¿En qué momento el error se convierte en herejía?

The Master’s Seminary

¿En qué momento el error se convierte en herejía?

Michael Riccardi

En lo que puede ser el caos de una sala de emergencia, los médicos necesitan saber cómo valorar la urgencia de los pacientes, es decir, una herida de bala es prioridad comparada con un esguince de tobillo. Del mismo modo, en el mundo teológico los cristianos deben entender la diferencia entre doctrinas «primordiales» (doctrinas fundamentales sin las cuales no existe unidad fraternal entre hermanos) y doctrinas «secundarias» o «terciarias» (doctrinas en las que dos auténticos cristianos pueden estar en desacuerdo y aún así tener unidad. Por lo tanto es de suma importancia el ser capaces de discernir la diferencia entre una enseñanza errónea (sobre cuestiones no fundamentales) y la herejía.

Toda doctrina bíblica es importante. Yo iría tan lejos hasta decir que toda la doctrina bíblica es esencial. Es difícil poner cualquier doctrina en un segundo o tercer nivel, ya que de alguna manera nos sentimos diciendo que una doctrina es menos importante. Pero el empleo del triaje teológico no quiere decir que todo lo que no es de primer orden no es importante, al igual que un médico debe priorizar una herida de bala, el cristiano debe priorizar las doctrinas fundamentales. El hecho es, que auténticos cristianos pueden no estar de acuerdo en cosas como el modo y los receptores del bautismo; pero si dos personas no están de acuerdo sobre la trinidad de Dios, uno es un cristiano y el otro no.

La realidad condenatoria del error

Algunas personas rechazan la noción de que los desacuerdos acerca de la doctrina podrían impedir a alguien la salvación. Después de todo, nadie tiene la teología perfecta, y somos salvos por creer en Cristo, no creyendo en doctrina, dicen algunos. Y es cierto, la regeneración no promete la protección de todo error doctrinal. Pero si promete proteger del tipo de error, que si se cree, indica que no eres un hijo de Dios en absoluto. Sabemos que existe ese tipo de error teológico porque el Apóstol Pablo escribió Gálatas 1: 6-9

6 Me maravillo de que tan pronto hayáis abandonado[d] al que os llamó por[e] la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente; 7 que en realidad no es otro evangelio, sólo que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. 8 Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciara otro evangelio contrario al[f] que os hemos anunciado, sea anatema[g]. 9 Como hemos dicho antes, también repito ahora: Si alguno os anuncia un evangelio contrario al[h] que recibisteis, sea anatema[i]. 10 Porque ¿busco ahora el favor de los hombres o el de Dios? ¿O me esfuerzo por agradar a los hombres? Si yo todavía estuviera tratando de agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo.

Pablo escribió sobre el error de los judaizantes, los cuales, si se piensa en ello, fue un punto muy fino de desacuerdo doctrinal. Piensa en todo lo que los judaizantes compartían en común con la fe una vez dada a los santos. Ellos creían en un solo Dios, que existe eternamente en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Ellos creían en la divinidad y la humanidad de Cristo. Ellos creían que Él era el Mesías de Israel en cumplimiento del Antiguo Testamento. Creían en en la expiación penal sustitutiva en la cual Cristo llevó el castigo de la ira de Dios contra los pecados de su pueblo cuando murió en la cruz, para que puedan ser libres de la pena y el poder (y un día su presencia) del pecado. Ellos creían que fue sepultado, y que resucitó al tercer día. Y creían que el arrepentimiento y la fe en Cristo era absolutamente necesario para el perdón de los pecados y la comunión con Dios en el cielo. Esto es mucha doctrina en comun.

Su tema se reducía básicamente, a si las buenas obras son la causa o el resultado de la salvación. ¿Somos salvos por la sola fe, o por la fe en Cristo y nuestra práctica religiosa? Ahora, ese punto de desacuerdo es una distinción ciertamente importante. Pablo emplea el lenguaje más severo de condena por este error. Un evangelio diferente, significa que no hay evangelio en absoluto (Gálatas 1: 6) Aquellos que lo creen y promueven deben ser anatema, condenados al infierno (Gal 1: 8, 9). Separados de Cristo» (Gálatas 5: 4). Tendrán su juicio. Se deberian castrar a si mismo (Gálatas 5:12). Estas son palabras fuertes para un desacuerdo doctrinal. Esto nos enseña que hay ciertas cosas, que si se creen, se oponen a la salvación de alguien, porque creer esas cosas es creer un evangelio diferente.

¿Cuáles son las Doctrinas Fundamentales?

Eso nos lleva a la pregunta inicial: ¿Cuánto puede uno creer mala doctrina y aún así ser un verdadero hijo de Dios? O dicho de otra manera: ¿Cuáles son esas falsas doctrinas, que si creen, indican que alguien no es verdaderamente salvo?

Creo que tenemos idea de por qué Pablo condenó severamente la doctrina de los judaizantes. Es porque había algo fundamental en juego. La enseñanza judaizante era mutuamente excluyente del evangelio verdadero de la gracia. Las creencias equivocadas que indican que alguien no es salvo, necesariamente socavan o niegan el Evangelio de la salvación por la gracia mediante la fe en Cristo solamente de acuerdo a las Escrituras, solo para la gloria de Dios.

Pero ¿cuáles son esas enseñanzas equivocadas que condenan?

1. soteriología

Tenemos que empezar por aquí, porque la pregunta: «¿Qué doctrinas falsas impiden la salvación?» Es una pregunta fundamental soteriológica. Debemos preguntarnos: ¿Esta enseñanza nos instruye a confiar en nosotros mismos para contribuir a nuestra justicia ante Dios, aunque sea en parte? ¿Esta enseñanza nos anima a confiar en otra cosa que no sea Cristo para justicia? ¿Nos enseña esta doctrina que la salvación es algo distinto de nuestra redención y liberación del pecado a través de la obra de Dios en Cristo?

La negación de la sola fide de la Iglesia Católica Romana es una falsa doctrina que requiere una respuesta afirmativa a estas preguntas. Al negar que los pecadores son declarados justos a través de la sola fe, el catolicismo romano en realidad comete el mismo error que los judaizantes, abogando por la adición de diferentes obras ademas de la justicia que ofrece Cristo.

Pero la doctrina Wesleyana del sinergismo, aunque no es bíblica y con razón es etiquetada como «mala teología,» no es un error condenatorio. Tal vez las implicaciones lógicas de la misma lo son, y si un defensor del sinergismo es verdaderamente coherente consigo mismo daría lugar a la herejía. Pero arminianos wesleyanos evitan activamente los errores condenatorias del pelagianismo y semi-pelagianismo, confesando que la fuente de su fe es la gracia de Dios, y no proviene de si mismos. Su doctrina de la gracia preveniente no se encuentra en las Escrituras, y ellos no pueden explicar consistentemente por qué unos creen en Cristo, mientras que otros no, pero de alguna manera son salvos por su inconsistencia, ya que ven a Cristo solamente mediante la fe solamente para la salvación.

2. Teología Propia

Porque Dios mismo es el Autor de la salvación, no podemos ser verdaderamente salvos si estamos confiando en nadie más que el verdadero Dios. Muchas personas, incluso aquellos que se llaman a sí mismos cristianos que creen en el Dios de la Biblia, han transgredido tanto su doctrina que se han creado un dios a su propia imagen. Hay algo acerca de su dios que es fundamentalmente diferente del verdadero Dios. Así que debemos preguntarnos: ¿Esta enseñanza afirma algo acerca de Dios que es tan falso, tan antitético a su naturaleza que creer en esto es creer en un dios diferente, y no en el Dios de la Biblia?

Creo que tenemos que responder «sí» a esta pregunta en la consideración del Dios de Teísmo Abierto, que sugiere que Dios está «en proceso», está aprendiendo, y no sabe el futuro. Se trata de una negación absoluta de la omnisciencia de Dios, aquel que insiste en que «él declara el fin desde el principio, y lleva a cabo todos los planes de su corazón» (Isaías 46: 9-10; Sal 33:11; Sal 139; Hebreos 4:13). Esto no es simplemente un malentendido sobre quién es Dios; este es un dios fundamentalmente diferente.

Pero nos gustaría responder «no» a la pregunta anterior con respecto a la doctrina del orden de los decretos divinos. Infralapsarianos creen que el decreto de Dios de crear y ordenar la caída del hombre lógicamente (nota: no cronológicamente) precedió el decreto de Dios de elegir y lograr la salvación. Supralapsarianos creen que el decreto de Dios para elegir y guardar es lógicamente anterior incluso a los decretos para crear y ordenar a la caída. Ninguna de estas posiciones distorsiona la persona y el carácter de Dios, como para hacer de él un «dios» tan diferente a lo que revela la Escritura; tampoco para socavar la salvación de ninguna manera. Así que esto no es un problema de primer orden.

3. Cristología

En 2 Corintios 11, Pablo les dice a los corintios que los falsos apóstoles proclamaban a «otro Jesús», es decir, uno diferente de aquel que realmente existe. También iguala esa designación con el concepto de «otro evangelio» (2 Corintios 11: 4). Puesto que la salvación viene sólo a través de la obra de Jesucristo, debemos estar seguros de estar confiando en el Cristo que existe, y no en «otro Jesús» a quien hemos inventado según nuestro propio entendimiento. Así que debemos preguntarnos: ¿Esta enseñanza afirma algo sobre la persona o la obra de Cristo que es tan falso, tan antitético a su naturaleza que creerlo es creer verdaderamente en un Jesús diferente?

El arrianismo es tal enseñanza. Arrianos creen que Jesús no es precisamente de la misma sustancia (o esencia) como el Padre, sino que Él es de una sustancia similar. Jesús no es verdaderamente divino, pero tampoco es meramente humano creen ellos. Él es como un dios, pero Él no es Dios. Por supuesto, el Cristo de la Escritura es Dios mismo, Dios Hijo, la Segunda Persona de la Trinidad (Juan 1: 1-3; 08:58; 10:30; Romanos 9: 5; Tito 2:13; Hebreos 1: 8; 2 Pedro 1: 1). Y no puede haber una diferencia más fundamental entre Aquel que es Dios y uno que no lo es. Por lo tanto, los arrianos creen en un Jesús diferente al Cristo de la Escritura, un Jesús que no existe, y por lo tanto a un Jesús que no puede salvar.

Pero la doctrina de la filiación como hijo despues de la encarnación es un ejemplo de un error cristológico que sin embargo no es herético. Ellos enseñan que Cristo no se refería al Padre como Hijo desde toda la eternidad, sino que Él se hizo Hijo de Dios en su nacimiento (aún otros dicen que sólo en su resurrección). Pero la distinción entre una diferencia ontológica y la funcion subordinada (es decir, la subordinación en el papel, pero no en esencia) elimina cualquier preocupación de la desigualdad en la Deidad. Y cuando uno entiende el «engendrar» del Salmo 2 y Hebreos 1 como una generación eterna, no una que tiene lugar en el tiempo, la confusión desaparece. Dios envió a su único Hijo (Juan 3:16); Él no envió uno que se convirtió en su Hijo. En cualquier caso, los que sostienen la otra posicion no tienen la intención de socavar la deidad o eternidad de Cristo; es una cuestión de los roles o funciones que Cristo ha llevado a cabo, no es algo que es esencial a su naturaleza.

4. Pneumatología

No podemos olvidar el tercer miembro de la Trinidad. El Espíritu Santo es Dios como el Padre y el Hijo son Dios. Por lo tanto, mantener un error con respecto al Espíritu Santo es tener una visión falsa de Dios, y garantiza la misma preocupación que los temas de la teología del propia y la Cristología. Por lo tanto, al evaluar el error pneumatológico, hay que preguntarse: ¿Esta enseñanza afirma algo sobre la persona o la obra del Espíritu Santo que es tan falsa, que es la antítesis de su naturaleza que creerla es creer verdaderamente en un Dios diferente?

Debemos responder «sí» con respecto a la doctrina de los Testigos de Jehová que afirman que el Espíritu no es una persona, sino simplemente una fuerza. Deben enseñar esto si insisten en negar la Trinidad. Pero se le puede mentir al Espíritu Santo (Hechos 5: 3-4), él puede hablar (Hechos 13: 2), envíar misioneros (Hechos 13: 4), profetizar (Hechos 21:11), conocer los pensamientos de Dios (1 Cor 2:11), y puede ser contristado (Efesios 4:30). Una fuerza no puede hacer ninguna de estas cosas; Sólo las personas pueden. Negar la personalidad del Espíritu Santo es negar algo fundamentalmente verdad acerca de la naturaleza del Espíritu. Es negar que el Espíritu es Dios, y que Dios existe eternamente en tres co-iguales, co-eternas, y personas consustanciales. Por lo tanto, se trata de un error que cruza la línea en de la herejía.

Pero tendríamos que responder «no» a esta pregunta si se refiere a la continuación de los dones milagrosos. Los lectores habituales de este blog saben que soy un cesacionistas convencido, por lo tanto considero que la redefinición de los dones de profecía, lenguas, y la sanación (aun como se hace en el movimiento continuacionista conservadora) como un ejemplo de «mala teología.» Pero no es herética, porque no creo que todos lleguen a crear un Dios diferente. Simplemente dicen que los dones que él dio una vez, todavía los está dando en la actualidad. Eso tampoco quiere decir que no hay carismáticos que si son herejes.

5. Trinidad

Hemos hablado acerca de Teología Propia, cristología y pneumatología, hemos discutido sobre errores doctrinales relacionadas con cada persona de la Trinidad. Pero también tenemos que hablar de la doctrina de la tri-unida de Dios. El Dios que es Uno en su esencia y el ser existe eternamente en tres co-iguales, co-eterno, Personas consustanciales. Negar cualquier aspecto de esto es negar algo tan intrínseco a la naturaleza misma de Dios mismo, que terminariamos con un dios fundamentalmente diferente. Así que debemos preguntarnos: ¿Esta enseñanza distorciona las doctrinas de (a) la Trinidad o (b) la unidad de la Divinidad, que creerla es socavar la trinidad de Dios, y así nos hace creer en un Dios diferente ?

Un ejemplo de una herejía trinitaria sería el modalismo, que niega lo esencial de las tres Personas de la Deidad. Los modalistas enseñan que hay un Dios que puede ser designado por tres nombres diferentes (‘padre’ ‘Hijo’ y ‘Espíritu Santo’) en diferentes momentos, pero que estos tres no son personas distintas. Como se mencionó anteriormente, esta cuestión de la personalidad ataca el corazón de lo que significa que Dios sea Dios. Por lo tanto, el modalismo (en su versión contemporánea la cual defiende el pentecostalismo unicitario) es una herejía.

Pero una cuestión trinitaria en la que puede haber desacuerdo entre los verdaderos creyentes es la controversia acerca de si el Espíritu procede eternamente del Padre solamente, o del Padre y del Hijo. Si bien este tema era lo suficientemente importante como para dividir a la iglesia oriental y occidental y tiene implicaciones para la persona del Padre, no obstante, no menoscaba la unidad o la identidad de las tres personas de la trinidad.

6. Bibliología

La base de autoridad de todo debate teológico es la Escritura. Eso significa que tenemos que preguntar: ¿Esta enseñanza distorsiona la doctrina de la Escritura al punto que socava la autoridad bíblica? ¿Esta enseñanza niega la autoridad de la Biblia de una manera tal que da más autoridad a otro hombre, o un tribunal de los hombres?

La negación de la inspiración de la Escritura pondría claramente al argumento fuera de los límites de la ortodoxia. «Toda la Escritura es inspirada por Dios» (2 Timoteo 3:16). Reclamar que cualquier porción de la Escritura no es la Palabra de Dios, o tratarla de una manera tal que impugna el carácter del Dios cuya Palabra es, es exaltar el propio razonamiento por encima de Dios. Es liberarse a sí mismo de la autoridad de Dios y hacer su propia comprensión de lo que es verdadero. Esto ya no es verdaderamente cristianismo y como tal se cruza la línea de la doctrina herética.

Pero hay algunos debates bibliológicos sobre los que verdaderos creyentes pueden estar en desacuerdo. Un ejemplo sería el debate sobre la forma de inspiración. Algunos cristianos ingenuamente creen que la inspiración implica dictado unicamente, es decir, que Dios dictó revelación a los autores humanos y que simplemente transcribieron lo que escucharon. Ahora, ciertamente hubo momentos en los que esta era la forma de la revelación (por ejemplo, Éxodo 34:27), pero no fue el único medio. En general, la Escritura  fue inspirada bajo la obra de superintendencia del Espíritu Santo (2 Pedro 1: 20-21). El Espíritu no anula los pensamientos, intenciones y personalidades de los autores de la Escritura, pero soberanamente los supervisó y trabajó con sus pensamientos, intenciones, y personalidades que llegaron a escribir precisamente lo que pretendía el Espíritu. Sin embargo, el modelo de dictado únicamente de inspiración no socava el carácter o la autoridad de las Escrituras.

Conclusión

La acusación de herejía es grave. No podemos ser triviales o frívolos al acusar a alguien con este termino. Pero la respuesta de Pablo a los judaizantes (entre muchos otros pasajes de la Escritura) nos demuestra que hay momentos en que debemos trazar líneas claras de separación, incluso entre aquellos que se llaman a sí mismos cristianos.

Que podamos ser hallados fieles mayordomos de la pauta de las sanas palabras confiadas a nosotros como un tesoro (2 Tim 1: 13-14), por la pureza del Evangelio, y para la gloria de Cristo.

Mike es el pastor de Ministerios de evangelismo local en Grace Community Church en Los Ángeles, donde también se desempeña como co-pastor de GraceLife. También enseña Apologetica y Evangelismo en The Master’s Seminary, donde actualmente cursa su Ph.D en Teología.

¿Qué es un discípulo?

Ministerios Ligonier

El Blog de Ligonier

¿Qué es un discípulo?

Anthony Carter

Nota del editor: Este es el segundo capítulo en la serie «Discipulado», publicada por la Tabletalk Magazine.

La Biblia nos recuerda que los primeros seguidores de Jesucristo fueron llamados cristianos por primera vez cuando el testimonio de la fe llegó a la ciudad de Antioquía (Hch 11:25). Aunque inicialmente fue un término de burla, los seguidores de Cristo pronto abrazaron la designación cristianos porque los identificaba abierta y desvergonzadamente con Cristo. Pero antes de que el título de cristiano fuera ampliamente aceptado, ¿cómo eran llamados los primeros seguidores de Cristo? Simplemente los llamaban «discípulos». Discípulo era la referencia preferida para los creyentes. Pero, ¿qué es un discípulo?

En resumen, un discípulo es un estudiante. Un discípulo es aquel que se disciplina a sí mismo en las enseñanzas y prácticas de otro. La palabra discípulo, al igual que disciplina, proviene de la palabra latina discipulus, que significa «alumno» o «aprendiz». En consecuencia, aprender es disciplinarse uno mismo. Por ejemplo, si se quiere avanzar en las artes o las ciencias o el atletismo, uno tiene que disciplinarse y aprender y seguir los principios y fundamentos de los mejores maestros en esa área de estudio. Así fue y es con los discípulos de Cristo. Un discípulo sigue a Jesús.

Cuando Jesús llamó a Sus primeros discípulos, simplemente dijo: «Sígueme» (Mc 1:172:14Jn 1:43). Un discípulo es un seguidor, uno que confía y cree en un maestro y sigue sus palabras y ejemplo. Por lo tanto, ser un discípulo es estar en una relación. Es tener una relación íntima, instructiva e imitativa con el maestro. En consecuencia, ser un discípulo de Jesucristo es estar en una relación con Jesús, es buscar ser como Jesús. En otras palabras, seguimos a Cristo para ser como Cristo (1 Cor 11:1) porque como Sus discípulos, pertenecemos a Cristo. El discípulo de Jesús tiene ciertas características que son acordes con una relación con Jesús. ¿Cuáles son las cualidades de un discípulo de Cristo? ¿Cuáles son los rasgos de aquellos que siguen y son llamados discípulos de Cristo?

Nadie puede realmente llamarse a sí mismo un discípulo de Jesús si no está dispuesto a obedecerlo.

Un discípulo escucha a Jesús

Nadie puede decir que es un discípulo de un maestro a menos que esté listo para escucharlo. El mundo está inundado de maestros compitiendo por oyentes y seguidores. Escuchar a Jesús es lo que un discípulo cristiano hace . Cuando Jesús habla, el discípulo escucha. El discípulo se aferra a cada palabra del Maestro como si esa palabra fuera pan para el hambriento o agua para el sediento. Cuando Jesús se reunió con Sus discípulos en el Monte de la Transfiguración, Dios el Padre habló desde el cielo con un mandato claro: «Este es mi Hijo amado… a Él oíd» (Mt 17:5). No puedes ser cristiano y no escuchar a Jesús.

Un discípulo aprende de Jesús

Escuchar a Jesús no es suficiente. Un discípulo no escucha y luego se aleja como si las palabras del maestro no tuvieran impacto. Cuando Jesús llama a Sus discípulos, los llama a aprender y a escuchar. Cuando vienen, Él dice: «Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas» (Mat 11:29). El discípulo es un aprendiz, y las palabras de Cristo le son de peso. Cuando Jesucristo expulsó a los buscadores de panes y peces en el pasaje de Juan 6, se volvió hacia los doce discípulos y preguntó: «¿Acaso queréis vosotros iros también?» Pedro, hablando en nombre de los demás, respondió: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocido que Tú eres el Santo de Dios» (Jn 6:68-69). Aprender de Cristo es el mayor deseo del discípulo. Es la base de todo lo que cree. Con gozo recibe las palabras de su Maestro. Estas son su pan de cada día. Medita en ellas día y noche (Sal 1:2).

Un discípulo obedece a Jesús

Nadie puede realmente llamarse a sí mismo un discípulo de Jesús si no está dispuesto a obedecerlo. El discípulo, el que realmente escucha y aprende, pondrá en práctica lo que aprende. Para el discípulo, la obediencia no es opcional. Jesús ha demostrado ser digno de toda obediencia. Aquellos que lo conocen mejor están más conscientes de esto. Cuando la boda en Caná se quedó sin vino, María (la madre de Jesús) les dijo a los sirvientes de la casa que buscaran a Jesús y «haced todo lo que Él os diga» (Jn 2:5). Ese fue un gran consejo. Poner en práctica las enseñanzas del Maestro es el fruto del verdadero discipulado. Jesús mismo declaró que aquellos que lo aman demuestran su amor por Él guardando Sus mandamientos (Jn 14:212315:10).

Algunos tratan de hacer una distinción entre ser un discípulo y ser un cristiano. Sin embargo, la Biblia nunca hace tal distinción. Antes de ser llamados cristianos, fueron llamados discípulos. Ser un discípulo de Cristo es ser un cristiano. Ser cristiano es confiar en Cristo, escuchar a Cristo, aprender de Cristo y obedecer a Cristo. En consecuencia, ser cristiano es ser un discípulo. Fue así en el comienzo y así sigue siendo hoy.

Este artículo fue publicado originalmente en la Tabletalk Magazine.
Anthony Carter
Anthony Carter
El reverendo Anthony Carter es pastor de East Point Church en East Point, Ga. Es autor de varios libros, incluido Blood Work.

4/5 – La tiranía de lo urgente

Aviva Nuestros Corazones

Serie: Primero lo primero

4/5 – La tiranía de lo urgente

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/la-tirania-de-lo-urgente/

Annamarie Sauter: ¿En ocasiones te has encontrado a ti misma pensando, “Si no tuviera todas estas personas a mi alrededor, entonces pudiera trabajar un poco?” Nancy Leigh DeMoss dice que es difícil realizar nuestro trabajo aun cuando estamos solas.

Nancy Leigh DeMoss: No necesito otras personas a mi alrededor para distraerme. Puedo proveer mis propias distracciones. Puedo distraerme con la tiranía de lo urgente sin tener que salir de casa, sin siquiera salir de mi habitación o de mi estudio en la mañana. Puedo hallar innumerables cosas que hacer que son buenas —pero descuidando las que son importantes.

Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín¿Qué cosa o cosas se interponen a nuestras prioridades —llamadas telefónicas, correos electrónicos, tareas, conducir, un día de compras en la tienda por departamento u otra pequeña interrupción urgente? Hoy, Nancy nos ayudará a decir NO a algunas buenas cosas para decir SÍ a las mejores. Actualmente estamos en la serie titulada “Lo primero es lo primero”.

Nancy: Durante esta semana hemos estado hablando en esta serie sobre como ordenar nuestras prioridades de modo que podamos obtener el mayor beneficio de nuestro tiempo y poder cumplir con la agenda que Dios tiene para nuestras vidas. Hemos estado echando un vistazo a la palabra P-R-I-O-R-I-D-A-D-E-S que en inglés es priorities, y a cada letra de esta palabra le hemos puesto una frase o una palabra que son elementos que nos ayudan a comprender y a recordar cuales deben ser nuestras prioridades.

Hace un par de días iniciamos hablando de la letra «P»—persevera en oración. Pídele a Dios sabiduría. Debemos cada mañana iniciar nuestro día, y continuar a través de este y finalizarlo diciéndole “Señor, necesitamos que nos ayudes a ordenar nuestras prioridades”.

Luego seguimos con la letra «R»— revisa las prioridades de Dios para tu vida basada en la Palabra de Dios. Ve a las Escrituras y descubre lo que la Palabra de Dios tiene que decirte como mujer al presente en tu vida. ¿Cuáles son las cosas importantes, las primeras cosas que debes mantener en primer lugar en tu vida?

Seguimos con la letra «I»—hablamos de hacer un inventario, evaluar, calcular ¿cómo estoy utilizando mi tiempo? ¿Qué hay en mi lista de cosas para hacer? ¿Qué hay en tu lista de responsabilidades? ¿Son estas las cosas que caen dentro del renglón de prioridades de lo que he descubierto para mi vida en la Palabra de Dios? Si no, tendremos que eliminar cosas; deshacernos de algunas cosas hasta que sepamos que las cosas que estamos haciendo son las que realmente son importante en nuestras vidas.

Y ayer hablamos de la letra «O»— ordena tu horario, tus actividades, tu involucramiento diario de acuerdo con las prioridades de Dios para tu vida. Tú determinas cuales son las prioridades para el presente estado de tu vida, entonces mientras abordas tus responsabilidades diarias ordena tus pasos, ordena tus decisiones, tu horario de acuerdo a esas prioridades.

Y decimos que es muy importante poner las primeras cosas primero en el día. Si no lo hacemos, veremos cómo nuestro día es devorado por todo tipo de cosas que pueden ser buenas. Entonces cuando llegamos al final del día decimos “no hice las cosas que realmente tenía que hacer, las cosas que debieron ser mis prioridades”. Mientras que si iniciamos nuestro día poniendo las cosas más grandes, las más difíciles, las más importantes, entonces nos damos cuenta que aquellas otras cosas pueden encajar alrededor de las cosas mayores en nuestras vidas.

Ahora, hemos llegado a la letra «R»— aquí queremos aprender a resistir lo que alguien ha llamado “la tiranía de lo urgente”. Resistir la tiranía de lo urgente. Reconocerás esa frase del pequeño libro escrito por un hombre llamado Charles Hummel. Ha sido de mucha ayuda para mí y es algo que encuentro que tengo que volver y volver a leer otra vez periódicamente.

En ese libro, el cual es un clásico, Hummel dice que el problema no es tanto la falta de tiempo; aunque a veces desearíamos que nuestro día tuviese treinta horas. Él alega que si tu día tuviera treinta horas, de todas formas tendrías los mismos problemas. Él dice que el problema no está en que no tenemos suficiente tiempo; el problema realmente es un problema de prioridades.

En su libro él habla de la tensión existente entre las cosas que son urgentes y las cosas que son importantes. Él dice, “las tareas importantes rara vez deben ser hechas hoy, o aun esta semana, pero las tareas urgentes requieren atención instantánea”. De modo que desde el momento en que me levanto en la mañana hay cosas urgentes que me presionan y llaman mi atención. Sin embargo, lo que sucede es que frecuentemente, en el proceso de atender esas tareas urgentes voy ignorando las tareas que realmente son importantes—cosas que no son para esta semana pero si no comienzo a trabajar en ellas no las realizaré a tiempo.

Ahora, debo decir que la tecnología ha sido de gran bendición en muchos aspectos, pero en otros no nos ha ayudado en esto de las prioridades. La tecnología ha incrementado el sentido de que todo es urgente. Los correos electrónicos tienen que ser respondidos de inmediato; las llamadas telefónicas, los correos de voz tienen que ser respondidos inmediatamente; así también las computadoras —todo tiene que ser atendido rápida e inmediatamente.

Pero, ¿qué hacíamos antes de que existiera FedEx? ¿Qué hacíamos antes de los faxes? ¿Qué hacíamos antes de los correos electrónicos? O qué hacíamos antes de la mensajería instantánea. Los jóvenes de ahora no recuerdan cuando no existían los correos electrónicos. Bueno yo pienso que muchas personas que vivieron antes de que existieran los correos electrónicos hacían muchas cosas importantes. Conté que yo recibí cerca de 1200 correos el mes pasado. Para muchos esto no es mucho, pero es sorprendente como puedo pasarme el día solo respondiendo correos que vienen y van. Y he descubierto que he hecho muchas cosas urgentes pero no he hecho las verdaderamente importantes.

Así que debemos aprender a diferenciar lo urgente de lo importante. Hay un pasaje en Mateo capítulo 23 donde Jesús habló a los fariseos, y pienso que a manera de aplicación práctica este es el punto que él está trayendo: Los fariseos eran culpables de enfocarse en lo inmediato, en las responsabilidades obvias, pero en el proceso ellos olvidaban las responsabilidades importantes y de mayor peso.

Escuchen lo que Jesús dijo en Mateo capítulo 23 versículo 23: “¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas! Dan la décima parte de sus especias: la menta, el anís y el comino”. Están diezmando las cosas pequeñas de sus vidas (eso es lo urgente). “Pero han descuidado los asuntos más importantes de la ley, tales como la justicia, la misericordia y la fidelidad”. Ahora Jesús les dice: Debían haber practicado esto sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos! Cuelan el mosquito—un pequeño mosquito; le ponen atención y se aseguran de quitarlos del camino (eso es lo urgente) — pero se tragan el camello (eso es lo importante). Y lo que Él está diciendo, debes hacer lo importante. Pon lo importante primero.

Ahora, no hay nada malo con diezmar las especias. Jesús, en realidad, dice que debieron haber hecho aquello, pero debieron haber hecho primero lo primero. Debes asegurarte que en el proceso de hacer lo inmediato y lo obvio no estás pasando por alto las cosas que realmente son importantes.

Solo por el hecho de estar ocupadas no necesariamente significa que estemos siendo productivas o que estemos ocupadas con las cosas correctas. Leí una cita de un escritor del siglo XVII la semana pasada. Él decía, “hay algunos hombres que están ocupados, pero atrapando moscas”. Están ocupados y todas nosotras aparentamos estamos ocupadas. Rara vez te encuentras con alguien que no aparente estar ocupado. La pregunta no es ¿estamos ocupadas? Estar ocupadas en sí mismo no es una virtud. La pregunta es: ¿estamos ocupadas haciendo las cosas importantes?

A propósito, permítanme decirles, existen algunas madres que se quedan en sus casas quienes han dicho: “Quiero que el estar en casa sea mi prioridad—quiero que mi hogar sea mi prioridad”, pero ellas no están en casa. Están ocupadas haciendo cualquier otra cosa. Han reemplazado su carrera, su trabajo fuera de casa, por muchas otras cosas actividades y cosas que aún las mantienen, en muchos casos, lejos de esa prioridad importante que son sus esposos y sus hijos.

En el libro de Nehemías tenemos la historia de Nehemías guiando al pueblo en un esfuerzo por reconstruir las murallas de Jerusalén. Habían llegado a un punto en donde algunos de los enemigos de la obra venían a Nehemías y trataban de distraerlo. Trataban que la obra se detuviera.

De modo que estos enemigos vinieron a Nehemías y le dijeron: “Baja de la muralla, tenemos que reunirnos contigo”. Esto es una distracción, una interrupción. Ahora, debemos saber discernir cuáles interrupciones provienen de parte de Dios y cuáles no provienen del Señor. Mas Nehemías les contestó en el capítulo 6 versículo 3: “Estoy ocupado en una gran obra, y no puedo ir”.

Esto es lo que debemos hacer con aquellas distracciones e interrupciones que discernimos que no son del Señor. Realmente no necesito que otras personas a mi alrededor creen distracciones. Yo puedo crear mis propias distracciones. Puedo distraerme con la tiranía de lo urgente sin siquiera salir de mi casa, sin siquiera salir de mi habitación o de mi estudio en la mañana. Yo puedo hallar un sinnúmero de cosas que hacer que son buenas, pero a costa de descuidar las realmente importantes.

Necesito aprender a decir: “Lo que estoy haciendo es importante. No puedo detenerme; no puedo ir”. Ahora, debemos ser sensibles cuando hay cosas provenientes del Señor que son oportunidades a las que necesitamos responder.

Jesús entendió la diferencia entre lo urgente y lo importante. Pienso que una ilustración excelente es aquella que se encuentra en Juan capítulo 11 cuando Jesús recibió la noticia de que Lázaro estaba enfermo de muerte. Las Escrituras dicen que él era el que Jesús amaba. Lázaro era uno de sus amigos. Jesús amaba la familia de Lázaro. Estoy segura que como hombre él quería ir inmediatamente y hacer algo, lo que pudiera ser, para ayudar en esta situación.

Pero las Escrituras dicen que cuando él escuchó que Lázaro estaba enfermo dijo: “No iré ahora mismo”. Él esperó cuatro días y pasado el tiempo fue a Betania donde Lázaro vivía. ¿Qué sucedió? Lázaro había muerto.

Ahora, parecería como si Jesús hubiese cometido un error de planificación. No quiero ser irrespetuosa, pero si observas las cosas a un nivel superficial, como usualmente vemos las cosas, parecería como si Jesús hubiera cometido un error. Pero desde luego que no. El hecho es, que lo urgente era ir inmediatamente a Lázaro e impedir que muriera. ¿Podía Jesús haber hecho esto? Claro que sí; pudo haber impedido que Lázaro muriera. Eso habría sido lo urgente.

Pero Jesús sabía que Dios tenía algo en mente que era más importante que lo urgente. Lo urgente era impedir que Lázaro muriera; lo importante era levantar a Lázaro de los muertos.

¿Puedes ver la diferencia? Si Jesús hubiese hecho lo urgente, no hubiera hecho lo importante. De modo que él fue sensible a la voluntad del Padre. Él escogió esperar, no hacer lo urgente.

Puedo imaginar que las personas habrían estado criticándole. “Tu mejor amigo, o uno de tus mejores amigos ¿no vas a cuidar de él? ¿Qué pensará su familia? Jesús no era guiado por lo que otros pensaban. Él era guiado por la voluntad de Su Padre. Como resultado, él podía escuchar a Dios, podía esperar en Él y arriesgarse a lo que otros pudieran pensar cuando decidió no ceder ante la tiranía de lo urgente. Como resultado Él fue capaz de hacer lo que era realmente importante.

Annamarie: Nancy Leigh DeMoss continuará sus enseñanzas en un momento.

¿No te parece que las necesidades urgentes excluyen las tareas importantes de cada día? Espero que la presente serie te esté ayudando a establecer prioridades importantes. Esperamos que hagas del estudio de la Palabra de Dios una prioridad y leas porciones de ella diariamente. Es como comer alimentos o cepillarse los dientes. Haces estas cosas día a día. ¿Por qué no comprometerte a leer la Biblia cada día?

Podrías llevar un programa de lectura u obtener un programa de lectura de un año…

Nancy Leigh DeMoss ha estado desarrollando un punto para cada letra de la palabra prioridades. Aquí está ella para retomar el tema.

Nancy: Ahora tenemos la letra es “I” Información aportada. Dile a otras personas que colaboren contigo, que te ayuden. Pídeles a otras personas a tu alrededor que te conocen y te aman —preferiblemente personas que conozcan y amen al Señor— que te ayuden a determinar cómo ordenar tu horario.

A la primera persona que debes ir, después del Señor, si eres una mujer casada es a tu marido. Pídele a tu marido: “Ayúdame a ordenar mi día. Ayúdame a pensar en mi lista de prioridades, a través de esta lista de cosas—porque todas parecen importantes ahora mismo. ¿Cuáles son las realmente importantes? ”

Ahora, claro, le has pedido al Señor primero, y le estás pidiendo al Señor que te de buen consejo a través de tu marido. ¿Sabías que Dios puede dar buen consejo a través de esposos que no son creyentes? Dios puede dar a tu esposo entendimiento que será útil para ti. Pregúntale a tu marido cuáles son sus prioridades para tu familia.

Puedes decir a tu marido: “No veo cómo puedo hacer todas las cosas que hay que hacer en este lugar. ¿Qué cosas son importantes para ti?” Es por esto que debes convertirte en una estudiante de tu marido y de tus hijos y descubrir las cosas que le importan más a él.

Puede ser importante para tu esposo que cuando él llegue a casa después del trabajo haya por lo menos un pasillo libre de obstáculos desde la puerta de entrada a la sala por el cual el pueda caminar sin tropezarse con algo. Quizás no sea eso lo importante para tu marido. Pero descubre lo que realmente le importa y haz de esas cosas tu prioridad.

Busca al Señor junto a tu marido. Oren juntos respecto a tus prioridades y busca que Dios te de entendimiento a través de tu marido

Ahora, hay otros que pueden darte consejos piadosos. Querrás quizás preguntar a una mujer mayor, piadosa que sea tu mentora en esta área que te ofrezca ayuda práctica y sugerencias acerca de cómo ordenar tu horario.

Hace unos días estuve en una cena con otras seis mujeres que estaban en diferentes etapas de sus vidas, nos sentamos a la mesa por largo rato y hablamos acerca de las prioridades. Fue de mucha ayuda para mí escuchar algunas de estas mujeres—algunas de ellas mayores que yo—hablar de lo que Dios les ha enseñado acerca de cómo ordenar sus prioridades. Estaba yo allí sentada pensando no solo en esta sesión, sino acerca de mi propia vida y sobre algunas cosas prácticas, atesorando toda esta sabiduría que podía obtener de estas mujeres.

A propósito, algunas de ustedes que son mayores, tomen seriamente su responsabilidad de animar a las más jóvenes que están realmente luchando con ordenar sus prioridades. Estén dispuestas y disponibles para ofrecer ayuda, ánimo y también oración.

Puede ser solo asunto de acercarse a aquellas que están agotadas, mujeres más jóvenes y decirles: “Solo quiero que sepas que estoy orando por ti. Quiero que sepas que lo vas a lograr; no siempre tendrás tres niños pequeños ellos crecerán.” Pero el punto aquí es busca al Señor para ver cómo puedes ser un medio de motivación.

En los primeros días en que estábamos lanzando Aviva Nuestros Corazones, descubrí que mis días estaban repletos de plazos que me presionaban, y en algunos períodos resultaban ser implacables. Llegue al punto en que me di cuenta que debía buscar ayuda. Necesitaba consejo y rendir cuentas a personas piadosas a mí alrededor para ayudarme a entender —porque estas cosas no encajaban en aquellos días.

Me acerqué a dos hombres piadosos que estaban al frente de nuestro ministerio y nos sentamos con mi lista de cosas por hacer, mi lista de responsabilidades y les dije: “Necesito que oren por mí. Necesito que me ayuden a pensar en las cosas de esta lista y me den consejo de lo que es realmente importante”.

Y ellos lo hicieron y Dios les dio a estos hombres mucha sabiduría. Me ayudaron a sortear la lista que parecía abrumadora para mí. Ellos dijeron: “Estas son las cosas en que necesitas enfocarte ahora, estas cosas son las que debes delegar para que alguien más se enfoque en ellas por algún tiempo”.

Somos parte de una familia; somos parte de un cuerpo, así que disponte a escuchar consejo y a rendir cuentas a otros en tanto te aportan información.

Ahora la letra “T”—toma ventaja del tiempo que Dios te da. Aprende a redimir el tiempo o como dicen las Escrituras: “Aprovechando bien el tiempo”. Hay un excelente pasaje en Efesios capítulo 5 que relata este punto muy bien.

El apóstol Pablo dice: “Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios sino como sabios, aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos. Por tanto, no sean insensatos, sino entiendan cuál es la voluntad del Señor…Sean llenos del Espíritu” (Versos 16-18 NVI).

Existe en este pasaje un contraste entre los necios y los sabios. Los necios viven para el momento sin pensar en el futuro, mientras que los sabios siempre toman decisiones a la luz de la eternidad, o de su efecto a largo. ¿Importará esto en cinco años? ¿Importará esto en la eternidad?

Los necios viven para sí mismos , pero los sabios viven para la gloria de Dios y para otras personas. Los necios son descuidados con su tiempo—simplemente reaccionan ante las cosas de la vida, pero los sabios son concienzudos e intencionales con propósitos en cómo usar su tiempo.

El Señor me está ayudando a encontrar algunas formas prácticas para derivar ventaja de mi tiempo a cada oportunidad. A propósito, cuando hagas tu inventario de tiempo, encontrarás que probablemente hay segmentos de tu tiempo que se desperdician, estos pueden ser utilizados más efectivamente. Es por esto que es importante que veamos ese inventario y observemos lo que realmente estamos haciendo con nuestro tiempo.

Si eres madre con niños pequeños, quizás nunca tengas una hora completa sin interrupciones. Pero tendrás cinco minutos en que estás sentada en el carro esperando a que tu hija salga de la escuela.

Puedes pasar un largo rato mientras estás sentada esperando en la oficina del doctor. En realidad, he adoptado el hábito de siempre llevar conmigo cosas que necesitan ser hechas y a las que puedo dedicar tiempo en esos pequeños momentos. Usualmente tengo notas de gratitud, tarjetas en blanco que puedo utilizar cuando tengo tiempos aquí y allá para llenarlas.

Generalmente cuando voy a la oficina del doctor, llevo conmigo algún proyecto que tenga que editar, porque sé que tendré que esperar. Puedo recordar unas cuantas ocasiones, sentada, esperando largos períodos de tiempo en que realicé proyectos que necesitaban ser hechos. El doctor vino y se disculpó por haberme hecho esperar tanto y le he contestado: “Por favor no se disculpe. Ha sido maravilloso. Este es el único lugar en que no recibo llamadas telefónicas. Este es el único lugar en donde no me interrumpen. Pude hacer muchas cosas mientras estuve aquí sentada esperando”.

Así que en vez de sentarte en la oficina del doctor y leer las revistas que ellos seleccionan para ti, ¿por qué no llevar contigo material de lectura que realmente necesitas terminar, las cosas que son verdaderamente importantes?

Si nos vamos a beneficiar del tiempo que Dios nos da, si vamos a redimir el tiempo y vamos a aprovechar cada oportunidad ¿significa esto que no podemos descansar; ni divertirnos; nos aseguramos que siempre de estar haciendo siempre algo importante en cada tiempo libre? Para mí esto es algo importante, porque crecí en un hogar donde mi padre enfatizaba el peligro de perder el tiempo.

En realidad, en nuestra casa no teníamos televisor y no recibíamos el periódico. Su razón más poderosa era que las personas desperdiciaban mucho tiempo con los periódicos. Encontramos otras formas de recibir las noticias importantes, pero él enfatizaba la importancia de no desperdiciar el tiempo.

Bueno, ¿significa eso que no debemos hacer nada que sea divertido o descansar? No, no significa eso. Pero sí significa que cuando descansemos, cuando nos recreemos— debe ser intencional. Debe ser con un propósito con la prioridad más elevada. Puede ser que te des cuenta que necesitas un tiempo de descanso con tus hijos. Para ti sentarte en el piso y colorear con tus niños por una hora no es un desperdicio de tiempo si estás cuidando y cultivando esa pequeña vida.

Es por eso que debes saber — ¿Cuál es la etapa de la vida en que estás y cómo puedes tomar ventaja de los momentos que Dios te ha dado en la vida?

Annamarie: Esta es Nancy Leigh DeMoss con un importante mensaje que todas necesitamos escuchar no importa la etapa de la vida en que nos encontremos. La Palabra de Dios es muy práctica y cuando Nancy la enseña, se pueden extraer todo tipo de aplicaciones muy relevantes. Si aprecias el tipo de enseñanza que escuchas en Aviva Nuestros Corazones, ¿nos ayudarías a continuar orando por este ministerio? Aquí tenemos a Nancy.

Nancy: Quiero decirles lo agradecida que estoy por cada persona que ha participado con nosotros ayudándonos a cubrir nuestras necesidades financieras y a través de la oración. Oyentes como tú han estado orando y dando sacrificialmente para ayudarnos a enfrentar los desafíos.

Queremos pedirte que ores para que podamos hablar a los oyentes las verdades bíblicas que necesitan. ¿Orarías para que Dios provea para las necesidades de este ministerio? La oración es una forma importante en la que cada oyente puede participar.

Muchas gracias por tus oraciones y por tus aportes financieros para Aviva Nuestros Corazones.

Annamarie: Puedes hacer tus ofrendas al visitar AvivaNuestrosCorazones.com o puedes hacerlo por teléfono desde EEUU y Canadá. Llámanos al 1-800-569-5959 y tan solo déjanos saber que deseas aportar para el ministerio de alcance hispano.

¿Sabías que podrías estar siendo robada? Nancy identificará los ladrones de tiempo que pueden estar atacando tu efectividad. Eso será mañana en Aviva Nuestros Corazones.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries… Y quiero ser una mujer verdadera.

Toda las Escritura fueron tomadas de la Biblia de Las Américas a menos que se cite otra fuente.

Tomado de: Aviva Nuestros Corazones

Todos los Derechos Reservados

Disponible sobre el Internet en: http://www.avivanuestroscorazones.com

La Ascensión

Jueves 21 Mayo
He aquí que mi siervo será prosperado, será engrandecido y exaltado, y será puesto muy en alto.
La Ascensión

Las palabras del profeta Isaías mencionadas en el encabezamiento son una predicción que concierne al Señor Jesucristo. En el capítulo 2 de la epístola a los Filipenses dice que él “se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo”; se hizo hombre, pero siempre fue dependiente y obediente. Su meta en la vida fue cumplir toda la voluntad de Dios.

El evangelio de Marcos nos describe especialmente la vida del verdadero Siervo de Dios. Tanto sus palabras como su conducta nos muestran su sabia manera de obrar. Y al final de esa vida de obediencia se hallaba la cruz. Él fue “obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”.

Entonces se cumplió la segunda parte del versículo del encabezamiento. Dios resucitó de entre los muertos a aquel que le sirvió tan perfectamente: lo elevó. Cuarenta días después de la resurrección, el Señor Jesús dejó esta tierra y volvió al lugar de donde había venido. La expresión “será engrandecido” señala la ascensión de nuestro Señor.

Finalmente el profeta Isaías dice que será “exaltado”. Con esto se indica la posición que ocupa “a la diestra del trono de la Majestad en los cielos” (Hebreos 8:1), es decir, se le confirió un puesto de honor y poder junto a Dios, el que pertenece solo a Aquel que se humilló hasta la muerte de cruz.

Es notable que el penúltimo versículo del evangelio de Marcos (que subraya el carácter de siervo de Jesucristo) diga: “Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios”.

Reposo completo después de una obra perfectamente cumplida.

Seguridad en momentos de dificultad

Grace en Español

Seguridad en momentos de dificultad

John MacArthur

John MacArthur

Es el pastor-maestro de Grace Community Church en Sun Valley, California, así como también autor, orador, rector emérito de The Master’s University and Seminary y profesor destacado del ministerio de medios de comunicación de Grace to You.

Desde que completó su primer libro que fue un éxito en ventas, El Evangelio según Jesucristo, en el año 1988, John ha escrito cerca de 400 libros y guías de estudio, incluyendo Fuego Extraño, Avergonzados del Evangelio, El Asesinato de Jesús, El Hijo Pródigo, Doce Hombres Inconcebibles, Verdad en Guerra, El Jesús que no Puedes Ignorar, Esclavo, Una Vida Perfecta y la serie de Comentarios MacArthur del Nuevo Testamento. Los títulos de John han sido traducidos a más de dos docenas de idiomas. La Biblia de estudio MacArthur, el recurso que es la piedra angular de su ministerio, está disponible en el idioma inglés (NKJ, NAS y ESV), español, ruso, alemán, francés, portugués, italiano, árabe y chino.

John y su esposa, Patricia, viven en el sur de California y tienen cuatro hijos casados: Matt, Marcy, Mark y Melinda. Ellos también disfrutan de la alegre compañía de sus 15 nietos.

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¿Cómo sé si SOY SALVO?

Teología Express

¿Cómo sé si SOY SALVO?

David Barceló

David Barceló es pastor en la Iglesia Evangélica de la Gracia, en Barcelona (España). Para más información pueden consultar nuestra web:
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El mandato del discipulado

Ministerios Ligonier

El Blog de Ligonier

El mandato del discipulado

R.C.Sproul

Nota del editor: Este es el primer capítulo en la serie «Discipulado», publicada por la Tabletalk Magazine. 

Algunos años atrás, en el condado donde trabajaba como pastor asociado, unas iglesias evangélicas decidieron unirse para patrocinar una campaña evangelística. Serví como líder del comité de organización de dicha campaña y tomamos la decisión de invitar a un predicador de radio bien reconocido para que fuese el evangelista. Miles de personas asistieron a la primera noche de campaña. Nunca olvidaré la invitación del predicador al final de su sermón.

Primeramente invitó a pasar al frente a todos los que habían aceptado a Cristo como su Señor y Salvador. Unas treinta o cuarenta personas pasaron al frente. Luego dijo algo que me asombró. Invitó a pasar a todos aquellos que ya eran cristianos pero que nunca habían sido discípulos de Cristo. Para mi sorpresa, muchos creyentes, algunos a quienes conocía muy bien, pasaron al frente pensando que en ese instante se estaban haciendo discípulos de Jesucristo por primera vez.

Esta segunda invitación me perturbó. En esencia, el predicador estaba enseñando que hay dos tipos de cristianos: los convertidos y los discípulos. Conforme a su enseñanza, los convertidos son los que confían en Cristo como su Salvador; discípulos son aquellos que toman un paso posterior para seguir a Cristo como su Señor. Técnicamente, alguien podría convertirse y ser cristiano sin ser un discípulo. No obstante, en los evangelios, Jesús no hace tal distinción. Ser cristiano es ser discípulo; ser discípulo es ser cristiano.

La verdadera fe salvífica es la fe que nos obliga a seguir y a obedecer a Cristo como Sus discípulos.

Precisamente eso es lo que Jesús le recuerda a Sus discípulos en la Gran Comisión al final del evangelio de Mateo. Nota lo que dice Jesús: «Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones» (Mat. 28:19). El imperativo de Jesús no es de convertir personas sino de hacer discípulos. En otras palabras, para el cristiano no es opcional el seguir y obedecer a Cristo. El apóstol Juan es aún más franco cuando escribe: “El que dice: Yo he llegado a conocerle, y no guarda Sus mandamientos es un mentiroso y la verdad no está en él” (1Jn. 2:4).

La verdadera fe salvífica es la fe que nos obliga a seguir y a obedecer a Cristo como Sus discípulos. Nuestros primeros pasos como cristianos, aunque a menudo pequeños y titubeantes, son pasos que siguen a nuestro Salvador.

Me temo que mucho de lo que podríamos llamar cristianismo evangélico ha perdido de vista esta verdad importante. Muchos se han dejado engañar al pensar que por tan solo haber orado una oración, firmado una tarjeta o pasado al altar ya tienen el cielo garantizado. Pero Jesús nos pide algo más. Jesús nos exige confiar en Él con nuestras vidas. Jesús nos exige seguirle (Lc. 9:23). En pocas palabras, Jesús exige que seamos Sus discípulos.

Este artículo fue publicado originalmente en la Tabletalk Magazine.
Grant R. Castleberry
Grant R. Castleberry
El reverendo Grant R. Castleberry es pastor de discipulado en Providence Church en Frisco, TX., y está cursando su doctorado en historia de la iglesia y teología sistemática en el The Southern Baptist Theological Seminary en Louisville, KY.

3/5 – Haciendo un inventario

Aviva Nuestros Corazones

Serie: Primero lo primero

3/5 – Haciendo un inventario

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/haciendo-un-inventario/

Annamarie Sauter: Aquí está Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín.

Nancy Leigh DeMoss: Ya estamos muy cerca de celebrar nuestra primera conferencia Mujer Verdadera en América Latina. ¿Ya te inscribiste?

Esta conferencia viene a Santo Domingo, República Dominicana los días jueves 26 al sábado 28 de febrero.

Espero que puedas asistir y que traigas a muchas mujeres contigo.

La conferencia Mujer Verdadera está diseñada para mujeres que tienen un corazón para alcanzar otras mujeres con la verdad de la Palabra de Dios.

Estaré en esta conferencia Mujer Verdadera, junto a los maestros bíblicos, Crawford & Karen Loritts y Mary Kassian.

Dannah Gresh les estará hablando a las mujeres jóvenes el jueves en la noche.

Josh Davis, Jonathan & Sarah Jerez y Dámaris Carbaugh estarán dirigiéndonos en tiempos especiales de adoración.

Visita AvivaNuestrosCorazones.com y sé parte de lo que Dios estará haciendo durante ese fin de semana. ¡Espero que puedas acompañarnos!

Annamarie Sauter: Piensa por un momento ahora con Nancy Leigh DeMoss sobre la forma en cómo inviertes el tiempo.

Nancy: Si analizáramos cómo usas tu tiempo, ¿cuáles diríamos que son tus verdaderas prioridades? ¿Son las correctas? ¿Crees que necesitas hacer algunos ajustes? De hecho, esto algo que todas debemos hacer periódicamente —hacer ajustes.

Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín.

Durante los últimos programas Nancy ha estado enseñando una serie sobre establecer prioridades y sobre cómo usar el tiempo sabiamente para la gloria de Dios. En una serie como esta, hay una pregunta que naturalmente muchas mujeres se hacen: ¿Está bien que trabaje fuera de la casa? Nancy tiene algunas ideas al respecto en esta serie que hemos titulado “Lo primero es lo primero”.

Nancy: Hemos estado hablando toda esta semana sobre algo donde todas necesitamos ayuda, y es el asunto de nuestras prioridades. ¿Cómo establecemos y vivimos las prioridades de Dios para nuestras vidas? ¿Cómo ordenamos nuestras vidas de acuerdo a esas prioridades?

Estamos revisando cada una de las letras de la palabra prioridades en inglés. Empezamos hace un par de días a hablar de la letra «P»- perseverando en la oración, orar; pedir a Dios sabiduría. Luego la letra «R»-revisar las prioridades de Dios para nuestras vidas basándonos en la Palabra de Dios.

Hoy veremos la letra «I.» En inglés, prioridades se deletrea: P-R-I-O-R-I-T-I-E-S. La palabra de hoy es Inventario. Hacer inventario. Esto requiere que nos detengamos y pensemos cuáles son realmente nuestras prioridades y cómo luce en realidad nuestra agenda.

Hicimos algunas preguntas difíciles de responder:

¿Estoy viviendo fuera de las prioridades de Dios para mi vida?

¿Estoy llenando las prioridades de Dios para mi vida?

¿Hay prioridades o responsabilidades que estoy descuidando?

Sobre este punto, permítanme sugerir dos ejercicios prácticos que me han resultado útiles en diferentes etapas de mi vida.

Número uno: Haz una lista de tus responsabilidades actuales. Incluye todas las actividades en las que estás envuelta en esta etapa de tu vida— todo lo que se encuentre en tu lista de «cosas por hacer».

Y otro ejercicio pequeño que será útil para hacer el inventario es mantener un registro de cómo usas el tiempo durante una semana específica. Lleva un registro de cómo estás usando realmente tu tiempo —por períodos de 15 a 30 minutos como máximo. Bueno, si eres madre, quizás puedes utilizar períodos de tres minutos porque podrían variar así de rápido. Lleva un registro durante una semana, usando medidas cortas de tiempo, de modo que refleje lo que realmente estás haciendo con tu tiempo.

Lo que encontrarás puede sorprenderte. Puedes estar pensando que usas la mayor parte de tu tiempo en ciertas áreas de responsabilidad y encontrar que realmente estás invirtiendo más tiempo de lo que pensabas en áreas en que no te habías ni percatado.

En la medida en que haces estos ejercicios, y cuando tengas esta lista de tus responsabilidades —de cosas por hacer— frente a ti, así como la manera como estás usando tu tiempo realmente, entonces podrás empezar a evaluar. Estarás haciendo inventario estarás evaluando. Si nos basamos en cómo estás usando tu tiempo, ¿cuáles son tus verdaderas prioridades? ¿Son las correctas? ¿Crees que necesitas hacer algunos ajustes?

Aquí es donde empiezas a hacerte algunas preguntas difíciles sobre las actividades que están consumiendo tu tiempo así como las actividades que están consumiendo el tiempo de tus hijos, pues eso también carga mucho tu propio tiempo.

En la medida en que miras tu lista pregúntate: ¿cómo está cada una de estas actividades contribuyendo a, o ayudándome a cumplir las prioridades que Dios ha establecido para mi vida y la vida de mi familia?

Hablamos acerca de las prioridades de nuestra relación con Dios, con el esposo, con los hijos, así como del cuidado de tu hogar. ¿Cómo están cada una de estas responsabilidades —estas tareas de mi lista de «cosas por hacer»— ayudándome a llenar esas prioridades en esta etapa de mi vida?

Luego pregúntate en la medida en que estudias la lista —pregúntate sobre todo lo que encuentras en esa lista: ¿ Es esto algo que Dios quiere que mi familia y yo hagamos en esta etapa de la vida? Pudiera ser algo que estaría bien en una etapa diferente de la vida, pero quizás no sea algo apropiado, ni mejor, ni necesario durante esta etapa de tu vida.

Pregúntate cuando estudies tu lista: ¿ Estoy actualmente involucrada en actividades que no están en la agenda de Dios para mí en esta etapa de mi vida? ¿He aceptado responsabilidades a las que simplemente he dicho «sí» sin preguntar primero al Señor? No he ido a Él para descubrir si realmente quiere que haga esto.

Puede que en mi lista se encuentren tareas que son buenas, pero que Dios ha diseñado que las haga otra persona. Sobre este punto, si estás llenando la descripción de puesto de alguien más, o haciendo el trabajo de otra persona no solo estarás frustrada, sino que además impedirás que esa otra persona llene el propósito para el cual Dios la creó.

Pregúntate además: ¿Estoy haciendo esto por los motivos correctos? ¿Por qué hago estas actividades? ¿Cuáles son mis motivaciones? ¿Lo estoy haciendo por culpa?¿Lo estoy haciendo por presión de grupo porque quizás hay una que otra madre que dice «Esto es lo que estás supuesta a hacer con tus hijos»?

¿Será por desempeño —tratando de ganar el favor de Dios, tratando de impresionar a alguien, o tratando de complacer a la gente antes que a Dios? ¿Será por compararme con los demás?

Durante Su vida terrenal, Jesús rendía cuentas a una sola persona: a Su Padre Celestial. Su única motivación era agradar a Dios. Pudo vivir con malos entendidos y ser rechazado por otros porque todo lo que a Él le importaba era: ¿Está Dios complacido?

Cuando sabes que Dios está complacido con lo que estás haciendo, con tus prioridades y con tu agenda, entonces podrás relacionarte con personas que quizás no lo entiendan como tú. Puede ser que tu madre no entienda algunas prioridades de las cosas que estás haciendo con tus hijos. Ahora, escucha su consejo, pero recuerda que en última instancia a quien rendirás cuentas es al Señor.

Permítanme volver atrás de nuevo y repetir en una forma un poco diferente algo que dije en el programa anterior -y es que una de las razones mayores de la tensión y la presión en la vida de las mujeres hoy en día es que son esposas y madres que están tratando de hacer malabares con una carrera o con un trabajo fuera de sus hogares.

Yo sé que tan pronto digo esto, algunas sentirán que las estoy atacando, pero en realidad mi deseo no es atacar a nadie. Amo a las mujeres que Dios ha traído a mi vida, Él me ha dado el privilegio de ministrar a muchas mujeres.

Pero me parece poder escuchar a estas mujeres; escuchar el grito de sus corazones, escuchar sus historias, y me doy cuenta que una de las mayores razones de que tantas esposas y madres están tensas es debido a que están llenando algunas responsabilidades que Dios no ha diseñado para ellas.

En primer lugar el plan de Dios es que sea el hombre el principal proveedor de su familia. Algunas mujeres podrán decir, «pero mi esposo no provee para la familia». Reconocemos que hay situaciones en las cuales el esposo no puede proveer para la familia. Dios te dará la gracia para sobrellevar esa situación. Pero en algunas situaciones pienso en mujeres que quizás no han descubierto lo que Dios podría hacer motivando a sus esposos a proveerles si la esposa no estuviera adelantándose a él para llenar el vacío.

Hay tiempos en que no vemos lo que Dios podría hacer porque no actuamos en fe y no le damos la oportunidad de probar cuán grande es Él. Hemos comprado la mentira de que podemos hacerlo todo. La verdad es, Dios no nos creó para hacer todas las cosas que hay que hacer. Y Él nos da gracia solo para hacer aquello que Él nos ha llamado a hacer.

Por lo tanto, necesito hacer inventario y decir, «¿son mis actividades, mis decisiones, las que Dios tiene para mí en esta etapa de mi vida?» Las mujeres que inconscientemente creen que necesitan hacer malabares con todos estos trabajos, todos estos roles, terminarán exhaustas, abrumadas y frustradas debido a todas estas demandas.

Ninguna mujer puede colocarse todos estos sombreros de manera efectiva. ¡Y lo mejor es que no tienes que hacerlo! Dios no te creó para usar todos esos sombreros.

Esas no son palabras sencillas para ser escuchadas por mujeres que están viviendo bajo tensión pero que tienen miedo de hacer los ajustes necesarios. No son solamente las personas famosas que atraviesan tal tensión.

Recibí una nota recientemente de una mujer que decía «Este mes es una locura para mí. Tengo un hijo de dos años y otro de un año. Estoy haciendo un post-grado me siento abrumada. No estoy haciendo nada bien. Por favor ayúdenme a volver a encaminarme».

Lo más útil que pude decirle a esa mujer a quien no conocía —lo tengo aquí en una nota, es: Haz un inventario. Pregúntale a Dios «¿Debo hacer un post-grado cuando tengo un niño de dos años y otro de un año en mi casa?»

Ahora, yo no puedo responder esa pregunta para ella, pero creo que sé cómo Dios la respondería. Haz inventario y hazte la misma pregunta: «¿Estoy viviendo las prioridades y la agenda que Dios tiene para mí en esta etapa de mi vida?»

Algunas personas podrían estar diciendo, «Bueno, quiero regresar a la casa. No quiero estar fuera en el mercado laboral. Quiero estar en mi casa con mi familia, pero mi esposo no está de acuerdo. ¿Qué hago? Simplemente le digo empieza con la letra «P» de la palabra pray en inglés que es orar, persevera en oración.

Somete tu petición al Señor. Cuéntale al Señor lo que hay en tu corazón.

Pídele a Dios que mueva el corazón de tu esposo. Pídele a Dios que te muestre algunas formas creativas de apelar a tu esposo sin que sea de una forma molesta ni insistente.

Pídele a Dios que te muestre formas creativas como ese ingreso que estás haciendo fuera del hogar pudiera recuperarse si decides quedarte en la casa.

Como mujer, hay recursos que te ayudarán a pensar cómo puedes volver a tu hogar. Si es que tu esposo no quiere que permanezcas en la casa, entonces, preséntaselo al Señor y espera que Dios actúe. Confía que, mientras tanto, Dios te dará la gracia hasta que cambie el corazón de tu esposo.

Reconozco que vivimos en un mundo caído, y existen algunas situaciones donde el ideal no es posible por múltiples decisiones equivocadas. Puede que se hayan tomado decisiones equivocadas. Una de las razones por las cuales hay muchas familias con dos ingresos en estos tiempos es debido a las deudas. Estas pueden haber sido producto de decisiones equivocadas del pasado que han forzado a una mujer a salir al mercado de trabajo.

La realidad de esas situaciones extremas y la prevalencia del divorcio y de madres que trabajan y de madres solteras no debe hacernos abandonar el ideal de Dios. Esto lo que debe hacer es concientizarnos de cuán deseable es el plan y el ideal de Dios. Lo que debemos hacer es resistirnos a ceder ante la cultura.

Sé que es un tema que nos puede poner a la defensiva. Sólo te estoy diciendo, llévalo al Señor. Dile, «Señor, cuáles son tus prioridades». Debes estar dispuesta a dar un paso de fe en la medida en que haces el inventario. Dile «Señor, estoy dispuesta a caminar por fe a través de esto que no tiene sentido para mí. No puedo imaginar cómo podremos subsistir con solo un ingreso en esta etapa de nuestras vidas, pero si esto es Tu voluntad y Tu manera, sé que me darás la gracia para vivir estas prioridades».

Annamarie: Esta es Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín mostrándonos por qué vivir conforme a las prioridades de Dios puede requerir un cambio sustancial en nuestro estilo de vida. Ya volverá con más de esta serie Lo primero es lo primero. Un tópico como el de hoy va a generar muchos comentarios. Ora para ver lo que Dios quiere decirte a ti a través de este estudio.

Volvamos con Nancy.

Nancy: Puede que hayas escuchado esta historia. La recibí por correo electrónico hace poco y dice así:

Un día un hombre llegó de su trabajo para encontrar un caos en su casa. Sus tres hijos estaban afuera, aún en sus pijamas, jugando en el lodo con cajas de alimentos vacías y envolturas, todas desparramadas en el frente de la casa. La puerta del carro de su esposa estaba abierta, así como la puerta delantera de la casa.

Continuando hacia la entrada, encontró un desorden aún mayor. Había una lámpara tirada y una alfombra amontonada contra la pared. En la habitación del frente, una televisión estruendosamente mostraba un canal de tiras cómicas, y la sala de estar tenía juguetes esparcidos y varias prendas de vestir.

En la cocina, los platos llenaban el fregadero, había alimentos del desayuno sobre la meseta, el alimento para el perro estaba desparramado en el suelo, había un vaso roto debajo de la mesa, y una pequeña pila de arena estaba desplegada en la puerta trasera. [¿Captas la idea?]

Rápidamente él se dirigió a las escaleras, pisando sobre los juguetes y más pilas de ropa, buscando a su esposa. Estaba preocupado de que ella estuviera enferma o de que algo serio le hubiera ocurrido.

La encontró holgazaneando en su habitación, aún en su cama leyendo una novela. Ella lo miró, sonrió, y preguntó cómo había sido su día. Él la miró, desconcertado y le preguntó «¿Qué pasó hoy aquí?»

De nuevo ella sonrió y le respondió «¿Tú sabes cómo cada día cuando llegas a la casa de tu trabajo me preguntas en qué me pasé el día?»

«Sí» fue su respuesta incrédula.

Ella respondió «Bien, hoy decidí no hacerlo».

Estamos hablando sobre prioridades y sobre cómo ordenar nuestros días —cómo ordenar nuestro tiempo— según la descripción de funciones que Dios ha diseñado para nuestras vidas. Una vez que descubres tu descripción de trabajo, tu descripción de puesto, entonces necesitamos asegurar que, de hecho, eso es lo que estamos haciendo.

Ahora vamos a la letra «O.» P-R-I-O. Queremos aprender a ordenar nuestra agenda y nuestras actividades de acuerdo a las prioridades de Dios para nuestras vidas. Las prioridades de Dios para una determinada etapa de nuestras vidas. Ordenar nuestra agenda de acuerdo a las prioridades que hemos descubierto en la Palabra de Dios.

La Palabra de Dios no te dirá específicamente lo que tienes que hacer en un día determinado. Te dirá cuáles son tus prioridades. Entonces necesitas que Dios te dé sabiduría para ordenar tu agenda de acuerdo a esas prioridades.

Determina qué es realmente lo importante y luego vive de acuerdo a esto. Elige tus prioridades de acuerdo a la Palabra de Dios y luego vive por ellas.

Pienso que es importante que permitamos que nuestras prioridades definan nuestra agenda, pues, de lo contrario, nuestra agenda determinará nuestras prioridades. Entonces al final del día —o al final de la semana o del año o de toda una vida— diremos «He hecho muchas cosas buenas pero no cumplí el propósito para el cual Dios me puso en esta tierra».

La frustración en nuestras vidas será el resultado de tratar de cumplir responsabilidades que Dios no tenía en Sus Planes que lleváramos a cabo.

Y me encanta la oración del versículo 133 del Salmo 119 donde el salmista dice «Ordena mis pasos con Tu Palabra». No solamente necesito que Dios ordene los asuntos mayores en mi vida —aquellos que son mis prioridades más importantes— sino que necesito que Él ordene mis pasos cada día, mi agenda diaria.

Cuando se trata de nuestra agenda —nuestra agenda diaria, semanal, las actividades de nuestras vidas— necesitamos siempre tratar de poner primero lo primero.

Hemos hablado de cuáles son esas prioridades: Nuestra relación con Dios. Si estás casada, la relación con tu esposo es la próxima prioridad. Luego viene la responsabilidad como madre, el cuidado del hogar. Luego el ministerio, en actos de misericordia donde Dios pueda colocarte para ayudar a los pobres y necesitados. Esas son tus prioridades. Pon las primeras cosas primero.

Mantente firme al revisar tu lista de actividades —tu lista de «cosas por hacer» —preguntándote «¿satisfacen estas cosas mis primeras prioridades?» Una vez que satisfagas estas prioridades, puedes poner otras cosas en tu lista.

Recibí un correo electrónico la semana pasada enviado por una amiga. Ella había escrito un párrafo y abruptamente terminó diciendo «Tengo que irme.» No decía por qué. Al siguiente día recibí otro correo remitido por ella. Donde me decía «Lamento haber tenido que finalizar el mensaje tan rápido, pero mi hija adolescente entró y necesitaba a su madre». Esa es una mujer que está aprendiendo a ordenar su día de acuerdo a sus prioridades —primero lo primero.

Algunas se estarán preguntando qué tengo sobre la mesa. Para aquellas que no se encuentran aquí y nos escuchan, tengo dos recipientes vacíos y un paquete de guisantes. Luego tengo otra funda con unas bolas más grandes.

Al pensar sobre este asunto de ordenar nuestra agenda —ordenar nuestros días— y tratar de hacerlo en torno a nuestras prioridades, quise demostrar dos formas de ordenar nuestra agenda.

La primera es la forma en que me encuentro durante muchos días. Voy a tomar esta bolsa de guisantes y voy a vaciarla en el envase vacío. Me levanto por la mañana y enfrento el día corriendo con todas las responsabilidades y demandas pequeñas y asuntos usuales en mi vida: llamadas telefónicas, correos electrónicos, reorganizando mi escritorio, quitando el desorden de mi escritorio.

Llegan las dos o tres de la tarde habiendo hecho todas esas cosas pequeñas todo el día, realmente son cosas buenas y las cuales en el momento entiendo que son importantes. Pero luego a las tres de la tarde, me doy cuenta que hay varios asuntos realmente importantes que necesito hacer en ese día.

Estoy tomando las bolas más grandes ahora. Como pueden ver las arvejas, los guisantes han llenado el jarrón hasta la mitad, y estoy a mitad de mi día. Me percato de que hay asuntos muy importantes que no he hecho en este día —tales como pasar tiempo con el Señor, leer Su Palabra. Así que digo «Tengo que tomar algún tiempo para cultivar mi relación con Él hoy. Después de todo, esa es mi primera prioridad: mi relación con Él».

Así que tomo esa bola que representa mi tiempo con El Señor, mi prioridad número uno de mi día también pienso, «tengo programas de radio por preparar para la próxima semana. Tengo que estudiar sobre el asunto de las prioridades». En este momento, ya son las cuatro de la tarde, estoy exhausta de todas esas cosas pequeñas con las que he estado llenando todo mi día. Pero me digo «Tengo que hacer esto porque estamos grabando la semana próxima».

Así pongo otra bola en mi día. Y como pueden observar, ahora esa jarra de vidrio está bastante llena. Luego me doy cuenta de que hay una fecha límite de entrega para mañana. Tengo un artículo que terminar de escribir. Es otra de mis prioridades importantes en la lista de cosas que Dios me ha dado para hacer, pero ya no hay tiempo en mi día. No tengo más espacio mi jarra está llena, se llenó de todas esas arvejas abajo y luego de estas pocas bolas grandes arriba.

Qué tal si cuando me levanto en la mañana —pensando, como somos todas tentadas a pensar: «No hay manera de que pueda hacer todo lo que tengo que hacer en este día» —empiezo diciendo «Señor organiza mis pasos en Tu Palabra. ¿Me mostrarías cuáles son las prioridades y me ayudarías a poner primero lo primero?»

Así que ¿cómo voy a empezar mi día? Quiero empezar mi día con mi relación con el Señor. Por eso voy a poner esta bola grande en la jarra que está vacía. Tengo un día vacío. Estoy empezando el día y lo empiezo diciendo «Señor, necesito pasar tiempo en Tu Palabra, tiempo en Tu Presencia, tiempo en oración buscándote y recibiendo Tus órdenes de marcha para mi día». Eso es primero lo primero.

Luego digo, «Tengo programas de radio para preparar la semana próxima, por eso debo poner primero lo primero». Pongo otra bola que es bien fuerte en mi día —el tiempo de estudio, las horas que eso requiere.

Entonces puede que haya otros asuntos grandes en mi vida. Alguien en mi familia que tiene una necesidad. Necesito tomar tiempo para cultivar esa relación, para ministrarles— en la medida en que hacía una llamada a mi madre, sabiendo que habían transcurrido varios días desde que habíamos hablado por última vez. Esa es otra de las grandes cosas en mi vida: cultivar nuestra relación, honrar a mi madre. Pongo esa bola en mi día primero lo primero.

Luego puede que haya otras cosas grandes en mi día: una carta que necesito escribir. He estado relegándolo pero necesito hacerlo. Ahora, en esta otra jarra solamente pude poner dos bolas grandes. Pero para este día ya hay cuatro de las grandes. ¿Cómo podría ajustar todas esas otras cosas pequeñas en este día?

Bueno, tomaré este paquete de arvejas, representando todas las otras cosas que requieren mi atención. No son lo primero, pero son cosas buenas. Son cosas que entran dentro de las prioridades de mi vida —aunque no son las más importantes. Empiezo a verterlas en mi día. Observen cómo encajan en el envase que ya tenía las bolas adentro —las cuatro más grandes—. Y todavía queda espacio, para colocar todas esas cosas pequeñas que necesitan estar en mi día.

¿Qué está sucediendo? Están acomodándose alrededor de las cosas mayores. Están acomodándose alrededor de las cosas grandes.

Poner primero lo primero. Señor, ordena mis pasos conforme a Tu Palabra.

Annamarie: Esa es Nancy Leigh DeMoss señalando la mejor fuente para establecer prioridades: la Biblia.

Esperamos que hagas de la lectura de la Biblia una prioridad en este año. Nancy quiere motivar a nuestra audiencia a leer la Biblia cada día. Si puedes cepillarte los dientes todos los días y vestirte cada día puedes leer la Palabra todos los días, también.

¿Te comprometerías a leer por lo menos una pequeña porción de la Palabra todos los días durante este año? Si quieres puedes usar un plan de lectura de la Biblia y esto puede ayudarte aún más.

¿Cuáles cosas se interponen a las prioridades? Llamadas, correos electrónicos, tareas del hogar, servir de chofer, especiales en una tienda por departamentos y otras pequeñas interrupciones.

Nancy Leigh DeMoss nos ayudará a tener victoria sobre algunos de los ladrones del tiempo con una enseñanza sobre la tiranía de lo urgente, en nuestro próximo programa de Aviva Nuestros Corazones.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries. Y mi mamá es una mujer verdadera.

Toda las Escritura fueron tomadas de la Biblia de Las Américas a menos que se cite otra fuente.

Tomado de: Aviva Nuestros Corazones

Todos los Derechos Reservados

Disponible sobre el Internet en: http://www.avivanuestroscorazones.com

La certeza que da la Palabra de Dios

Miércoles 20 Mayo
Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna.
La certeza que da la Palabra de Dios

En un mundo donde se duda de todo, donde es difícil encontrar algo estable, ¿se puede hallar la seguridad para el alma? La Palabra de Dios, recibida por la fe, puede responder a las preguntas del alma.

La Biblia dice: “El que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra… El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos” (Santiago 1:68). Dios quiere darnos certezas, solo nos pide que confiemos en él. Es digno de ello, pues nos ama y lo demostró dando a su Hijo para salvarnos.

¡Pongamos a prueba la Biblia, su Palabra!

Si dejamos que el mensaje de la Biblia actúe en nuestro corazón, reconoceremos la verdad como si nos mirásemos en un espejo. Nos veremos tal como somos, es decir, pecadores incapaces de salvarnos a nosotros mismos. Sin embargo, por la fe, como Job, podremos afirmar: “Yo sé que mi Redentor vive… mis ojos lo verán, y no otro”

(Job 19:2527).

Depositemos nuestra confianza en Jesucristo. Dios nos dará, con la fe, paz y certezas. No olvidemos estas palabras de Cristo: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”

(Juan 14:27).

Palabras de aliento del apóstol Pablo:

– “Ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados”

(Hechos 20:32).

– “Vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa”

(Efesios 1:13).