El cesasionismo es la creencia de que los “dones milagrosos” de las lenguas y la sanidad ya han cesado – que el fin de la era apostólica marcó el fin de los milagros asociados con esa era. La mayoría de los cesasionistas creen que, mientras que Dios puede y aún realiza milagros hoy en día, el Espíritu Santo ya no utiliza a individuos para llevar a cabo señales milagrosas.
Los registros bíblicos muestran que los milagros se produjeron durante determinados períodos específicos con el propósito de autentificar un nuevo mensaje de Dios. A Moisés se le concedió realizar milagros para autentificar su ministerio ante el faraón (Éxodo 4:1-8). Elías realizó milagros para autentificar su ministerio ante Acáb (1 Reyes 17:1;18:24). Los apóstoles realizaron milagros para autentificar su ministerio ante Israel (Hechos 4:10, 16).
El ministerio de Jesús también fue marcado por milagros, a los que el apóstol Juan llama “señales” (Juan 2:11). Lo que Juan quería decir es que los milagros eran la prueba de la autenticidad del mensaje de Jesús.
Después de la resurrección de Jesús, mientras la Iglesia se establecía y el Nuevo Testamento estaba siendo escrito, los apóstoles lo demostraban con “señales” tales como las lenguas y el poder para sanar. “Así que las lenguas son una señal, no para los que creen, sino para los incrédulos.” (1 Corintios 14:22, un verso que dice claramente que el don nunca fue para edificar a la iglesia).
El apóstol Pablo predijo que el don de lenguas acabaría (1 Corintios 13:8). Aquí exponemos seis pruebas de que ya han cesado:
1) Los apóstoles, a través de quienes vinieron las lenguas, fueron únicos en la historia de la iglesia. Una vez que su ministerio fue concluido, la necesidad de señales que lo autentificaran dejó de existir.
2) Los dones de milagros (o señales) solo son mencionados en las primeras epístolas, tales como 1 Corintios. Los libros posteriores, tales como Efesios y Romanos, contienen pasajes detallados sobre los dones del Espíritu, pero los dones de milagros ya no son mencionados, aunque Romanos menciona el don de la profecía. La palabra griega traducida como “profecía” significa “declarar” y no necesariamente incluye la predicción del futuro.
3) El don de lenguas era una señal para el Israel incrédulo de que la salvación de Dios ahora estaba disponible para otras naciones. Ver 1 Corintios 14:21-22 e Isaías 28:11-12.
4) El don de lenguas era inferior al de la profecía (predicar). Predicar la Palabra de Dios edifica a los creyentes, mientras que las lenguas no lo hacen. Se les dice a los creyentes que procuren profetizar más que hablar en lenguas (1 Corintios 14:1-3).
5) La historia indica que las lenguas cesaron. Las lenguas ya no son mencionadas en absoluto por los Padres Post-apostólicos. Otros escritores tales como Justino Mártir, Orígenes, Crisóstomo y Agustín, consideraron que las lenguas fueron algo que sucedió solo en los primeros días de la Iglesia.
6) Observaciones actuales confirman que el milagro de las lenguas ha cesado. Si el don estuviera aún vigente, no habría necesidad de que los misioneros asistieran a escuelas de idiomas. Los misioneros podrían viajar a cualquier país y hablar cualquier lenguaje fluidamente, así como los apóstoles fueron capaces de hacerlo en Hechos 2. Respecto al don de sanidad, vemos en las Escrituras que la sanidad estaba asociada con el ministerio de Jesús y los apóstoles (Lucas 9:1-2). Y vemos que al finalizar de la era apostólica, la sanidad, al igual que las lenguas se volvieron menos frecuentes. El apóstol Pablo, quien resucitó a Eútico (Hechos 20:9-12), no sanó a Epafrodito (Filipenses 2:25-27), ni a Trófimo (2 Timoteo 4:20), ni a Timoteo (1 Timoteo 5:23), ni aún a sí mismo (2 Corintios 12:7-9). Las causas del “fracaso en sanar” de Pablo son: 1) el don nunca tuvo como propósito sanar a todo cristiano, sino el autentificar el apostolado; y 2) la autoridad de los apóstoles ya había sido probada suficientemente, no habiendo ya más necesidad de milagros posteriores.
Las razones arriba expuestas son la evidencia para el cesasionismo. De acuerdo a 1 Corintios 13:13-14, haríamos bien en “seguir el amor,” el mejor de todos los dones. Si debiéramos desear dones, hemos de desear declarar la Palabra de Dios, para que todos sean edificados.
Nota del editor: Este es el sexto capítulo en la serie de artículos de Tabletalk Magazine: La ética cristiana
on frecuencia, en la Biblia se trata el tema de la hipocresía pero rara vez se menciona de manera diplomática. Originalmente designaba a un actor actuando con una máscara pero luego la palabra adquirió la connotación negativa de una inconsistencia entre lo que uno cree y cómo actúa. Esta inconsistencia se puede entender de dos maneras. Algunas inconsistencias son pretensiones de justicia propia, actuando como si uno fuera justo y virtuoso de manera exterior, mientras se carece de convicción interior. Hay muchos ejemplos de esto en los Evangelios. Jesús criticó deliberadamente a muchos que estaban más interesados en la alabanza pública por sus actos religiosos de orar, ayunar y dar limosna (Mt 6:2, 5, 16), aquellos que condenaban los pecados de otros mientras ignoraban los suyos propios (7:5) y aquellos que adoraban de labios y externamente pero sin sinceridad (15:8-9). Jesús llamó la atención sobre la hipocresía de muchos líderes religiosos de Su tiempo comparándolos con vasos y platos que están limpios por fuera mientras permanecen sucios en su interior, y con «sepulcros blanqueados», como algo hermoso por fuera que cubre la muerte por dentro (23:25-28). Esta inconsistencia —pretensión espiritual externa o falsa espiritualidad— es la descripción más común de hipocresía.
Pero la hipocresía también puede referirse a una inconsistencia de otro tipo: pretender no tener convicciones internas cuando ejercitarlas es inconveniente o difícil. En Gálatas 2, Pablo relata una interacción importante que tuvo con Pedro y Bernabé (vv. 11-14). Cuando Pedro se unió a Pablo en Antioquía, inicialmente disfrutó de la compañía y hermandad de los cristianos gentiles sin vacilar ni dudar. Esto es totalmente consistente con la creciente comprensión de Pedro del mensaje del evangelio, que rompe las tradiciones y distinciones que separaban a los judíos de los gentiles (ver Hch 10-11). Sin embargo, cuando llegaron otros llamados «los de la circuncisión», que mantenían las distinciones tradicionales entre judíos y gentiles, Pedro «empezó a retraerse y apartarse» (Gal 2:12). ¿Por qué? Por su temor a los hombres. Cuando Bernabé y muchos otros judíos comenzaron a seguir a Pedro, Pablo se enfrentó a Pedro y lo reprendió por su hipocresía (v. 13). Pedro debió haberlo sabido. Aunque realmente creía en el poder del evangelio para derribar las barreras humanas, siguió las costumbres de los hombres por temor al juicio de ellos. Sus acciones externas eran incompatibles con sus convicciones internas.
Si somos honestos, luchamos contra ambas formas de inconsistencia. En la Iglesia, a menudo buscamos la aceptación y el reconocimiento de otros creyentes hablando, actuando y sirviendo en maneras que nos hagan parecer más fieles, más conocedores y más maduros de lo que realmente somos. Además, en nuestra vida diaria, con frecuencia buscamos la aceptación y el reconocimiento del mundo silenciando nuestras convicciones y ocultando nuestros compromisos en la forma en la que hablamos, actuamos y servimos. Nada de esto es aceptable.
Las Escrituras nos exhortan a ser cristianos consistentes, con una vida de fe informada y motivada por el evangelio. Claro, esto es más fácil decirlo que hacerlo. Tal vez la iglesia de Colosas nos instruya. Cuando Pablo escribió su carta a esa congregación, la iglesia de Colosas era pequeña y nueva, y muchos de sus creyentes estaban luchando para vivir su fe en un mundo confuso y hostil. Por todos lados había filosofías, sabidurías y religiones que animaban a estos creyentes a silenciar, mezclar y, en ocasiones, a abandonar su fe. A estos cristianos que luchaban para vivir su fe, ¿qué les dijo Pablo? Les recordó enfática y repetidamente a los colosenses que Cristo es supremo sobre todas las cosas y que todos los creyentes le pertenecen (Col 1:15-20). Como dice de manera muy bella el Catecismo de Heidelberg: «Que yo en cuerpo y alma, tanto en la vida como en la muerte, no me pertenezco a mí mismo, sino a mi fiel Salvador Jesucristo» (pregunta y respuesta 1). Además, si le pertenecemos, entonces como creyentes debemos andar «como es digno del Señor» (Col 1:10; ver 2:6).
Pablo consideró la idea de vivir «como es digno del Señor» lo suficientemente importante como para repetirla en otros lugares con ligeras variaciones, ya que instó a los creyentes a vivir de una manera digna «del evangelio de Cristo» (Flp 1:27), «de la vocación con que habéis sido llamados» (Ef 4:1) y de «Dios» (1 Tes 2:12). Esta es una vida tan transformada por Cristo que ya no busca mayor identidad ni mejor estatus pretendiendo ser algo más que pecadores salvados por gracia. Esta es una vida tan conformada a Cristo que seguir la voluntad de Dios en Cristo ya no es un sacrificio, sino un gozo persistente, incluso cuando seguirlo fielmente implique persecución y sufrimiento. Esta es una vida tan centrada en Cristo que agradarle a Él es el primer y único propósito en la vida, de modo que ya no seamos tentados a agradar a otros pretendiendo ser más o menos de lo que realmente somos. Como dijo de modo provechoso Juan Calvino:
Por lo tanto, si se pregunta qué clase de vida es digna de Dios, tengamos siempre presente esta definición de Pablo: que es una vida tal que, dejando las opiniones de los hombres, y dejando, en suma, toda inclinación carnal, está regulada de manera que queda sujeta únicamente a Dios.
Esto significa que ya sea en privado o en público, en la Iglesia o en el mundo, ante un amigo o enemigo, o en persona o en línea, vivimos consistentemente de una manera digna de alguien que es amado por Cristo, salvo por Cristo y que pertenece a Cristo.
Un cristianismo consistente es lo que la Palabra enseña y lo que el mundo necesita. Nuestras iglesias no necesitan cristianos con egos inflados sino creyentes que a diario entiendan que «es necesario que Él crezca, y que yo disminuya» (Jn 3:30). Nuestras comunidades y sociedades no necesitan cristianos que se desvanezcan en el trasfondo de la cultura y la vida actuales; en cambio, necesitan de aquellos que con fidelidad y consistencia en lo ordinario den testimonio de una vida y una realidad que no son de este mundo. Esto no es algo que podamos hacer por nosotros mismos, pero damos gracias «Porque Cristo, que nos ha redimido y liberado por Su sangre, también nos renueva a Su propia imagen por Su Espíritu Santo, para que así demos testimonio, a través de toda nuestra conducta, de nuestra gratitud a Dios por Sus bendiciones, y para que Él sea alabado por nosotros» (Catecismo de Heidelberg, 86).
(Jesús dijo:) Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí. Juan 5:39
En búsqueda de la verdad (2)
Testimonio
“Tuve que admitir que la Biblia no contenía ningún error. La única opción racional era confiar en su autoridad. Comprendí que Jesús, quien era el Creador del universo, también había pagado el precio por todas mis ofensas a Dios. Comprendí que obtendría la vida eterna si recibía su perdón y le dejaba el justo lugar en mi vida. Pero tenía miedo al desprecio y al ridículo que mi compromiso suscitaría ante mis amigos, mis profesores y mi familia. Entonces dudé durante varios meses. Tenía un sentimiento extraño de confusión. Sabía lo que debía hacer, pero mi orgullo me lo impedía.
Una noche oré pidiendo a Dios que me quitase esa resistencia e hiciese de mí un cristiano. Oré durante varias horas sin respuesta aparente. Finalmente tomé conciencia de que Jesucristo no se impone a nadie, incluso si se lo pedimos. Era yo el que debía hacer prueba de humildad y aceptarlo. Esto fue lo que hice a la una de la mañana. Reconocí a Jesucristo como mi Salvador y mi Señor.
Mi miedo al ridículo desapareció poco a poco, y empecé a compartir mis descubrimientos de la verdad espiritual con los estudiantes y los profesores de mi facultad…
Estoy contento de poder decir que, desde que conozco a Jesús como mi Salvador y Señor, mi gozo en él, y mis conversaciones con los demás sobre él, aumentan cada año”.
“Las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa” (Romanos 1:20).Hugh R.
Evidencias del Verdadero Arrepentimiento (3) I Hechos 2:37-42
Otto Sánchez
Rolando Otoniel (Otto) Sánchez Pérez, nació el 24 de febrero del año 1966 en la ciudad de Santo Domingo. Viene de un hogar cristiano y conoció la gracia de Jesucristo en su adolescencia.
Es pastor de la Iglesia Bautista Ozama desde el año 1992. Sus primeros estudios universitarios fueron en el área de Publicidad. Realizó estudios ministeriales en el Seminario Teológico Bautista Dominicano. Tiene una Maestría en Teología del Southern Baptist School for Theological Studies.
El pastor Otto está dirigiendo el STBD (Seminario Teológico Bautista Dominicano) desde enero del 2008. Está casado con Susana Almanzar y tienen dos niñas, Elizabeth Marie y Alicia.
Bienvenido a Iglesia Bautista Castellana. Mi nombre es Edgardo Piesco, actual pastor de la Iglesia Bautista Castellana y me siento muy honrado con su visita.
En cuanto a nuestra identidad, somos la primera iglesia evangélica establecida en Canadá contando con, 50 años de vida en el servicio a nuestra comunidad hispano-parlante. Nuestra congregación está constituida por inmigrantes provenientes de toda Latinoamérica. Oficiamos servicios en español y otros especiales en inglés para los jóvenes que dominan éste, como primera lengua. Nuestro objetivo primordial es hacer conocer el evangelio a nuestra comunidad en una actitud seria y de respeto por la dignidad humana.
Esta congregación se ha mantenido en una tradición de trabajo honesto, íntegro y procurando asistir a la sociedad. Nuestro enfoque es estrictamente bíblico; la predicación, expositiva; el objetivo de dicha predicación y enseñanza es que el pueblo conozca la Palabra de Dios sin especulaciones y/o manipulación de la misma, para la salvación del alma. Nuestra congregación promueve un ambiente familiar, proveyendo un equipo ministerial de ayudantes y colaboradores debidamente equipados para hacer placentera su visita a nuestros servicios.
Esperamos que disfrute su tiempo en nuestro medio, y que tengamos pronto el gran privilegio de gozarnos con su visita y cordial compañía. Hasta entonces, que la gracia y la paz de Dios y Su Hijo Jesucristo sea con usted y todos los suyos.
El pastor Michelén ha formado parte del Consejo de Ancianos de Iglesia Bíblica del Señor Jesucristo en Santo Domingo, República Dominicana, durante más de 30 años.Tiene la responsabilidad de predicar la Palabra regularmente en el día del Señor.
Me regocijo en tu palabra como el que halla muchos despojos.Salmo 119:162
En búsqueda de la verdad
(1)Testimonio
“Crecí en Canadá, en una familia muy afectuosa, pero no cristiana. Como me apasionaba la ciencia decidí, a los ocho años, estudiar astronomía. Más tarde mis estudios me convencieron de que el universo tenía un comienzo, por lo tanto, una causa, pero pensaba que esa causa era distante y silenciosa.
Como me hacía preguntas sobre la importancia de la religión en la historia de los pueblos del mundo, decidí estudiar los escritos de los filósofos europeos del siglo de las Luces (siglo 18), quienes habían cuestionado la validez de toda forma de religión. Encontré argumentos incoherentes, evasivos, contradicciones. Entonces me centré en los libros fundadores de cada religión, considerando que si el hombre era el autor, su enseñanza reflejaría el error humano; en cambio, si era Dios, su mensaje no tendría error y sería tan coherente como los hechos de la naturaleza. Entonces recurrí a los hechos históricos y científicos para verificar cada uno de los libros que la gente llama “sagrados”. Después de algunas horas de lectura, cada vez me encontraba con uno o varios datos claramente diferentes de los hechos históricos y científicos. Esto me parecía incoherente con el carácter del Creador, revelado por las leyes de la naturaleza. Rechacé, pues, cada uno de esos libros, hasta que descubrí la Biblia.
Este Libro era diferente de los demás libros. Era simple, directo y preciso. Durante un año y medio pasé una hora al día buscando inexactitudes científicas o históricas de la Biblia. Tuve que admitir que no contenía ningún error”.(mañana continuará)
¿Qué es la Biblia? ¿Quién la escribió? ¿Cuántos libros tiene?
La Biblia es el Libro más impreso de la historia, más traducido, más vendido y a la vez más quemado. Surgen muchas preguntas acerca de la Biblia, por lo cual, contestaremos algunas de ellas a continuación.Lee También: ¿Cómo se divide la Biblia?.
¿Qué es la Biblia?
La Biblia es la Palabra de Dios revelada a la humanidad (Ex 31:18, 32:16), su autor es Dios mismo y su interprete El Espíritu Santo (2 Sa 23:2; 2 Pe 1:21). Su tema principal es la redención del hombre por medio de Jesucristo (Jn 3:16). Pero también es útil para enseñar, exhortar, corregir e instruir en justicia al hombre (2 Ti 3:16).
¿Qué significa la Palabra Biblia?
La palabra Biblia proviene del griego «Biblíon» y su significado traducido es «Libros o Rollos».
¿Quién escribió la Biblia?
La Biblia fue escrita por 40 personas escogidas y preparadas por Dios en diferentes épocas y lugares.Sus autores fueron reyes, príncipes, poetas, profetas, pastores, sacerdotes, doctores y otros simplemente fueron pescadores. Fue completada en un periodo aproximadamente de 1600 años y escrita en 3 idiomas diferentes. Pero a pesar de sus distintos escritores, ocupaciones e idiomas, de vivir en lugares y tiempos diferentes, todos los libros de la Biblia muestran una unidad y fue la inspiración divina dada por El Espíritu Santo a cada uno de sus autores (2 Sa 23:2).
¿Como está dividida la Biblia?
La Biblia está dividida en Antiguo Testamento y Nuevo Testamento. La palabra «Testamento» tiene como significado «Pacto» o «Alianza«, haciendo referencia a los pactos de Dios con su Pueblo escogido (Ex 19:5-6) y con Su Hijo Jesucristo (Mt 26:26-28). El Antiguo Testamento narra la preparación de la Salvación (Jr 31:31-34). Mientras que el Nuevo Testamento muestra la manifestación de la Salvación por medio de Jesucristo (He 13:20). Por otra parte estos dos pactos dividieron los tiempos de la humanidad en «antes de Cristo» (a.C.) y «después de Cristo» (d.C.).
¿Cuántos libros tiene la Biblia?
La Biblia tiene en total 66 libros, 39 del Antiguo Testamento y 27 del Nuevo Testamento. Los 39 libros del Antiguo Testamento están compuestos por 5 libros del Pentateuco, 12 libros históricos, 5 poéticos, 5 de profetas mayores y 12 de profetas menores. Mientras que los 27 libros del Nuevo Testamento están formados por 4 evangelios, 1 libro histórico, 13 cartas paulinas, 8 cartas generales y 1 libro profético.
¿Cuáles son los libros de la Biblia?
Antiguo Testamento
Abreviaturas del Antiguo Testamento
Los 39 libros del Antiguo Testamento son:
Ge = Génesis
Ex = Éxodo
Lv = Levítico
Nm = Números
Dt = Deuteronomio
Jos = Josué
Jue = Jueces
Rt = Rut
1 Sm = 1 Samuel
2 Sm = 2 Samuel
1 Re = 1 Reyes
2 Re = 2 Reyes
1 Cr = 1 Crónicas
2 Cr = 2 Crónicas
Esd = Esdras
Neh = Nehemías
Est = Ester
Job = Job
Sal = Salmos
Pr = Proverbios
Ec = Eclesiastés
Cnt = Cantares
Is = Isaías
Jr = Jeremías
Lm = Lamentaciones
Ez = Ezequiel
Dn = Daniel
Os = Oseas
Jl = Joel
Am = Amós
Abd = Abdías
Jon = Jonás
Mi = Miqueas
Nah = Nahúm
Hab = Habacuc
Sof = Sofonías
Hag = Hageo
Zac = Zacarías
Mal = Malaquías
Nuevo Testamento
Abreviaturas del Nuevo Testamento
Los 27 libros del Nuevo Testamento son:
Mt = Mateo
Mr = Marcos
Lc = Lucas
Jn = Juan
Hch = Hechos
Ro = Romanos
1 Co = 1 Corintios
2 Co = 2 Corintios
Gl = Gálatas
Ef = Efesios
Flp = Filipenses
Col = Colosenses
1 Tes = 1 Tesalonicenses
2 Tes = 2 Tesalonicenses
1 Ti = 1 Timoteo
2 Ti = 2 Timoteo
Tit = Tito
Flm = Filemón
He = Hebreos
Stg = Santiago
1 Pe = 1 Pedro
2 Pe = 2 Pedro
1 Jn = 1 Juan
2 Jn = 2 Juan
3 Jn = 3 Juan
Jud = Judas
Ap = Apocalipsis
¿Cuántos capítulos tiene la Biblia?
La Biblia contiene un total de 1.189 capítulos. Formada por 929 capítulos en el Antiguo Testamento y 260 en el Nuevo Testamento.
¿Cuántos versículos tiene la Biblia?
La Biblia está formada por un total de 31.102 versículos entre el Antiguo y Nuevo Testamento.
¿Cuál es el Libro más largo de la Biblia?
El libro más largo de la Biblia es Salmos con 150 capítulos.
¿Cuál es el Libro más corto de la Biblia?
El libro más corto de la Biblia es la Segunda Carta de Juan con 13 versículos en un único capitulo.
¿Cuál es el Capitulo más largo de la Biblia?
El Salmo 119 es el capitulo más largo de la Biblia con 176 versículos.
¿Cuál es el Capitulo mas corto de la Biblia?
El Salmo 117 es el capitulo más corto de la Biblia con únicamente 2 versículos.
¿Cual es el Versículo más largo de la Biblia?
El Versículo 9 del capitulo 8 del Libro de Ester es el más largo de la Biblia con 80 palabras en la Versión RVA 1960 (Est 8:9).
¿Cual es el Versículo más corto de la Biblia?
El Versículo 13 del capitulo 20 del Libro de Exodo es el mas corto de la la Biblia con 9 letras en la Versión RVA 1960 (Ex 20:13).
¿En qué idioma se escribió la Biblia?
La Biblia fue escrita en tres idiomas, hebreo, arameo y griego. Por lo tanto, los Primeros 39 libros del Antiguo Testamento fueron escritos principalmente para los Judíos en hebreo y algunos pasajes en arameo. También fue traducido al griego 100 años antes de Jesucristo. Mientras que los 27 libros del Nuevo Testamento fueron escritos principalmente para los Gentiles en griego, el idioma comúnmente hablado por los gentiles a través del Imperio Romano.
¿En qué lugares se escribió la Biblia?
La Biblia fue escrita en tres continentes, África, Asia y Europa. Los primeros 5 Libros de la Biblia fueron escritos en África, en el Desierto del Sinaí por Moisés. Algunos otros fueron escritos en Asia cuando tomaron posesión de la tierra prometida y durante la cautividad de Babilonia. Mientras que por último, algunos de los libros del Nuevo Testamento fueron escritos en Asia y Europa, durante los viajes de Lucas, el encarcelamiento de Pablo en Roma y el destierro de Juan en la Isla griega de Patmos.
¿Cómo entender la Biblia?
Para entender la Biblia lo primero que tenemos que hacer es orar, para que Dios revele su palabra a nosotros (Jr 33:3). Si pretendemos leer la Biblia de manera literal nunca la entenderemos, porque en ella están escritos misterios que solo Dios revela por medio de su Espíritu (1 Co 2:14). Dios es Espíritu, por lo tanto es el único que conoce y puede hablar al espíritu del hombre (1 Co 2:10-11; Jn 4:24).
Otro consejo para entender la Biblia es apartarnos del mal y tener un corazón humilde para aceptar su palabra (1 Co 2:9), como está escrito en Proverbios 1:7«El principio de la sabiduría es el temor de Jehová, Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza». En conclusión, con un corazón lleno de resentimiento, egoísmo, maldad y paradigmas nunca le será revelado la Palabra de Dios (Stg 4:6; Sal 138:6; Pr 3:34).
¿Cómo empezar a leer la Biblia?
Para saber cómo empezar a leer la Biblia, lo que generalmente se recomienda es comenzar por el Nuevo Testamento en los Evangelios. La Palabra Evangelio significa «Buenas Nuevas» y habla acerca de la Manifestación de la Salvación escrita por los profetas del Antiguo Testamento y cumplida en Jesucristo.
Los Evangelios recomendados para que una persona comience a leer la Biblia son Mateo, Marcos y Lucas. A estos tres libros se les llama «Evangelios Sinópticos», ya que presentan los asuntos principales de la Biblia de manera más clara, rápida y resumida. Mientras que el evangelio de Juan contiene un mensaje más espiritual dirigido a los que ya son Cristianos.
Otros libros muy buenos para leer en los inicios son el libro de los Salmos y Proverbios. En el libro de los Salmos vemos al hombre hablando de Dios, derramando su corazón en oración y alabanza, pero también describiéndole y exaltándole por la manifestación de sus gloriosos atributos. Por otro lado, el libro de Proverbios es una colección de preceptos morales para orientar tanto a los padres, madres, hijos, empleados, empleadores, gobernantes, reyes, magistrados o cualquier tipo de persona.
¿Por qué leer la Biblia?
La Biblia además de ser una Biblioteca compuesta por diferentes libros, también son las instrucciones de Dios para el Camino de la Salvación del hombre. En ella encontramos que todos los seres humanos hemos pecado contra Dios y que nadie puede ganarse el cielo por medio de las obras (Gl 2:16; Ro 3:20).
La Biblia nos enseña que la Salvación del hombre únicamente es por medio de Jesucristo (1 Ti 2:5; Jn 3:16). Quien nació de una mujer virgen conforme a las Escrituras (Is 7:14), vivió la vida que ninguno de nosotros hemos podido vivir, pero también llevó en Él, nuestro pecado y el castigo que nosotros nos merecíamos (Is 53:6; 2 Co 5:21; Col 2:14). Murió y resucito conforme a las Escrituras (Is 53:5-12), siendo entregado a la muerte por nuestras transgresiones y resucitado para justificarnos delante de Dios (Ro 4:25).
Otra de las razones por la cual leer la Biblia es que nos ayuda a conocer a Dios y nos instruye en su Sabiduría (Pr 2:1-7). Además ayuda a prosperar el camino del hombre (Jo 1:8), enseñándole, exhortándole, corrigiéndole e instruyéndole en Justicia (1 Ti 3:16).