Westminster en California (MA) y Westminster en Filadelfia (DMin)
David es licenciado en Psicología y graduado de los seminarios Westminster en California (MA) y Westminster en Filadelfia (DMin). Es miembro de la NANC y graduado en Consejería Bíblica por IBCD. David ha estado sirviendo en la Iglesia Evangélica de la Gracia, desde sus inicios en mayo de 2005, siendo ordenado al ministerio pastoral en la IEG en junio de 2008.
Salvador Gómez Dickson pertenece al Consejo de Pastores de Iglesia Bíblica del Señor Jesucristo, donde tiene la responsabilidad de exponer la Palabra de Dios cada domingo, además de impartir clases de Escuela Dominical. Es profesor de la Academia Ministerial Logos de IBSJ, donde ha impartido clases de Hermenéutica, Exégesis Bíblica, Griego, Doctrina del Hombre, de Cristo y de la Salvación, Introducción al Nuevo Testamento, entre otras. Está casado con Johanny Pérez y juntos tienen 4 hijos.
El que tiene al Hijo, tiene la vida (eterna) ; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. 1 Juan 5 : 12
El que tiene al Hijo, tiene la vida
Durante la guerra de Vietnam, un rico coleccionista de obras de arte perdió a su único hijo. Algunos meses después de terminada la guerra, un hombre se presentó en su casa con un gran paquete, diciendo : “Cuando yo era soldado, su hijo me salvó. A menudo me habló de usted y de su amor por el arte. Le ofrezco su retrato, que yo mismo pinté”. Profundamente emocionado, el padre le agradeció.
Tiempo después, cuando este coleccionista murió, sus posesiones fueron subastadas, incluidas sus obras maestras. Ese día el subastador mostró el retrato del hijo y anunció : “Primera subasta, para este retrato”. Hubo un gran silencio, pero nadie propuso nada. El subastador insistió… Entonces una voz se oyó desde el fondo de la sala : “Diez dólares”. Era el jardinero, quien desde hacía mucho tiempo se había ocupado de la propiedad.
La asistencia impaciente pensaba que al fin la subasta comenzaría en serio… Pero el comisario anunció : “La venta ha finalizado. El difunto había sometido esta venta en subasta a una disposición secreta : el que comprase el retrato de su hijo sería heredero de todo, incluidos todos los cuadros”.
La Biblia cuenta la historia de otro hijo único, un relato que nos concierne a cada uno de nosotros : “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3 : 16). Para beneficiarnos del amor divino, para recibir la gracia divina, para ser herederos de Dios, basta con invocar el nombre de Jesús, el Hijo de Dios. ¡No hay otro camino !
El que tiene al Hijo, tiene la vida (eterna) ; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. 1 Juan 5 : 12
El que tiene al Hijo, tiene la vida
Durante la guerra de Vietnam, un rico coleccionista de obras de arte perdió a su único hijo. Algunos meses después de terminada la guerra, un hombre se presentó en su casa con un gran paquete, diciendo : “Cuando yo era soldado, su hijo me salvó. A menudo me habló de usted y de su amor por el arte. Le ofrezco su retrato, que yo mismo pinté”. Profundamente emocionado, el padre le agradeció.
Tiempo después, cuando este coleccionista murió, sus posesiones fueron subastadas, incluidas sus obras maestras. Ese día el subastador mostró el retrato del hijo y anunció : “Primera subasta, para este retrato”. Hubo un gran silencio, pero nadie propuso nada. El subastador insistió… Entonces una voz se oyó desde el fondo de la sala : “Diez dólares”. Era el jardinero, quien desde hacía mucho tiempo se había ocupado de la propiedad.
La asistencia impaciente pensaba que al fin la subasta comenzaría en serio… Pero el comisario anunció : “La venta ha finalizado. El difunto había sometido esta venta en subasta a una disposición secreta : el que comprase el retrato de su hijo sería heredero de todo, incluidos todos los cuadros”.
La Biblia cuenta la historia de otro hijo único, un relato que nos concierne a cada uno de nosotros : “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3 : 16). Para beneficiarnos del amor divino, para recibir la gracia divina, para ser herederos de Dios, basta con invocar el nombre de Jesús, el Hijo de Dios. ¡No hay otro camino !