Discurso de Esteban

Hechos 7-9

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Discurso de Esteban

alimentemos_el_alma7 Y el sumo sacerdote dijo: ¿Es esto así?

Y él dijo: Escuchadme, hermanos y padres. El Dios de gloria apareció a nuestro padre Abraham cuando estaba en Mesopotamia, antes que habitara en Harán, y le dijo: “Sal de tu tierra y de tu parentela, y ve a la tierra que yo te mostrare.”Entonces él salió de la tierra de los caldeos y se radicó en Harán. Y de allí, después de la muerte de su padre, Dios lo trasladó a esta tierra en la cual ahora vosotros habitáis. No le dio en ella heredad, ni siquiera la medida de la planta del pie, y sin embargo, aunque no tenía hijo, prometió que se la daria en posesion a el y a su descendencia despues de el. Y Dios dijo así: “Que sus descendientes serian extranjeros en una tierra extraña, y que serian esclavizados y maltratados[a] por cuatrocientos años. Pero yo mismo juzgare a cualquier nacion de la cual sean esclavos” —dijo Dios— “y despues de eso saldran y me serviran[b] en este lugar.” Y Dios le dio el pacto[c] de la circuncisión; y así Abraham vino a ser el padre de Isaac, y lo circuncidó al octavo día; e Isaac vino a ser el padre de Jacob, y Jacob de los doce patriarcas.

Y los patriarcas tuvieron envidia de José y lo vendieron para Egipto. Pero Dios estaba con él, 10 y lo rescató de todas sus aflicciones, y le dio gracia y sabiduría delante de Faraón, rey de Egipto, y éste lo puso por gobernador sobre Egipto y sobre toda su casa.

11 Entonces vino hambre sobre todo Egipto y Canaán, y con ella gran aflicción; y nuestros padres no hallaban alimentos. 12 Pero cuando Jacob supo[d] que había grano[e] en Egipto, envió a nuestros padres allá la primera vez. 13 En la segunda visita, José se dio a conocer a sus hermanos, y conoció[f] Faraón el linaje de José.14 Y José, enviando mensaje, mandó llamar a Jacob su padre y a toda su parentela, en total setenta y cinco personas. 15 Y Jacob descendió a Egipto, y allímurió él y también nuestros padres. 16 Y de allí fueron trasladados a Siquem, y puestos en el sepulcro que por una suma de dinero había comprado Abraham a los hijos de Hamor en Siquem.

17 Pero a medida que se acercaba el tiempo de la promesa que Dios había confirmado a Abraham, el pueblo crecía y se multiplicaba en Egipto, 18 hasta que surgio otro rey en Egipto que no sabia nada de Jose. 19 Este rey, obrando con astucia contra nuestro pueblo[g], maltrató a nuestros padres, a fin de que expusieran a la muerte a[h] sus niños para que no vivieran. 20 Fue por ese tiempo que Moisés nació. Era hermoso a la vista de Dios[i], y fue criado por tres meses en la casa de su padre. 21 Después de ser abandonado[j] para morir, la hija de Faraón se lo llevó[k] y lo crió como su propio hijo. 22 Y Moisés fue instruido en toda la sabiduría de los egipcios, y era un hombre poderoso en palabras y en hechos. 23 Pero cuando iba a cumplir la edad de cuarenta años, sintió[l] en su corazón el deseo de visitar a sus hermanos, los hijos de Israel. 24 Y al ver que uno de ellos era tratado injustamente, lo defendió y vengó al[m] oprimido matando[n] al egipcio. 25 Pensaba que sus hermanos entendían que Dios les estaba dando libertad[o] por medio de él[p], pero ellos no entendieron. 26 Al día siguiente se les presentó, cuando dos deellos reñían, y trató de poner paz entre ellos, diciendo: “Varones, vosotros sois hermanos, ¿por qué os herís[q] el uno al otro?” 27 Pero el que estaba hiriendo[r] a su prójimo lo empujó, diciendo: “¿Quien te ha puesto por gobernante y juez sobre nosotros? 28 “¿Acaso quieres matarme como mataste ayer al egipcio?” 29 Al oír estas palabras, Moises huyo y se convirtio en extranjero en la tierra de Madian, donde fue padre de dos hijos.

30 Y pasados cuarenta años, se le aparecio un angel en el desierto del monte Sinaí, en la llama de una zarza que ardia. 31 Al ver esto, Moisés se maravillaba de la visión, y al acercarse para ver mejor, vino a él la voz del Señor: 32 Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, de Isaac, y de Jacob.” Moisés temblando, no se atrevía a mirar.33 Pero el Señor le dijo: “Quitate las sandalias de los pies, porque el lugar donde estas es tierra santa. 34 Ciertamente he visto la opresion de mi pueblo en Egipto y he oido sus gemidos, y he descendido para librarlos; ven[s] ahora y te enviare a Egipto.”

35 Este Moisés, a quien ellos rechazaron, diciendo: “¿Quien te ha puesto por gobernante y juez?” es el mismo que Dios envió[t] para ser gobernante y libertador con la ayuda[u] del ángel que se le apareció en la zarza. 36 Este hombre los sacó, haciendo prodigios y señales[v] en la tierra de Egipto, en el mar Rojo y en el desierto por cuarenta años. 37 Este es el mismo Moisés que dijo a los hijos de Israel: “Dios os levantara un profeta como yo[w] de entre vuestros hermanos.” 38 Este es el que estaba en la congregación[x] en el desierto junto con el ángel que le hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres, y el que recibió palabras[y] de vida para transmitirlas a vosotros; 39 al cual nuestros padres no quisieron obedecer[z], sino que lo repudiaron, y en sus corazones regresaron a Egipto, 40 diciendo a Aaron: “Haznos dioses que vayan delante de nosotros, porque a este Moises que nos saco de la tierra de Egipto, no sabemos lo que le haya pasado.” 41 En aquellos días hicieron un becerro y ofrecieron sacrificio al ídolo, y se regocijaban en las obras de sus manos. 42 Pero Dios se apartó de ellos y los entregó para que sirvieran[aa] al ejército del cielo[ab], como está escrito en el libro de los profetas: ¿Acaso fue a mi a quien ofrecisteis victimas y sacrificios en el desierto por cuarenta años, casa de Israel?43 Tambien llevasteis el tabernaculo de Moloc, y la estrella del dios Renfan, las imagenes que hicisteis para adorarlas. Yo tambien os deportare mas alla de Babilonia.

44 Nuestros padres tuvieron el tabernáculo del testimonio en el desierto, tal como le había ordenado que lo hiciera Aquél que habló a Moisés, conforme al modelo que había visto. 45 A su vez, habiéndolo recibido, nuestros padres lo introdujeron con Josué al tomar[ac] posesión de las naciones[ad] que Dios arrojó de delante de nuestros padres, hasta los días de David. 46 Y David[ae] halló gracia delante de Dios, y pidió el favor de hallar una morada para el Dios[af] de Jacob. 47 Pero fue Salomón quien le edificó una casa. 48 Sin embargo, el Altísimo no habita en casashechas por manos de hombres; como dice el profeta:

49 El cielo es mi trono,
y la tierra el estrado de mis pies;
¿que casa me edificareis? —dice el Señor—
¿O cual es el lugar de mi reposo?
50 ¿No fue mi mano la que hizo todas estas cosas?

51 Vosotros, que sois duros de cerviz e incircuncisos de corazón y de oídos, resistís siempre al Espíritu Santo; como hicieron vuestros padres, así también hacéis vosotros. 52 ¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? Ellos mataron a los que antes habían anunciado la venida del Justo, del cual ahora vosotros os hicisteis traidores y asesinos; 53 vosotros que recibisteis la ley por disposición de ángeles y sin embargo no la guardasteis.

Martirio de Esteban

54 Al oír esto, se sintieron profundamente ofendidos[ag], y crujían los dientes contra él. 55 Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, fijos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la diestra de Dios; 56 y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre de pie a la diestra de Dios. 57 Entonces ellos gritaron a gran voz, y tapándose los oídos arremetieron a una contra él. 58 Y echándolo fuera de la ciudad, comenzaron a apedrearle; y los testigos pusieron sus mantos a los pies de un joven llamado Saulo. 59 Y mientras apedreaban a Esteban, él invocaba al Señor y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. 60 Y cayendo de rodillas, clamó en alta voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Habiendo dicho esto, durmió[ah].

8 Y Saulo estaba de completo acuerdo con ellos en su muerte.

Saulo persigue a la iglesia

En aquel día se desató una gran persecución en contra de la iglesia en Jerusalén, y todos fueron esparcidos por las regiones de Judea y Samaria, excepto los apóstoles. Y algunos hombres piadosos sepultaron a Esteban, y lloraron a gran voz[ai] por él. Pero Saulo hacía estragos en la iglesia entrando de casa en casa, y arrastrando a hombres y mujeres, los echaba en[aj] la cárcel.

Predicación de Felipe en Samaria

Así que los que habían sido esparcidos iban predicando[ak] la palabra. Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo[al]. Y las multitudes unánimes prestaban atención a lo que Felipe decía, al oír y ver las señales[am] que hacía. Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, éstos salían de ellosgritando a gran voz; y muchos que habían sido paralíticos y cojos eran sanados.Y había gran regocijo en aquella ciudad.

Simón el mago

Y cierto hombre llamado Simón, hacía tiempo que estaba ejerciendo la magia en la ciudad y asombrando a la gente de Samaria, pretendiendo ser un gran personaje; 10 y todos, desde el menor hasta el mayor, le prestaban atención, diciendo: Este es el que se llama el Gran Poder de Dios. 11 Le prestaban atención porque por mucho tiempo los había asombrado con sus artes mágicas. 12 Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba las buenas nuevas del reino de Dios y el nombre de Cristo Jesús, se bautizaban, tanto hombres como mujeres. 13 Y aun Simón mismo creyó; y después de bautizarse, continuó con Felipe, y estaba atónito al ver las señales y los grandes milagros que se hacían.

Pedro y Juan en Samaria

14 Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan, 15 quienes descendieron y oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo, 16 pues todavía no había descendido sobre ninguno de ellos; sólo habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. 17 Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo. 18 Cuando Simón vio que el Espíritu se daba por la imposición de las manos de los apóstoles, les ofreció dinero, 19 diciendo: Dadme también a mí esta autoridad, de manera que todo aquel sobre quien ponga mis manos reciba el Espíritu Santo. 20 Entonces Pedro le dijo: Que tu plata perezca[an] contigo, porque pensaste que podías obtener el don de Dios con dinero. 21 No tienes parte ni suerte en este asunto[ao], porque tu corazón no es recto delante de Dios. 22 Por tanto, arrepiéntete de esta tu maldad, y ruega al Señor que si es posible se te perdone el intento de tu corazón. 23 Porque veo que estás en hiel de amargura y en cadena[ap] de iniquidad. 24 Pero Simón respondió y dijo: Rogad vosotros al Señor por mí, para que no me sobrevenga nada de lo que habéis dicho.

25 Y ellos, después de haber testificado solemnemente y hablado la palabra del Señor, iniciaron el regreso a Jerusalén anunciando el evangelio en muchas aldeas de los samaritanos.

Felipe y el etíope eunuco

26 Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, al camino que desciende de Jerusalén a Gaza. (Este es un camino desierto[aq].) 27 El se levantó y fue; y he aquí, había un[ar] eunuco etíope, alto oficial de Candace, reina de los etíopes, el cual estaba encargado de todos sus tesoros, y había venido a Jerusalén para adorar. 28 Regresaba sentado en su carruaje, y leía al profeta Isaías. 29 Y el Espíritu dijo a Felipe: Ve y júntate a ese carruaje. 30 Cuando Felipe se acercó corriendo, le oyó leer al profeta Isaías, y le dijo: ¿Entiendes lo que lees? 31 Y él respondió: ¿Cómo podré, a menos que alguien me guíe? E invitó a Felipe a que subiera y se sentara con él. 32 El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era éste:

Como oveja fue llevado al matadero;
y como cordero, mudo delante del que lo trasquila,
no abre el su boca.
33 En su humillacion no se le hizo justicia[as];
¿quien contara[at] su generacion[au]?
Porque su vida es quitada de la tierra.

34 El eunuco respondió a Felipe y dijo: Te ruego que me digas, ¿de quién dice esto el profeta? ¿De sí mismo, o de algún otro? 35 Entonces Felipe abrió su boca, y comenzando desde esta Escritura, le anunció el evangelio de Jesús. 36 Yendo por el camino, llegaron a un lugar donde había agua; y el eunuco dijo*: Mira, agua. ¿Qué impide que yo sea bautizado? 37 [av]Y Felipe dijo: Si crees con todo tu corazón, puedes. Respondió él y dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. 38 Y mandó parar el carruaje; ambos descendieron al agua, Felipe y el eunuco, y lo bautizó. 39 Al salir ellos del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y no lo vio más el eunuco, que continuó su camino gozoso. 40 Mas Felipe se encontró[aw] en Azoto[ax], y por donde pasaba, anunciaba el evangelio en todas las ciudades, hasta que llegó a Cesarea.

Conversión de Saulo

9 Saulo, respirando todavía amenazas[ay] y muerte contra los discípulos del Señor, fue al sumo sacerdote, y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, para que si encontraba algunos que pertenecieran al Camino, tanto hombres como mujeres, los pudiera llevar atados a Jerusalén. Y sucedió que mientras viajaba, al acercarse a Damasco, de repente resplandeció en su derredor una luz del cielo; y al caer a tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Y él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y El respondió: Yo soy Jesús a quien tú persigues; levántate[az], entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer.Los hombres que iban con él se detuvieron atónitos[ba], oyendo la voz[bb], pero sin ver a nadie. Saulo se levantó del suelo, y aunque sus ojos estaban abiertos, no veía nada; y llevándolo por la mano, lo trajeron a Damasco. Y estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió.

Ananías visita a Saulo

10 Había en Damasco cierto discípulo llamado Ananías; y el Señor le dijo en una visión: Ananías. Y él dijo: Heme aquí, Señor. 11 Y el Señor le dijo: Levántate y ve a la calle que se llama Derecha, y pregunta en la casa de Judas por un hombre de Tarso llamado Saulo, porque, he aquí, está orando, 12 y ha visto en una visión[bc] a un hombre llamado Ananías, que entra y pone las manos sobre él para que recobre la vista. 13 Pero Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuánto mal ha hecho a tus santos en Jerusalén, 14 y aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre. 15 Pero el Señor le dijo: Ve, porque él me es un instrumento[bd] escogido, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, de los reyes y de los hijos de Israel; 16 porque yo le mostraré cuánto debe padecer por mi nombre. 17 Ananías fue y entró en la casa, y después de poner las manos sobre él, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu Santo. 18 Al instante cayeron de sus ojos como unas escamas, y recobró la vista; y se levantó y fue bautizado. 19 Tomó alimentos y cobró fuerzas.

Y por varios días estuvo con los discípulos que estaban en Damasco.

Saulo predica en Damasco

20 Y enseguida se puso a predicar a Jesús en las sinagogas, diciendo[be]: El es el Hijo de Dios. 21 Y todos los que lo escuchaban estaban asombrados y decían: ¿No es éste el que en Jerusalén destruía a los que invocaban este nombre, y el que había venido aquí con este propósito: para llevarlos atados ante los principales sacerdotes? 22 Pero Saulo seguía fortaleciéndose y confundiendo a los judíos que habitaban en Damasco, demostrando que este Jesús es el Cristo[bf].

Saulo escapa de los judíos

23 Después de muchos días, los judíos tramaron deshacerse de él, 24 pero su conjura llegó al conocimiento de Saulo. Y aun vigilaban las puertas día y noche con el propósito de matarlo; 25 pero sus discípulos lo tomaron de noche y lo sacaron[bg] por una abertura en la muralla, bajándolo en una canasta.

Saulo en Jerusalén

26 Cuando llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos; y todos le temían, no creyendo que era discípulo. 27 Pero Bernabé lo tomó y lo presentó a los apóstoles, y les contó cómo Saulo había visto al Señor en el camino, y que El le había hablado, y cómo en Damasco había hablado con valor en el nombre de Jesús. 28 Y estaba con ellos moviéndose libremente[bh] en Jerusalén, hablando con valor en el nombre del Señor. 29 También hablaba y discutía con los judíoshelenistas; mas éstos intentaban matarlo. 30 Pero cuando los hermanos losupieron, lo llevaron a Cesarea, y de allí lo enviaron a Tarso.

31 Entretanto la iglesia gozaba de paz por toda Judea, Galilea y Samaria, y era edificada; y andando en el temor del Señor y en la fortaleza del Espíritu Santo, seguía creciendo.

Curación de Eneas

32 Y[bi] mientras Pedro viajaba por todas aquellas regiones, vino también a los santos que vivían en Lida. 33 Allí encontró a un hombre llamado Eneas, que había estado postrado en cama por ocho años, porque estaba paralítico. 34 Y Pedro le dijo: Eneas, Jesucristo te sana; levántate y haz tu cama. Y al instante se levantó.35 Todos los que vivían en Lida y en Sarón lo vieron, y[bj] se convirtieron al Señor.

Resurrección de Dorcas

36 Había entonces en Jope una discípula llamada Tabita (que traducido al griegoes Dorcas[bk]); esta mujer era rica[bl] en obras buenas y de caridad que hacía continuamente. 37 Y sucedió que en aquellos días se enfermó y murió; y lavado su cuerpo, lo pusieron en un aposento alto. 38 Como Lida estaba cerca de Jope, los discípulos, al oír que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, rogándole: No tardes en venir a nosotros. 39 Entonces Pedro se levantó y fue con ellos. Cuando llegó, lo llevaron al aposento alto, y todas las viudas lo rodearon llorando, mostrando todas las túnicas y ropas que Dorcas solía hacer cuando estaba con ellas. 40 Mas Pedro, haciendo salir a todos, se arrodilló y oró, y volviéndose al cadáver, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó.41 Y él le dio la mano y la levantó; y llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva. 42 Y esto se supo en todo Jope, y muchos creyeron en el Señor.43 Y[bm] Pedro se quedó en Jope muchos días con un tal Simón, curtidor.

Notas al pie:

  1. Hechos 7:6 Lit., los esclavizarían y maltratarían
  2. Hechos 7:7 O, adorarán
  3. Hechos 7:8 O, un pacto
  4. Hechos 7:12 Lit., oyó
  5. Hechos 7:12 O, trigo
  6. Hechos 7:13 Lit., y fue manifestado a
  7. Hechos 7:19 Lit., nuestra raza
  8. Hechos 7:19 O, fueran echados fuera para morir
  9. Hechos 7:20 Lit., a Dios
  10. Hechos 7:21 Lit., expuesto
  11. Hechos 7:21 O, lo adoptó
  12. Hechos 7:23 Lit., surgió
  13. Hechos 7:24 Lit., tomó venganza por el
  14. Hechos 7:24 O, hiriendo
  15. Hechos 7:25 O, salvación
  16. Hechos 7:25 Lit., por mano suya
  17. Hechos 7:26 O, maltratáis
  18. Hechos 7:27 O, maltratando
  19. Hechos 7:34 Lit., y ven acá
  20. Hechos 7:35 Lit., ha enviado
  21. Hechos 7:35 Lit., la mano
  22. Hechos 7:36 O, milagros
  23. Hechos 7:37 O, como me levantó a mí
  24. Hechos 7:38 O, iglesia
  25. Hechos 7:38 Lit., oráculos
  26. Hechos 7:39 Lit., ser obedientes
  27. Hechos 7:42 O, adoraran
  28. Hechos 7:42 I.e., los cuerpos celestes
  29. Hechos 7:45 Lit., en la
  30. Hechos 7:45 O, los gentiles
  31. Hechos 7:46 Lit., Quien
  32. Hechos 7:46 Muchos mss. antiguos dicen: para la Casa; la Septuaginta en Sal. 132:5, dice: Dios
  33. Hechos 7:54 Lit., aserrados en sus corazones
  34. Hechos 7:60 O, expiró
  35. Hechos 8:2 Lit., e hicieron gran lamentación
  36. Hechos 8:3 Lit., entregaba a
  37. Hechos 8:4 O, anunciando las buenas nuevas de
  38. Hechos 8:5 I.e., el Mesías
  39. Hechos 8:6 O, los milagros
  40. Hechos 8:20 Lit., sea para perdición
  41. Hechos 8:21 O, enseñanza; lit., palabra
  42. Hechos 8:23 O, grillos, o, esclavitud
  43. Hechos 8:26 O, Esta ciudad está desierta
  44. Hechos 8:27 Lit., un hombre
  45. Hechos 8:33 Lit., su justicia fue quitada
  46. Hechos 8:33 O, describirá
  47. Hechos 8:33 O, familia, u, origen
  48. Hechos 8:37 Los mss. más antiguos no incluyen el vers. 37
  49. Hechos 8:40 O, fue hallado
  50. Hechos 8:40 En el Antiguo Testamento, Asdod
  51. Hechos 9:1 Lit., amenaza
  52. Hechos 9:6 Algunas versiones agregan al principio del vers.: El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate
  53. Hechos 9:7 Lit., mudos
  54. Hechos 9:7 O, el sonido
  55. Hechos 9:12 Algunos mss. no incluyen: en una visión
  56. Hechos 9:15 O, vaso
  57. Hechos 9:20 Lit., que
  58. Hechos 9:22 I.e., el Mesías
  59. Hechos 9:25 Lit., bajaron
  60. Hechos 9:28 Lit., entrando y saliendo
  61. Hechos 9:32 Lit., Y sucedió que
  62. Hechos 9:35 Lit., los cuales
  63. Hechos 9:36 O, Gacela
  64. Hechos 9:36 Lit., llena
  65. Hechos 9:43 Lit., Y sucedió que
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