El trabajo arduo

El trabajo arduo

6/14/2018

El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. (Efesios 4:28)

El robo es un problema común en nuestro mundo. El robo en los centros comerciales ha llegado a convertirse en un problema tan grande que un porcentaje del precio de los artículos cubre la cantidad perdida por los bienes robados. Sea un gran robo o robo de tonterías, el robar de la tienda, robar dinero de un rico o de un miembro de la familia, todo es robo.

Que el cristiano “trabaje”, se refiere a trabajo manual, de esfuerzo físico. El trabajo arduo es honorable. Los cristianos debemos esforzarnos en el trabajo para que tengamos lo suficiente para dar a los necesitados, no para que tengamos más de lo que necesitamos. El enfoque mundano de la riqueza es acumular lo que adquirimos. Pero el principio neotestamentario es trabajar duro para que podamos hacer el bien y dar a los necesitados.

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Dios en verdad quiere bendecirnos

JUNIO, 14

Dios en verdad quiere bendecirnos

Devocional por John Piper

Porque Jehová volverá a gozarse sobre ti para bien. (Deuteronomio 30:9)

Dios no nos bendice a regañadientes. En cierto modo, está ansioso por mostrarnos su benevolencia. No espera a que nosotros vayamos a él; él nos busca, porque se deleita en hacernos bien. Dios no nos está esperando, nos está persiguiendo. De hecho, esa es la traducción literal de Salmos 23:6: «Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los dí?as de mi vida».

Dios ama mostrar misericordia. Permítanme repetirlo: Dios ama mostrar misericordia. Él no es dubitativo, ni indeciso, ni vacilante en el deseo de bendecir a su pueblo. Su ira solo se libera abriendo un candado pesado y duro, pero su misericordia es como un gatillo sensible. A eso se refería cuando le dijo a Moisés en el monte Sinaí?: «El Señor, el Señor, Dios compasivo y clemente, lento para la ira y abundante en misericordia y fidelidad» (Éxodo 34:6).

Dios nunca está irritable ni con los nervios a flor de piel. Su ira nunca se enciende rápidamente. Por el contrario, él es infinitamente vigoroso y tiene un entusiasmo ilimitado en el cumplimiento de su deleite.

Nos resulta difícil comprenderlo porque nosotros necesitamos dormir todos los días para poder lidiar con los problemas —ni hablar de progresar—. Nuestro disfrute es un vaivén, sube y baja constantemente. Un día estamos aburridos y desanimados; al otro día estamos optimistas y alegres.

Somos como pequeños géisers que borbotean y explotan de manera impredecible. Pero Dios es como un gran Niágara. Al contemplar esto pensamos: Ciertamente es imposible que continúe con tanta fuerza año, tras año, tras año.

Así es como Dios nos bendice. Él nunca se cansa; nunca se aburre de hacernos bien.

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Deuteronomio 19 | Salmos 106 | Isaías 46 | Apocalipsis 16

14 JUNIO

Deuteronomio 19 | Salmos 106 | Isaías 46 | Apocalipsis 16

Isaías 46 consta de tres partes, cada una de las cuales presenta un argumento distinto que, implícita o explícitamente, llama a Israel a la fidelidad hacia Dios.

(1) En los dos primeros versículos, Isaías se burla de los dioses babilónicos. “Bel” significa “señor” y equivale a Baal como título. Se aplicaba a Marduk, dios principal de la ciudad de Babilonia. “Nebo” era hijo de Bel-Marduk. Era el patrón de la escritura y la sabiduría. En la fiesta del nuevo año, llevaban a estos últimos por las calles, en una gran procesión hasta el santuario de Esagila. Se trataba del mayor acontecimiento religioso del año. No obstante, Isaías predice una época en la que estos dioses se inclinan y se someten, y las exhaustas bestias de carga que los llevan caen y se tambalean hacia la cautividad (46:1–2). Esto no se cumplió literalmente cuando los persas tomaron el mando en el siglo VI a.C., ya que Ciro preservó e incluso reforzó la posición de los dioses babilonios. A la larga, por supuesto, Bel-Marduk y Nebo quedaron en el olvido. Nadie los adora actualmente. Sin embargo, millones de personas siguen adorando al Dios de Israel.

(2) En la siguiente sección (46:3–7), Dios continúa denunciando la idolatría, pero ahora se introduce un desarrollo novedoso. Dios viene a decir que los idólatras tienen que acarrear a sus dioses, e incluso sus bestias de carga se cansan; sin embargo, con el Dios verdadero, ocurre todo lo contrario: él lleva a su pueblo. Es difícil no percibir un contraste entre dos religiones. En una, el pueblo hace el trabajo pesado; en la otra, es Dios quien lo hace y él lleva al pueblo.

(3) En la última parte (46:8–13), Dios reprende al pueblo de su pacto en términos directos, por no decir brutales. Son rebeldes y han olvidado cómo el Señor obró con gracia y poder con ellos cuando la nación vio la luz en la época del éxodo. El creyente debe recordar cosas importantes (46:8–9). Probablemente, parte del problema aún sea Ciro. Para ellos, sigue siendo difícil imaginar que Dios utilizará a un rey pagano como ese, en lugar de destruirlos simplemente. Sin embargo, el Señor insiste en que llamará de oriente “al ave de rapiña” (46:11), casi seguro una referencia a Ciro. Cualesquiera que sean su propósito y plan, está seguro de que tendrán lugar, lo cual implica, por supuesto, que Dios es soberano y bueno. Por tanto, hay que dejar de cuestionarlo, poniendo la confianza en él. “Escuchadme vosotros, obstinados de corazón, que estáis lejos de la justicia. Mi justicia no está lejana; mi salvación ya no tarda” (46:12–13).

Carson, D. A. (2014). Por amor a Dios: Devocional para apasionarnos por la Palabra. (L. Viegas, Trad.) (1a edición, Vol. II, p. 165). Barcelona: Publicaciones Andamio.

El viaje es muy corto

Jueves 14 Junio

La palabra a su tiempo, ¡cuán buena es!

Proverbios 15:23

No estamos haciendo bien. Hoy es día de buena nueva, y nosotros callamos.

2 Reyes 7:9

El viaje es muy corto

Una joven tomó su lugar en un vagón lleno de gente. Una señora malhumorada se sentó a su lado empujándola bruscamente con sus maletas. Otro viajero, sorprendido por el incidente, preguntó a la joven por qué no había protestado. Ella respondió con una sonrisa: «¡Por tan poca cosa… el viaje juntas es tan corto!».

Cristianos, esta respuesta debería ser nuestra divisa para nuestro comportamiento diario… Nuestra vida en la tierra es tan corta que ensombrecerla con trivialidades sería una pérdida de tiempo y de energía. La dulzura es una cualidad que nunca ha sido sinónimo de cobardía o de falta de carácter. El Señor Jesús nunca hizo valer sus derechos en medio de los hombres, sino que mostró su amor y bondad, sin dejar de lado su justicia perfecta.

“Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres” (Filipenses 4:5). La dulzura no es insistir sobre nuestros derechos. Aprovechemos todas las ocasiones para dar a conocer esta bondad y esta dulzura a quienes nos rodean.

No sé cuánto durará mi viaje por la tierra. ¿Tendré aún la ocasión de hablar con las personas que encuentro cada día? Lo que acabo de decir a una persona quizá sea la última palabra que ella escuchará o que yo pronunciaré. Entonces, que Dios me guarde de toda palabra fútil, y que me dé palabras de paz y amor hacia mi prójimo. “Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres” (Tito 3:2).

Levítico 24 – Efesios 3 – Salmo 71:1-6 – Proverbios 17:9-10

Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
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