La balanza de Dios

Sábado 10 Noviembre

El peso falso es abominación al Señor; mas la pesa cabal le agrada.

Proverbios 11:1

El Dios de todo saber es el Señor, y a él toca el pesar las acciones.

1 Samuel 2:3

La balanza de Dios

En la caja de un supermercado, delante de mí, una señora ocultó a la cajera algunos productos. Para el comercio, en el momento del balance, la suma del robo aparecerá en la columna de las «pérdidas». Pero alguien vio lo que esa señora hizo y lo grabó: Dios. Para él, un robo sigue llamándose robo: “No hurtarás” (Éxodo 20:15).

Esta persona quedaría muy sorprendida si se le dijese que más tarde recibirá la factura, y quien se la entregue no será el administrador del almacén, sino Dios. Sí, un día Dios abrirá los «libros de contabilidad» y hará justicia de manera perfecta.

Quizás algunos consideren que ser honesto es ser ingenuo. Pero Dios no ha cambiado desde el tiempo en que declaró, en la Biblia, que abomina el peso falso. Él conoce todo, desde el más pequeño desvío de la honestidad hasta el fraude a gran escala.

Es muy importante recordar esto: Un día todo saldrá a la luz ante el “que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos” (1 Pedro 4:5). Antes del juicio, pongamos, pues, ante Dios esas cargas que oprimen nuestra conciencia. ¿Cómo ser verdaderamente felices sin tener una buena conciencia ante Dios, sin tener la seguridad de su aprobación?

“¿No ve él (Dios) mis caminos, y cuenta todos mis pasos? Si anduve con mentira, y si mi pie se apresuró a engaño… Si mis pasos se apartaron del camino, si mi corazón se fue tras mis ojos, y si algo se pegó a mis manos… ¿qué haría yo cuando Dios se levantase? Y cuando él preguntara, ¿qué le respondería yo?” (Job 31:4-5, 7, 14).

Deuteronomio 33 – Hebreos 2 – Salmo 119:169-176 – Proverbios 27:9-10

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