La profundidad del amor

La profundidad del amor

6/23/2018

Ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados. (1 Pedro 4:8)

Los cristianos debemos amar hasta más no poder, que incluye el cubrir “multitud de pecados”. Se debe afrontar el pecado pero también se debe perdonar. Eso es lo que implica “cubrir”. Debemos poner una frazada sobre el pecado pasado ya resuelto.

Examínese. ¿Le guarda rencor a alguien en su casa? Si lo hace, recuerde que Jesucristo ya pagó el castigo de cualquier cosa que esa persona hiciera. Su incapacidad para perdonar contradice su amor. Y si la falta de perdón es característica de su vida, tal vez usted no sea cristiano.

Inevitablemente, los que tienen un gran sentido del perdón están dispuestos a perdonar a los demás. Las personas que saben que se les ha perdonado mucho pueden perdonar mucho. Espero que eso le suceda a usted.

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La fe honra a aquel en quien confía

JUNIO, 23

La fe honra a aquel en quien confía

Devocional por John Piper

Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios. (Romanos 4:20)

Anhelo que Dios sea glorificado en nuestra búsqueda de santidad y amor; pero Dios no es glorificado a menos que nuestra búsqueda sea enriquecida por la fe en sus promesas.

Y el Dios que se reveló plenamente en Jesucristo, quien fue crucificado por nuestros pecados y resucitado por nuestra justificación (Romanos 4:25), es más glorificado cuando abrazamos sus promesas con firmeza y gozo, porque estas fueron compradas por la sangre de su Hijo.

Dios recibe honra cuando somos humillados por nuestras debilidades y fracasos, y cuando confiamos en que recibiremos de él gracia venidera (Romanos 4:20). Por lo tanto, a no ser que aprendamos a vivir por fe en la gracia para el futuro, los actos religiosos extraordinarios que podamos llevar a cabo no son para la gloria de Dios.

Él recibe la gloria cuando el poder para ser santos proviene de una fe humilde en la gracia venidera.

Martí?n Lutero dijo: «[La fe] honra a aquel en quien confía? con el respeto más grande y reverente, ya que lo considera veraz y confiable». El Dador en quien confiamos recibe la gloria.

Mi gran deseo es que aprendamos a vivir para la honra de Dios; y esto significa vivir por la fe en la gracia venidera, lo cual, a su vez, implica luchar contra la incredulidad cada vez que se revele.

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Deuteronomio 28:20–68 | Salmo 119:25–48 | Isaías 55 | Mateo 3

23 JUNIO

Deuteronomio 28:20–68 | Salmo 119:25–48 | Isaías 55 | Mateo 3

Hoy reflexionaremos sobre Isaías 55 y Mateo 3, ya que se solapan.

(1) A la luz del triunfo del Siervo en Isaías 53 y las promesas de paz del pacto en el capítulo 54; Isaías 55 empieza con una maravillosa invitación a los sedientos y a los hambrientos a un glorioso banquete gratuito (55:1–3a). El tema del pacto continúa: estas bendiciones están relacionadas con un “pacto eterno” (55:3b) que el Señor formaliza con su pueblo, que esta vez se ve como el cumplimiento de las promesas hechas a David (véase la meditación del 22 de junio). El Señor le hizo “testigo para los pueblos, como su jefe supremo” (55:4); él conquistó naciones alrededor suyo y las sometió a su reinado, y por tanto al del Señor. Restaurado a su tierra, Israel hace algo parecido: “convocarás a naciones… gracias al Señor tu Dios, el Santo de Israel” (55:5). Esta convocatoria de las naciones no se realiza por medio de proezas militares, sino por lo que el Señor está haciendo en medio de ellos. Además, este pacto contiene una señal de confirmación. El de Noé tuvo el arcoíris; el abrahámico, la circuncisión; el del Sinaí, la sangre esparcida. La señal del pacto eterno es el universo transformado (55:12–13; cp. 2:2–5; 11:1–16).

(2) Mateo afirma que Juan el Bautista se ve como la “voz de uno que grita en el desierto: ‘Preparad el camino para el Señor, haced derechas sus sendas’ ” (Mateo 3:3), citando Isaías 40:3. En la meditación del 8 de junio, expliqué brevemente este pasaje como el allanamiento del camino (metafórico) por parte del Señor para que su pueblo volviese a la tierra, unas palabras de gran consuelo. El regreso del pueblo de Dios exhibe la gloria del Señor. Sin embargo, es posible leer el pasaje de una forma ligeramente distinta, no menos relacionada con la gloria de Dios. En ella, no son las personas las que cruzan el desierto, sino el propio Señor soberano, que “llega con poder” (Isaías 40:10), como un potentado cuyos subordinados allanan el camino para él. Juan el Bautista proclama que esa es su función: preparar el camino “para el Señor”, que él identifica como Jesús.

(3) Juan llama a las personas de su época a un arrepentimiento radical, haciendo del mismo, y no de la descendencia literal de Abraham, un factor fundamental para ser miembro del pueblo de Dios (Mateo 3:7–10). De forma parecida, en Isaías 55, las bendiciones del pacto prometidas son para aquellos que dejan sus malos caminos y pensamientos, volviéndose hacia el Señor a fin de obtener misericordia y perdón gratuito (55:6–7). Nuestros pensamientos no son los de Dios (55:7–8), una confesión que no admira a estos por su trascendencia sino por su pureza absoluta.

Carson, D. A. (2014). Por amor a Dios: Devocional para apasionarnos por la Palabra. (L. Viegas, Trad.) (1a edición, Vol. II, pp. 174–175). Barcelona: Publicaciones Andamio.

Cuidados personalizados

Sábado 23 Junio

Como el padre se compadece de los hijos, se compadece el Señor de los que le temen. Porque él conoce nuestra condición; se acuerda de que somos polvo.

Salmo 103:13-14

Vuestro Padre celestial sabe…

Mateo 6:32

Cuidados personalizados

Benjamín había nacido en una familia numerosa y tenía una enfermedad cromosómica. ¡Esto hacía que tuviese una gran discapacidad! Lo que su hermanita menor hacía sola en cinco minutos, él lo hacía en una hora y con la ayuda de su padre. ¡Sus padres sufrían con él y por él! Amaban por igual a todos sus hijos, pero debido a su discapacidad, Benjamín recibía un cuidado especial. La vida era más dura para él que para los demás, por ello sus padres le prodigaban una ternura especial. Adaptaban su educación a las capacidades del niño. Lo estimulaban para que tomase confianza, pero también velaban para no desanimarlo exigiéndole demasiado.

En nuestra vida cristiana tal vez sintamos algunas «discapacidades» en tal o cual punto concreto. Algunas cosas, fáciles para otros, a nosotros nos parecen insuperables. Nuestro Padre celestial lo sabe. Él nos conoce bien, conoce nuestros temores y miedos, lo que nos obsesiona. Conoce nuestras flaquezas, lo que no nos atrevemos a confesar a otros… Quiere llevar con nosotros esta «discapacidad» personal, y por medio de ella establecer con nosotros una relación llena de ternura. ¡Nos cuida de forma personalizada! ¡Hablémosle de nuestras dificultades secretas! Nuestro Padre celestial tiene recursos inimaginables para llenar nuestras lagunas y enriquecer nuestro ser interior.

¡Nunca temamos pedir su ayuda para superar, junto a él, lo insuperable!

Números 5 – 1 Timoteo 5 – Salmo 74:1-11 – Proverbios 17:27-28
Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
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