El Esposo que se Parece a Cristo

El Esposo que se Parece a Cristo
by John MacArthur

Pídale al hombre común de la calle que dé una palabra que encarne la esencia del liderazgo, y él probablemente le sugerirá palabras como autoridad, control o poder.

La visión de la Escritura acerca del liderazgo es caracterizada por una palabra diferente: amor.

El liderazgo piadoso está siempre impulsado por el amor, y es singularmente y claramente reflejado en el diseño de Dios para el matrimonio. Dios divinamente ordenó la relación entre esposos y esposas para ser un reflejo de la relación de Cristo con la iglesia. La sumisión de la esposa al esposo, está diseñada como una ilustración viviente de la sumisión de la iglesia a su Señor. El esposo, por el contrario, está supuesto a ser una ilustración viviente de Cristo, quien “amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella” (Efesios 5:25, énfasis agregado). Note que el acento es completamente en el sacrificio, y servicio de Cristo por el bien de la iglesia.

“Para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.” Efesios 5:26-28)

El punto completo de Pablo es que, el marido muestra mejor el liderazgo que es de acuerdo a Cristo, a través del sacrificio voluntario y amoroso para el bienestar de su esposa.

La tendencia pecaminosa del hombre caído es dominar a sus esposas con fuerza bruta. Aun algunos hombres cristianos son culpables de ser muy agresivos con su autoridad en el hogar. Pero los déspotas dictatoriales y maridos con mano dura son antitéticos al patrón del liderazgo que Cristo nos dio.

El amor que se parece a Cristo.

El amor auténtico es incompatible con un aproche despótico y dominante del liderazgo. Si el modelo de este amor es Cristo, quien “no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” (Mateo 20:28), entonces el esposo que piensa que él existe para ser servido por su esposa y sus hijos, no podría estar más lejos de la marca.

Considere las consecuencias del mandato de amar. Esto sugiere que el amor genuino no es simplemente un sentimiento o una atracción involuntaria. Implica una elección voluntaria. Lejos de ser algo en lo que “caemos” por circunstancia fortuita, el amor auténtico y que se parece a Cristo involucra un compromiso deliberado y voluntario, de sacrificar lo que sea que podamos, por el bien de la persona que amamos.

Cuando Pablo les mandó a los esposos a amar a sus esposas, él estaba exigiendo todas las virtudes trazadas en 1 Corintios 13, incluyendo la paciencia, amabilidad, generosidad, humildad, mansedumbre, consideración, liberalidad, dulzura, confianza, bondad, sinceridad, y sufrimiento. Es significativo que todas las propiedades del amor resaltan el altruismo y el sacrificio. El esposo y padre piadoso debe hacerse a sí mismo siervo de todos (cf. Marcos 9:35)

Un modelo conformado a Cristo

¿Cómo, en términos prácticos, debería un marido demostrar su amor por su esposa? El amor de Cristo por Su iglesia es el patrón y prototipo perfecto para la relación de cada marido con su esposa. Eso eleva el amor del esposo por su esposa a un nivel altísimo y santo. El esposo que abusa su rol como cabeza de familia, deshonra a Cristo, corrompe el simbolismo sagrado de la unión matrimonial, y peca directamente en contra de su Cabeza, Cristo (1 Corintios 11:3).

Entonces, el deber del marido de amar a su esposa con un amor que se parezca a Cristo, es de suprema importancia. A nadie en la familia se le es dada una responsabilidad mayor (la exhortación de Pablo es la más larga y más detallada sección de Efesios 5:22-6:9).

El amor de Cristo fue un amor auto sacrificado. Él “amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella” (Efesios 5:25). Jesús mismo indicó que de todas las cualidades del amor, un deseo de sacrificarse a sí mismo es la más mayor cualidad: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos” (Juan 15:13). El amor auténtico es siempre auto sacrificado.

La persona que ama en forma sacrificada es humilde, mansa, y más preocupada por los demás que por sí misma. De nuevo, Cristo es el modelo. A pesar de que Él existió eternamente como Dios, y por lo tanto era merecedor de toda la adoración y honor, Él dejó todo eso a un lado, para venir a la tierra y morir por los pecadores. La Escritura dice:

“Sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte en la cruz” (Filipenses 2:7-8).

Las demandas a los esposos ni se acercan en severidad. Aun así, necesitamos el mismo deseo de hacer cualquier sacrificio, por amor a nuestras esposas e hijos. Cualquier otra cosa no es un liderazgo piadoso.

La discapacidad espiritual

Martes 21 Febrero
(Jesús), tomando la mano del ciego, le sacó fuera de la aldea… le puso las manos encima, y le preguntó si veía algo. Él, mirando, dijo: Veo los hombres como árboles, pero los veo que andan. Luego le puso otra vez las manos sobre los ojos… y vio de lejos y claramente a todos.
Marcos 8:23-25
La discapacidad espiritual
Testimonio

«Hace algunos años no tenía ninguna referencia para dirigir mi vida; andaba como una persona ciega. Hacía lo que me gustaba. Había sido bautizado, y esto me tranquilizaba. Pero mi vida seguía siendo muy caótica, y las decepciones eran numerosas, hasta que un día una amiga me dio un Nuevo Testamento y me dijo que la naturaleza de toda persona era mala. Lo leí con curiosidad y descubrí la vida santa de Jesús, llena de un amor perfecto. ¡Qué contraste con el mal que moraba en mí! Los cuatro evangelios afirman que Jesús murió en la cruz y luego resucitó, y esto para dar una vida nueva a los que creen en él.

¡Qué gozo! Como el ciego del que habla el versículo de hoy, reconocí mi estado interior, experimenté el amor de Jesús y sus cuidados. Él puso sus manos sobre mí y me sanó de mi pecado.

Amigos, todos necesitamos un contacto personal con Cristo. Hoy ese contacto se efectúa leyendo los evangelios. Escuchemos las palabras de Jesús. Vayamos a él tal como somos.

Ese ciego (del texto del día) fue sanado, pero al principio no veía claramente. A veces nos cuesta confiar totalmente en Cristo. Las personas que nos rodean, su opinión o su importancia, nos impresionan. Andamos a tientas. Nuestro Salvador es paciente. Se acerca a nosotros cuando hacemos una lectura más atenta de la Biblia. Entonces descubrimos más concretamente su amor, su ternura, lo que es verdadero, pues él es la verdad».

Thierry
2 Samuel 14 – Hechos 5:17-42 – Salmo 25:6-10 – Proverbios 10:9-10

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