10 – Cristo en el ejercicio de Su Señorío

Iglesia Bautista Internacional

Serie: Él es, el Cristo que predicamos

10 – Cristo en el ejercicio de Su Señorío

Miguel Núñez

Miguel Núñez

Es miembro del concilio de Coalición por el Evangelio. Es el pastor de predicación y visión de la Iglesia Bautista Internacional, y presidente de Ministerios Integridad y Sabiduría. El Dr. Núñez y su ministerio es responsable de las conferencias Por Su Causa, que procuran atraer a los latinoamericanos a las verdades del cristianismo histórico. Puede encontrarlo en Twitter.

Una producción de Ministerios Integridad & Sabiduría

11 –  «La unción del Espíritu» (Sección 2)

IGLESIA BAUTISTA CASTELLANA

Serie: Hablando del Espíritu Santo

11 –  «La unción del Espíritu» (Sección 2)

Edgardo Piesco

Bienvenido a Iglesia Bautista Castellana. Mi nombre es Edgardo Piesco, actual pastor de la Iglesia Bautista Castellana y me siento muy honrado con su visita.

En cuanto a nuestra identidad, somos la primera iglesia evangélica establecida en Canadá contando con, 50 años de vida en el servicio a nuestra comunidad hispano-parlante. Nuestra congregación está constituida por inmigrantes provenientes de toda Latinoamérica. Oficiamos servicios en español y otros especiales en inglés para los jóvenes que dominan éste, como primera lengua. Nuestro objetivo primordial es hacer conocer el evangelio a nuestra comunidad en una actitud seria y de respeto por la dignidad humana.

Esta congregación se ha mantenido en una tradición de trabajo honesto, íntegro y procurando asistir a la sociedad. Nuestro enfoque es estrictamente bíblico; la predicación, expositiva; el objetivo de dicha predicación y enseñanza es que el pueblo conozca la Palabra de Dios sin especulaciones y/o manipulación de la misma, para la salvación del alma. Nuestra congregación promueve un ambiente familiar, proveyendo un equipo ministerial de ayudantes y colaboradores debidamente equipados para hacer placentera su visita a nuestros servicios.

Esperamos que disfrute su tiempo en nuestro medio, y que tengamos pronto el gran privilegio de gozarnos con su visita y cordial compañía. Hasta entonces, que la gracia y la paz de Dios y Su Hijo Jesucristo sea con usted y todos los suyos.

Afectuosamente,
Pastor Edgardo Piesco

50 – Mucho más que una lista de nombres | Romanos 16:1-16 

Iglesia Bíblica del Señor Jesucristo

Serie: Romanos

50 – Mucho más que una lista de nombres | Romanos 16:1-16 

Ps. Sugel Michelén

El pastor Michelén ha formado parte del Consejo de Ancianos de Iglesia Bíblica del Señor Jesucristo en Santo Domingo, República Dominicana, durante más de 30 años.Tiene la responsabilidad de predicar la Palabra regularmente en el día del Señor.Tiene una Maestría en Estudios Teológicos y es autor de varios libros: Historia de las Iglesias Bautistas Reformadas de Colombia, Coautor junto al Pastor Julio Benítez; La Más Extraordinaria Historia Jamás Contada, Palabras al Cansado – Sermones de aliento y consuelo; Hacía una Educación Auténticamente Cristiana, El que Perseverare Hasta el Fin; y publica regularmente artículos en su blog “Todo Pensamiento Cautivo”https://www.todopensamientocautivo.com/

Él es instructor asociado en Universidad Wesleyana en Indiana (IWU), extensión en español; enseña Filosofía en el Colegio Cristiano Logos; y durante 10 años, ha sido profesor regular de la Asociación Internacional de Escuelas Cristianas (ACSI) para América Latina. El pastor Michelén, junto a su esposa Gloria tiene tres hijos y cuatro nietos.

http://www.ibsj.org

El abandono del Calvario

Domingo 16 Enero

Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo… Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?Mateo 27:46

El abandono del Calvario

En el monte Gólgota, fuera de las murallas de Jerusalén, había tres cruces erguidas. Allí tres condenados iban a morir. De repente, y durante tres horas, las tinieblas cayeron sobre esa escena. Allí Jesús, en la cruz, cargado con nuestros pecados, sufrió el juicio del Dios santo para expiarlos. Al final, un gran clamor rompió la oscuridad opresora: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”. ¡Estas palabras fueron pronunciadas por el Hijo muy amado de Dios, aquel que siempre había agradado al Padre! Allí, solo, abandonado por Dios, clamó: ¡“Dios mío, Dios mío”! ¡Qué sublime llamado ante un “porqué” insondable!

Durante su vida aquí en la tierra, Jesús siempre habló a Dios diciéndole “Padre”. Algunas horas antes, en Getsemaní, todavía dijo: “Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa” (Mateo 26:39). Y desde la cruz también oró a él diciendo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Sin embargo, en el momento del abandono, dijo: “Dios mío”.

¿Por qué? La cuestión del bien y del mal permanecía sin respuesta desde la desobediencia de Adán. Pero en el Calvario, Jesús, el Hombre sin pecado, llevó el castigo divino que nuestros pecados merecían. Él, el “compañero” de Dios, debía ser golpeado por la espada de la justicia divina durante esas tres horas tenebrosas (Zacarías 13:7). En la cruz, “Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios” (1 Pedro 3:18).

La intensidad de estos sufrimientos es proporcional a la grandeza de la gracia divina hacia mí, pecador. ¡Qué inmenso precio pagó mi Salvador durante esas horas de abandono!

Génesis 20 – Mateo 11 – Salmo 10:1-11 – Proverbios 3:19-20

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
ediciones-biblicas.ch – labuena@semilla.ch