LA PAZ CELESTIAL

Noviembre 18

LA PAZ CELESTIAL

La paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento. (Filipenses 4:7)

El versículo de hoy promete calma o tranquilidad interior al creyente que ora con una actitud agradecida. Observe que no promete cuál será la respuesta a nuestras oraciones.

Esa paz “sobrepasa todo entendimiento”, lo cual se refiere a su origen divino. Trasciende el intelecto, el análisis y la agudeza de los seres humanos. Ningún consejero humano puede dársela a usted porque es un don de Dios.

El verdadero reto de la vida cristiana no es eliminar toda circunstancia desagradable de su vida, sino confiar en el infinito, santo, soberano y poderoso Dios en medio de toda situación.

Jesús dijo: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Jn. 16:33). Así que comience a vivir en el plano sobrenatural, reconozca que vive en un mundo caído, y permita que Dios haga su obra perfecta en usted. Y Dios le dará su paz cuando se entregue confiado en sus manos.

Del libro La Verdad para Hoy de John MacArthur DERECHOS DE AUTOR © 2001 Utilizado con permiso de Editorial Portavoz, http://www.portavoz.com

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¿Por qué debemos leer / estudiar la Biblia?

Ministerios Got Question

¿Por qué debemos leer / estudiar la Biblia?»

Respuesta: Debemos leer y estudiar la Biblia simplemente porque es la Palabra de Dios para nosotros. 2 Timoteo 3:16 dice que la Biblia es “inspirada por Dios”. En otras palabras, son las mismísimas palabras de Dios para nosotros. Hay muchas preguntas que los filósofos se han hecho y que Dios nos las responde en las Escrituras: ¿Cuál es el propósito de la vida? ¿De dónde vengo? ¿Existe vida después de la muerte? ¿Cómo puedo ir al cielo? ¿Por qué está el mundo tan lleno de maldad? ¿Por qué me cuesta tanto trabajo hacer lo bueno? Adicionalmente a estas “grandes” preguntas, la Biblia nos proporciona un sin número de consejos prácticos en áreas tales como: ¿Qué debo buscar en mi pareja? ¿Cómo puedo tener un matrimonio exitoso? ¿Cómo puedo ser un buen amigo? ¿Cómo puedo ser un buen padre / madre? ¿Qué es el éxito y cómo puedo alcanzarlo? ¿Cómo puedo cambiar? ¿Qué es lo más importante en la vida? ¿Cómo puedo vivir para que no tenga que arrepentirme en un futuro?¿Cómo puedo manejar las circunstancias adversas y eventos injustos de la vida para salir victorioso?

Debemos leer y estudiar la Biblia porque es totalmente confiable y sin error. La Biblia es única entre muchos auto-nombrados libros “sagrados”, porque no sólo ofrece enseñanzas morales y dice “confía en mí”, más bien, nos ofrece la oportunidad de probarla, corroborando cientos de detalladas profecías que contiene, verificando los eventos históricos que relata, y comprobando los hechos científicos que describe. Aquellos que dicen que la Biblia tiene errores, deben tener sus oídos cerrados a la verdad. Jesús preguntó una vez, “¿Qué es más fácil, decir: tus pecados te son perdonados o decir: levántate y anda?” (Lucas 5:23). Luego, Él probó que tenía el poder para perdonar los pecados (algo que no podemos ver físicamente) sanando al paralítico (algo que los que lo rodeaban pudieron atestiguar con sus ojos). De manera similar, tenemos la seguridad de que la Palabra de Dios es verdad cuando se discuten aspectos espirituales que no podemos atestiguar con nuestros sentidos físicos, pero mostrando su veracidad en todas aquellas áreas que podemos verificar, tales como la exactitud histórica, científica y profética.

Debemos leer y estudiar la Biblia porque Dios no cambia y porque la naturaleza humana tampoco cambia; es tan actual para nosotros como lo fue cuando fue escrita. Mientras que diariamente se generan grandes cambios tecnológicos a nuestro alrededor, los deseos y naturaleza de la raza humana no cambian. Tú encontrarás, mientras lees las páginas de la historia bíblica, que ya sea que se trate de relaciones interpersonales o entre sociedades, “no hay nada nuevo bajo el sol” (Eclesiastés 1:9). Y mientras la raza humana en su totalidad continúa buscando amor y satisfacción en todos los lugares equivocados, Dios, nuestro buen y misericordioso Creador, nos dice qué es lo que nos traerá un gozo ETERNO. Su Palabra revelada, las Escrituras, son tan importantes que Jesús dijo respecto a ellas, “…No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:4). En otras palabras, si quieres vivir una vida plena como fue la voluntad de Dios, escucha y presta atención a la Palabra de Dios escrita.

Debemos leer y estudiar la Biblia porque existe mucha enseñanza falsa. La Biblia nos da la medida mediante la cual podemos distinguir la verdad del error. Nos dice cómo es Dios. Tener una impresión equivocada de Dios es adorar un “ídolo” o “dios falso”. Estamos adorando algo que ¡no es Él! La Biblia también nos dice cómo podemos verdaderamente ir al cielo…y no es por ser buenos, o ser bautizados o ninguna otra cosa que podamos HACER (Juan 14:6Efesios 2:1-10Isaías 53:6Romanos 3:10b5:86:2310:9-13). A través de estos textos, la Palabra de Dios nos enseña cuánto Él nos ama (Romanos 5:6-8Juan 3:16). Y así es como sabiendo esto, somos atraídos a amarle a Él en respuesta (1 Juan 4:19).

La Biblia nos equipa para servirle a Dios (2 Timoteo 3:17Efesios 6:17Hebreos 4:12). Nos ayuda a saber cómo podemos ser salvos de nuestros pecados y sus últimas consecuencias (2 Timoteo 3:15). Al meditar en ella y obedecer sus enseñanzas, nos llevará a una vida victoriosa (Josué 1:8Santiago 1:25). La Palabra de Dios nos ayuda a ver el pecado en nuestra vida y nos ayuda a deshacernos de él (Salmos 119:9,11). Será una guía en la vida, haciéndonos más sabios que nuestros maestros (Salmo 32:8119:9,11Proverbios 1:6). La Biblia nos libra de perder años de nuestra vida en aquello que no dura ni tampoco importa (Mateo 7:24-27).

Leer y estudiar la Biblia nos ayuda a ver más allá del atractivo “anzuelo” y doloroso “gancho” de las tentaciones pecaminosas, para que podamos aprender de los errores de otros, en vez de experimentarlos nosotros mismos. La experiencia es un gran maestro, pero cuando se trata de aprender del pecado, es un duro y terrible maestro. Es mucho mejor aprender de los errores ajenos. Hay tantos personajes bíblicos de quiénes aprender, tanto modelos positivos como negativos, que con frecuencia proceden de la misma persona en diferentes etapas de su vida. Por ejemplo, David, en su victoria al gigante Goliat, nos enseña que Dios es más grande que cualquier cosa a la que quiera que nos enfrentemos (1 Samuel 17). David, al ceder a la tentación y cometer adulterio con Betsabé, nos revela el largo alcance y las terribles consecuencias que puede acarrearnos un “momento de placer” (2 Samuel 11).

La Biblia es un libro que no es sólo para leerse. Es un libro para estudiarse, a fin de poder ser aplicado. De otra manera, es como tragarse el bocado de comida sin masticarlo y después escupirlo de nuevo… sin ningún valor nutricional aprovechado. La Biblia es la Palabra de Dios. Como tal, es tan necesaria como las leyes de la naturaleza. No podemos ignorarla, pero lo hacemos para nuestro propio mal, así como lo sería si ignoramos la ley de la gravedad. No puede ser lo suficientemente enfatizada, la importancia que tiene la Biblia en nuestras vidas. El estudiar la Biblia puede compararse al extraer oro de una mina. Si hacemos un pequeño esfuerzo y sólo “cernimos los guijarros en el arroyo”, sólo encontraremos un poco de polvo de oro. Pero si nos esforzamos en realmente “excavar en ella”, la recompensa será de acuerdo a nuestro gran esfuerzo.

Usado con permiso del Ministerio Got Questions

Tomado de GotQuestions.org. Todos los Derechos Reservados

Disponible sobre el Internet en:  https://www.gotquestions.org/Espanol/

 

30 – Cuando las Emociones Gobiernan “La Ansiedad”

Entendiendo los Tiempos

Primera Temporada

30 – Cuando las Emociones Gobiernan “La Ansiedad”

ENTENDIENDO LOS TIEMPOS

Surge en el 2013 como programa de radio bajo la cobertura de la emisora cristiana Radio Eternidad en la estación 990am. Las temáticas de nuestro programa son diversas y contemporáneas con las necesidades que se presentan  hoy en día en la sociedad. Todo tema es llevado a la luz de la Palabra de Dios que es la única mediadora entre los hombres y la única verdad que puede hacerle libre. Tratamos diferentes temas con el propósito de entender el presente bajo una cosmovisión bíblica y actuar en base a esta. Con nuestro productor Andrés Figueroa y el equipo de Gracia TV, quienes semanalmente transmiten este programa en un formato para Radio y TV.

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Josué y la conquista de Canaán

Ministerios Ligonier

Renovando tu Mente

Josué y la conquista de Canaán

R.C.Sproul

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Por tradición llamamos a los primeros cinco libros del Antiguo Testamento, de Génesis a Deuteronomio, el Pentateuco. A menudo también se le conoce, en especial entre los judíos, como la Torá o el Libro de la Ley. Pero se le llama el Pentateuco debido al prefijo penta que, por supuesto, significa cinco, como el pentágono. Pero algunos han argumentado que, originalmente, el antiguo testamento fue organizado distinto y que los primeros seis libros del antiguo testamento estuvieron agrupados juntos y por lo tanto se les llamó, no el Pentateuco, sino el Hexateuco, nombre que significa los primeros seis libros de la Biblia incluyendo el libro de Josué.

Ahora, creo que el peso de la evidencia dice lo contrario y que hay una línea clara de demarcación entre el libro de Deuteronomio que finaliza con el Pentateuco y el libro de Josué. Pero solo menciono ese pequeño detalle de manera casual para llamar la atención sobre la idea de que a pesar de que Josué empieza con una nueva dimensión de la historia del antiguo testamento, todavía se ve la gran continuidad que existe entre el período de Moisés y el final del Pentateuco con el inicio del libro de Josué, ya que el libro de Josué registra los datos de la conquista de Canaán.

Es la historia de la entrega que Dios hace en manos de Israel de sus enemigos y la primera dimensión del cumplimiento de las promesas de una tierra prometida a los patriarcas. Y aquí vemos la transición de vagar en el desierto a la conquista y el establecimiento en la tierra de Canaán.

Pero como dije, hay una cierta continuidad que existe entre el Pentateuco y este capítulo nuevo en la historia redentora de la conquista de Canaán. Josué es un personaje cuya aparición es prominente en el Pentateuco. Él se desempeña como el ayudante de Moisés y recordamos a Josué por ser uno de los dos espías fieles que habían sido enviados para espiar la tierra prometida, el resto de los espías regresaron y dijeron: “Oh, hay gigantes en la tierra y la tierra es difícil y si intentamos ir, seremos aniquilados” y así por el estilo, y estaban muertos de temor ante los obstáculos que se interponían en su camino para poseer esta tierra;

En cambio, lo único que Caleb y Josué ven es la oportunidad y regresan y dicen: “Es una tierra donde mana leche y miel” y trajeron muestras de los frutos que encontraron en ella. Y recordamos que después de todos estos años de vagar por el desierto, esta poderosa hueste de judíos, o israelitas, quienes habían sido redimidos por el Éxodo, mueren todos en el desierto sin poseer la tierra prometida e incluso a Moisés se le prohíbe entrar a Canaán por golpear la piedra con su vara.

Ahora, Dios le da la oportunidad de pararse en la montaña y contemplar la tierra prometida. Moisés tiene una visión para el futuro de su gente, pero a él mismo no se le permite entrar. Y los únicos sobrevivientes del núcleo original que pueden ingresar a la tierra prometida son Caleb y Josué.

Así que, una de las cosas que vemos al final del Pentateuco es un registro de la renovación del pacto que Dios había hecho con Moisés en el momento de la muerte inminente de Moisés, y hay una dinámica que se desarrolla aquí la cual tiene un nombre en teología, se llama la sucesión dinámica.

Disculpen, no se llama una sucesión dinámica, sino dinástica (fue dinámica también) pero sucesión dinástica es el tipo de cosas que se ve en las monarquías donde la autoridad real se pasa de padre a hijo o de madre a hijo o de padre a hija, en donde la corona es un asunto de herencia biológica.

Y hablamos de las distintas dinastías que han surgido en las naciones a lo largo de la historia. Lo vimos con la casa de Omri en la monarquía de Israel. Lo vemos con la casa de David donde el reino se transfiere a su hijo Salomón y luego al hijo de este y así sucesivamente. A esto es lo que llamamos sucesión dinástica.

Ahora, esto pasa en el antiguo testamento, no solo con respecto a los reyes, sino también con respecto a la sucesión del personaje principal que está en autoridad. Y el principio de la sucesión dinástica se lleva a cabo al final del Pentateuco cuando Moisés está a punto de morir y él reúne a la gente y le hace jurar a todo el pueblo lealtad para con su sucesor y su sucesor es Josué.

Sé que esto es una exageración y que pocos lo han visto pero, se puede argumentar que nuestro Señor mismo, en el aposento alto, la noche anterior a su muerte, celebró la renovación del pacto (muy similar a la que ocurrió en Moab y luego en Siquem en el antiguo testamento) donde reúne a sus discípulos y da el discurso más largo que haya dado en su vida (que sepamos) sobre el ministerio del Espíritu Santo; reúne a sus amigos y dice: “Un poco más, y ya no me veréis”; y “adonde yo voy, vosotros no podéis ir”, pero no los dejaré solos. Les enviaré otro consolador, el Espíritu Santo.

Y creo que en cierto sentido, cada vez que celebramos la Cena del Señor, celebramos, entre otras cosas, la presencia del Espíritu Santo como representante de Cristo en medio nuestro; Y cada vez que nos sentamos y celebramos la Cena del Señor, renovamos las promesas del pacto.

De modo que todo este principio de renovación y continuidad fluye como un hilo a lo largo del antiguo testamento. El libro de Josué trata sobre el sucesor de Moisés al cual ahora Dios ha ordenado y designado para guiar al pueblo desde el desierto hacia la tierra prometida. Y se nos da una pista de lo que sucederá en el primer capítulo del libro de Josué cuando el capítulo uno empieza con estas palabras: “Sucedió después de la muerte de Moisés, siervo del Señor, que el Señor habló a Josué, hijo de Nun, y ayudante de Moisés, diciendo: Mi siervo Moisés ha muerto; ahora pues, levántate, cruza este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. Todo lugar que pise la planta de vuestro pie os he dado, tal como dije a Moisés.”

Y luego en el verso cinco: “Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida. Así como estuve con Moisés, estaré contigo.”

Una vez más, en la bendición patriarcal, regresa hasta Abraham y luego a Isaac y después a Jacob, una parte integral de esa promesa patriarcal era el juramento solemne de Dios de que Él estaría con ellos. Y se lo prometió a Moisés, y ahora esa bendición patriarcal está pasando a Josué con la promesa de que Dios estará con él. ‘No te dejaré ni te desampararé. Se fuerte y valiente para este pueblo a quien dividirás, como herencia, la tierra que juré a sus padres que se las daría’. “Solamente sé fuerte y muy valiente; cuídate de cumplir toda la ley que Moisés mi siervo te mandó”.

Y así, con este solemne pedido, Josué recibe la promesa de victoria, la promesa de la presencia de Dios, la promesa de que Dios continuará ejerciendo su papel como el guerrero divino que lucha por su pueblo y que va delante de su pueblo para asegurar la victoria y asegurar la conquista contra este país extranjero; Pero con esa promesa de bendición siempre viene el llamado a la responsabilidad de guardar los términos del pacto, a guardar las leyes que Dios había hablado al pueblo a través de Moisés.

Ahora, el libro de Josué se lee como una historia militar porque eso es lo que es y es emocionante. Tiene el interés y el drama de una novela cuando leemos todos estos episodios tan vibrantes que se desarrollan en la conquista.

Uno de mis capítulos favoritos es el capítulo cinco, donde en el quinto capítulo de Josué, Josué se está preparando para la batalla, y de repente, sin previo aviso y de la nada, este guerrero increíble aparece en el camino de Josué.

Josué lo mira y solo con mirarlo puede darse cuenta de que es un guerrero formidable, y Josué no sabe si es uno de sus propios hombres o si es uno de los enemigos.

Entonces Josué se le acerca y le dice: “¿Eres de los nuestros o de nuestros enemigos?” Ahora, esta es una conjunción disyuntiva. Él dice: ‘O tú estás luchando por ellos o tú estás luchando por nosotros. Es lo uno o lo otro. Ahora, ¿estás por nosotros o contra nosotros?”

Y, por su puesto, este guerrero mira a Josué y le dice: “No”. Espera un minuto, ¿“No”? Pero tiene que ser uno o el otro. Él dijo: “Yo vengo ahora como capitán del ejército del Señor”.

Entonces, ¿cuál es el significado de este encuentro? Josué se encuentra con el capitán del Señor de los Ejércitos. Cuando él dice: “¿Estás con ellos o estás con nosotros? La respuesta es No. Lo que está diciendo es ninguna de las dos Josué. La pregunta no es si estoy contigo sino más bien si tú estás conmigo, puesto que yo estoy a cargo.

Recordándole a Josué que todo el poder de esta conquista estará en manos de Dios y no en manos de Josué; que Josué, aunque es el general sobre todo el ejército y que ahora tiene la autoridad investida en él durante el traspaso de Moisés, sin embargo, él está luchando para el Señor y es el capitán del Señor de los Ejércitos el que lleva la nación a la batalla.

Ahora, algunos eruditos creen que el capitán del Señor de los Ejércitos era simplemente un ángel que le estaba hablando la Palabra de Dios a Josué, pero otros ven el título de “capitán del Señor de los Ejércitos” como que no se refiere simplemente a un arcángel, sino al capitán supremo del Señor de los Ejércitos, Cristo mismo.

Y muchos ven en este texto lo que llamamos una cristofanía, una manifestación del Cristo pre-encarnado en el antiguo testamento. En lo personal, yo estoy a favor de esa interpretación de este evento.

Bien, luego leemos la historia de la conquista y la victoria poderosa que Dios le concede al pueblo de Israel en la batalla de Jericó. La batalla de Jericó tiene la historia de Rahab, quien esconde a los espías y se gana un lugar en la conocida lista de héroes en el libro de Hebreos y la manera cómo Dios se impone sobre esta ciudad, demuestra otra vez su poder. La ciudad de Jericó cae, no por el poder del ejército israelita; sino, por el poder de Dios. Pero luego leemos ese capítulo triste de la derrota de los israelitas en la ciudad de Hai. ¿No había prometido Dios que todos los enemigos que estaban contra ellos serían vencidos? ¿Cómo podían perder? ¿Por qué perdieron?

Por culpa del pecado de Acán que fue registrado ahí, en donde vemos que después de la batalla de Jericó, él robó parte del botín de la conquista y escondió estos artículos valiosos en su tienda y violó las leyes de Dios en cuanto a la conquista, y como resultado de eso Dios retuvo su favor y dejó que su pueblo perdiera.

Ahora, toda la historia de la conquista de Canaán ha sido objeto de gran controversia. Recuerdo haber leído un plan de estudios escrito para muchachos de secundaria en una denominación ‘x’, hace varios años y el directorio de la iglesia que me invitó me pidió que revisara el sílabo para ver cómo estaba.

Y mientras leía las secciones del antiguo testamento del sílabo, encontré que este tema se repetía una y otra vez: que la literatura del antiguo testamento no revela el carácter de Dios en su amor y gracia, sino que es el registro de un pueblo primitivo, quienes, desde su perspectiva arcaica, atribuyeron a Dios la fuerza causal de su propia mentalidad guerrera sedienta de sangre.

Y específicamente, lo que se menciona es la conquista de Canaán como ejemplo de una actividad en la que Dios no podría haber estado involucrado; y el sílabo continuaba diciendo que “A la luz de nuestra comprensión de Dios, deducida del nuevo testamento, sabemos que Dios nunca autorizaría una conquista tan sangrienta como lo hace aquí,” en la cual Él instituye esta práctica, la más ofensiva de todas.

Esta práctica a la que se le llama el herem o la prohibición, donde Dios llama al pueblo judío en esta conquista no solo a capturar la tierra y destruir las ciudades, sino también a matar a todos los habitantes: hombres, mujeres y niños. Parece, una vez más, completamente despiadado.

¿Cómo podía llamarse a esa guerra, Guerra Santa cuando era tan brutal? Esa fue la objeción planteada en ese plan de estudios y es planteada por muchas personas hoy en día porque simplemente no pueden entender lo que está sucediendo aquí en el libro de Josué y cómo algo como esto podría llamarse Santo.

Bueno, recordamos de nuestro estudio del Éxodo que una y otra vez Dios le dice a su pueblo: ‘Mi gracia es derramada sobre ti, no porque te lo mereces, no porque seas mejor que esos pueblos que están entregados al paganismo, a la idolatría, a la inmoralidad y a la máxima impiedad’.

Los habitantes de Canaán eran todos igual de malos y se oponían a las cosas de Dios, y Dios dijo: ‘Voy a darte esta tierra que prometí a Abraham, no porque tú eres mejor que ellos, pero para que recibas mi gracia y aprendas de mí’. Anteriormente Dios había manifestado su juicio de una manera más brutal, cuando eliminó a todo el mundo con el diluvio.

Y Él deja claro a lo largo de las Escrituras que llegará un día de juicio donde su ira se derrame contra toda forma de paganismo y toda forma de impiedad. Y lo que él está diciendo aquí es: “Josué, vas a ser un instrumento de mi justicia contra los cananeos.

Los cananeos van a recibir justicia. Tú vas a recibir misericordia y voy a limpiar esta tierra porque es un lugar profano y esta es una Guerra Santa para recuperar mi gloria por medio de la exterminación de todos los principios y poderes de contaminación ya existentes. Y cuando entres allí, quiero que destruyas ese lugar, porque estoy construyendo una nueva nación, un pueblo santo y no quiero que esta nación esté contaminada por el paganismo y la impiedad existentes allí.”

Y recuerdas que Josué y sus soldados no obedecieron, en su totalidad, con estos requisitos de Dios, puesto que hicieron alianzas impías y demás tratos con la gente de allí.

Ahora, hay una razón por la que todo esto se lleva a cabo con tanto detalle y es para proteger a Israel quizás de la enfermedad más aterradora que les pudiera afectar a lo largo de toda su historia, y ese fue el problema del sincretismo. En un sentido, la historia de Israel del antiguo testamento es la historia del sincretismo. Y, ¿qué es el sincretismo? El sincretismo implica una mezcla o mezclas de elementos dispares de distintas fuentes. Tan pronto como el pueblo judío ocupó la Tierra Prometida, empezaron a incorporar en sus propias prácticas religiosas, elementos paganos.

Pensamos en las disputas que se dan entre los profetas y Acab y Jezabel, y todo eso, porque incluso el rey estaba involucrado en el establecimiento de altares paganos y adoración a Baal; y todas esas disputas que continúan en el antiguo testamento están diseñadas para detener el ingreso de elementos paganos (magia, hechicería, idolatría y ese tipo de cosas) en la nación de Israel.

Israel debe practicar la separación étnica para que no se mezclen con otras culturas y se contaminen, porque serán luz para las naciones. Pero, una vez más, la historia de Israel es el fracaso de Israel para llevar al herem a su plenitud.

En cambio, hacen amistad con los paganos y empiezan a construir puentes que llevan hacia los paganos y es un camino de doble sentido. Y muy pronto el paganismo se estaría moviendo más fuertemente a través del puente hacia Israel, entonces la luz de Dios se está moviendo a través del puente hacia las naciones antiguas.

Es así que la Guerra Santa se diseñó para minimizar la influencia del paganismo en Israel. Al final del libro de Josué hay una recapitulación fantástica, una vez más, de las promesas del pacto que se habían hecho.

Otra sucesión dinástica se realiza, en la que Josué reúne a todo el pueblo para renovar el pacto que Dios había hecho con sus padres una vez más, por ahora Josué es viejo y está a punto de morir. Y es en esa ocasión que él le dice al pueblo de Israel: “Escoged hoy a quién habéis de servir”. Si Dios es Dios, entonces servidle, y continúa diciendo: “pero yo y mi casa, serviremos al Señor.”

Y el libro termina en este contexto, donde todas las personas que se reúnen allí, que ahora poseen la Tierra Prometida, dicen ante Dios y sus testigos en presencia de Josué: “Serviremos al Señor”. Y juran y juran guardar las ordenanzas de Dios y los mandamientos de su pacto. Y Josué dice algo siniestro para ellos que presagia el resto de la historia del antiguo testamento.

Después que estas personas juraron públicamente que cumplirían la ley de Moisés y que cumplirían los términos del pacto, Josué les dijo: ‘No puedes cumplir este pacto porque Dios es santo.

No puedes hacer estas cosas porque Dios es santo”, alertándonos de este mensaje que llega a todas las páginas del antiguo testamento: que no importa cuánto logre la carne, no importa cuánto hagan estos seres humanos, nadie, ni Moisés, ni David, ni José, ni Abraham, ni nadie hace todas las cosas contenidas en la ley de Dios porque es santa.

Y de nuevo, preparándonos para la venida del Santo de Israel, quien es nuestro archegos, nuestro campeón, el capitán del Señor de los ejércitos, quien es el único que guarda las leyes del pacto.

R.C. Sproul es el fundador de Ligonier Ministries, el maestro principal de la programación de radio Renewing Your Mind, y el editor general de la Biblia de estudio Reformation

http://www.ligonier.es

1/5 – El corazón de humildad y simplicidad

Aviva Nuestros Corazones

Serie: Un Corazón de Quietud

1/5 – El corazón de humildad y simplicidad

Nancy Leigh DeMoss

https://www.avivanuestroscorazones.com/podcast/aviva-nuestros-corazones/el-corazon-de-humildad-y-simplicidad/

Leslie Basham: Antes que comience el programa de hoy de Aviva Nuestros Corazones, Nancy Leigh DeMoss te dirá acerca de un recurso que ha aquietado su corazón.

Nancy Leigh DeMoss: Si tu vida es parecida a la mía, te encontrarás necesitando dosis frescas, mega dosis, de la paz de Dios día tras día, semana tras semana.  En un día como hoy cuando paso varias horas en el estudio y luego me reúno con nuestro personal por un par de horas más, necesito la paz de Dios para ayudarme a enfocarme mientras otras decisiones, demandas, y plazos me están presionando.

Hoy vamos a ir a la Palabra de Dios para encontrar esa paz en una serie llamada, Un corazón en quietud.  Estoy tan agradecida de que la Palabra de Dios provee una dosis diaria de la paz de Dios que todas necesitamos.

Leslie: Estás escuchando  Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de Patricia de Saladín.

Calmado.  En paz.  ¿Describen estas palabras tu corazón?  Podrían hacerlo cuando escuches a Nancy describirlo en una serie que comenzaremos hoy.  Se titula, Un corazón en quietud.

Nancy: No hace mucho tiempo estábamos pasando por algunos cambios en nuestro ministerio, por algunas dificultades.  Estos cambios estaban trayendo algunos retos, y yo estaba sintiendo como que las aguas estaban un poco agitadas.

Durante ese tiempo llegó a mis manos un pequeño folleto llamado “Estrés”.  El subtítulo era “Paz en medio de la presión”.  Está escrito por un amigo, alguien que me había ministrado antes. Así que lo leí; este folleto acerca del estrés era un mensaje o una exposición acerca de un salmo que yo me había memorizado hacía años.  Es un salmo que he amado a través de los años.

Pero mientras mi atención regresaba a este salmo, el Salmo 131, (siéntanse libres de buscarlo en sus Biblias), mientras yo leía este pequeño folleto, no tenía manera de saber lo que en unos días los vientos iban a soplar, y que pronto estaríamos bajo un fuerte ventarrón.

¿No es así como a menudo pasa en nuestras vidas?  No sabemos lo que se avecina.  No sabemos cuando los vientos se van a levantar.  No sabemos cuando estos vientos van a llegar.

Si pudiéramos predecirlos, podríamos quitarnos del camino.  Pero a veces estas tormentas simplemente llegan y te toman de sorpresa.  Por eso tienes que vivir con un corazón preparado y con la confianza de que el Dios en ti es el Dios de las tormentas.

Estoy tan agradecida de haber leído ese pequeño folleto y que mi atención fuera dirigida de regreso a este pasaje, porque en las semanas siguientes este pasaje ha sido un salvavidas para mí, una y otra y otra vez.  El Salmo 131.

Le he estado diciendo a las personas en las últimas semanas, “Busca el Salmo 131.  Ve a tu casa y léelo.  Léelo en cada traducción que encuentres.  Escoge una versión que especialmente te guste y memorízatelo.Y luego comienza a citar ese salmo, y cítalo una y otra y otra y otra vez hasta que se haga parte de ti.”

Confío que en este tiempo, este salmo se convertirá en un fundamento en tu vida.  Puede que estés en una tormenta ahora mismo, y encontrarás que estoy lista para tirarte un salvavidas.

Voy a hacer referencia a un número diferente de traducciones a través de esta serie, pero permíteme citarte el pasaje primeramente en la versión Reina Valera, que es en la traducción en la que originalmente me memoricé este salmo.

El Salmo 131 – son solo tres versículos, y es una oración dirigida al Señor.  David dice,

“Jehová, no se ha envanecido mi corazón, ni mis ojos se enaltecieron; ni anduve en grandezas, ni en cosas demasiado sublimes para mí. En verdad que me he comportado y he acallado mi alma como un niño destetado de su madre; como un niño destetado está mi alma.  Espera, oh Israel, en Jehová, desde ahora y para siempre.”

Veo varias actitudes del corazón en este texto.  De hecho, estamos llamando esta serie Un corazón en quietud.  Pienso que es algo que necesitamos de manera muy especial en este mundo en que vivimos.

Si pudieras describir la mayoría de nuestras vidas como mujeres, no describirías a la mayoría de nosotras como teniendo un corazón en quietud. Tendemos a estar agobiadas, agotadas, frustradas, a estar frenéticas, desenfrenadas, frágiles y quizás algunos otros cuantos adjetivos agregados ahí que tú puedas pensar.

¿Pero un corazón callado, en quietud?  Quiero decir, ¡estamos tan ocupadas!  ¿Cómo podemos tener un corazón en quietud al paso que la mayoría de nosotras andamos? Y luego tenemos el dolor y el sufrimiento y los problemas y estas cosas que revuelven nuestro interior.  Así que este pasaje nos dirige a algunas cualidades que necesitan ser verdaderas si vamos a tener un corazón en quietud al responder a la vida en este planeta caído.

La traducción que estoy usando, titula este salmo: “Humilde confianza en Dios.”  Este salmo nos regresa a esa confianza simple en el Señor.  Así que vamos a ver en los primeros versículos la actitud de un corazón humilde.

También veremos en el primer versículo la actitud de un corazón sencillo.  Luego veremos cómo la humildad y la sencillez llevan al silencio, y eso será el enfoque del versículo 2.

El enfoque del versículo 3 es la confianza.  Confía en el Señor—ese es el fundamento. Tendemos a pensar en medio de las tormentas y de los problemas de la vida, “está bien, yo sé que necesito confiar en el Señor, pero necesito otra cosa.  Necesito algo más.  Eso no es suficiente.”

Quiero decirles a ustedes, amigas:  es suficiente porque Él es suficiente.  No hay tormenta que puedas atravesar para la cual la respuesta para ti no sea, “Confía en el Señor”.

Ahora, las Escrituras tienen muchas otras cosas que decir, muchas otras cosas que necesitamos comprender, principios que necesitamos aplicar y obedecer.  Pero, a fin de cuentas, ¿confías que Dios es Dios?  ¿Confías que Dios determinará cuándo levantar la tormenta?  ¿Confías que Dios va a decidir cuándo calmar la tempestad?  ¿Confías en el Señor?

Comenzaremos hoy en este pasaje, y luego seguiremos con el resto durante los próximos días.  Vemos la primera cualidad de humildad comenzando en el versículo 1: “Jehová, no se ha envanecido mi corazón, ni mis ojos se enaltecieron”.  Este salmo, esta oración, está dirigida al Señor.

Sería una cosa que yo te dijera, “yo no me he envanecido.  Soy humilde.  Mis ojos no se han enaltecido.  Mis ojos no están elevados”.  Pero tú no conoces mi corazón.  Te puedo decir que no soy orgullosa, que estoy confiando en el Señor, que estoy caminando con Él; pero tú no tienes manera de saberlo.  David se está dirigiendo a Aquél que conoce mi corazón.

Señor, tú lo conoces todo.  Tú lo ves todo.  Tú conoces la condición verdadera de mi corazón, y estoy dirigiendo esta oración a Ti.  A Ti no te puedo engañar.  No puedo taparte los ojos.

David le dice al Señor en este abierto y transparente derramamiento de su corazón, “Señor, como Tú ya sabes—y si no lo estoy viendo correctamente, yo sé que Tú me enseñarás —Señor, mi corazón no se ha envanecido ni mis ojos se han enaltecido”.

Yo veo aquí una humildad que va en dos direcciones: Primero, un corazón que es humilde hacia Dios, y luego un corazón que es humilde hacia los demás.  David le dice a Dios, “mi corazón no se ha envanecido.”  Esa es mi actitud de corazón hacia Dios.  Esa palabra envanecer quiere decir “elevarse, ser orgulloso; levantarse; elevarse a grandes alturas.”

David está diciendo:

Dios, yo sé quien soy comparado contigo, y yo sé que no soy nada comparado a Ti.

No me estimo por encima de lo que debo. Tengo una estimación apropiada de mi valor e importancia.

No estoy ensimismado.

No soy fácilmente ofendido.

No me deprimo cuando me pasan por encima o me maltratan.

No me exalto cuando otros me dan una palmada o me aprueban.

Mi felicidad, mi bienestar, no depende de la opinión de los demás.

Mi corazón no se ha envanecido hacia Ti.

No me agobio con ambición egoísta o con egoísmo.

“Señor, tengo un corazón humilde hacia Ti.”

Y luego “ni mis ojos se enaltecieron”.  Yo pienso que eso tiene que ver con la manera en que vemos a los demás.  ¿Tú conoces el pasaje de Proverbios capítulo 6 el versículo 17 donde habla de seis, y aun siete cosas que el Señor aborrece?  Una de esas cosas son los ojos altivos.  Es la misma frase usada aquí como “ojos enaltecidos”.Una mirada altiva —ojos enaltecidos— son  una abominación al Señor.

El salmista está diciendo aquí, “yo no menosprecio a los demás”.  ¿En qué maneras hacemos eso?

Mostrando desprecio.

Pasando juicio.

Envidiando.

Cultivando amargura.

Manifestando ira.

Teniendo un espíritu competitivo.

Siendo dominante.

Siendo rápida para encontrar faltas y señalar los errores de tu pareja o de tus hijos o de tu pastor.

“Mis ojos no se han enaltecido.”  ¿Eres rápida para asumir negativamente de los demás? Esos son ojos enaltecidos.

Me encanta esta cita de Charles Spurgeon que encontré mientras estaba estudiando este pasaje.  Él dice,

“Después de todo, hermanos y hermanas, ¡somos unos don nadie y venimos de una larga línea de don nadies!…Todos trazamos nuestra ascendencia a un jardinero que perdió su lugar al robar la fruta de su Amo— y eso es a lo más lejos que posiblemente pudiéramos llegar.”

Así que, ¿de qué tenemos que estar orgullosas?  ¡Mira de donde hemos venido!  Mira lo que somos comparadas a Dios.  No somos nada.  Así que, el nosotras estimarnos mejor que los demás es algo muy tonto.  Nunca tendrás un corazón en quietud si no tienes un corazón humilde.  Necesitamos que nuestro orgullo, que nos viene muy natural a todas nosotras, sea sometido y conquistado por  Cristo.

Pero un espíritu humilde es también la base para un espíritu pacifico.  Si tu corazón es humilde, entonces podrás estar callada y sosegada por dentro, aun como lo estaba el salmista.  Puedes tener un espíritu en paz. No serás tan fácilmente perturbada.

Pero si tu corazón es orgulloso hacia Dios o tus ojos se enaltecen hacia los demás, si tienes una opinión exaltada y elevada de ti misma, entonces vas a ser devastada por las tormentas.  Vas a vivir con agitación dentro de ti.

Vas a ser herida cuando alguien viole tus derechos o cuando no te traten como debe ser.  Cuando alguien se meta en tu espacio, no vas a tener un corazón callado, en quietud.  Vas a correr a defenderte o vas a correr a tomar represalia porque tu corazón es orgulloso y tus ojos están enaltecidos.

Así que David comienza diciendo, “Señor, me estoy acercando a Ti desde una posición de humildad.  Mi corazón no se ha envanecido.  Ni mis ojos se han enaltecido: ni he andado en grandezas, o en cosas demasiado sublimes para mí.”

Esta es una frase que se ha convertido en un lema para mí.  Me encuentro en tantas situaciones de la vida ahora donde solo puedo dar un paso hacia atrás y decir, “Esto es demasiado alto para mí.  Esto es muy grande para mi, así que no voy a dejar que mi corazón se atribule sobre esta cosa que es demasiado alta para mí”.

Hay muchas cosas así.  Queremos ser capaces de manejarlo todo.  Queremos ser capaces de controlarlo todo.  Queremos ser capaces de resolverlo todo.  Queremos saber por qué ocurre lo que ocurre. Queremos ser capaces de unir todas las piezas del rompecabezas.  Pero porque Dios es Dios y nosotros no, hay “miles y miles” de piezas del rompecabezas que tú y yo nunca seremos capaces de unir de este lado del cielo.

Estamos hablando en este salmo acerca de cómo tener un corazón callado, y una de las cosas que necesitas, como dijimos, es tener un corazón  humilde.  Pero ahora vemos que algo que necesitas es un corazón de simplicidad, un corazón simple que dice, “está bien si no puedo entenderlo todo. No tengo que conocerlo todo. No tengo que entenderlo todo.  No tengo que averiguarlo todo”.

“Ni anduve en grandezas, ni en cosas demasiado sublimes para mí.”  He callado mi corazón.  No me atribulo.  No “ando”, la versión Reina Valera dice ahí, “en grandezas, o en cosas sublimes para mí”.

Mientras trabajaba en este pasaje, estaba teniendo algunos problemas con mi  computadora portátil y con mi módem, y decidí que quizás este versículo se aplicaba a esto, porque esas cosas son muy altas para mí.  Son demasiado sublimes para que yo las resuelva.  Pienso que esa es un área en que puedo aplicar esto, pero hay muchas otras áreas también.

Esta frase “cosas demasiado sublimes para mí,” “cosas muy altas para mí”— es una palabra que significa “cosas que son extraordinarias; cosas que son milagrosas o asombrosas; cosas que van más allá de los límites o el entendimiento humano; maravillas inaccesibles; cosas que son imposibles de descifrar”.

David dice, “No voy a gastar energía innecesaria tratando de resolver las cosas que no pueden ser resueltas”.  ¿Te acuerdas del pasaje de Proverbios capítulo 30 donde el escritor dice, “tres cosas que son incomprensibles para mi”— demasiado maravillosas para mí?  Es la misma palabra.

Y una cuarta [cosa] que no entiendo: el camino del águila en el cielo, el camino de la serpiente sobre la roca, el camino del barco en medio del mar, y el camino del hombre en la doncella (versículos 18-19).

Hay cosas que son simplemente misterios.  No las puedo descifrar.  No puedo sondearlas. A veces gastamos mucha energía, tiempo y frustración innecesaria, emocional y mental tratando de sondear las profundidades de algo que nunca podremos entender.

Quizás sea en la manera de tratar de tener ambición personal, tratar de ocuparnos con cosas muy altas para nosotros.  Jeremías en el Antiguo Testamento le dice a Baruc, “¿Estás buscando grandes cosas para ti?  No las busques”.

No trates de elevarte.

No trates de exaltarte a ti misma.

No te afanes.

No seas ambiciosa por una posición grande o por preeminencia, por grandes logros.

“Si tan solo pudiera hacer algo realmente de valor para el Señor.  Si solamente  pudiera realmente tener riquezas o posesiones.  Si tan solo pudiera tener mucha aprobación y reconocimiento humano”.

Esas son cosas que son más altas que lo que debemos estar aferrándonos.  Charles Spurgeon, y lo cito de nuevo, dijo,

Llena tu esfera, hermano, y  conténtate con ella.  Si Dios te mueve a otra, alégrate de ser movido.  Si Él te mueve a un lugar más pequeño, está dispuesto tanto a ir a un lugar menos prominente como a uno que es más.  Rinde tu voluntad a Él.  Sé un niño destetado que ha renunciado a quejarse, a llorar, a preocuparse y deja que su mamá haga lo que parece bueno ante sus ojos. Cuando hemos sido totalmente destetados está bien con nosotros — el orgullo se va y la ambición también se va.

Así que tú dices, “Esta compañía simplemente no me valora como debiera.  No tengo lugar en este organigrama.  Hay un techo de cristal aquí, y no me están dejando lograr lo que yo pudiera en esta organización.”  Quizás te sientas de esa manera en tu hogar.  “Simplemente no se me permite usar mis dones”.

¿Estás buscando grandes cosas para ti?  Nunca tendrás un corazón en quietud, callado, mientras lo estés haciendo.No las busques.  Deja que Dios sea Dios.  Deja que Dios te ponga donde Él quiere usarte y te tenga sirviendo en una manera que es agradable para Él y haciendo lo que sería Su voluntad para tu vida.

Esta es otra área donde tendemos a tratar de descifrar las cosas que no pueden ser descifradas, y hablo en relación a las verdades espirituales y teológicas.  No tienes que entender todas las profundidades de Dios, o entender todo acerca del pensamiento postmoderno y la filosofía para poder tener un ministerio efectivo o para ser una sierva efectiva del Señor en este día.

De nuevo, permíteme citar a Charles Spurgeon, que tiene una habilidad con palabras e imágenes de palabras.  Él dice que es como un niño pequeño que,

“Espera entender un libro acerca de trigonometría y llora porque no puede, o un niño que se impacienta y patea en los brazos de su nodriza porque no puede tener el [Océano] Atlántico en el hueco de su mano…. ¡Sin embargo, más fácilmente pudiera un niño sostener el Atlántico y el Pacífico en sus dos manos, sin que se derrame una gota, que tú y yo seamos capaces de sostener toda la Verdad de Dios revelada en el interior de nuestras mentes estrechas!”

La verdad de Dios es infinita. Nuestras mentes son débiles, son cosas pequeñitas fabulosamente hechas por Dios.  Pero no podemos comenzar a comprender la inmensidad de la verdad de Dios, del pensamiento teológico, de las Escrituras.  Por eso es que tú sigues buscando.  Sigues explorando, sigues escudriñando, pero también te estás dando cuenta de que, “Nunca podrás entenderlo todo”.

Y luego en el área donde a veces pienso que somos más propensas a ocuparnos en asuntos grandes o en cosas muy altas para nosotros tiene que ver con la providencia y las opciones de Dios para nuestras vidas.  “Está bien,” decimos, “No puedo entender todo acerca de la teología, pero es lo que está pasando en este momento de mi vida que no tiene sentido.  Tengo que entenderlo”.

Te diré algo.  Si sientes que tienes que entender y hacer sentido de todo lo que está pasando en tu vida, te volverás loca tratando.  No puedes comprender la providencia y las opciones de Dios para tu vida.

No hace mucho una mujer nos escribió.  Y ella dijo,

Soy viuda desde hace casi un año.  Mi esposo de 45 años de edad murió de repente, dejándome con nuestros 10 hijos, de edades de 3-22 años.  Ha sido realmente una prueba y una lucha para mi fe.  No entiendo la voluntad de Dios al llevarse a mi esposo. Éramos muy fieles en la iglesia. Estábamos muy involucrados. No tiene sentido para mí.

Estoy segura que es cierto.  Y hay cosas que no tienen sentido para ti.  ¿Por qué se llevo el Señor a mi papá cuando tenía 53 años de edad, de repente de un ataque al corazón, dejando a mi mamá de 40 años de edad viuda con siete hijos de edades entre 8-21 años?  No tiene sentido.  ¿Pero sabes qué?  No tiene que tener sentido para mí.

Tienes que llegar a un lugar en tu vida donde estás contenta con vivir con misterio.  Ahora, eso no quiere decir que no le preguntes a Dios cuáles son Sus propósitos, que no le pidas a Dios luz y entendimiento.  Y si Dios te lo muestra, ¡Amén, genial!

Pero quizás no te lo muestre.  Quizás nunca verás ni entenderás todos los propósitos. Nunca verás ni entenderás todos los propósitos que Dios tiene al hacer lo que Él hace en tu vida.

Spurgeon, de nuevo, dijo,

“[Es] tonto tratar de saber todas las razones de la Providencia Divina — ¿Por qué fue mandada esta aflicción y por qué aquello?… Cuando empezamos a preguntar, “¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?” ¡Qué tarea interminable tenemos para nosotros!  Si nos convertimos en un niño destetado no preguntaremos, “¿Por qué?” sino solo creeremos que en las dispensaciones de nuestro Padre celestial hay una sabiduría demasiado profunda para ser comprendida.

Eso es lo que las Escrituras dicen en Deuteronomio 29:29.  “Las cosas secretas pertenecen al Señor.”  Deja que Él las tenga.  Deja que haya algunas cosas que Dios sepa y tú no.

Ese pequeño folleto que leí acerca del Salmo 131 decía, “Mucho ruido en nuestras almas es generado por nuestros intentos de controlar lo incontrolable”.  ¿No es eso cierto?  Tratamos de manejar algo.  Tratamos de arreglar a alguien.  Tratamos de cambiar a alguien.  Tratamos de controlar a alguien.  Y terminamos con este ruido en nuestra alma; no tenemos un corazón callado, quieto, sino por el contrario uno agitado y atormentado.

Cuando llegamos a este punto, regresamos al Salmo 46 los versículos 10-11 donde dice.

“Estad quietos [deja de esforzarte], y sabed que yo soy Dios;  exaltado seré entre las naciones, exaltado seré en la tierra.  El Señor de los ejércitos está con nosotros; nuestro baluarte es el Dios de Jacob”.

Escucha, si Dios está contigo, si Él te rodea, si es Él es tu fortaleza, si tienes Su presencia en tu vida, no tienes que entenderlo todo.  Puedes estar quieta.  Puedes tener un corazón en quietud. No tienes que vivir en agitación porque Él es Dios.  Él está contigo, Él es tu fortaleza.

Leslie: Nancy Leigh DeMoss te ha estado invitando a que sueltes cosas que no puedes controlar y que confíes en el Señor.  Ese mensaje inicia una serie llamada, Un corazón en quietud.

¿Te gustaría hacer un aporte a nuestro ministerio?  Puedes hacerlo en el internet visitando  www.AvivaNuestrosCorazones.com o llamando al 1-800-569-5959, desde EEUU  o Canadá.

¿Será posible tener un corazón callado aun cuando estés en medio de una tormenta?

Nancy: Tendemos a querer que alguien venga a nosotros y arregle las cosas, las resuelva o que nos anime. Nos pueden guiar al Señor, pero al final, tenemos que decirle a nuestra propia alma, “Alma, cállate.  Estate quieta.  Espera en el Señor”.  Esta tranquilidad es algo que toma lugar dentro de nuestros corazones.

Tendemos a pensar, “Si las cosas externas a mí, las circunstancias externas en mi vida cambiarán… si solo mi esposo … lo que sea… o si mi trabajo fuera esto, o si mi jefe fuera aquello, o si tan solo pasara esto, entonces no sentiría tanta agitación dentro de mi”.  Pero, ¿sabes qué?  La tormenta realmente está dentro de nuestros corazones.

“En verdad que me he comportado y he acallado mi alma”.  Es un cambio que tiene que pasar dentro de mí.  He aprendido que puedes cambiar todo tipo de circunstancias en la vida, pero tu corazón todavía estar  agitado. Y puedes tener todo tipo de tumulto pasando alrededor tuyo, y todavía poder tener un corazón callado porque la paz tiene que ver con lo que ocurre dentro de tu corazón.

Leslie: Mañana, Nancy explicará cómo mantener ese tipo de actitud maravillosa.  Por favor regresa a Aviva Nuestros Corazones.

Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

Todas las Escrituras son tomadas de La Biblia de las Américas a menos que se indique lo contrario.

Usado con permiso del Ministerio Aviva Nuestros Corazones 

Tomado de: Aviva Nuestros Corazones

Todos los Derechos Reservados

Disponible sobre el Internet en: http://www.avivanuestroscorazones.com

 

Los deberes de la Novia

Isha – Salmos

DÍA 79 – Salmo 45

Dosis: Consagración

Los deberes de la Novia

“Escucha hija, fíjate bien, y presta atención. Olvídate de tu pueblo y de tu familia. El rey está cautivado por tu hermosura; él tu Señor, inclínate ante él”. (45:10–11)

Recuerdo el día de mi boda hace veinticinco años, era muy consciente del paso que estaba dando. Me preparé para mi esposo no sólo físicamente, sino emocional y espiritualmente. Estaba dispuesta a hacerlo feliz, a consagrarle mi vida, a serle fiel hasta la muerte. Sabía que habría demandas y renuncias que hacer y estaba dispuesta a todo. ¿Estás dispuesta a cumplir las demandas que implica ser fiel a Jesús?

En este precioso Salmo, así como el rey recibe alabanzas, la reina recibe advertencias. Se le dice lo que se espera de ella y debe ser tenido en cuenta. Cristo recibe las alabanzas y la iglesia recibe las advertencias, nosotras ocupamos el lugar de la reina, lo que se pide de ella, se pide de nosotras.

Una de las cosas que se le pide es que renuncie a los lazos que tiene con la casa de su padre, en el contexto pagano, simbolizaba renunciar a las prácticas idolátricas y pecaminosas de quienes no conocen al Dios verdadero. En Génesis se habla al hombre que deje a su padre y a su madre para unirse a su mujer, aquí leemos que la mujer deje a su padre y a su madre para unirse a su marido. Cuando nos convertimos a Jesús, debemos darle prioridad y honor en nuestra vida. Dejar atrás aquellas cosas que impiden nuestro crecimiento espiritual. ¿A qué has renunciado para seguir a Jesús?

En segundo lugar, su responsabilidad será honrar al rey: “E inclínate a Él porque él es tu Señor”. Hay muchas formas de honrar a una persona. Esta princesa debía reverenciarle, amarle, honrarle y obedecerle, como a su Señor. Nosotras debemos postrarnos en adoración a Cristo, por ser nuestro Dios y nuestro Señor. Pero la forma más práctica y evidente de honrarle es obedecerle y serle fiel. ¿Cómo honras a Jesús? ¿Cómo le das reverencia?

Como el sentido parabólico de este salmo es el amor entre Dios y su pueblo, entre Dios y nosotras, debemos valorar el lugar de honor que Dios nos da como su iglesia redimida. Jesús embellece a su novia y se deleita en su esplendor. Cualquier renuncia que hagamos en esta vida por mantener la comunión con nuestro amado Salvador, cualquier demanda parecerá pequeña e insignificante frente al premio que tenemos por delante: morar con Él eternamente. Como una novia ataviada para el día de su boda ¡conságrate a Él!

Oración: Señor, enséñame a amarte, a serte fiel, a obedecerte y honrarte con todo mi corazón. Amén.

De Vergara, P. A., de Vera, A. D., & Harris, K. O. (2012). Isha-Salmos: Una dosis diaria de fe para ti. (P. A. de Vergara, Ed.) (Primera Edición, p. 94). Lima, Perú: Ediciones Verbo Vivo.

Un buen barómetro

Lunes 18 Noviembre

El día del Señor vendrá así como ladrón en la noche… Vendrá sobre ellos destrucción repentina.

1 Tesalonicenses 5:2-3

En ti, oh Señor, me he refugiado… Tú eres mi roca y mi fortaleza.

Salmo 71:1, 3

Un buen barómetro

http://labuenasemilla.net/20191118

Un habitante de la costa de Florida había pedido por correo un barómetro. Pero cuando lo recibió, su decepción fue grande: la aguja señalaba obstinadamente la posición «tormenta». Sacudió enérgicamente el barómetro, golpeó ligeramente el vidrio, ¡pero nada cambió!

Enfurecido, escribió inmediatamente una carta de queja al proveedor, la envió por correo y se fue a un viaje de negocios. A su regreso encontró una sorpresa: no había barómetro, ni casa… ¡Un ciclón había pasado por allí! Lejos de fallar, el barómetro decía la verdad, y nuestro hombre tendría que haber tomado la advertencia muy en serio…

En lo concerniente al futuro del mundo, ¿sabe usted que Dios nos ha dejado un barómetro seguro, la Biblia? De origen divino, ella tiene una alta precisión, no se descontrola, y sus indicaciones son fiables. El Apocalipsis, último libro de la Biblia, nos advierte sobre una terrible tormenta que amenaza a los habitantes del mundo. En efecto, los hombres han dejado de lado a Dios, viven sin preocuparse por su Creador y menosprecian al Salvador que él les ha dado. Con una inmensa paciencia, Dios advierte a los hombres, a quienes ama. Pero esta paciencia terminará, y la terrible tormenta anunciada en este libro vendrá sobre “los que moran sobre la tierra” (Apocalipsis 3:10).

¿Descuidará usted las advertencias del barómetro divino? Tómelo muy en serio y, sin tardar, refúgiese junto a Jesús el Salvador. El que cree en Jesús está a salvo, libre del juicio.

Job 21 – Hebreos 9:1-14 – Salmo 127 – Proverbios 28:1-2

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