No deis lo santo a los perros | Will Graham

No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen (Mateo 7:6).

Amantísimo Padre:

No debo separar los versículos 1-5 del verso 6. Ahora entiendo que sí quieres que juzgue, pero no de manera hipercrítica. Tengo que ser compasivo y comprensivo a la hora de sacar la paja del ojo ajeno.

No obstante, hay ciertas personas que no son dignas de ser corregidas. Tu Hijo se refiere a ellas como “perros” y “cerdos”. Se burlan de tu Palabra y ridiculizan a tus mensajeros con desdén.

Con razón está escrito: “Y [Herodes] le hacía muchas preguntas [a Jesús], pero él nada le respondió” (Lucas 23:10). Y de nuevo: “Dejadlos; son ciegos guías de ciegos” (Mateo 15:14). Tu siervo Pablo imitó al Salvador diciendo: “Puesto que desecháis [la Palabra de Dios], y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí nos volvemos a los gentiles” (Hechos 13:46).

En palabras de D.A. Carson: “Rehúso […] presentar a Cristo a esa persona que sólo desea burlarse, discutir y ridiculizar. No sirve de nada”.

Dame discernimiento hoy para que no dé lo santo a los perros.

Amén.

Pastor Will Graham – Palabra de Vida Almería

Y comió hasta que se sació y le sobró | Charles Spurgeon

19 de marzo
«Y comió hasta que se sació y le sobró».
Rut 2:14
Cuando tenemos el privilegio de comer del pan que da Jesús, nos sentimos, como Rut, satisfechos con el abundante y sabroso alimento. Cuando Jesús es el anfitrión, ningún convidado se levanta vacío de su mesa. Nuestra mente se siente satisfecha con la preciosa verdad que Cristo revela; nuestro corazón está contento con Jesús, el tan deseado objeto del amor; nuestra esperanza se siente satisfecha, porque ¿a quién tenemos en el Cielo sino a Jesús?; nuestro deseo queda saciado, ya que ¿qué podemos desear nosotros más que conocer a Cristo y ser hallados en él? (cf. Fil. 3:9, 10). Jesús llena nuestra conciencia hasta dejarla en perfecta paz. Llena nuestro juicio con la persuasión de la certeza de sus enseñanzas, nuestra memoria con los recuerdos de lo que él ha hecho y nuestra imaginación con la esperanza de aquello que aún ha de hacer. Así como Rut «se sació y le sobró», lo mismo pasa con nosotros. Hemos tomado profundos tragos, hemos pensado que podíamos ingerir todo lo que Cristo nos daba; pero, tras hacer cuanto pudimos, tuvimos que dejar un gran sobrante. Nos hemos sentado a la mesa del amor del Señor y dicho: «Nada sino lo infinito podrá alguna vez satisfacerme; soy un pecador tan grande que tengo que tener méritos infinitos para lavar mis pecados». Sin embargo, alcanzamos el perdón de nuestros pecados y vimos que había méritos de sobra. Nuestra hambre quedó satisfecha en la fiesta del amor sagrado, y vimos que sobraba una superabundancia de alimento. Hay ciertas cosas hermosas en la Palabra de Dios que aún no hemos gustado y que estamos obligados a dejar por ahora, porque somos semejantes a aquellos discípulos a quienes Jesús dijo: «Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar» (Jn. 16:12). Sí, hay virtudes que no hemos obtenido, lugares de compañerismo más estrecho con Cristo que no hemos alcanzado, y alturas de comunión que nuestros pies no han escalado. En ese mismo banquete de amor hay muchos cestos con pedazos sobrantes. Magnifiquemos la liberalidad de nuestro glorioso Booz.

Spurgeon, C. H. (2012). Lecturas vespertinas: Lecturas diarias para el culto familiar (S. D. Daglio, Trad.; 4a edición, p. 87). Editorial Peregrino.

Sí, no, o más tarde

Domingo 19 Marzo

Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, porque a ti oraré. Oh Señor, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré delante de ti, y esperaré.

Salmo 5:2-3

Sí, no, o más tarde

Ante las necesidades urgentes presentadas a Dios mediante la oración, a menudo esperamos una respuesta rápida. Pero Dios no siempre interviene así. A veces dice: sí; pero también dice: no; y a veces dice: más tarde.

– Para la respuesta «sí», es decir, para la respuesta que esperamos, ¿oramos conforme a la Palabra de Dios? “Si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho” (1 Juan 5:14-15).

– Pero Dios puede respondernos con un «no» categórico, incluso si pedimos con fe. Y las razones pueden ser varias: nuestra oración tiene como objetivo solo nuestra satisfacción personal, o nuestra petición no es conforme a la Palabra de Dios… ¡Pero podemos estar seguros de que él nos ama! Sometámonos a la voluntad de Dios. Así seremos bendecidos.

– Por último, con sabiduría, por razones que a menudo ignoramos, a veces Dios no nos da rápidamente la respuesta esperada. Quizá quiera que pasemos por la prueba de la fe que produce paciencia (Santiago 1:3). En la calma y la confianza en Dios, quien sabe cuál es el momento para responder, obtendremos lo que solo Dios sabe dar, lo mejor para nosotros.

La oración es la expresión de una gran virtud cristiana, la dependencia. Orando, uno experimenta a la vez su propia debilidad y el poder del Señor, su propia ignorancia y la sabiduría del Señor; toma el lugar que le corresponde y reconoce el Suyo. El Señor posee todos los derechos sobre aquel que se inclina de rodillas ante Él.

Ezequiel 14-15 – Hechos 21:17-36 – Salmo 34:15-22 – Proverbios 11:27-28

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Fortalecidos para el servicio | John MacArthur

Momento de Gracia
En la voz del Ps. Luis Contreras

Lo que más necesita la gente es la verdad –una relación dinámica e informada con la Palabra de Dios. En un mundo caótico cegado por la incredulidad, tradición, el misticismo y error doctrinal, la Palabra de Dios penetra todo esto y proveé respuestas. Sintonize “Gracia a Vosotros” para escuchar una enseñanza clara, práctica, versículo a versículo, impartida por el Pastor John MacArthur.