Miguel Núñez es miembro del concilio de Coalición por el Evangelio. Es el pastor de predicación y visión de la Iglesia Bautista Internacional, y presidente de Ministerios Integridad y Sabiduría. El Dr. Núñez y su ministerio es responsable de las conferencias Por Su Causa, que procuran atraer a los latinoamericanos a las verdades del cristianismo histórico. Puede encontrarlo en Twitter.
La santidad es la característica de la naturaleza de Dios que está en el corazón mismo de Su ser.
Hace más de 30 años que el Dr. R.C. Sproul escribió su afamado libro “La Santidad de Dios”, el cual por la gracia de Dios ha sido de bendición y edificación a una multitud de personas alrededor del mundo. En esta serie de 6 estudios, R.C. Sproul explora bien de cerca el carácter de Dios, llevándonos a nuevas percepciones sobre el pecado, la justicia y la gracia. En este primer estudio veremos la importancia que Dios pone en Su santidad.
Visita https://renovandotumente.org para escuchar Renovando Tu Mente y descargar la guía de estudio de la serie en curso, gratuitamente. Si deseas escucharnos en tu estación de radio local, motívalos a solicitar acceso a la programación completando nuestro formulario en línea. https://renovandotumente.org/inscripcion
Jueves 30 Junio No nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor. 2 Timoteo 1:7-8 Pertenezco a Jesús
Cada cuatro años, un evento deportivo cautiva a millones de personas en todo el mundo. El 30 de junio de 2002, en Yokohama (Japón), el estadio estaba lleno: era la final de la Copa mundial de fútbol. Bajo la mirada entusiasta de espectadores y telespectadores, Brasil fue campeón. Los jugadores, reunidos en el centro del estadio, eran ovacionados; uno de ellos salió del grupo y se puso una camiseta en la que decía: “I belong to Jesus”, que quiere decir: “Pertenezco a Jesús”.
Admiramos la valentía de este hombre que había preparado todo para poder hablar al mundo entero de su fe en Jesucristo. Así Dios permitió que este testimonio fuese dado a millones de personas, y solo él conoce los resultados.
Quizá no todos nosotros tengamos la ocasión de dar un testimonio a tan gran escala, pero si pertenecemos a Jesús, si somos sus discípulos, mostrémoslo a nuestro alrededor mediante nuestro comportamiento, nuestras palabras, ocupaciones…
¿Qué saben de nuestra fe nuestros vecinos, nuestros compañeros de trabajo o de estudios? No conviene mostrar nuestra fe de manera irreflexiva, pero tampoco debemos dudar en dar testimonio de Jesús cuando la ocasión se presenta. En el barco que lo llevaba prisionero a Roma, el apóstol Pablo dio gracias antes de comer, en presencia de 275 compañeros de viaje (Hechos 27:35-37). Él también escribió: “No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree” (Romanos 1:16).