había detestado en su propio padre y tembló de miedo.

Muchas mujeres han crecido como Karina. Los ciclos de disfuncionalidad y abuso roban a los niños de una relación amorosa con sus padres. Pero Dios se ofrece hoy para ser el Padre que tanto hemos anhelado. Quizá nos gustaría salir a pasear con Él o sentir su abrazo físico, pero Dios nos da mucho más como el Padre que quiere ser para nosotras. En este salmo encontramos algunas características de su paternidad.

En principio el salmista dice que nuestro Padre celestial es lento para enojarse: “El SEÑOR es clemente y compasivo, lento para la ira y grande en amor. No sostiene para siempre su querella ni guarda rencor eternamente. No nos trata conforme a nuestros pecados ni nos paga según nuestras maldades. El padre de Karina ardía en ira a cada momento, pero nuestro Padre celestial es paciente. Nos corrige, nos muestra lo correcto, y nos permite elegir nuevamente. Imitemos al Padre y demos gracias por su compasión. Nuestro Padre no nos reprenderá todo el tiempo ni seguirá enojado para siempre, más bien mantiene la puerta abierta y aguarda como un caballero que nos acerquemos y pidamos perdón.

Su amor es incondicional e infinito, todas necesitamos que nos amen de esta manera. El salmista describe la perfección de ese amor: “Tan grande es su amor por los que le temen como alto es el cielo sobre la tierra. Tan lejos de nosotros echó nuestras transgresiones como lejos del oriente está el occidente. Tan compasivo es el SEÑOR con los que le temen como lo es un padre con sus hijos. ¿Puedes dar testimonio de este amor en tu vida?

Nuestro Padre no nos trata con la severidad que merecemos, por el contrario se compadece de nuestras debilidades: “Él conoce nuestra condición; sabe que somos de barro.” ¡Cuántas veces no hemos acudido nuevamente a Él quebrantadas luego de fallarle, repitiendo las palabras de este salmo, acuérdate de que soy polvo! Lo que sufrió Karina a manos de su padre es indecible, sobre todo porque sus “faltas” no merecían tanta crueldad. Pero lo que hemos hecho a nuestro Padre, a pesar de que merece una corrección dolorosa, ha sido puesta sobre Cristo y ahora recibimos perdón. ¡Qué gran noticia! Nuestro Padre es tierno. Karina jamás experimentó un abrazo o un beso paternal, pero nuestro Padre celestial nos trata con delicadeza y nos lleva por caminos de paz.

Oración: Señor, gracias porque eres el Padre perfecto. Ayúdame a ser una madre conforme a tu corazón. Amén.

De Vergara, P. A., de Vera, A. D., & Harris, K. O. (2012). Isha-Salmos: Una dosis diaria de fe para ti. (P. A. de Vergara, Ed.) (Primera Edición, p. 156). Lima, Perú: Ediciones Verbo Vivo.