8/63 – Jesús confronta a los legalistas | Marcos 2:23-3:6 

Iglesia Biblica del Señor jesucristo

Serie: Marcos

8/63 – Jesús confronta a los legalistas | Marcos 2:23-3:6

Ps. Sugel Michelén

El pastor Michelén ha formado parte del Consejo de Ancianos de Iglesia Bíblica del Señor Jesucristo en Santo Domingo, República Dominicana, durante más de 30 años.Tiene la responsabilidad de predicar la Palabra regularmente en el día del Señor.Tiene una Maestría en Estudios Teológicos y es autor de varios libros: Historia de las Iglesias Bautistas Reformadas de Colombia, Coautor junto al Pastor Julio Benítez; La Más Extraordinaria Historia Jamás Contada, Palabras al Cansado – Sermones de aliento y consuelo; Hacía una Educación Auténticamente Cristiana, El que Perseverare Hasta el Fin; y publica regularmente artículos en su blog “Todo Pensamiento Cautivo”https://www.todopensamientocautivo.com/

Él es instructor asociado en Universidad Wesleyana en Indiana (IWU), extensión en español; enseña Filosofía en el Colegio Cristiano  Logos; y durante 10 años, ha sido profesor regular de la Asociación Internacional de Escuelas Cristianas (ACSI)  para América Latina.

El pastor Michelén, junto a su esposa Gloria tiene tres hijos y cuatro nietos.

Iglesia Bíblica del Señor Jesucristo

http://www.ibsj.org

LA FUENTE DEL CONTENTAMIENTO

Noviembre 13

LA FUENTE DEL CONTENTAMIENTO

He aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. (Filipenses 4:11)

El existencialismo, la actitud mental dominante de la psicología contemporánea, se ha infiltrado no solo en nuestro país, sino también en muchas iglesias. Da a entender que todo hombre tiene el derecho a hacer cualquier cosa que lo haga sentir bien. Pero una manera equivocada de pensar como esa se origina en el orgullo ególatra. Es la persona egoísta la que dice: “Si lo hace sentir bien pero me hace daño a mí, no puede hacerlo. Pero si me hace sentir bien pero lo daña a usted, puedo hacerlo de todas maneras”. Algunos se engañan a sí mismos al pensar que su pecado no perjudica a nadie, pero el pecado siempre termina haciendo daño.

En contraste con la egolatría, la Biblia dice que debemos ser humildes y altruistas (Fil. 2:3-4), amar a quienes nos maltratan (Mt. 5:44), y mostrar misericordia a quienes tropiezan repetidamente (1 P. 4:8). Esas virtudes ayudaron a Pablo a estar contento en cualquier circunstancia. En cambio, algunos creyentes toman todo lo que oyen y ven y lo filtran en su mente para ver si los hiere de alguna manera, lo que resultará en inmediata inestabilidad y ansiedad.

Cuando otros lo maltraten, la humildad lo ayudará a mantener el equilibrio.

Del libro La Verdad para Hoy de John MacArthur DERECHOS DE AUTOR © 2001 Utilizado con permiso de Editorial Portavoz, http://www.portavoz.com

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Las cosas que se ven son temporales

La Biblia Dice

logo-lbd-web-stDavid Logacho

Las cosas que se ven son temporales

Apocalipsis 18: 9-24

Es motivo de gran gozo saludarle amiga, amigo oyente. Dice la palabra de Dios, en 2 Corintios 4:18: “no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.” ¡Qué palabras tan sabias! Las cosas que se ven son temporales, amable oyente. Algún día dejarán de ser. Cuan absurdo es ocuparse solamente en las cosas que se ven, descuidando las cosas que no se ven.

El mundo como tal parece firme como una roca. Pero no hay tal. Está cercano el día cuando dejará de existir. Cuando hablo del mundo, no me estoy refiriendo al globo terrestre. Me estoy refiriendo a ese sistema de valores y principios gobernado por Satanás, en el cual no hay lugar para Dios ni para su Hijo Jesucristo. Diríamos que es el mundo de los negocios, el mundo de la política, el mundo del arte, el mundo de la cultura, el mundo de la educación, el mundo de la ciencia, el mundo del entretenimiento, el mundo de la economía, el mundo del deporte, etc. Todo esto está condenado a la destrucción total. El mundo llegará a la cúspide en todo sentido durante la tribulación, justo antes de su estrepitosa caída y destrucción. La Biblia designa al mundo durante la tribulación con el nombre de Babilonia. Es un nombre preciso porque hace miles de años, Babilonia fue la cuna de la idolatría y la rebelión del hombre contra Dios. En nuestro estudio bíblico último, en el capítulo 18 de Apocalipsis vimos a un ángel haciendo un anuncio sobre Babilonia. Eufórico, el ángel pregonó: Ha caído, ha caído la gran Babilonia. Después se oyó una voz del cielo haciendo un llamado a los santos en Babilonia. Debían salir de en medio de Babilonia para no ser destruidos juntamente con ella. Hoy nos corresponde estudiar desde el versículo 9 hasta el versículo 24 del capítulo 18. Aquí encontramos un lamento de los moradores de Babilonia. Los que primero lamentan son los reyes de la tierra. Apocalipsis 18:9-10 dice: “Y los reyes de la tierra que han fornicado con ella, y con ella han vivido en deleites, llorarán y harán lamentación sobre ella, cuando vean el humo de su incendio, parándose lejos por el temor de su tormento, diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino tu juicio!” Los reyes o poderosos de la tierra fornicaron con Babilonia. Esto significa que apoyaron a Babilonia en la idolatría y rebelión contra Dios. También vivieron con ella en deleites. Los reyes de la tierra agasajaron a Babilonia en sus actos oficiales y sociales. Pero todo esto llegó a un inesperado final. Babilonia fue destruida y quemada con fuego. Los reyes de la tierra no podrán esconder su abatimiento. Dice el texto que llorarán y harán lamentación sobre ella. Lamentarán como si se hubiera muerto un familiar cercano. La destrucción de Babilonia será tan espantosa, que los reyes de la tierra se ubicarán lo más lejos posible para expresar su lamento. A una se unirán en un coro fúnebre diciendo: Ay, ay de la gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte, porque en un instante llegó tu castigo. Pero no solo los reyes de la tierra harán lamento por Babilonia, sino también los mercaderes de la tierra. Apocalipsis 18:11 hasta la primera parte del versículo 17 dice: “Y los mercaderes de la tierra lloran y hacen lamentación sobre ella, porque ninguno compra más sus mercaderías; mercadería de oro, de plata, de piedras preciosas, de perlas, de lino fino, de púrpura, de seda, de escarlata, de toda madera olorosa, de todo objeto de marfil, de todo objeto de madera preciosa, de cobre, de hierro y de mármol; y canela, especias aromáticas, incienso, mirra, olíbano, vino, aceite, flor de harina, trigo, bestias, ovejas, caballos y carros, y esclavos, almas de hombres. Los frutos codiciados por tu alma se apartaron de ti, y todas las cosas exquisitas y espléndidas te han faltado, y nunca más las hallarás. Los mercaderes de estas cosas, que se han enriquecido a costa de ella, se pararán lejos por el temor de su tormento, llorando y lamentando, y diciendo: ¡Ay, ay, de la gran ciudad, que estaba vestida de lino fino, de púrpura y de escarlata, y estaba adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas! Porque en una hora han sido consumidas tantas riquezas.” Babilonia se ocupó totalmente de lo material. Edificó un castillo, pero un castillo de naipes. El momento menos pensado, el castillo se vino abajo. Los mercaderes ya no podían comprar todos los artículos imaginables que Babilonia producía para exportación. Inclusive vidas de personas se encontraban entre los objetos que vendía Babilonia. Se acabó el negocio para los mercaderes. Babilonia ya no podrá vender ni comprar. Tristes por el fin del negocio, los mercaderes de la tierra se pondrán a buen recaudo, lejos de Babilonia, para expresar su sentido lamento. Ay, Ay de la gran ciudad. Vestida de lino fino, con ropas de color púrpura y rojo, adornada con oro, perlas y piedras preciosas. Y en un instante se ha acabado tanta riqueza. Por último, los viajeros harán lamentación por Babilonia. Apocalipsis 18 desde la segunda parte del versículo 17 hasta el versículo 19 dice: “Y todo piloto, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos los que trabajan en el mar, se pararon lejos; y viendo el humo de su incendio, dieron voces, diciendo: ¿Qué ciudad era semejante a esta gran ciudad? Y echaron polvo sobre sus cabezas, y dieron voces, llorando y lamentando, diciendo: ¡Ay, ay de la gran ciudad, en la cual todos los que tenían naves en el mar se habían enriquecido de sus riquezas: pues en una hora ha sido desolada!” Han lamentado los reyes de la tierra y los mercaderes de la tierra. Ahora les toca lamentar a los viajeros de la tierra. Allí están los pilotos o patrones de las naves que surcan los mares. Allí están los pasajeros de las naves que surcan los mares. Allí están los marineros y en general todos los que trabajan en las naves que surcan los mares. Para ellos también se acabó el negocio. La gran Babilonia que llenó de dinero sus bolsillos se ha acabado. De lejos, miran los restos humeantes de Babilonia y dicen: No puede ser, ésta era la gran ciudad de Babilonia. Parecía indestructible, más ahora está en ruinas. Sin poder creerlo arrojarán polvo sobre sus cabezas en señal de duelo y ellos también formarán un coro para lamentar por Babilonia. Su coro será semejante al de los reyes de la tierra y al de los mercaderes: Ay, ay de la gran ciudad, con su riqueza se hicieron ricos todos los que tenían barcos en el mar. Y en un instante ha quedado destruida. ¿Qué podemos aprender de lección de todo esto, amable oyente? Pues que Dios castigará con severidad al mundo controlado por Satanás. Pero también que no es prudente vivir para el mundo. El mundo tal como lo conocemos está condenado a desaparecer. Si Usted pone toda su esperanza en este mundo, algún día Usted quedará defraudado. Por algo dice la palabra de Dios en Mateo 6:19-20 “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan” Finalmente en este capítulo de Apocalipsis encontramos una celebración por la caída de Babilonia. Apocalipsis 18:20-24 dice: “Alégrate sobre ella, cielo, y vosotros, santos, apóstoles y profetas; porque Dios os ha hecho justicia en ella. Y un ángel poderoso tomó una piedra, como una gran piedra de molino, y la arrojó en el mar, diciendo: Con el mismo ímpetu será derribada Babilonia, la gran ciudad, y nunca más será hallada. Y voz de arpistas, de músicos, de flautistas y de trompeteros no se oirá más en ti; y ningún artífice de oficio alguno se hallará más en ti, ni ruido de molino se oirá más en ti. Luz de lámpara no alumbrará más en ti, ni voz de esposo y de esposa se oirá más en ti; porque tus mercaderes eran los grandes de la tierra; pues por tus hechicerías fueron engañadas todas las naciones. Y en ella se halló la sangre de los profetas y de los santos, y de todos los que han sido muertos en la tierra.” El ángel invita al cielo y a los santos que están en él, junto con los apóstoles y profetas a alegrarse porque Dios ha pronunciado juicio a su favor contra Babilonia. Dios es justo amigo oyente. A veces tarda, su justicia pero nunca la olvida. El hombre impío piensa que va a salir bien librado de sus mentiras, de su engaño, de su maldad, pero algún día va a tener que dar debida cuenta de sus actos a Dios. Con Dios no se puede jugar amable oyente. A manera de ilustración de lo súbito y devastador de la destrucción de Babilonia, un ángel toma una pesada piedra, semejante a piedra de molino y la arroja violentamente contra el mar, diciendo: Así serás tú echada abajo, Babilonia, la gran ciudad, y nunca más te volverán a ver. Nunca más se oirá música en ti. Nunca más habrá industria en ti. Nunca más habrá trabajo en ti. Nunca más brillará luz dentro de ti. Nunca más habrá matrimonios dentro de ti. Nunca más habrá comercio dentro de ti. Algo digno de mencionar es que Babilonia engañó a las naciones de la tierra con sus hechicerías. Aquí tenemos un claro caso del uso de la brujería para lograr algún propósito. Por esto también Babilonia está siendo destruida. La brujería es de Satanás amigo oyente. Mucho cuidado con ella. Pero quizá lo más grave que cometió Babilonia fue derramar sangre de profetas, de los santos y de todos los que han sido asesinados en el mundo. Dios reacciona con violencia cuando uno de los suyos es atacado. Por tanto, la destrucción total de Babilonia es bien merecida. Babilonia en este pasaje bíblico sintetiza todo aquello donde Dios no es bienvenido ni tampoco su Hijo Jesucristo. Como Usted ha constatado, Babilonia está destinada a la destrucción. No ponga su esperanza en algo que muy pronto va a quedar en ruinas, amigo oyente. Ponga su esperanza en Dios y en su Hijo Jesucristo.

 

 

david-logacho-80x80David Logacho es Ingeniero en Electrónica y Telecomunicaciones, trabajó por años para la NASA, decidió abandonar su carrera profesional para prepararse para servir al Señor en un Instituto Bíblico en Argentina. Dirigió el Ministerio La Biblia Dice… durante más de 2 décadas hasta su retiro en 2015.

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Una mirada a los roles en el matrimonio

Coalición por el Evangelio

Una mirada a los roles en el matrimonio

Juan Sánchez

Podemos, y debemos, celebrar que Dios creó tanto al hombre como a la mujer a su imagen, iguales como seres humanos. Sin embargo, aunque ambos están llamados a reflejar el dominio de Dios sobre toda la creación, a cada uno se le asigna un papel distinto en el cumplimiento de ese llamado. El hombre fue creado primero, se le colocó en el Edén como el único ser humano, y se le llamó a guiar, proteger. y proveer amorosamente a todos los que estaban bajo su cuidado (Gen. 2:4-15).

La clave para entender el papel del hombre se encuentra en Génesis 2:15: “Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto del Edén, para que lo labrara y lo guardase” (RV60). La palabra traducida como labrar en Génesis 2:15 también puede traducirse como trabajar, servir, o ministrar. Y guardar también puede significar proteger. Ambas palabras también aparecen juntas en relación con el sacerdocio levítico (Nm. 3:7-8). Los sacerdotes debían servir (trabajar) en la presencia de Dios y guardar (proteger) la entrada al tabernáculo.

Dado que Edén era el lugar de la tierra en el que originalmente Dios estaba en la presencia del hombre (Gen. 3:8), y dado que Adán también sirvió ante la presencia de Dios, es apropiado considerar a Adán como sacerdote, ya que tenía el mismo papel: servir en la presencia de Dios y proteger el lugar en el que estaba dicha presencia (Edén) de la entrada de los intrusos. Como imagen de Dios, Adán fue creado para representar el dominio amoroso de Dios sobre los que estaban a su cuidado. Para cumplir con el mandato creativo de Génesis 1:28, sin embargo, Adán necesitaría ayuda.

El esposo guía, protege, y provee, mientras que la esposa acompaña a su esposo para ayudarlo, afirmándolo, y siguiendo su liderazgo. 

Dios creó a la mujer como ayuda idónea y complementaria del hombre (Gen. 2:18-25). Con la ayuda de la mujer, Adán podría cumplir el mandato de “Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sojuzgadla” (Gn. 1:28 RV60). Juntos, el hombre y la mujer, como gobernantes representativos de Dios sobre la creación, estaban llamados a reproducir una descendencia piadosa, hijos que también tuvieran la imagen de Dios. Pero, aunque Adán y Eva eran iguales en cuanto a la imagen de Dios, el rol de Eva era diferente al de Adán.

En la relación hombre-mujer establecida en el Edén, el hombre fue creado para liderar y la mujer para seguir. Él estaba orientado a trabajar; ella estaba orientada hacia el hombre. Él fue creado para proteger; ella fue creada con la necesidad de ser protegida. A él se le encomendó proporcionar; a ella la tarea de ayudar.

La relación hombre-mujer de autoridad y sumisión la vemos establecerse en Génesis 2:18-25. A medida que avanza la narración, es como si Dios le estuviera enseñando a Adán que su ayuda idónea no se encuentra en el reino animal; no se encuentra en otro hombre; y no se encuentra en las mujeres en general. Su ayuda idónea es una única mujer, y están unidos de por vida entre sí en una relación de pacto a la cual llamamos matrimonio (Gn. 2:22-25). Por tanto, el patrón de liderazgo se establece primero en la relación dentro de la alianza matrimonial, es decir, en el hogar.

El esposo guía, protege, y provee, mientras que la esposa acompaña a su esposo para ayudarlo, afirmándolo, y siguiendo su liderazgo. De manera que, el patrón de liderazgo establecido en Génesis 1 y 2, es uno de igualdad entre el hombre y la mujer como portadores de una misma imagen, pero de diferencia en cuanto a sus roles. En la relación matrimonial, el hombre ejerce la autoridad y la mujer se coloca voluntariamente bajo esa autoridad establecida por Dios. Pero ¿con qué fin?

La historia de la Biblia que se está desarrollando apunta a una persona que de forma fiel y verdadera crearía una imagen de Dios. 

En última instancia, Dios desea que su gloria llene toda la tierra y, en un principio, que su gloria se extendiera por toda la tierra mientras Adán y Eva reproducían la imagen divina al tener una descendencia piadosa. A veces olvidamos que el Jardín de Edén era un lugar específico marcado por límites naturales, a saber: cuatro ríos (Gn. 2:10-14). Cuando se tiene en cuenta el mandamiento de “fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla”, entendiendo que el Edén era un espacio limitado sobre la faz de la tierra, es evidente que a medida que Adán y Eva cumplieran con la tarea que Dios mismo les encomendó, necesitarían expandir los límites del jardín para adaptarlos al aumento de la población.

El objetivo del mandamiento de Dios de ser fructíferos, multiplicarse, y llenar la tierra, era reproducir portadores de la imagen de Dios y continuar expandiendo los límites del jardín hasta que este cubriera todo el mundo, y así la tierra estuviera llena de la gloria y la imagen de Dios.

Como imagen de Dios, por tanto, fuimos creados para reflejar el reinado soberano de Dios sobre la creación, representar su cuidado amoroso sobre los que están bajo nuestra autoridad, y tener descendientes piadosos hasta que toda la tierra se llenara de la gloria de Dios. Aunque el pecado entró en el mundo por medio de la rebelión de Adán (Gn. 3), y la imagen de Dios en la humanidad ahora está distorsionada, el plan de Dios no ha cambiado.

La historia de la Biblia que se está desarrollando apunta a una persona que de forma fiel y verdadera crearía una imagen de Dios. A través de la predicación del evangelio y el poder del Espíritu Santo, Jesús, la verdadera imagen del Dios invisible (Col. 1:15), ahora da a luz a un pueblo a quien está restaurando progresivamente a la imagen divina (2 Co. 3:18).

El tabernáculo

Ministerios Ligonier

Renovando tu Mente

El tabernáculo

R.C.Sproul

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En el Nuevo Testamento, el Evangelio de Juan comienza con las conocidas palabras del prólogo, «En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios». Y sigue por varios versículos más y el prólogo llega a una conclusión más adelante en el capítulo, cuando Juan escribe: «Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros… lleno de gracia y de verdad,».

Y esta frase, “el Verbo se hizo carne”, se refiere al gran misterio de la encarnación. Pero cuando Juan describe ese acontecimiento de la encarnación, dice: «Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros». Esa es una especie de traducción libre del texto original.

Literalmente, las palabras que se usaron son: «Y el Verbo se hizo carne, y asentó su tienda entre nosotros», o aun más exacto, «El Verbo se hizo carne, y ‘tabernaculizó’ entre nosotros». Cuando vemos el libro de Éxodo, vemos tres grandes temas de importancia para nuestra comprensión del alcance de la historia redentora: El éxodo mismo con la celebración de la Pascua, la promulgación de la ley, y en tercer lugar, el establecimiento de la casa de Dios, la tienda de reunión o el tabernáculo.

Dios da instrucciones súper detalladas a Moisés en cuanto a cómo construir el tabernáculo en el Antiguo Testamento. Y este es un momento decisivo en el desarrollo de la religión del Antiguo Testamento porque anterior al tabernáculo no había un santuario central firmemente establecido para el pueblo de Dios.

Si nos remontamos al período patriarcal, sabemos que está marcado por momentos importantes de adoración. Cada vez que ocurría un evento significativo en la vida de estas personas, ellas respondían en adoración a Dios ofreciendo sacrificios o con la construcción de un altar.

Si vuelves a revisar todo el período patriarcal, verás, por ejemplo, a Noé, después que salió del arca, cuando bajaron las aguas del diluvio y que disminuyeron, él expresó su gratitud a Dios construyendo un altar.

Abraham construyó un altar. Isaac construyó un altar. Jacob, después de haber luchado con un ángel, y de tener su visión de la escalera que llegaba al cielo, recuerdas que durante la noche soñó y vio que los ángeles de Dios subían y bajaban en su escalera y cuando despertó por la mañana, dijo: «Ciertamente, el Señor está en este lugar y yo no lo sabía». “Y tomó la piedra que había puesto de cabecera, la erigió por señal y derramó aceite por encima.” Y después de que la ungió con aceite, marcó ese lugar y nombró aquel lugar “Betel, o la casa de Dios. “Y esta es”, dijo, “la (entrada) o la puerta del cielo”.

Ahora, lo que es significativo en estos incidentes que encontramos en el período patriarcal es que vemos la sacralización del tiempo y del espacio. Recordarás que en la Pascua Dios dijo: ‘quiero que ustedes recuerden este día para siempre’. Y así Dios tomó los días ordinarios de ese período y los hizo sagrados, los consagró mediante el memorial de la Pascua.

De la misma manera, en el Antiguo Testamento, vemos con frecuencia ejemplos donde se consagraron lugares o donde cosas se apartan como algo sagrado. Recuerda cuando Dios se le apareció a Moisés en la zarza ardiente, y Él lo llamó, y le dijo: ¡Moisés! ¡Moisés! “Quítate las sandalias de los pies, porque el lugar donde estás parado es tierra santa.”

Ahora es importante entender que en la fe bíblica y en la religión bíblica, el dominio de Dios está en toda la tierra. Como Él le dice a Moisés en el conflicto con Faraón, «Dios es el Dios de toda la tierra». Su presencia es ubicua; es decir, Él es omnipresente. No hay lugar donde Dios no esté.

El salmista clamó después: “¿Adónde me iré de tu Espíritu” Oh Señor, “Si subo a los cielos, he aquí, allí estás tú; si en el Seol preparo mi lecho, allí estás tú». Y esa idea de la presencia universal de Dios tiene raíces profundas en el Antiguo Testamento, y toda la tierra es sagrada; todo el planeta es santo ya que es posesión suya, pero a pesar de estos principios, aún existen estas intromisiones en el tiempo y espacio donde Dios se da a conocer de una manera peculiar y en un sentido particular adquieren un significado especial.

Entonces durante el período patriarcal, cuando Dios se iba a reunir con Su pueblo, el lugar a donde él llegaba era sagrado. Aun hoy nos referimos a Palestina como Tierra Santa y hacemos peregrinaciones y queremos caminar por donde Jesús caminó, y pararnos donde él se paró y nos llegamos a impresionar. Aun sabiendo que la tierra es común y corriente, se santifica por la visitación de Dios.

Ahora, todo el propósito de la creación del tabernáculo era ilustrar a Israel la promesa de Dios: «Yo estaré contigo». Él le había prometido eso a Abraham. ‘Abraham, Yo nunca te dejaré ni te desampararé’. La misma promesa le dio a Isaac. La misma promesa, en Betel, en el sueño de la medianoche, fue repetida a Jacob: “Nunca te dejaré ni te desampararé”. Cuando Cristo vino al mundo, es llamado Emmanuel que significa: “Dios con nosotros”.

Y la manera en que la presencia de Dios se marca y es simbolizada exteriormente en la experiencia del desierto en el Antiguo Testamento, es en la construcción del tabernáculo, el tabernáculo, como la tienda de reunión, el lugar donde Dios dice que vendrá y estará con su pueblo.

Por eso Dios le ordena a Moisés que construya esta enorme estructura, es una tienda. Y la razón por la que es una tienda es porque el pueblo de Israel aun no se había establecido en la tierra prometida. Aun están en transición.

Es un pueblo semi-nómada, yendo de un lugar a otro, deambulando por el desierto, pero el punto es que donde quiera que vayan, es Dios quien los lleva y es Dios quien promete estar con ellos. El pueblo mismo está viviendo en tiendas y se le manda construir una tienda para Dios.

Ahora, cada vez que el pueblo de Israel tenía que trasladarse de un lugar a otro y llegaba a una nueva ubicación o sitio para permanecer por un tiempo, tenía que acampar, básicamente, en forma circular y cada segmento del arco del círculo estaría ocupado por una tribu en particular.

Y las tribus acamparían alrededor del perímetro. Pero en el centro matemático exacto del campamento tendría que estar el tabernáculo, la tienda de reunión, la casa de Dios. Esto simboliza muchas cosas. Como ya he mencionado, indicaba el recordatorio visible de la promesa de Dios de estar en medio de su pueblo.

Recuerdo tiempo atrás durante el movimiento de los derechos civiles, en la historia de Estados Unidos, una canción se compuso que se hizo popular sobre todo para aquellos que participaron en las marchas por los derechos civiles. La gente cantaba al unísono: “A nosotros no nos moverán.” Decía, “A nosotros no, no, no nos moverán” y continuaba.

Y esas palabras fueron tomadas directamente de los salmos del Antiguo Testamento, específicamente del Salmo 46, que habla de la amenaza de destrucción y de catástrofe que podría sobrevenir a las naciones: ‘El mar ruge y está agitado. El mar golpea contra los lados de la montaña y la tormenta es tan fuerte que quizás hasta las montañas serán arrojadas en medio del mar’.

Pero, en contraste con las imágenes amenazantes de la tormenta y el mar, está la imagen pacífica y tranquila de un río. En la tradición de la poesía hebrea, el mar era símbolo del poder amenazante, mientras que el río era símbolo de vida. Debido a que el salmista continúa diciendo: “Hay un río cuyas corrientes alegran la ciudad de Dios”, porque “Dios está en medio de ella, no será sacudida”.

En otras palabras, la razón de la confianza del salmista para perdurar, estar estable y permanecer fue la promesa de que Dios estaría en medio de su pueblo; por tanto, ese es el primer y más importante significado de la ubicación del tabernáculo cuando el pueblo se reunía mientras avanzaban.

El segundo significado es este: que Israel no fue el único pueblo semi-nómada de la antigüedad. La mayoría de las naciones semitas de ese tiempo eran pueblos que pastoreaban y recorrían las regiones desérticas.

Y aun otras naciones que tenían asentamientos permanentes, a menudo marchaban para lograr una conquista militar, y la costumbre en la antigüedad era que cuando las naciones se movían y vivían en tiendas, la tienda central del campamento estaba siempre ocupada por el rey.

Ese era el lugar para el rey y el simbolismo del tabernáculo ocupando el centro del campamento era que el pueblo judío en este momento no tiene más rey que Dios. Dios es su rey y Él es un rey que no está remoto o distante, sino que Él es un rey que habita en medio de su pueblo. Ahora veamos parte de la estructura del tabernáculo mismo.

La entrada a la tienda mira hacia el este. Así que allí es el este, allí es el norte, allá es el sur y allí es el oeste, de hecho voy a… no lo haré, lo dejaré como está por ahora—la tienda era portátil. Podía ser armada y desarmada. Cuando la desarmaban y la trasladaban debía ser transportada por una subdivisión de levitas. Recuerda que los levitas fueron apartados para tareas sacerdotales.

Y en la tribu de Leví había una familia o un clan de la casa de Coat, y los coatitas eran los encargados de transportar los utensilios sagrados que eran parte del tabernáculo, a nadie más se le permitió manejar estas cosas.

Ellos fueron entrenados toda su vida para el manejo apropiado de cómo trasladar, desarmar y colocar los utensilios del tabernáculo. Vemos después que con la destrucción repentina de Uza cuando tocó el arca del pacto ya que había violado los preceptos que se dieron en la antigüedad con respecto al manejo de los utensilios sagrados especiales del Arca.

El tabernáculo en sí, o el santuario, tenía 1,003 metros cuadrados de tamaño, 1003 metros cuadrados. Esa es una tienda gigante. Pero el santuario mismo, la porción de espacio más grande de esta tienda estaba ocupada por el atrio exterior;

Y luego venía el atrio interior, conocido como el Lugar Santo y después venía el espacio más interno llamado el Lugar Santísimo, o Santuario interno, o el Sanctus sanctórum, lo más santo de lo santo. Es importante notar que el perímetro exterior estaba protegido por los levitas y la gente del pueblo no tenía acceso—ellos podían llegar hasta el tabernáculo, pero no podían entrar al tabernáculo.

Ciertas cosas que se llevaban a cabo dentro del santuario. Les repito, el santuario interior incluyendo tanto el Lugar Santo como el Lugar Santísimo, tenía casi 17 por 4 ½ metros, y en el atrio exterior había dos muebles que se encontraban allí: estaban la fuente de bronce y el altar del holocausto.

La fuente de bronce como su nombre lo indica estaba hecha principalmente de bronce, y era el lugar donde el sacerdote venía para el rito de purificación. Antes de que pudieran realizar sus deberes sacerdotales, tenían que purificarse a sí mismos. Tenían que lavarse.

La palabra ‘fuente’ en el original, es de donde sale la palabra ‘baño’, así que ellos lo hacían simbólicamente, tomaban un baño limpiándose con el agua que estaba en la fuente de bronce. Ahora, el altar del holocausto era el lugar donde se quemaba el sacrificio de animales y se ubicaba en el atrio exterior; tenía cuatro postes, uno en cada esquina, que se llamaban los cuernos del altar.

A veces se sujetaban a los animales a los cuernos del altar a fin de facilitar todo el proceso de matarlos y quemarlos. Recuerdas cuando Adonías buscó refugio corriendo y agarrándose de los cuernos del altar.

Lo interesante para mí es que a medida que te acercas al Lugar Santísimo, hay un nivel progresivo de lo sagrado, el cual se ve reflejado por el aumento en el nivel de materiales preciosos usados en los utensilios y en el mobiliario que había adentro.

De nuevo, volvamos al panorama general. Está este círculo que describe todo el campamento y todo lo que estaba fuera del campamento era considerado inmundo.

Este era el lugar de los gentiles. Esto era lo que simbolizaba la oscuridad exterior que estaba siendo removida desde el centro donde Dios derrama los dones de su misericordia y gracia; y cuanto más te acercas al centro, más te acercas a la presencia directa de Dios. Entonces, ellos entendieron que Dios en realidad estaba en todas partes, pero en su actividad redentora, donde se enfocaron los medios de su gracia, estaba el más sagrado de todos los lugares, el Lugar Santísimo, y cuanto más te alejabas del Lugar Santísimo, más te acercabas hacia el lugar que era inmundo y que simbolizaba la oscuridad exterior.

Este simbolismo se usa en toda la enseñanza de las Escrituras, en los escritos de los profetas y también en el Nuevo Testamento. Se ha dicho, por ejemplo, que el evangelio de Juan sigue en su contenido, así como el libro de Apocalipsis, se basan mucho en el mobiliario que se encontró, primero, en el tabernáculo y posteriormente en el Templo, donde estaban los candelabros y todas esas cosas repetidas.

Y que Cristo, en el evangelio de Juan, es llamado la “Luz del mundo” porque en el Lugar Santo, estaba el candelabro, el candelabro de siete brazos, la menorá con la luz encendida de forma permanente, simbolizando, una vez más, la presencia eterna de Dios.

En el Lugar Santo también estaba el altar del incienso, era más pequeño que el altar del holocausto, pero estaba hecho de materiales más preciosos, Pero el propósito del altar del incienso era ilustrar la obra de la oración. Los sacerdotes iban allí y ofrecían sus oraciones por el bienestar del pueblo y el significado del incienso era que cuando este era quemado en el altar, esparcía un aroma agradable en el ambiente. Y eso era importante porque recordarán que están sacrificando animales dentro y alrededor del santuario y eso era algo muy oloroso de vez en cuando,

Y así, el olor que provenía del centro religioso de Israel resultaba más dulce y agradable por la presencia del altar del incienso. Cabe resaltar también que este altar nos dice mucho sobre el lenguaje del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento. Por ejemplo, cuando el pueblo de Israel obedecía a Dios y Dios se complacía con ellos, Él decía que la fragancia de sus oraciones era “un aroma agradable para el Señor”, pero cuando el pueblo se corrompió y su adoración degeneró en una rutina externa y cosas así, Dios les habló en juicio diciendo: “desprecio vuestras fiestas, tampoco me agradan vuestras asambleas solemnes” ‘tus sacrificios me son abominación. Son un hedor en mi nariz’.

De nuevo, en el Nuevo Testamento, la obra de Cristo se describe como un aroma dulce y fragante a Dios, ya que no solo cumplió con todo lo del tabernáculo, sino que, en sentido real, con cada una de sus partes. Él es la luz del mundo. Él es el pan de vida.

Otro mobiliario en el Lugar Santo era la mesa de los panes –y Él es el pan de vida—ahí hay una hogaza de pan por cada una de las 12 tribus, indicando así la provisión de Dios para con su pueblo en sus necesidades de este mundo y en el desierto.

Cristo es la fuente de nuestra regeneración. Él es quien limpia a su pueblo de sus pecados. Y Él es el que ha sido sacrificado por ellos. Toda la obra personal de Cristo está simbolizada en estos diversos elementos del tabernáculo, pero nada como lo que sucede en el Lugar Santísimo donde se encuentra el mobiliario más sagrado de toda la religión judía: El Arca o el Cofre; que es llamado el Arca del Pacto. Es un cofre que está hecho de madera de acacia y cubierto con oro puro. Tenia unos grandes querubines esculpidos con sus alas ocultando y cubriendo el cofre.

El cofre contenía ciertos artículos. Los artículos que estaban en el cofre eran: las tablas de piedra, los diez mandamientos, la vara de Aarón que floreció y una vasija con el maná que se recogió y se preservó de la provisión que Dios dio a su pueblo en el desierto. Pero lo más resaltante del arca era que la tapa del cofre se llamaba propiciatorio ya que el Arca del Pacto era el símbolo del trono de Dios, su trono de autoridad y lugar de juicio.

Así que era en el Lugar Santísimo donde el Sumo Sacerdote, y solo el Sumo Sacerdote, podía entrar, y solo una vez al año en el día de Yom Kippur; y aún así, solo después de un elaborado ritual de limpieza; y entraba y rociaba la sangre del cordero en el propiciatorio. En griego se llama ‘hilasterion’ o la reconciliación porque con esa acción la sangre del sacrificio se convierte en una cobertura del Tribunal de Dios que nos protege de su juicio. Y así, toda la obra de redención—su juicio, su misericordia—se encuentra en el simbolismo viviente del Tabernáculo de Reunión que Dios visita a su pueblo.

R.C. Sproul es el fundador de Ligonier Ministries, el maestro principal de la programación de radio Renewing Your Mind, y el editor general de la Biblia de estudio Reformation

http://www.ligonier.es

Un novio tierno y victorioso

Isha – Salmos

DÍA 76 – Salmo 45

Dosis: Palabras de Vida

Un novio tierno y victorioso

“Tus saetas agudas, con que caerán pueblos debajo de ti, penetrarán en el corazón de los enemigos del rey…” (Salmo 45:5)

Una de las responsabilidades de los reyes de Israel fue luchar contra los enemigos extranjeros que intentaban acabar con su pueblo. Y utilizaban distintos tipos de armas: lanzas, escudo, saetas. Las saetas eran las fechas que podían ser lanzadas a distancia.

Jesús vino a este mundo a librar una batalla espiritual. Pero mientras estuvo aquí sus saetas fueron palabras de amor. ¿Recuerdas qué palabras le dijo a la mujer del flujo de sangre? “Hija, tu fe te ha salvado” Fue una saeta de ternura, para una mujer que por años se había sentido marginada y de pronto era ascendida a la categoría de “hija”. A la adúltera que esperaba un juicio severo, una piedra lanzada con furia, la rindió con sus palabras: “Ni yo te condeno, vete y no peques más”. O cuando defendió a aquélla pecadora en casa de Simón el fariseo, que ungía sus pies con perfume y lágrimas: “Tus pecados te son perdonados”, “Tu fe te ha salvado, vé en paz”.199 A leproso no solamente lo tocó sino le dijo: “Quiero, sé limpio”.

Yo anhelo que sus saetas de amor y de vida sigan penetrando en mi corazón. Cuando acudo a su presencia y me derramo delante de Él, cuando le confieso mis pecados, cuando le cuento mis temores, cuando le relato mis angustias, cuando le entrego mis cargas, siempre están sus saetas penetrando en mi mente: “En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo”. “Mi paz les dejo mi paz, os doy. Yo no os la doy como el mundo la da, no se turbe vuestro corazón ni tenga miedo”.201 “He aquí yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”. ¿Qué efecto causan en ti sus palabras? Ríndele tu corazón, ponte en el blanco de Dios.

Pero para el futuro hay una esperanza también maravillosa. Jesús regresará a establecer un reino de justicia y paz que cubrirá toda la tierra. Habrá una última gran batalla escatológica. En Apocalipsis se ve el cielo abierto y a Cristo cabalgando en un caballo blanco, para guerrear contra todas las fuerzas del mal, y juzgar con justicia. Quien monta el caballo blanco se llama fiel y verdadero, y lo siguen los ejércitos del cielo, montados en caballos blancos y vestidos en lino fino, blanco y limpio. En este caso las saetas que penetrarán los corazones del enemigo, ya no son flechas con punta de hierro, sino es su palabra del evangelio que proclama su obra en la cruz del calvario. Sólo así entendemos a plenitud el siguiente versículo del Salmo 45 que dice: “Tu trono oh Dios es eterno y para siempre.” Es este un canto profético que habla del futuro rey mesiánico que vendrá en los últimos días a desposar a su novia la iglesia con sus saetas de amor.

Oración: Señor dispara tus saetas a mi corazón, aquellas palabras de vida eterna y enséñame a rendirme a ti. Amén.

De Vergara, P. A., de Vera, A. D., & Harris, K. O. (2012). Isha-Salmos: Una dosis diaria de fe para ti. (P. A. de Vergara, Ed.) (Primera Edición, p. 91). Lima, Perú: Ediciones Verbo Vivo.

 

¿Para quién sembramos? (2)

Miércoles 13 Noviembre

No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.

Gálatas 6:9

El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.

Filipenses 1:6

¿Para quién sembramos? (2)

¡Perseveremos!

http://labuenasemilla.net/20191113

Ayer se vio la importancia de sembrar para el Espíritu y no para la carne. Si sembramos para el Espíritu, cosecharemos sus felices frutos en nuestra vida. Pero la semilla no germinará en una noche, y a veces tendremos la impresión de que nada cambia. Tranquilicémonos: Dios, quien en su gracia nos ha salvado, también nos ha declarado justos delante de él por la obra de Cristo. Esta misma obra nos permite considerarnos “muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús” (Romanos 6:11). Entonces tenemos la certeza de que él nos ayudará a vivir conforme a sus pensamientos y, en consecuencia, a santificarnos día tras día.

Gracias a Jesucristo es posible obtener la victoria sobre la codicia. Dios nos llama a confiar en él en ese combate contra la impureza, a perseverar y a vivir así la realidad de la victoria lograda por su Hijo.

Convenzámonos de que si Dios nos pide renunciar a las cosas malas, no es para frustrarnos, sino para darnos cosas infinitamente mejores: una vida para su servicio, en comunión íntima con él. La lucha no es fácil, pero siempre vale la pena. Y será victoriosa si perseveramos orando al Señor, tomados de su mano, para así decir: “Fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza” (Efesios 6:10). “Todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo” (1 Tesalonicenses 5:23).

Job 13-14 – Hebreos 5 – Salmo 122 – Proverbios 27:15-16

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