Llenos del Espíritu (1)

Domingo 26 Mayo

Los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo.

Hechos 13:52

Llenos del Espíritu (1)

Esos primeros cristianos que estaban “llenos” del Espíritu nos causan admiración. Sin embargo, no es un privilegio reservado a una categoría particular de personas, o a los que tienen dones sobresalientes. Cada creyente debería desear estar lleno del Espíritu Santo, porque esta es la voluntad del Señor para todos. Él nos dice: “Sed llenos del Espíritu” (Efesios 5:18).

Pero para estar llenos del Espíritu debemos andar de una manera digna de él:

– “No contristéis al Espíritu Santo de Dios” (Efesios 4:30). Si hacemos lo malo, si vivimos para nosotros mismos, entonces contristamos al Espíritu Santo, y él no nos llenará. Haciendo lo que nos dice que no hagamos, lo contristamos.

– “No apaguéis al Espíritu” (1 Tesalonicenses 5:19). Lo apagamos cuando no hacemos lo que nos manda hacer. Por ejemplo, Dios me pide que ore, que testifique de mi fe, que ayude a un hermano necesitado. Si no lo hago, apago al Espíritu. De la misma manera, en las reuniones de los cristianos alrededor del Señor, lo apagamos cuando no lo dejamos obrar en nosotros, o si tenemos una actitud crítica.

– “Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne” (Gálatas 5:16). En la vida cotidiana, andar en el Espíritu es hacer callar lo que sube de nuestro corazón malo, de nuestra vieja naturaleza, y vivir de la nueva naturaleza que poseemos por la fe. Es vivir en estrecha comunión con el Señor Jesús, buscando su voluntad. ¡Es vivir en su presencia, aferrándonos a su mano!

(mañana continuará)

1 Reyes 20:22-43 – Romanos 4 – Salmo 63:5-11 – Proverbios 16:5-6

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Soldados en una guerra santa

Mayo 25

Soldados en una guerra santa

Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad. (Efesios 6:14)

Nuestra sociedad no contribuye a que las personas sean más semejantes a Cristo. Vivimos en lo que se ha calificado de una cultura en la que todo se percibe por los sentidos porque la mayoría de las personas están más interesadas en las emociones placenteras que en los esfuerzos productivos; buscan más la comodidad que la realización. Tal perspectiva ha influido aun en la iglesia, que sufre de una apatía que causa consternación. Hemos olvidado que somos soldados en una guerra santa.

Como lo indica el versículo de hoy, lo primero que un soldado se ponía antes de entrar en batalla era un cinturón alrededor de su cintura. Lo ceñía tanto como podía y tiraba de las puntas de su túnica hacia arriba por el cinturón de modo que pudiera tener completa libertad de movimiento en el combate cuerpo a cuerpo. El cinto de la verdad no es una pieza de la armadura, porque no puede protegernos directamente. Pero sí indica que tenemos que pensar seriamente en la batalla y procurar alcanzar la victoria.

Del libro La Verdad para Hoy de John MacArthur DERECHOS DE AUTOR © 2001 Utilizado con permiso de Editorial Portavoz, http://www.portavoz.com

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A leer y a poner en práctica

Sábado 25 Mayo

¡Oh, si hubieras atendido a mis mandamientos! Fuera entonces tu paz como un río, y tu justicia como las ondas del mar.

Isaías 48:18

(Jesús dijo:) Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.

Mateo 7:24

A leer y a poner en práctica

Un folleto explicativo acompañaba diversos arbustos que yo había comprado. Este me daba consejos indispensables para tener éxito en mi plantación. En grandes letras decía: «Leer atentamente y poner en práctica».

El mismo consejo podría darse a quien lee la Biblia. Ella debe ser leída, no como un libro cualquiera, sino como el Libro por medio del cual Dios nos habla. La Biblia no es una novela histórica, ni de ficción, y menos un libro de filosofía. Ella expone el plan de Dios para la humanidad. El personaje central es Jesucristo, el Hijo de Dios. Él mostró su poder al crear el universo, y manifestó su bondad al venir en persona a la tierra para salvar al hombre caído en el pecado. La Biblia también explica lo que el hombre debe hacer para agradar a Dios: confesar sus pecados y aceptar la gracia del perdón. “Si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, este es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era” (Santiago 1:23-24).

A lo largo de nuestra vida cristiana es importante que nuestra conducta esté acorde con las instrucciones de la Palabra de Dios. Nuestro Padre nos ama y sabe lo que es bueno para nosotros. “Sus mandamientos no son gravosos” (1 Juan 5:3). Digamos como el autor del salmo: “Vivifícame según tu palabra… Guíame por la senda de tus mandamientos, porque en ella tengo mi voluntad” (Salmo 119:25, 35).

1 Reyes 20:1-21 – Romanos 3 – Salmo 63:1-4 – Proverbios 16:3-4

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Los enemigos de la cruz

Mayo 24

Los enemigos de la cruz

Por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo. (Filipenses 3:18)

Los más peligrosos enemigos de la causa de Cristo no son quienes se oponen públicamente al evangelio, sino quienes simulan ser amigos de Cristo, dicen identificarse con Él y, en algunos casos, llegan a puestos de liderazgo espiritual.

Estar en guardia contra los enemigos ocultos es un tema constante en el Nuevo Testamento. Jesús dijo: “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces” (Mt. 7:15). También predijo que en los últimos días “muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos” (Mt. 24:11).

El apóstol Pablo se enfrentó constantemente a la influencia de los falsos maestros. Les advirtió a los ancianos de Éfeso: “Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno” (Hch. 20:31). ¿Quiere saber cómo adquirir la capacidad de distinguir a los enemigos de la cruz? Conozca la Palabra. Si usted no conoce la Palabra, se arriesga a que lo engañen.

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¿Y si hoy me tocara a mí?

Viernes 24 Mayo

No sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.

Santiago 4:14

Jesús… puede salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios.

Hebreos 7:22, 25

¿Y si hoy me tocara a mí?

Cinco jóvenes murieron un sábado por la noche al regresar de una discoteca. ¡Qué terrible noticia, sin embargo no es la única! Estaban felices de salir juntos y divertirse, sin saber que esa era su última noche…

Viaje de vacaciones: el avión se estrelló algunos minutos antes del aterrizaje.

Esas muertes trágicas nos interpelan más que la de un anciano o un enfermo. Esos turistas, o esos jóvenes, ¿estaban listos para morir? Si usted hubiera estado en su lugar, ¿estaría listo?

Estas malas noticias nos recuerdan lo frágil y breve que es la vida.

Sin embargo, Jesús vino a la tierra con buenas noticias: anunció la salvación y la felicidad. “Yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice el Señor, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis… Me buscaréis y me hallaréis” (Jeremías 29:11-13). Nuestra esperanza descansa en Dios el Salvador, quien perdona a todo el que se arrepiente y cree en el Evangelio. Jesucristo llevó en nuestro lugar el peso de nuestra condena. Cada uno debe escuchar y puede apropiarse de lo que Jesús dijo estando en la cruz: “Estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23:43). ¿Qué había hecho el malhechor para recibir esa buena noticia? Simplemente había reconocido que merecía la muerte y se había vuelto hacia el único que podía salvarlo: “Acuérdate de mí”.

Necesito saber en qué punto estoy respecto a Dios. ¡Es urgente ocuparme de ello ahora mismo!

1 Reyes 19 – Romanos 2 – Salmo 62:9-12 – Proverbios 16:1-2

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No hay secreto alguno para el éxito

Mayo 23

No hay secreto alguno para el éxito

Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios. (Lucas 9:62)

Nunca he conocido a una persona influyente que haya tenido éxito en cualquier campo empresarial que no estuviera comprometida en alcanzar metas. Quienes influyen en el mundo son investigadores, competidores y ganadores, interesados más en las metas que en satisfacer sus propias necesidades. Todo lo que he aprendido acerca de la vida de grandes líderes cristianos me ha enseñado que no hay secreto alguno para el éxito.

Todos ellos hicieron el máximo esfuerzo por alcanzar metas espirituales y no les importó la satisfacción personal durante el proceso.

Es asombroso descubrir cuánto han sufrido los grandes predicadores, los teólogos y los misioneros en el proceso de alcanzar sus metas. Estaban mucho más interesados en seguir a Cristo que en su propia condición. ¿Puede usted decir lo mismo en cuanto a su propio compromiso con Cristo?

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Discernir la voluntad de Dios (3)

Jueves 23 Mayo

No seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.

Efesios 5:17

Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.

Salmo 119:105

Discernir la voluntad de Dios (3)

Dios permite y dirige cada circunstancia, cada pequeño acontecimiento que llena nuestra vida cotidiana. A menudo utiliza un incidente aparentemente trivial con un objetivo preciso, que puede ser muy diferente según el caso. Para uno se trata de una protección milagrosa, para otro de una advertencia o, tal vez, de una respuesta a la oración. El objetivo de Dios es personalizado, depende de la relación que tengamos con él y de nuestro estado de espíritu. También depende de esa relación la manera en que interpretamos las situaciones y cómo reaccionamos ante ellas.

– Dios puede servirse de las situaciones en las cuales nos encontramos para guiarnos, pero ante todo nos conduce por medio de su Palabra.

– Por un lado, si no queremos menospreciar las lecciones que Dios nos enseña, estemos atentos a las diversas circunstancias de nuestra vida.

– Por otro lado, no nos dejemos gobernar siempre por las circunstancias de la vida, pretendiendo interpretar sistemáticamente todo lo que nos acontece.

– Pidamos a Dios su ayuda para comprender su voluntad y obrar de la manera adecuada.

Los pensamientos y la forma de obrar de Dios nos sobrepasan, y no poseemos todos los elementos. El motivo de algunos acontecimientos puede ser esclarecido más tarde. Tengamos la humildad de aceptar que algunas veces no comprendemos.

Permanezcamos serenos, atentos a lo que Dios nos dice, y estemos seguros de que él siempre quiere nuestro bien.

1 Reyes 18:20-46 – Romanos 1 – Salmo 62:5-8 – Proverbios 15:33

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Discernir la voluntad de Dios (2)

Miércoles 22 Mayo

Espera tú un poco para que te declare la palabra de Dios.

1 Samuel 9:27

Mirad que no desechéis al que habla… al que amonesta desde los cielos.

Hebreos 12:25

Discernir la voluntad de Dios (2)

Teófilo, Arnoldo y Claudio salían para un viaje de negocios. Sin embargo, en el camino hacia el aeropuerto, el automóvil tuvo una avería y perdieron el avión por algunos minutos. Faltarían a una reunión importante. Teófilo aceptó el contratiempo, Arnoldo estaba muy contrariado y Claudio estaba furioso. Al día siguiente quedaron estupefactos al enterarse de que el avión se había estrellado. ¡Ningún sobreviviente! ¡Por poco… y estarían muertos!

– Teófilo era cristiano y padre de familia. El día anterior aceptó tranquilamente el contratiempo, sin comprender. Confiaba en Dios y sabía que él tenía sus razones. El día siguiente comprobó que Dios lo había protegido maravillosamente. Emocionado contó a su familia cómo Dios había sido misericordioso con ellos, salvándole de la muerte; y juntos le agradecieron.

– Arnoldo era ateo, pero esto lo hizo reflexionar: ¿Dónde estaría ahora si el auto no hubiera tenido esa avería? Comprendió que su vida había sido salvada milagrosamente, y se volvió al Dios que hacía tanto tiempo lo estaba buscando. Dios habló a Arnoldo, y él escuchó.

– Claudio también era ateo. Cuando perdió el vuelo se puso furioso, pero luego se felicitó por tal casualidad, presumiendo ante su familia haber tenido mucha suerte. Dios habló fuerte a Claudio, pero él no quiso escuchar.

Exteriormente nada diferenciaba a esos tres colegas. Pero ese contratiempo tuvo para cada uno de ellos un significado muy diferente. El objetivo de Dios era el mismo, pero el efecto producido no lo fue.

(mañana continuará)

1 Reyes 18:1-19 – Marcos 16 – Salmo 62:1-4 – Proverbios 15:31-32

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El fracaso de los líderes

Mayo 21

El fracaso de los líderes

A ninguno tengo del mismo ánimo, y que tan sinceramente se interese por vosotros. (Filipenses 2:20)

La historia de la Iglesia pudiera referirse a nuestra época como la del desastroso fracaso en el liderazgo de la iglesia. Se han bajado las normas del liderazgo, y millares han perdido trágicamente su camino.

¿Dónde están los hombres piadosos y veraces? ¿Dónde están los humildes y desinteresados modelos de virtud? ¿Dónde están los ejemplos de la victoria sobre la tentación? ¿Dónde están quienes nos muestren cómo orar y vencer las pruebas o la adversidad?

Tenemos una iglesia estancada y deformada porque hemos perdido de vista a Cristo, su Palabra y al Espíritu. Hemos perdido de vista nuestro claro ejemplo de crecimiento en la vida del apóstol Pablo. Y hemos tolerado una norma de liderazgo más baja que la permitida por la Biblia. La esencia del cristianismo es ser más semejante a Cristo. Se atenderán asuntos tales como las buenas relaciones, el servicio y la evangelización si procuramos alcanzar esa meta santa.

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La “trivialización” de Dios

La “trivialización” de Dios

Sugel Michelén

Uno de los problemas religiosos más profundos del hombre moderno no es tanto el ateísmo sino más bien la “trivialización” de Dios. El concepto que muchos tienen de Dios es el de una energía impersonal, un “algo” indescriptible que de alguna manera misteriosa incide en el mundo, pero al que no es necesario que tomemos en cuenta a la hora de actuar o tomar nuestras decisiones. Ese “dios” carece de justicia y santidad, y tal parece que su única preocupación es que gocemos de la vida y la pasemos lo mejor que podamos.

Pero independientemente de lo que cada persona piense al respecto, Dios es como Él es, y Él ha revelado de Sí mismo en Su Palabra todo cuanto necesitamos conocer por el momento. Un Dios que no se revela nos dejaría a merced de nuestra imaginación, con la consecuencia inevitable de que terminaríamos fabricando un ídolo a nuestra medida, conforme a nuestra imagen y semejanza. Cuando el hombre fabrica sus dioses hace una proyección en grande de sí mismo. Por eso los dioses olímpicos de la Grecia antigua manifestaban las mismas pasiones pecaminosas y las mismas inconsistencias de sus adoradores.

Pero Dios no nos ha dejado en oscuridad con respecto a la información que necesitamos para conocerle. Él se ha revelado al hombre en la creación (Su revelación general) y en la Biblia (Su revelación escrita).

David nos dice en el Salmo 19 que “los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de Sus manos”. Y el apóstol Pablo dice en un tono similar que “las cosas invisibles de Él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas” (Romanos 1:20). La creación revela el poder del Creador, Su sabiduría, Su inmensidad.

Pero esa información no es suficiente. Necesitamos también una revelación escrita en la que Dios nos comunique, con proposiciones lógicas y razonables, lo que necesitamos saber sobre Sí mismo, sobre la creación y sobre la historia. Sin esa revelación la palabra “dios” queda reducida a un símbolo lingüístico desprovisto de significado.

Por eso no basta con decir que creemos en Dios; debemos aceptar sin reservas Su revelación escrita, de lo contrario, nuestro impulso religioso nos conducirá a la idolatría y no a la adoración del Dios Trino, infinito y personal que es digno de toda gloria y honor; ese Dios a quien todos los hombres deben amar y servir con todo su corazón, con toda su mente y con todas sus fuerzas.

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