Maduro y humilde | Tim Challies

El carácter del cristiano: maduro y humilde
Por: Tim Challies

Estamos explorando cómo las diversas cualidades de los ancianos son en realidad el llamado de Dios a todos los creyentes. Mientras los ancianos están destinados a ejemplificar estas cualidades, todos los cristianos deben exhibirlas. Quiero que consideremos si estamos mostrando estos rasgos y aprendamos juntos cómo podemos orar para tenerlos en mayor medida. Hoy consideraremos por qué los ancianos -y todos los cristianos- deben esforzarse por vivir vidas maduras y humildes.

Pablo le dice a Timoteo: “no un recién convertido, no sea que se envanezca y caiga en la condenación en que cayó el diablo.” (1 Timoteo 3: 6). Este es un llamado a la madurez espiritual y de esto aprendemos que los ancianos deben ser maduros al menos por dos razones: Porque la madurez está acompañada por la virtud de la humildad y porque la inmadurez está acompañada con los vicios del orgullo y la condenación. Por lo tanto, debemos dar posiciones de responsabilidad sólo a aquellos que son espiritualmente maduros. John Piper escribe, “al nuevo creyente, si se le otorga demasiada responsabilidad demasiado pronto, puede hincharse fácilmente con orgullo. La implicación es que parte de la esencia del cristiano es un proceso que lo hace más humilde y hace crecer su protección contra el orgullo. Debemos ver evidencias en su vida de que la humildad es una virtud asentada y no fácilmente derribada “.

Si los ancianos son humildes, la gente será humilde, evitando mucha discusión.

Alexander Strauch dice: “La madurez requiere tiempo y experiencia para lo cual no hay sustituto, así que un nuevo convertido no está preparado para la ardua tarea de pastorear el rebaño de Dios. “No hay nada de malo en ser “un nuevo convertido”. Todos los cristianos comienzan la vida en Cristo como bebés y crecen hasta la madurez. Un anciano, sin embargo, debe ser maduro y conocer su propio corazón. Un nuevo cristiano no conoce su propio corazón o no entiende la astucia del enemigo, por lo que es vulnerable al orgullo “la más sutil de todas las tentaciones y el más destructivo de todos los pecados”. De nuevo, él dice: “Si los ancianos son humildes, las personas serán humildes, evitando así mucha discusión. Si los ancianos son líderes de servicio, la iglesia será marcada por una humildad y servicio como la de Cristo” Dios llama a todos los cristianos a la madurez y la humildad, y ese crecimiento tiene lugar en el contexto de un liderazgo maduro y humilde.

Este llamado a la madurez se ve en toda la Palabra de Dios, no sólo para los líderes, sino para todos los cristianos. Lo que los ancianos deben modelar, todos los cristianos lo deben poseer. El autor de la carta a los Hebreos dice: “Pero el alimento sólido es para los adultos, los cuales por la práctica tienen los sentidos ejercitados para discernir el bien y el mal.” (Hebreos 5:14) y pide a esta congregación que abandonen “las enseñanzas elementales acerca de Cristo, (y que) avancemos hacia la madurez… “(Hebreos 6: 1). Pablo dice que Dios da a la iglesia pastores y maestros “a fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo; hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo… ” (Efesios 4: 12-13). Elogia a Epafras por estar “siempre esforzándose intensamente a favor vuestro en sus oraciones, para que estéis firmes, perfectos y completamente seguros en toda la voluntad de Dios.” (Colosenses 4:12). Dios espera que sus hijos crezcan en madurez y que esto a su vez conduzca a la humildad.

Por lo tanto, en cierto sentido, este tema de madurez y humildad llega al corazón de toda esta serie: “el carácter del cristiano”. Los líderes cristianos -y todos los cristianos- deben esforzarse por volverse más parecidos a Cristo y crecer en madurez espiritual. A medida que crezcan en la madurez, necesariamente crecerán en humildad.

Auto-evaluación
Entonces ¿Qué hay de ti? ¿De qué maneras necesitas buscar mayores medidas de madurez y humildad? Te animo a considerar estas preguntas:

¿Hay evidencias en tu vida de que estás creciendo tanto “en la gracia como en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2 Pedro 3:18)?
¿Eres más maduro espiritualmente ahora que lo que eras hace un año atrás? ¿Hace dos años? ¿Cómo lo sabrías?
¿Buscas el crédito y la gloria del hombre, o eres feliz de ser desconocido y no apreciado? Muchos cristianos quieren ser considerados como siervos, pero no quieren ser tratados como siervos. ¿Eres tu así?
¿De qué manera tus padres, hijos, conyugue, jefe o pastores dicen que necesitas crecer?
Puntos de oración
La fidelidad de Dios nos mantendrá firmes, incluso cuando nuestro crecimiento se demore. Toma aliento mientras oras de estas maneras:

Te ruego, Padre, que me hagas más parecido a tu Hijo en cada área de mi vida.
Te ruego que no dejes que haya puntos ciegos en mi vida y, si han existido, que me des la gracia de verlos y apartarme de mi pecado.
Te ruego que yo aproveche al máximo los medios de gracia para que a través de ellos pueda llegar a ser más como Cristo.
Te ruego que me ayudes a ser el siervo de todos y así perseguir la verdadera grandeza.
La próxima semana concluiremos esta serie considerando lo que significa que los ancianos y todos los cristianos sean respetados por los de afuera.

Publicado originalmente en Challies.com

Traducido con permiso para Soldados de Jesucristo por Ricardo Daglio.

Mi alma tiene hambre y sed del refrigerio de tu presencia | Charles Spurgeon

3 de febrero
«Hazme saber, oh tú a quien ama mi alma, dónde apacientas, dónde sesteas al mediodía».
Cantares 1:7

Estas palabras expresan el deseo del creyente por Cristo y sus ansias de comunión permanente con él. ¿Dónde apacientas? ¿En tu casa? Entonces iré allí, si allí puedo hallarte. ¿En la oración privada? Entonces oraré sin cesar. ¿En la Palabra? Entonces la leeré diligentemente. ¿En tus ordenanzas? Entonces andaré en ellas de todo corazón. Dime dónde apacientas, porque donde quiera que tú estés como Pastor, allí paceré yo como oveja; pues nadie sino tú mismo puede suplir mis necesidades. Soy incapaz de vivir satisfecho lejos de ti.

Mi alma tiene hambre y sed del refrigerio de tu presencia. «¿Dónde sesteas al mediodía?»; porque ya sea al amanecer, ya al mediodía, mi único descanso debe estar donde tú y tu amado rebaño están. El descanso de mi alma debe ser un descanso otorgado por gracia; y esto solo puede hallarse en ti. ¿Dónde está la sombra de aquella Roca? ¿Por qué no habría de reposar yo debajo de ella? «¿Por qué habría de estar como vagando tras los rebaños de tus compañeros?» (Cnt. 1:7). Tú tienes compañeros, ¿por qué no debía yo ser uno de ellos? Satanás me dijo que yo soy indigno; es cierto, yo siempre fui indigno, pero sin embargo, tú me has amado en todo tiempo y, por tanto, mi indignidad no puede ser un impedimento para que tenga ahora comunión contigo.

Es cierto que soy débil en la fe y propenso a caer, pero esa misma debilidad es la razón por que yo debiera siempre estar donde tú apacientas tu majada, para que pueda verme fortalecido y preservado en seguridad junto a aguas de reposo. ¿Por qué debía yo apartarme? No hay razón para ello; en cambio, hay mil razones para que no me aparte, pues Jesús me invita a ir a él. Si él se aparta un poco, es solo para hacerme apreciar más su presencia.

Ahora que estoy afligido y angustiado por estar apartado de él, él me guiará de nuevo a aquel abrigado rincón en donde las ovejas de su dehesa están protegidas del sol abrasador.

Spurgeon, C. H. (2012). Lecturas vespertinas: Lecturas diarias para el culto familiar (S. D. Daglio, Trad.; 4a edición, p. 42). Editorial Peregrino.

¿De qué Dios se trata?

Viernes 3 Febrero

¿Quién será aquel que diga que sucedió algo que el Señor no mandó?
Lamentaciones 3:37
Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Romanos 8:28

¿De qué Dios se trata?
«Si Dios existiera, mi madre no hubiese muerto de un cáncer».

Este comentario de un compañero me hizo reflexionar. Me imagino su dolor viendo a su madre enferma, su esperanza en un Dios poderoso que podía curarla, y luego su duelo, su decepción, sus dudas incluso sobre la existencia de Dios.

En realidad, no existe un Dios que sirva a nuestros proyectos, que se incline ante nuestra voluntad y nuestros deseos, o sea, un Dios que esté a nuestro servicio.

En cambio, el Dios que la Biblia presenta es un Dios que cumple, no nuestra voluntad, sino la suya, con el único objetivo de dar a cada uno el acceso a la vida eterna (una eternidad de felicidad).

Todas las circunstancias de nuestra vida, agradables o dolorosas, están al servicio del proyecto que Dios tiene para cada uno de nosotros. Nunca son el fruto del azar, sino que están sometidas a la voluntad de Dios, quien ama a sus criaturas y desea conducirlas hacia él.

En vez de amargarnos y eliminar a Dios de nuestra vida, aprendamos a ver, en todo lo que nos sucede, su mano, que quiere acercarnos a él.

Pero el mayor argumento que nos obliga a tener una confianza sin límites en Dios es su amor. “Ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).

¡Si ora al único “Dios justo y Salvador” (Isaías 45:21), nunca quedará decepcionado!

1 Samuel 27:1-28:14 – Mateo 21:23-46 – Salmo 18:43-50 – Proverbios 6:27-35

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