9 FORMAS DE PROTEGER A TUS HIJOS DEL ABUSO | JUSTIN Y LINDSEY HOLCOMB

EXPLÍCALE A TU HIJO QUE DIOS HIZO SU CUERPO
Una explicación puede ser algo así: “Cada parte de tu cuerpo es buena y algunas partes de tu cuerpo son privadas”.
ENSÉÑALE LOS NOMBRES CORRECTOS DE LAS PARTES PRIVADAS DEL CUERPO
Puede ser incómodo al comienzo, pero usa los nombres de las partes del cuerpo. Los niños necesitan saber los nombres correctos de sus genitales. Saber esto les da a los niños un lenguaje correcto para entender su cuerpo, para hacer preguntas que se deben hacer y para hablar sobre cualquier comportamiento que pueda llevar al abuso sexual.
Identifica claramente cuáles partes del cuerpo de tu hijo son privadas. Explícale que “nadie debe tocar algunas partes de tu cuerpo, excepto cuando necesitas ayuda en el baño, cuando te estás vistiendo o cuando vas al doctor”. Puedes hacerlo con los niños pequeños mientras se bañan o hacer que tu hijo se ponga un traje de baño y mostrarle que todas las áreas que quedan cubiertas son “privadas”. La analogía del traje de bajo puede ser un poco confusa porque no menciona que otras partes del cuerpo también se pueden tocar de forma inapropiada (como la boca, las piernas, el cuello, los brazos), pero es un buen comienzo para que los pequeños entiendan el concepto de las partes privadas.
ANIMA A TU HIJO A QUE SE COMUNIQUE CONTIGO
Dile a tu hijo que puede contarte si alguien toca sus partes privadas o si lo tocan de cualquier forma que lo haga sentir incómodo (incluso en las partes que no están cubiertas por el traje de baño), sin importar quién sea la persona o lo que le diga. Asegúrale a tu hijo que no se meterá en problemas si te cuenta que lo han tocado de forma inapropiada. Más bien, dile que estarás orgulloso de él por contártelo y le ayudarás en la situación.
HABLA SOBRE LAS FORMAS DE TOCAR A OTROS
Sé claro con los adultos y los niños sobre la diferencia entre la forma apropiada de tocar y la inapropiada. A tu hijo le puedes decir algo así: “La mayoría del tiempo te gusta que te abracen, se acerquen a ti, te hagan cosquillas y te den besos, pero a veces no, y eso está bien. Cuéntame si alguien —un familiar, un amigo o cualquier otra persona— te toca o te habla de una forma que te haga sentir incómodo”.
Enseña a los pequeños a decir “Detente” y “No más”. Puedes reafirmar esto si paras inmediatamente cuando tu hijo te dice que ya no quiere más abrazos o cosquillas. Tu reacción es importante para él porque demuestra que tiene control sobre su cuerpo y sus deseos.
Si hay familia extendida a la que se le dificulte entender los límites de tu familia, puedes explicarle que estás ayudando a tus hijos a entender que pueden decir no cuando no quieren que los toquen y que eso les ayudará si alguien intenta lastimarlos. Por ejemplo, si tu hijo no quiere darle un beso al abuelo, deja que le choque los cinco o le dé un apretón de manos.
NO LE PIDAS A TU HIJO QUE SE HAGA CARGO DE TUS EMOCIONES
Sin pensar, a veces le decimos algo así a los niños: “Estoy triste, ¿me das un abrazo?”. Aunque esto puede ser inocente y bien intencionado, hace que el niño se sienta responsable de tus emociones y de cómo te sientes: “Mamá está triste… debo animarla”. Si alguien quisiera abusar de un niño, puede usar un lenguaje similar para hacer que el niño le “ayude” a sentirse mejor; y el niño puede racionalizarlo como si fuera aceptable si es algo que hace contigo de manera inocente.
Abuso infantil y cristianismo
Dios hizo cada parte de mi
Justin y Lindsey Holcomb
Cuida a tu hijo con la verdad de la Palabra de Dios
Esta historia sencilla y bellamente ilustrada ayuda a niños de dos a ocho años a entender por qué sus cuerpos son importantes y a distinguir entre el contacto físico apropiado y el inapropiado. Dios hizo cada parte de mí abre con delicadeza una conversación que cada familia necesita tener.
DESECHA LA PALABRA “SECRETO”
Explica la diferencia entre un secreto y una sorpresa. Las sorpresas son alegres y producen entusiasmo, porque dentro de poco tiempo se revelará algo que traerá gran alegría. En cambio, los secretos causan aislamiento y exclusión. Cuando se vuelve costumbre guardar secretos con una sola persona, los niños son más susceptibles al abuso. Los perpetradores suelen pedirles a sus víctimas que guarden el secreto entre ellos
ACLARA LAS REGLAS DE “JUGAR AL DOCTOR”
“Jugar al doctor” puede convertir las partes del cuerpo en un juego. Si los niños quieren jugar al doctor, puedes reorientar su juego sugiriendo usar muñecas y animales de peluche como pacientes en vez de su propio cuerpo. De esta forma pueden usar sus herramientas de doctor, pero para curar y cuidar a sus juguetes. Quizás se tarden un poco en hacer el cambio, pero recuérdales gentilmente que no jugamos al doctor con nuestro cuerpo. Si encuentras a tu hijo explorando su propio cuerpo con otro niño, aborda con calma la situación y pon límites claros diciendo: “Parece que tú y tu amigo están comparando sus cuerpos. Pónganse la ropa. Y recuerden, aunque se siente bien quitarse la ropa, debemos tener la ropa puesta mientras jugamos”.
IDENTIFICA EN QUIÉN PUEDEN CONFIAR
Habla con tus niños sobre las personas en las que tú y ellos confían. Luego, dales permiso de hablar con estos adultos confiables cada vez que se sientan asustados, incómodos o confundidos por el comportamiento de alguna persona hacia ellos.
SI SOSPECHAS DE ABUSO, DENÚNCIALO INMEDIATAMENTE
Has leído estos pasos, así que ahora te puedes considerar defensor contra el abuso sexual infantil. Denuncia cualquier cosa que sepas o sospeches que puede ser abuso sexual. Si no lo haces tú, es posible que nadie más lo haga.
Este artículo 9 formas de proteger a tus hijos del abuso fue adaptado de una porción del libro Dios hizo cada parte de mi, publicado por Poiema Publicaciones.
Páginas 28 a la 29