«Y soy…. el que vivo, y he sido muerto, ‘Y he aquí que vivo por siglos de siglos.» (Apocalipsis 1 :17, 18.)

Manantiales en el Desierto | Lettie B. Cowman

Abril 27

«Y soy…. el que vivo, y he sido muerto, ‘Y he aquí que vivo por siglos de siglos.» (Apocalipsis 1 :17, 18.)

Flores! ¡Lirios de Pascua de resurrección! Contadme esta mañana la misma lección antigua de inmortalidad que habéis estado contando a tantas almas afligidas.
¡Antiguo y sabio Libro! Permite que lea nuevamente en tus páginas de firme certeza, que el morir es ganancia.
¡Poetas! Recitadme vuestros versos que en cada línea repiten el Evangelio de vida Eterna.
¡Cantores! Romped una vez más en canciones de gozo; permitidme que oiga los Salmos bien conocidos de la resurrección.
El árbol, la flor, el pájaro, el mar, el cielo y el viento lo susurran, lo hacen sonar de nuevo, lo le hacen resonar y latir a través de todo átomo y partícula; deja que el aire se empape con ello.
Permite que se relate una y otra vez, hasta que la esperanza se convierta en convicción, y la convicción en conocimiento de certidumbre; hasta que a semejanza de Pablo, aunque nos dirijamos a la misma muerte, caminemos con aire de triunfo, con fé firme, y con rostros apacibles y brillantes.

El dormir en Jesús es cesar El trabajo, cesar de gemir;
Es con Cristo Jesús reposar,
y empezar, sin dolor a vivir.

Es morir hacia Cristo volar,
Es morir hacia el cielo subir,
Es morir en Jesús habitar,
Es morir empezar a vivir.

Es sentir una dicha sin par
Es llegar al regazo de Dios
Es la célico, brisa aspirar,
Es beber en la fuente de amor.

Creemos que de cada tumba brota un lirio de Pascua de resurrección, y que en cada tumba se sienta un ángel. Creemos en un Señor resucitado. No volvamos nuestros rostros al pasado para adorar solamente en Su tumba, sino hacia arriba e interiormente, para que podamos adorar al Cristo viviente. Y porque Él vive, nosotros también viviremos.-Abbott.

¡ Aleluya! ¡Aleluya!
El Señor resucitó;
¡Aleluya! ¡Aleluya!
A la muerte ya venció.

No pudieron las entrañas
Del sepulcro aterrador
Retener entre sus sombras
A Jesús, el Salvador.

Vencedores también somos

Por el mártir de la Cruz,
Somos Suyos, y por siempre
Viviremos en Su Luz.

¡Eres digno de alabanza,
Victorioso Redentor,
Nuestra vida te ofrecemos,
Nuestros cantos, nuestro amor!

¡Aleluya! ¡Aleluya!
El Señor Resucitó;
¡Aleluya! ¡Aleluya!
A la muerte ya venció.
_Vicente Mendoza.


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