¿Alguien está escuchando?

¿Alguien está escuchando?

1/26/2018

Y yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos. (2 Corintios 12:15)

Ha habido ocasiones en mi ministerio como pastor en las que me he preguntado si alguien escucha lo que enseño. ¿De verdad me aprecian las personas o aprecian la enseñanza de la Palabra? Es fácil caer en ese complejo de lástima de sí mismo.

Tal vez se haya sentido así en su ministerio. De ser así, debe recordar que mientras considere el ministerio en el que está como algo que usted da, no tendrá ese problema. Pero si considera el ministerio como algo que recibe, terminará con un concepto tergiversado de lo que en realidad es el ministerio.

Si alguna vez se siente tentado a considerar su ministerio con una actitud egoísta, asuma la actitud que Pablo mostró en el versículo de hoy. Aun cuando las personas lo odiaran, él seguiría amándolas. La principal característica del amor es dar con generosidad.

DERECHOS DE AUTOR © 2018 Gracia a Vosotros
Usted podrá reproducir este contenido de Gracia a Vosotros sin fines comerciales de acuerdo con la política de Derechos de Autor de Gracia a Vosotros. Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org

El Dador recibe la gloria

ENERO, 26

El Dador recibe la gloria

Devocional por John Piper

Con este fin también nosotros oramos siempre por vosotros, para que nuestro Dios os considere dignos de vuestro llamamiento y cumpla todo deseo de bondad y la obra de fe, con poder, a fin de que el nombre de nuestro Señor Jesús sea glorificado en vosotros, y vosotros en Él, conforme a la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo. (2 Tesalonicenses 1:11-12)

El hecho de que Dios haya determinado que su gloria sea magnificada a través del ejercicio de su gracia es una muy buena noticia.

Sin duda, Dios es glorificado a través del poder de su ira (Romanos 9:22), pero en repetidas ocasiones el Nuevo Testamento (y el Antiguo Testamento, por ejemplo, Isaías 30:18) dice que debemos experimentar la gracia de Dios para que Dios reciba la gloria.

Reflexionemos en cómo funciona esto en la oración de 2 Tesalonicenses 1:11-12.

Pablo ora para que Dios cumpla todos nuestros deseos de bondad.

¿Cómo? Él ora para que sean cumplidos «con poder [de Dios]», es decir, que sean «la obra de fe».

¿Por qué? Para que Jesús sea glorificado en nosotros.

Eso significa que el dador recibe la gloria. Si cumplimos nuestro deseo de bondad «por su poder», él recibe la gloria. Nosotros tenemos fe; él otorga el poder. Nosotros recibimos la ayuda; él recibe la gloria. Ese es el trato que nos mantiene humildes y contentos, y lo mantiene a él supremo y glorioso.

Luego Pablo dice que esta glorificación de Cristo es «conforme a la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo».

La respuesta de Dios a la oración de Pablo pidiendo que confiemos en el poder de Dios para hacer buenas obras es la gracia. El poder de Dios que nos capacita para hacer lo que deseamos hacer es la gracia.

De esa manera ocurre en el Nuevo Testamento una y otra vez. Confiamos en Dios para que él otorgue la capacidad, y él recibe la gloria cuando la ayuda llega.

Nosotros recibimos la ayuda. Él recibe la gloria.

Es por eso que la vida cristiana, y no únicamente la conversión del cristiano, es una buena noticia.


Devocional tomado del articulo “Good News! Relying on Grace Gives God Glory”

Todos los derechos reservados ©2017 Soldados de Jesucristo y DesiringGod.org

Génesis 27 | Mateo 26 | Ester 3 | Hechos 26

26 ENERO

Génesis 27 | Mateo 26 | Ester 3 | Hechos 26

En Hechos 26, Lucas presenta el tercer relato de la conversión de Pablo en este libro (compárese con Hechos 9 y 22). Cada uno de ellos tiene un objetivo diferente, por supuesto. Aquí, Pablo está defendiéndose ante el gobernador romano Porcio Festo y Herodes Agripa II de Galilea. Destacaremos lo siguiente:

(1) Como en defensas anteriores, Pablo recalca su continuidad con su pasado en el judaísmo conservador: comparte una “esperanza” con los judíos no convertidos, por lo que Dios prometió a sus padres, y un anuncio de la resurrección final (por ejemplo, 24:15; 26:6–7).

(2) La destacada pregunta retórica de Pablo en 26:8 cumple, por tanto, varias cosas a la vez: “¿Por qué os parece a vosotros increíble que Dios resucite a los muertos?”. Para los judíos del tribunal, la pregunta establece que Pablo está de acuerdo en ese asunto con la rama farisaica de la tradición judía. Implícitamente, también da a entender que, si tienen una modalidad en la que Dios resucita a los muertos al final, ¿por qué iba a ser tan imposible que el Todopoderoso levantase a Jesús de los muertos como un anuncio del fin? Para un hombre como el rey Agripa, buen conocedor de las creencias judías, la pregunta reforzaba un asunto con el que él ya estaba familiarizado. Para un hombre como Festo, buscaba disminuir el escepticismo de su complejo entorno pagano. Para las personas con perspectivas naturalistas en la actualidad, la misma pregunta sigue siendo un desafío: el rechazo de la resurrección brota de un anterior rechazo del Dios de la Biblia. Conociendo a este Dios, ¿por qué es tan difícil aceptar el concepto de la resurrección?

(3) Pablo se dirige principalmente al rey Agripa (26:2, 13, 19), es decir, al gobernante más familiarizado con el legado judío y las Escrituras. Por su parte, Festo reconoce estar perdido (25:26–27) y, aunque es consciente de los conocimientos de Pablo, considera que sus palabras son tan extrañas que solo demuestran la locura del apóstol (26:24). Si Pablo se hubiese dirigido a Festo de forma más directa, quizás habría empleado un planteamiento como el de Hechos 17:16–31, en el discurso de la colina de Marte.

(4) La apelación del apóstol al rey Agripa (26:25–29) es abiertamente evangelística y maravillosamente directa, pero al mismo tiempo perfectamente respetuosa. La “defensa” de Pablo no es tal; su exposición parece más un ataque evangelístico que el alegato de un prisionero asustado o acobardado. Sin embargo, así como su “defensa” no es defensiva, tampoco su “ataque” es ofensivo.

(5) Tanto Festo como Agripa perciben que Pablo no ha hecho nada merecedor de la muerte o el encarcelamiento (26:31). Si este hecho hubiese tenido lugar antes de los acontecimientos de 25:1–12, lo habrían liberado. La apelación al César no podía anularse, por lo que, en la providencia de Dios, llevan a Pablo a Roma.

Carson, D. A. (2014). Por amor a Dios: Devocional para apasionarnos por la Palabra. (L. Viegas, Trad.) (1a edición, Vol. II, p. 26). Barcelona: Publicaciones Andamio.

Busque y Dios le responderá (1)

(Jesús dijo:) Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.

Lucas 11:9-10

… Para que ellos también obtengan la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna.

2 Timoteo 2:10

Busque y Dios le responderá (1)

Testimonio

«Nací en Bélgica, en una familia marroquí musulmana. Mis padres nunca me obligaron a seguir sus costumbres religiosas. Pero tenía sed de Dios, y si bien se me ocurría orar, mi corazón permanecía vacío. Mi divisa era: no soy mala, no he hecho daño a nadie, no tengo enemigos, no robo. Pero a lo largo de mi vida empecé a hacer cosas que me condenaban ciertamente con respecto a Dios.

Tomé conciencia del peso de mis pecados, y ese fue el momento que Dios escogió para revelarse a mí. Estaba pasando por un periodo inestable, pues me acababa de independizar.

En esa época encontré un cristiano quien a menudo me hablaba de Jesús. Eso me parecía irritante, y deseaba que terminara con sus discursos. Siempre me repetía: «Busque, y Dios le responderá». Al fin decidí buscar, y desde ese momento algo me impidió seguir viviendo como antes. Era como si, inconscientemente, hubiese dado un paso hacia adelante, ya no podía dar marcha atrás.

Cuando empecé a leer la Biblia, tenía la sensación de estar cometiendo un pecado. Sin embargo Dios me daba respuestas a través de esas lecturas, pero yo no quería aceptarlas. Decidí orar, pidiendo a Dios que me mostrase la verdad. Poco a poco mi corazón se fue abriendo, y por fin Dios pudo colocar en él la sola y única verdad».

(mañana continuará)

Génesis 29 – Mateo 16:13-28 – Salmo 17:6-9 – Proverbios 5:7-14

©Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
ediciones-biblicas.ch – labuena@semilla.ch