Domingo 30 Septiembre

La palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos… discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.
Hebreos 4:12
En el internado
¿Por qué había un Nuevo Testamento a la cabecera de la cama de esta alumna del colegio? El vigilante lo tomó y lo abrió al azar. Sus ojos se detuvieron en este pasaje: “En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños” (Mateo 11:25).
El hombre se detuvo, quedó como petrificado y dejó el libro en su lugar. Pretendía burlarse de la credulidad de la estudiante, pero quedó sin palabras.
Dios conoce el corazón de cada ser humano y discierne todos sus pensamientos, incluso los más secretos. Sabe presentarnos un pasaje de su Palabra (la Biblia) apropiado a nuestro estado espiritual y a nuestra situación personal. A quienes no lo conocen, los invita a ir a él para ser salvos; a nosotros los creyentes nos guía en el camino de la vida.
Quienesquiera que seamos, Dios nos habla de diversas maneras. Cuando leemos la Biblia nos habla directamente.
Estemos atentos a su voz y no olvidemos el poder de su Palabra. Ella “no volverá a mí (Dios) vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié” (Isaías 55:11).
“¿No es mi palabra como fuego, dice el Señor, y como martillo que quebranta la piedra?” (Jeremías 23:29).
“El sembrador es el que siembra la palabra… Y estos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la palabra y la reciben, y dan fruto a treinta, a sesenta, y a ciento por uno” (Marcos 4:14, 20).
Amós 1-2 – Tito 1 – Salmo 108:7-13 – Proverbios 24:11-12
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