«Súbete sobre un monte alto»

23 de noviembre

«Súbete sobre un monte alto».

Isaías 40:9

Todos los creyentes debieran tener sed de Dios, del Dios vivo, y ansiar subir al monte del Señor y verle cara a cara. No debemos contentarnos con las neblinas del valle cuando nos aguarda la cima del Tabor. Mi alma ansía beber abundantemente de la copa reservada para los que alcanzan la cima del monte y bañan sus frentes en el Cielo. ¡Cuán puro es el rocío de los collados, cuán fresco el aire de las montañas! ¡Qué ricos son los alimentos de quienes habitan en lo Alto, cuyas ventanas miran hacia la Nueva Jerusalén! Muchos santos se conforman con vivir como los obreros de las minas de carbón, que no ven el sol; muchos comen polvo como las serpientes cuando podrían degustar el delicioso manjar de los ángeles. Muchos creyentes se satisfacen con vestir la ropa del minero, cuando podrían ponerse vestiduras reales; las lágrimas desfiguran sus rostros, cuando podría ungirlos el óleo celestial. ¿Estoy yo satisfecho con que muchos creyentes se consuman en un calabozo cuando pueden andar sobre la terraza de un palacio y ver la tierra agradable y el Líbano? ¡Levántate, oh creyente, de tu mísera condición! Abandona tu pereza, tu letargo, tu frialdad y todo lo que obstaculiza tu casto y puro amor a Cristo, el Esposo de tu alma. Haz de él la fuente, el centro y la circunferencia de todos los placeres de tu alma. ¿Qué encanto encuentras en la insensatez de permanecer en un pozo cuando puedes sentarte sobre un trono? No vivas más en las tierras bajas de la esclavitud, ahora que se te concede la montaña de la libertad. No te contentes por más tiempo con tus insignificantes adquisiciones, sino avanza hacia cosas más sublimes y celestiales. Aspira a una vida más elevada, más noble, más plena. ¡Elévate al Cielo, más cerca de Dios!

Cristo, ven más cerca,

dame gozo, paz, perdón;

cerca, sí, más cerca

de mi corazón.

Spurgeon, C. H. (2012). Lecturas vespertinas: Lecturas diarias para el culto familiar. (S. D. Daglio, Trad.) (4a edición, pp. 338–339). Moral de Calatrava, Ciudad Real: Editorial Peregrino.


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