La Confirmación del Hijo de Dios

La Confirmación del Hijo de Dios

1/11/2018

Declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de ­santidad, por la resurrección de entre los muertos. (Romanos 1:4)

Jesucristo tenía que ser más que hombre; tenía que ser también Dios. Si Jesucristo fuera solo hombre, aun el mejor de los hombres, no podía haber salvado a los creyentes de su pecado. Si fuera incluso el hombre justo de la simiente de David, pero no Dios, no podía haber soportado el castigo de Dios el Padre en la cruz y haber resucitado de los muertos. No podía haber vencido a Satanás y al mundo, sino que habría sido vencido como son vencidos todos los hombres.

Si hubo alguna duda de que Jesucristo era el Hijo de Dios, su resurrección de los muertos debiera eliminarla. Tenía que ser hombre para llegar a nosotros, pero tenía que ser Dios para resucitarnos.  Cuando Dios resucitó a Cristo de los muertos, confirmó que era verdad lo que él dijo.

Tan claro como el horizonte separa la tierra del cielo, así la resurrección separa a Jesucristo del resto de la humanidad. Jesucristo es Dios encarnado.

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Apasionado por Dios y la verdad

ENERO, 11

Apasionado por Dios y la verdad

Devocional por John Piper

Entonces ¿qué? Si algunos fueron infieles, ¿acaso su infidelidad anulará la fidelidad de Dios?¡De ningún modo! Antes bien, sea hallado Dios veraz, aunque todo hombre sea hallado mentiroso; como está escrito: Para que seas justificado en tus palabras, y venzas cuando seas juzgado. (Romanos 3:3-4)

Nuestra pasión por la verdad es una expresión inevitable de nuestra pasión por Dios. Si Dios existe, entonces él es la vara con que medimos todas las cosas; y lo que él piensa acerca de todas las cosas es la medida de lo que nosotros deberíamos pensar.

No preocuparnos por la verdad significa que Dios no nos importa. Amar a Dios apasionadamente es amar la verdad apasionadamente. Tener nuestras vidas centradas en Dios implica tener un ministerio dirigido por la verdad.

Meditemos en estos cuatro grupos de pasajes bíblicos acerca de Dios y la verdad:

1) Dios es la verdad

Romanos 3:3-4 (Dios el Padre): «¿Pues qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios? De ninguna manera; antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso».

Juan 14:6 (Dios el Hijo): «Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí».

Juan 15:26 (Dios el Espíritu): «Cuando venga el Consolador, a quien yo enviaré del Padre, es decir, el Espíritu de verdad que procede del Padre, El dará testimonio de mí».

2) No amar la verdad nos conduce a la ruina eterna

2 Tesalonicenses 2:8-12: «se pierden, porque no recibieron el amor de la verdad para ser salvos».

3) La vida cristiana está basada en el conocimiento de la verdad

1 Corintios 6:15-17: «¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Tomaré, acaso, los miembros de Cristo y los haré miembros de una ramera? ¡De ningún modo! ¿O no sabéis que el que se une a una ramera es un cuerpo con ella?».

4) El cuerpo de Cristo está hecho de la verdad con amor

Colosenses 1:28: «A Él nosotros proclamamos, amonestando a todos los hombres, y enseñando a todos los hombres con toda sabiduría, a fin de poder presentar a todo hombre perfecto en Cristo».

Que Dios nos dé pasión por él y por la verdad.


Devocional tomado del articulo “Why Being Truth-Driven Is So Crucial”

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Génesis 12 | Mateo 11 | Nehemías 1 | Hechos 11

11 ENERO

Génesis 12 | Mateo 11 | Nehemías 1 | Hechos 11

En la compleja historia de la comunidad posexílica en Judá, Nehemías desempeña un papel singular. Él no formó parte del grupo que regresó originalmente a Judá, pero el propio emperador lo había enviado allí mucho antes. Nehemías hizo las veces de gobernador de la comunidad remanente en dos expediciones diferentes, siendo en gran manera responsable de la reconstrucción de los muros de Jerusalén, sin mencionar otras reformas. Su labor y la de Esdras se solaparon.

El libro de Nehemías se considera a menudo un manual de liderazgo religioso. Me pregunto si eso hace justicia al libro. ¿Tuvo Nehemías la intención de escribir un manual de liderazgo? ¿Está incluido en el canon con ese propósito, para que, del mismo modo que recurrimos a Hechos para descubrir la historia de la iglesia primitiva, lo hagamos a Nehemías en busca de los principios del liderazgo?

Esto no quiere decir que no haya nada que aprender de Nehemías sobre ese tema, algo que también podemos decir de Moisés, David, Pedro o Pablo. Es un error leer este libro centrándose en el tema del liderazgo; no es acorde al propósito del autor ni a las prioridades canónicas.

Nehemías es un libro que trata de la fidelidad de Dios y de los agentes que él utilizó para restablecer al pueblo de su pacto en la tierra prometida tras el exilio, dar los primeros pasos que garantizasen su protección e identidad como nación escogida por el Señor y asegurar su fidelidad al pacto. Canónicamente, esta parte de la línea argumental de la Biblia contiene trozos de la historia posterior al exilio que nos llevan hasta el propio Señor Jesús.

Sin embargo, quizás podamos centrarnos provechosamente en uno o dos elementos de Nehemías 1, siguiendo hasta el capítulo 2.

Los primeros informes acerca de la triste situación de la comunidad remanente de retornados en Judá (1:3) surgen del profundo dolor y la ferviente intercesión de Nehemías (1:4). El contenido de su oración ocupa la mayor parte del primer capítulo (1:5–11). Nehemías se dirige al “Señor, Dios del cielo, grande y temible” en términos del pacto. Dios había prometido enviar a su pueblo al exilio si este persistía en su desobediencia, pero también que, si se arrepentían y volvían a él, los reuniría de nuevo en la tierra que había escogido como morada para su nombre (1:8–9; véase Deuteronomio 30:4–5). Nehemías no está orando por otros y evitando cualquier papel para sí mismo. Pide a Dios poder encontrar el favor en los ojos del emperador, al que sirve como copero (1:11), cuando comparta con él esta gran carga. Incluso la “oración relámpago” de Nehemías en el siguiente capítulo (2:4) es el afloramiento de una oración de intercesión continua en secreto.

Carson, D. A. (2014). Por amor a Dios: Devocional para apasionarnos por la Palabra. (L. Viegas, Trad.) (1a edición, Vol. II, p. 11). Barcelona: Publicaciones Andamio.

Comprender la Biblia: Los símbolos y los tipos

Respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos.

Génesis 22:8

De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Juan 3:16

Comprender la Biblia: Los símbolos y los tipos

A menudo la Biblia emplea un lenguaje lleno de imágenes y rico en símbolos. Utiliza tipos, es decir, objetos o relatos, para ilustrar verdades abstractas o hechos aún futuros. Esto ayuda a fortalecer nuestra fe. En relatos muy antiguos vemos que Dios ya nos hablaba del Señor Jesús, porque para él el pasado es como el futuro. La Biblia no es un libro escrito por voluntad humana; es inspirada por Dios.

Tomemos un ejemplo: para poner a prueba la fe de su siervo Abraham, primero Dios le pidió ofrecer a Isaac, su hijo unigénito, aquel a quien amaba y quien debía darle una numerosa descendencia (Génesis 22). Al constatar que Abraham le obedecía, Dios lo detuvo y le dio un carnero para ofrecerle en lugar de Isaac. Entonces, como respuesta a su fe, Abraham recibió a su hijo de una manera nueva, como si hubiese vuelto a la vida (Hebreos 11:19), y puso al lugar un nombre que significa: “En el monte del Señor será provisto”.

En este antiguo relato de aproximadamente 4000 años no dice nada del Salvador que Dios iba a dar a los hombres. Esta escena subraya la fe excepcional de Abraham. Sin embargo aquí reconocemos el anuncio del sacrificio muy real de Jesús, el Salvador, en Jerusalén 2000 años más tarde. Este relato nos habla del amor de Dios, quien dio a su Hijo por nuestros pecados y lo resucitó por su poder.

Génesis 14 – Mateo 8:23-34 – Salmo 7:9-17 – Proverbios 3:7-8

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