Lucas 10-13

Jesús envía a los setenta
10 Después de esto, el Señor designó a otros setenta[a], y los envió de dos en dos delante de El, a toda ciudad y lugar adonde El había de ir. 2 Y les decía: La mies es mucha, pero los obreros pocos; rogad, por tanto, al Señor de la mies que envíe obreros a su mies. 3 Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos. 4 No llevéis bolsa, ni alforja[b], ni sandalias; y a nadie saludéis por el camino.5 En cualquier casa que entréis, decid primero: “Paz a esta casa.” 6 Y si hay allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; pero si no, se volverá a vosotros.7 Permaneced entonces en esa casa[c], comiendo y bebiendo lo que os den[d]; porque el obrero es digno de su salario. No os paséis de casa en casa. 8 En cualquier ciudad donde entréis y os reciban, comed lo que os sirvan; 9 sanad a los enfermos que haya en ella, y decidles: “Se ha acercado a vosotros el reino de Dios.” 10 Pero en cualquier ciudad donde entréis, y no os reciban, salid a sus calles, y decid: 11 “Hasta el polvo de vuestra ciudad que se pega a nuestros pies, nos lo sacudimos en protesta contra vosotros; empero sabed esto: que el reino de Dios se ha acercado.” 12 Os digo que en aquel día será más tolerable el castigopara Sodoma que para aquella ciudad. 13 ¡Ay de ti Corazín! ¡Ay de ti Betsaida! Porque si los milagros[e] que se hicieron en vosotras hubieran sido hechos en Tiro y Sidón, hace tiempo que se hubieran arrepentido sentados en cilicio y ceniza.14 Por eso, en el juicio será más tolerable el castigo para Tiro y Sidón que para vosotras. 15 Y tú, Capernaúm, ¿acaso serás elevada hasta los cielos? ¡Hasta el Hades[f] serás hundida! 16 El que a vosotros escucha, a mí me escucha, y el que a vosotros rechaza, a mí me rechaza; y el que a mí me rechaza, rechaza al que me envió.
Regreso de los setenta
17 Los setenta[g] regresaron con gozo, diciendo: Señor, hasta los demonios se nos sujetan en tu nombre. 18 Y El les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. 19 Mirad, os he dado autoridad para hollar sobre serpientes y escorpiones, y sobre todo el poder del enemigo, y nada os hará daño. 20 Sin embargo, no os regocijéis en esto, de que los espíritus se os sometan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.
Jesús se regocija
21 En aquella misma hora El se regocijó mucho en el Espíritu Santo, y dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a sabios y a inteligentes, y las revelaste a niños. Sí, Padre, porque así fue de tu agrado.22 Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo sino el Padre, ni quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se loquiera revelar. 23 Y volviéndose hacia los discípulos, les dijo aparte: Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis; 24 porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, y no looyeron.
Pregunta sobre la vida eterna
25 Y he aquí, cierto intérprete de la ley[h] se levantó, y para ponerle[i] a prueba dijo: Maestro, ¿qué haré para heredar la vida eterna? 26 Y El le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué[j] lees en ella? 27 Respondiendo él, dijo: Amaras al Señor tu Dios con todo tu corazon, y con toda tu alma, y con toda tu fuerza, y con toda tu mente; y a tu projimo como a ti mismo. 28 Entonces Jesús le dijo: Has respondido correctamente; haz esto y viviras. 29 Pero queriendo él justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo?
Parábola del buen samaritano
30 Respondiendo Jesús, dijo: Cierto hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de salteadores, los cuales después de despojarlo y de darle golpes, se fueron, dejándolo medio muerto. 31 Por casualidad cierto sacerdote bajaba por aquel camino, y cuando lo vio, pasó por el otro lado del camino. 32 Del mismo modo, también un levita, cuando llegó al lugar y lo vio, pasó por el otro lado del camino. 33 Pero cierto samaritano, que iba de viaje, llegó adonde él estaba; y cuando lo vio, tuvo compasión, 34 y acercándose, le vendó sus heridas, derramando aceite y vino sobre ellas; y poniéndolo sobre su propia cabalgadura, lo llevó a un mesón y lo cuidó. 35 Al día siguiente, sacando dos denarios[k], se los dio al mesonero, y dijo: “Cuídalo, y todo lo demás que gastes, cuando yo regrese te lo pagaré.” 36 ¿Cuál de estos tres piensas tú que demostró ser prójimo del que cayó en manos de los salteadores? 37 Y él dijo: El que tuvo misericordia de él. Y Jesús le dijo: Ve y haz tú lo mismo.
Jesús visita a Marta y a María
38 Mientras iban ellos de camino, El entró en cierta aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. 39 Y ella tenía una hermana que se llamaba María, que[l] sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra. 40 Pero Marta se preocupaba con todos los preparativos[m]; y acercándose a El, le dijo: Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.41 Respondiendo el Señor, le dijo: Marta, Marta, tú estás preocupada y molesta por tantas cosas; 42 pero una sola cosa es necesaria[n], y[o] María ha escogido la parte buena, la cual no le será quitada.
Jesús enseña sobre la oración
11 Y aconteció que estando Jesús[p] orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó también a sus discípulos. 2 Y El les dijo: Cuando oréis, decid:
“[q]Padre, santificado sea tu nombre.
Venga tu reino.
3 “Danos hoy[r] el pan nuestro de cada día[s].
4 “Y perdónanos nuestros pecados,
porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben.
Y no nos metas en tentación.”
5 También les dijo: Supongamos que uno de vosotros[t] tiene un amigo, y va a él a medianoche y le dice: “Amigo, préstame tres panes, 6 porque un amigo mío ha llegado de viaje a mi casa, y no tengo nada que ofrecerle[u]”; 7 y aquél, respondiendo desde adentro, le dice: “No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados[v]; no puedo levantarme para darte nada.” 8 Os digo que aunque no se levante a darle algo por ser su amigo, no obstante, por su importunidad[w] se levantará y le dará cuanto necesite. 9 Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. 10 Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. 11 O suponed que a uno de vosotros que es padre, su hijo le pide[x] pan; ¿acaso le dará una piedra? O si le pide un[y] pescado; ¿acaso le dará una serpiente en lugar del pescado? 12 O si le[z]pide un huevo; ¿acaso le dará un escorpión? 13 Pues si vosotros siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial[aa]dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?
Jesús y Beelzebú
14 Estaba Jesús echando fuera un demonio, que era mudo, y sucedió que cuando el demonio salió, el mudo habló; y las multitudes se maravillaron. 15 Pero algunos de ellos dijeron: El echa fuera los demonios por Beelzebú, príncipe de los demonios. 16 Y otros, para ponerle[ab] a prueba, demandaban de El una señal[ac] del cielo. 17 Pero conociendo El sus pensamientos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo es asolado; y una casa dividida contra sí misma[ad], se derrumba. 18 Y si también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo permanecerá en pie su reino? Porque vosotros decís que yo echo fuera demonios por Beelzebú. 19 Y si yo echo fuera demonios por Beelzebú, ¿por quién los echan fuera vuestros hijos? Por consiguiente, ellos serán vuestros jueces. 20 Pero si yo por el dedo de Dios echo fuera los demonios, entonces el reino de Dios ha llegado a vosotros. 21 Cuando un[ae] hombre fuerte, bien armado, custodia su palacio, sus bienes están seguros[af]. 22 Pero cuando uno más fuerte que él lo ataca y lo vence, le quita todas sus armas en las cuales había confiado y distribuye su botín. 23 El que no está conmigo, contra mí está; y el que conmigo no recoge, desparrama. 24 Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, pasa por lugares áridos buscando descanso; y al no hallarlo, dice: “Volveré a mi casa de donde salí.” 25 Y cuando llega, la encuentra barrida y arreglada. 26 Entonces va y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrando, moran allí; y el estado final de aquel hombre resulta peor que el primero.
La verdadera dicha
27 Y sucedió que mientras decía estas cosas, una de las mujeres en la multitud alzó su voz y le dijo: ¡Dichosa la matriz[ag] que te concibió[ah] y los senos que te criaron! 28 Pero El dijo: Al contrario, dichosos los que oyen la palabra de Dios y laguardan.
La gente demanda señal
29 Como la multitud se aglomeraba, comenzó a decir: Esta generación es una generación perversa; busca señal[ai], y ninguna señal[aj] se le dará, sino la señal[ak]de Jonás. 30 Porque de la misma manera que Jonás vino a ser una señal[al] para los ninivitas, así también lo será el Hijo del Hombre para esta generación. 31 La Reina del Sur se levantará en el juicio con los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino desde los confines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón; y mirad, algo más grande que Salomón está aquí. 32 Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación y la condenarán, porque ellos se arrepintieron con la predicación de Jonás; y mirad, algo más grande que Jonás está aquí.
La lámpara del cuerpo
33 Nadie, cuando enciende una lámpara, la pone en un sótano ni debajo de un almud, sino sobre el candelero, para que los que entren vean la luz. 34 La lámpara de tu cuerpo es tu ojo; cuando tu ojo está sano[am], también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando está malo, también tu cuerpo está lleno de oscuridad.35 Mira, pues, que la luz que en ti hay no sea oscuridad. 36 Así que, si todo tu cuerpo está lleno de luz, sin tener parte alguna en tinieblas, estará totalmente iluminado como cuando la lámpara te alumbra con sus rayos.
Jesús denuncia a los fariseos y a los intérpretes de la ley
37 Cuando terminó de hablar, un fariseo le rogó* que comiera con él; y Jesús entró y se sentó[an] a la mesa. 38 Cuando el fariseo vio esto, se sorprendió de que Jesúsno se hubiera lavado[ao] primero antes de comer, según el ritual judío. 39 Pero el Señor le dijo: Ahora bien, vosotros los fariseos limpiáis lo de afuera del vaso y del plato; pero por dentro estáis llenos[ap] de robo y de maldad. 40 Necios, el que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de adentro? 41 Dad más bien lo que está dentro[aq] como obra de caridad, y entonces[ar] todo os será limpio.
42 Mas ¡ay de vosotros, fariseos!, porque pagáis el diezmo de la menta y la ruda y toda clase de hortaliza, y sin embargo pasáis por alto la justicia y el amor de Dios; pero esto es lo que debíais haber practicado sin descuidar lo otro. 43 ¡Ay de vosotros, fariseos!, porque amáis los primeros asientos en las sinagogas y los saludos respetuosos en las plazas. 44 ¡Ay de vosotros!, porque sois como sepulcros que no se ven, sobre los que andan los hombres sin saberlo.
45 Respondiendo uno de los intérpretes de la ley[as], le dijo*: Maestro, cuando dices esto, también a nosotros nos insultas. 46 Y El dijo: ¡Ay también de vosotros, intérpretes de la ley[at]!, porque cargáis a los hombres con cargas difíciles de llevar, y vosotros ni siquiera tocáis las cargas con uno de vuestros dedos. 47 ¡Ay de vosotros!, porque edificáis los sepulcros de[au] los profetas, y fueron vuestros padres quienes los mataron. 48 De modo que sois testigos, y aprobáis las acciones de vuestros padres; porque ellos los mataron y vosotros edificáis sus sepulcros. 49 Por eso la sabiduría de Dios también dijo: “Les enviaré profetas y apóstoles, y de ellos, matarán a algunos y perseguirán[av] a otros, 50 para que la sangre de todos los profetas, derramada desde la fundación del mundo, se le cargue[aw] a esta generación, 51 desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que pereció entre el altar y la casa de Dios; sí, os digo que le será cargada[ax] a esta generación.” 52 ¡Ay de vosotros, intérpretes de la ley[ay]!, porque habéis quitado la llave del conocimiento; vosotros mismos no entrasteis, y a los que estaban entrando se lo impedisteis.
53 Cuando salió de allí, los escribas y los fariseos comenzaron a acosarle en gran manera, y a interrogarle minuciosamente sobre muchas cosas, 54 tramando contra El para atraparle en algo que dijera[az].
Advertencia contra la hipocresía
12 En estas circunstancias, cuando una multitud de miles y miles[ba] se había reunido, tanto que se atropellaban[bb] unos a otros, Jesús comenzó a decir primeramente a sus discípulos: Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. 2 Y nada hay encubierto que no haya de ser revelado, ni oculto que no haya de saberse. 3 Por lo cual, todo lo que habéis dicho en la oscuridad se oirá a la luz, y lo que habéis susurrado[bc] en las habitaciones interiores, será proclamado desde las azoteas. 4 Y yo os digo, amigos míos: no temáis a los que matan el cuerpo, y después de esto no tienen nada más que puedan hacer. 5 Pero yo os mostraré a quién debéis temer: temed al que, después de matar, tiene poder para arrojar al infierno[bd]; sí, os digo: a éste, ¡temed! 6 ¿No se venden cinco pajarillos[be]por dos cuartos[bf]? Y sin embargo, ni uno de ellos está olvidado ante Dios. 7 Es más, aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis; vosotros valéis más que muchos pajarillos. 8 Y os digo, que a todo el que me[bg]confiese delante de los hombres, el Hijo del Hombre le[bh] confesará también ante los ángeles de Dios; 9 pero el que me niegue delante[bi] de los hombres, será negado delante[bj] de los ángeles de Dios. 10 Y a todo el que diga una palabra contra el Hijo del Hombre, se le perdonará; pero al que blasfeme contra el Espíritu Santo, no se le perdonará. 11 Y cuando os lleven a las sinagogas y ante los gobernantes y las autoridades, no os preocupéis de cómo o de qué hablaréis en defensa propia, o qué vais a decir; 12 porque el Espíritu Santo en esa misma hora os enseñará lo que debéis decir.
Advertencia contra la avaricia
13 Uno de la multitud le dijo: Maestro, dile a mi hermano que divida la herencia conmigo. 14 Pero El le dijo: ¡Hombre! ¿Quién me ha puesto por juez o árbitro sobre vosotros? 15 Y les dijo: Estad atentos y guardaos de toda forma de avaricia; porque aun cuando alguien tenga abundancia, su vida no consiste en sus bienes.16 También les refirió una parábola, diciendo: La tierra de cierto hombre rico había producido mucho. 17 Y pensaba dentro de sí, diciendo: “¿Qué haré, ya que no tengo dónde almacenar mis cosechas?” 18 Entonces dijo: “Esto haré: derribaré mis graneros y edificaré otros más grandes, y allí almacenaré todo mi grano y mis bienes. 19 “Y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes depositados para muchos años; descansa, come, bebe, diviértete.” 20 Pero Dios le dijo: “¡Necio! Esta misma noche te reclaman el alma; y ahora, ¿para quién será lo que has provisto?” 21 Así es el que acumula tesoro para sí, y no es rico para con Dios.
Advertencia contra la ansiedad
22 Y dijo a sus discípulos: Por eso os digo: No os preocupéis por vuestra vida[bk], qué comeréis; ni por vuestro cuerpo, qué vestiréis. 23 Porque la vida es más que el alimento, y el cuerpo más que la ropa. 24 Considerad los cuervos, que ni siembran ni siegan; no tienen bodega ni granero, y sin embargo, Dios los alimenta; ¡cuánto más valéis vosotros que las aves! 25 ¿Y quién de vosotros, por ansioso que esté, puede añadir una hora[bl] al curso de su vida[bm]? 26 Si vosotros, pues, no podéis hacer algo tan pequeño, ¿por qué os preocupáis por lo demás? 27 Considerad los lirios, cómo crecen[bn]; no trabajan ni hilan; pero os digo que ni Salomón en toda su gloria se vistió como uno de éstos. 28 Y si Dios viste así la hierba del campo, que hoy es y mañana es echada al horno, ¡cuánto más hará por vosotros, hombres de poca fe! 29 Vosotros, pues, no busquéis qué habéis de comer, ni qué habéis de beber, y no estéis preocupados. 30 Porque los pueblos del mundo buscan ansiosamente todas estas cosas; pero vuestro Padre sabe que necesitáis estas cosas. 31 Mas buscad su reino, y estas cosas os serán añadidas. 32 No temas, rebaño pequeño, porque vuestro Padre ha decidido[bo] daros el reino.33 Vended vuestras posesiones y dad limosnas; haceos bolsas que no se deterioran, un tesoro en los cielos que no se agota, donde no se acerca ningúnladrón ni la polilla destruye. 34 Porque donde esté vuestro tesoro, allí también estará vuestro corazón.
Parábola de los siervos vigilantes
35 Estad siempre preparados[bp] y mantened las lámparas encendidas, 36 y sed semejantes a hombres que esperan a su señor que regresa de las bodas, para abrirle tan pronto como llegue y llame. 37 Dichosos aquellos siervos a quienes el señor, al venir, halle velando; en verdad os digo que se ceñirá para servir, y los sentará[bq] a la mesa, y acercándose, les servirá. 38 Y ya sea que venga en la segunda vigilia[br], o aun en la tercera[bs], y los halla así, dichosos son aquellos siervos. 39 Podéis estar seguros de[bt] que si el dueño de la casa hubiera sabido a qué hora iba a venir el ladrón, no hubiera permitido que entrara en[bu] su casa.40 Vosotros también estad preparados, porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no esperéis[bv].
Parábola del siervo fiel y del infiel
41 Entonces Pedro dijo: Señor, ¿nos dices esta parábola a nosotros, o también a todos los demás? 42 Y el Señor dijo: ¿Quién es, pues, el mayordomo fiel y prudente a quien su señor pondrá sobre sus siervos[bw] para que a su tiempo les dé sus raciones? 43 Dichoso aquel siervo a quien, cuando su señor venga, lo encuentre haciendo así. 44 De verdad os digo que lo pondrá sobre todos sus bienes. 45 Pero si aquel siervo dice en su corazón: “Mi señor tardará[bx] en venir”; y empieza a golpear a los criados y a las criadas, y a comer, a beber y a embriagarse; 46 el señor de aquel siervo llegará un día, cuando él no lo espera y a una hora que no sabe, y lo azotará severamente[by], y le asignará un lugar[bz] con los incrédulos. 47 Y aquel siervo que sabía la voluntad de su señor, y que no se preparó ni obró conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes; 48 pero el que no la sabía, e hizo cosas que merecían castigo[ca], será azotado poco. A todo el que se le haya dado mucho, mucho se demandará de él; y al que mucho le han confiado, más le exigirán.
Jesús, causa de división
49 Yo he venido[cb] para echar fuego sobre la tierra; y ¡cómo quisiera que ya estuviera[cc] encendido! 50 Pero de un bautismo tengo que ser bautizado, y ¡cómo me angustio hasta que se cumpla! 51 ¿Pensáis que vine a dar paz en la tierra? No, os digo, sino más bien división. 52 Porque desde ahora en adelante, cinco en una casa estarán divididos; tres contra dos y dos contra tres. 53 Estarán divididos el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera y la nuera contra su suegra.
Cómo discernir el tiempo
54 Decía también a las multitudes: Cuando veis una nube que se levanta en el poniente, al instante decís: “Viene un aguacero”, y así sucede. 55 Y cuando sopla el viento del sur, decís: “Va a hacer calor”, y así pasa. 56 ¡Hipócritas! Sabéis examinar el aspecto de la tierra y del cielo; entonces, ¿por qué[cd] no examináis este tiempo presente? 57 ¿Y por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo? 58 Porque mientras vas con tu adversario para comparecer ante el magistrado, procura en el camino arreglarte con él[ce], no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al alguacil, y el alguacil te eche en la cárcel. 59 Te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado aun el último centavo[cf].
Arrepentíos o pereceréis
13 En esa misma ocasión había allí algunos que le contaron acerca de los galileos cuya sangre Pilato había mezclado[cg] con la de sus sacrificios.2 Respondiendo Jesús, les dijo: ¿Pensáis que estos galileos eran más pecadoresque todos los demás galileos, porque sufrieron esto? 3 Os digo que no; al contrario, si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente. 4 ¿O pensáis que aquellos dieciocho, sobre los que cayó la torre en Siloé y los mató, eran másdeudores[ch] que todos los hombres que habitan en Jerusalén? 5 Os digo que no; al contrario, si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.
Parábola de la higuera estéril
6 Y les dijo esta parábola: Cierto hombre tenía una higuera plantada en su viña; y fue a buscar fruto de ella, y no lo halló. 7 Y dijo al viñador: “Mira, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo. Córtala. ¿Por qué ha de cansar la tierra?” 8 El entonces, respondiendo, le dijo: “Señor, déjala por este año todavía, hasta que yo cave alrededor de ella, y le eche abono, 9 y si da fruto el año que viene, bien; y si no, córtala.”
Jesús hace un milagro en día de reposo
10 Jesús estaba enseñando en una de las sinagogas un día de reposo, 11 y[ci] había allí una mujer que durante dieciocho años había tenido una enfermedad causada por un espíritu; estaba encorvada, y de ninguna manera se podía enderezar.12 Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, has quedado libre de tu enfermedad. 13 Y puso las manos sobre ella, y al instante se enderezó y glorificaba a Dios. 14 Pero el oficial de la sinagoga, indignado porque Jesús había sanado en día de reposo, reaccionó diciendo[cj] a la multitud: Hay seis días en los cuales se debe trabajar; venid, pues, en esos días y sed sanados, y no en día de reposo.15 Entonces el Señor le respondió, y dijo: Hipócritas, ¿no desata cada uno de vosotros su buey o su asno del pesebre en día de reposo y lo lleva a beber? 16 Y ésta, que es hija de Abraham, a la que Satanás ha tenido atada durante dieciocho largos años, ¿no debía ser libertada de esta ligadura en día de reposo? 17 Y al decir El esto, todos sus adversarios se avergonzaban, pero toda la multitud se regocijaba por todas las cosas gloriosas hechas por El.
Parábola del grano de mostaza
18 Entonces decía: ¿A qué es semejante el reino de Dios y con qué lo compararé?19 Es semejante a un grano de mostaza que un hombre tomó y echó en su huerto; y creció y se hizo árbol, y las aves del cielo anidaron en sus ramas.
Parábola de la levadura
20 Y volvió a decir: ¿A qué compararé el reino de Dios? 21 Es semejante a la levadura que una mujer tomó y escondió en tres medidas[ck] de harina hasta que todo quedó fermentado.
La puerta estrecha
22 Pasaba Jesús por ciudades y aldeas, enseñando, mientras proseguía camino a Jerusalén. 23 Y alguien le dijo: Señor, ¿son pocos los que se salvan? Y El les dijo:24 Esforzaos por entrar por la puerta estrecha, porque os digo que muchos tratarán de entrar y no podrán. 25 Después que el dueño de la casa se levante y cierre la puerta, y vosotros, estando fuera, comencéis a llamar a la puerta, diciendo: “Señor, ábrenos”, El[cl] respondiendo, os dirá: “No sé de dónde sois.”26 Entonces comenzaréis a decir: “Comimos y bebimos en tu presencia, y enseñaste en nuestras calles;” 27 y El dirá: “Os digo que no sé de dónde sois; apartaos de mi, todos los que haceis iniquidad.” 28 Allí será el llanto y el crujir de dientes cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero vosotros echados fuera. 29 Y vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur, y se sentarán[cm] a la mesa en el reino de Dios. 30 Y he aquí, hay últimos que serán primeros, y hay primeros que serán últimos.
Lamento sobre Jerusalén
31 En ese momento llegaron unos fariseos diciéndole: Sal y vete de aquí, porque Herodes te quiere matar. 32 Y El les dijo: Id y decidle a ese zorro: “Yo[cn] expulso demonios, y hago curaciones hoy y mañana, y al tercer día cumplo mi propósito[co].” 33 Sin embargo, debo seguir mi camino, hoy, mañana y pasado mañana; porque no puede ser que un profeta muera fuera de Jerusalén.34 ¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus pollitos debajo de sus alas, y no quisiste! 35 He aquí, vuestra casa se os deja desierta[cp]; y os digo que no me veréis más, hasta que llegue el tiempo en que digáis: “Bendito el que viene en nombre del Señor.”
Notas al pie:
- Lucas 10:1 Algunos mss. antiguos dicen: setenta y dos
- Lucas 10:4 O, mochila, o, bolsa
- Lucas 10:7 O, en la casa misma
- Lucas 10:7 Lit., las cosas de ellos
- Lucas 10:13 Lit., las obras de poder
- Lucas 10:15 I.e., la región de los muertos
- Lucas 10:17 Algunos mss. antiguos dicen: setenta y dos
- Lucas 10:25 I.e., un experto en la ley de Moisés
- Lucas 10:25 Lit., poniéndole
- Lucas 10:26 Lit., ¿Cómo
- Lucas 10:35 Un denario valía aprox. 4 gramos de plata, o el equivalente al salario de un día
- Lucas 10:39 Lit., que también
- Lucas 10:40 Lit., el mucho servicio
- Lucas 10:42 Algunos mss. dicen: unas pocas cosas son necesarias
- Lucas 10:42 Lit., porque
- Lucas 11:1 Lit., El
- Lucas 11:2 Algunos mss. incluyen en los vers. 2, 3 y 4, frases que se encuentran en Mat. 6:9-13
- Lucas 11:3 O, diariamente
- Lucas 11:3 O, para el día venidero
- Lucas 11:5 Lit., ¿Quién de vosotros
- Lucas 11:6 Lit., ponerle delante
- Lucas 11:7 Lit., están conmigo en la cama
- Lucas 11:8 O, insistencia
- Lucas 11:11 Lit., Pero ¿a cuál de vosotros el hijo le pedirá al padre
- Lucas 11:11 Algunos mss. antiguos no incluyen: pan,…o si un
- Lucas 11:12 Lit., O también
- Lucas 11:13 Lit., Padre del cielo
- Lucas 11:16 Lit., poniéndole
- Lucas 11:16 O, un milagro
- Lucas 11:17 Lit., una casa contra una casa
- Lucas 11:21 Lit., el
- Lucas 11:21 Lit., en paz
- Lucas 11:27 O, el vientre
- Lucas 11:27 Lit., cargó
- Lucas 11:29 O, milagro
- Lucas 11:29 O, milagro
- Lucas 11:29 O, milagro
- Lucas 11:30 O, un milagro
- Lucas 11:34 O, claro
- Lucas 11:37 Lit., se recostó
- Lucas 11:38 Lit., bautizado
- Lucas 11:39 Lit., vuestro interior está lleno
- Lucas 11:41 O, de lo que tenéis
- Lucas 11:41 Lit., he aquí
- Lucas 11:45 I.e., expertos en la ley de Moisés
- Lucas 11:46 I.e., expertos en la ley de Moisés
- Lucas 11:47 O, monumentos a
- Lucas 11:49 O, echarán fuera
- Lucas 11:50 O, se le exija
- Lucas 11:51 O, se le exigirá
- Lucas 11:52 I.e., expertos en la ley de Moisés
- Lucas 11:54 Lit., algo de su boca
- Lucas 12:1 Gr., miríadas
- Lucas 12:1 Lit., pisoteaban
- Lucas 12:3 Lit., hablado al oído
- Lucas 12:5 Gr., guéenna
- Lucas 12:6 O, gorriones
- Lucas 12:6 Gr., assaria; un cuarto equivale aprox. a 1/16 denario
- Lucas 12:8 Lit., por mí
- Lucas 12:8 Lit., por él
- Lucas 12:9 O, en presencia
- Lucas 12:9 O, en presencia
- Lucas 12:22 O, alma
- Lucas 12:25 Lit., un codo
- Lucas 12:25 Lit., a su estatura
- Lucas 12:27 Algunos mss. no incluyen: crecen
- Lucas 12:32 Lit., se ha complacido
- Lucas 12:35 Lit., Estén ceñidos vuestros lomos
- Lucas 12:37 Lit., recostará
- Lucas 12:38 I.e., desde las nueve de la noche hasta la medianoche
- Lucas 12:38 I.e., desde la medianoche hasta las tres de la mañana
- Lucas 12:39 Lit., Y sabed esto
- Lucas 12:39 Lit., que horadara
- Lucas 12:40 Lit., penséis
- Lucas 12:42 Lit., su servicio
- Lucas 12:45 Lit., tarda
- Lucas 12:46 Lit., lo cortará en dos
- Lucas 12:46 Lit., su parte
- Lucas 12:48 Lit., golpes
- Lucas 12:49 O, Vine
- Lucas 12:49 Lit., ¿qué quiero si ya está
- Lucas 12:56 Lit., cómo
- Lucas 12:58 Lit., ser absuelto por él
- Lucas 12:59 O, la última blanca; gr., lepton, la moneda de menos valor (1/128 de un denario)
- Lucas 13:1 O, derramado junto
- Lucas 13:4 O, culpables
- Lucas 13:11 Lit., y he aquí
- Lucas 13:14 Lit., respondiendo, decía
- Lucas 13:21 Gr., sata; un sato equivale aprox. a 13 litros
- Lucas 13:25 Lit., y El
- Lucas 13:29 Lit., recostarán
- Lucas 13:32 Lit., He aquí, yo
- Lucas 13:32 O, completo mi obra
- Lucas 13:35 Muchos mss. antiguos no incluyen: desierta
