Un Redentor

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Aviva Nuestros Corazones

Serie:  Rut: El poder transformador del amor redentor 

Un Redentor

Annamarie Sauter: ¿Realmente conoces el amor redentor y el poder de Dios?

Nancy DeMoss Wolgemuth: Dios tiene una manera increíble de tomar las piezas dañadas y que no sabemos cómo encajan, las piezas que nos desconciertan de nuestras historias, y construir algo que es muy hermoso y precioso, y que en última instancia trae gran gloria a Jesús, nuestro Redentor.

Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy DeMoss Wolgemuth, en la voz de Patricia de Saladín.

¿Qué crees que es lo que hace que una gran historia sea cautivadora? ¿El amor? ¿Las aventuras? ¿La incertidumbre? ¿Un final feliz?… En la Biblia tenemos una historia en la que vemos todo esto y mucho más. 

Nancy: Hoy en Aviva Nuestros Corazones daremos inicio a un viaje de varias semanas a través de uno de mis libros favoritos de toda la Biblia, el libro de Rut. Sé que quizás muchas de nosotras ya hemos escuchado enseñanzas acerca de este libro y nos resulta familiar, pero creo que la riqueza que encontramos es tanta…y espero que esta serie te muestre que aún hay mucho más que podemos extraer de esta impresionante historia de redención. 

Creo que cada mujer en las diferentes etapas de su vida, encontrará aplicaciones específicas para ella.

Y al comenzar esta serie, este viaje, pienso que es significativo que escuchemos algunos capítulos del libro de Rut. Te animo a que, si puedes hacerlo, ahora mismo busques tu Biblia y me acompañes. Creo que hay algo muy poderoso en escuchar y leer las Escrituras. Así que, iniciemos a partir del capítulo 2.

Capítulo dos

«Noemí tenía un parientede su marido, un hombre de mucha riqueza, de la familia de Elimelec, el cual se llamaba Booz. Y Rut la moabita dijo a Noemí: “Te ruego que me dejes ir al campo a recoger espigas en pos de aquel a cuyos ojos halle gracia”. Ella le respondió: “Ve, hija mía”. Partió, pues, y espigó en el campo en pos de los segadores; y fue a la parte del campo que pertenecía a Booz, que era de la familia de Elimelec. En ese momento vino Booz de Belén, y dijo a los segadores: “El Señor sea con ustedes”. “Que el Señor te bendiga”, le respondieron ellos. Entonces Booz dijo a su siervo que estaba a cargo de los segadores: “¿De quién es esta joven?” Y el siervo a cargo de los segadores respondió: “Es la joven moabita que volvió con Noemí de la tierra de Moab. Y ella me dijo: ‘Te ruego que me dejes espigar y recoger tras los segadores entre las gavillas’. Y vino y ha permanecido desde la mañana hasta ahora; solo se ha sentado en la casa por un momento”.

Entonces Booz dijo a Rut: “Oye, hija mía. No vayas a espigar a otro campo; tampoco pases de aquí, sino quédate con mis criadas. Fíjate en el campo donde ellas siegan y síguelas, pues he ordenado a los siervos que no te molesten. Cuando tengas sed, ve a las vasijas y bebe del agua que sacan los siervos”. Ella bajó su rostro, se postró en tierra y le dijo: “¿Por qué he hallado gracia ante sus ojos para que se fije en mí, siendo yo extranjera?” Booz le respondió: “Todo lo que has hecho por tu suegra después de la muerte de tu esposo me ha sido informado en detalle, y cómo dejaste a tu padre, a tu madre y tu tierra natal, y viniste a un pueblo que antes no conocías. Que el Señor recompense tu obra y que tu pago sea completo de parte del Señor, Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte”.Entonces ella dijo: “Señor mío, he hallado gracia ante sus ojos, porque me ha consolado y en verdad ha hablado con bondad a su sierva, aunque yo no soy ni como una de sus criadas”.

A la hora de comer, Booz le dijo a Rut: “Ven acápara que comas del pan y mojes tu pedazo de pan en el vinagre”. Así pues ella se sentó junto a los segadores. Booz le sirvió grano tostado, y ella comió hasta saciarse y aún le sobró. Cuando ella se levantó para espigar, Booz ordenó a sus siervos y les dijo: “Déjenla espigar aun entre las gavillas y no la avergüencen. También sacarán a propósito para ella un poco de grano de los manojos y lo dejarán para que ella lo recoja. No la reprendan”.

Rut espigó en el campo hasta el anochecer, y desgranó lo que había espigado, y fue como 22 litros de cebada. Ella lo tomó y fue a la ciudad, y su suegra vio lo que había recogido. Rut sacó también lo que le había sobrado después de haberse saciado y se lo dio a Noemí. Entonces su suegra le dijo: “¿Dónde espigaste y dónde trabajaste hoy? Bendito sea aquel que se fijó en ti”. Y ella informó a su suegra con quién había trabajado, y dijo: “El hombre con quien trabajé hoy se llama Booz”.Noemí dijo a su nuera: “Sea él bendito del Señor, porque no ha rehusado su bondad ni a los vivos ni a los muertos”. Le dijo también Noemí: “El hombre es nuestro pariente; es uno de nuestros parientes más cercanos”.Entonces Rut la moabita dijo: “Además, él me dijo: ‘Debes estar cerca de mis siervos hasta que hayan terminado toda mi cosecha’”.Noemí dijo a Rut su nuera: “Es bueno, hija mía, que salgas con sus criadas, no sea que en otro campo te maltraten”. Y Rut se quedó cerca de las criadas de Booz espigando hasta que se acabó la cosecha de cebada y de trigo. Y ella vivía con su suegra».

Capítulo tres

«Después su suegra Noemí le dijo: “Hija mía, ¿no he de buscar seguridad para ti, para que te vaya bien? Ahora pues, ¿no es Booz nuestro pariente, con cuyas criadas estabas? Mira, él va a aventar cebada en la era esta noche.Lávate, pues, perfúmate y ponte tu mejor vestido y baja a la era; pero no te des a conocer al hombre hasta que haya acabado de comer y beber. Y sucederá que cuando él se acueste, notarásel lugar donde se acuesta; irás, descubrirás sus pies y te acostarás; entonces él te dirá lo que debes hacer”. Ella respondió: “Todo lo que me dices, haré”.

Descendió, pues, Rut a la era e hizo todo lo que su suegra le había mandado. Cuando Booz hubo comido y bebido, y su corazón estaba contento, fue a acostarse al piedel montón de grano; y ella vino calladamente, le destapó los pies y se acostó. A medianoche Booz se sorprendió, y al voltearse notó que una mujer estaba acostada a sus pies. Booz le preguntó: “¿Quién eres?” Y ella respondió: “Soy Rut, su sierva. Extienda, pues, su manto sobre su sierva, por cuanto es pariente cercano”. Entonces él dijo: “Bendita seas del Señor, hija mía. Has hecho tu última bondad mejor que la primera, al no ir en pos de los jóvenes, ya sean pobres o ricos. Ahora, hija mía, no temas. Haré por ti todo lo que me pidas, pues todo mi pueblo en la ciudadsabe que eres una mujer virtuosa. Ahora bien, es verdad que soy pariente cercano, pero hay un pariente más cercano que yo. Quédate esta noche, y cuando venga la mañana, si él quiere redimirte, bien, que te redima. Pero si no quiere redimirte, entonces, como que el Señor vive, yo te redimiré. Acuéstate hasta la mañana”.

Ella se acostó a sus pies hasta la mañana, y se levantó antes que una persona pudiera reconocer a otra; y él dijo: “Que no se sepa que ha venido mujer a la era”.Luego Booz le dijo: “Dame el manto que tienes puesto y sujétalo”. Y ella lo sujetó, y él midió seis porciones de cebada y se las puso encima. Entonces ella entró en la ciudad. Cuando llegó a donde estaba su suegra, esta le preguntó: “¿Cómo te fue, hija mía?” Y Rut le contó todo lo que Booz había hecho por ella. Y añadió: “Me dio estas seis porciones de cebada, pues dijo: ‘No vayas a tu suegra con las manos vacías’”. Entonces Noemí dijo: “Espera, hija mía, hasta que sepas cómo se resolverá el asunto; porque este hombre no descansará hasta que lo haya arregladohoy mismo”».

Capítulo 4

«Booz subió a la puerta y allí se sentó, y cuando el pariente más cercanode quien Booz había hablado iba pasando, le dijo: “Oye, amigo, ven acá y siéntate”. Y él vino y se sentó. Y Booz tomó diez hombres de los ancianos de la ciudad, y les dijo: “Siéntense aquí”. Y ellos se sentaron. Entonces dijo al pariente más cercano: “Noemí, que volvió de la tierra de Moab, tiene que vender la parte de la tierra que pertenecía a nuestro hermano Elimelec. Y pensé informarte, diciéndote: ‘Cómprala en presencia de los que están aquí sentados, y en presencia de los ancianos de mi pueblo. Si la vas a redimir, redímela; y si no, dímelo para que yo lo sepa; porque no hay otro aparte de ti que la redima, y yo después de ti’”. Él dijo: “La redimiré”. Entonces Booz dijo: “El día que compres el campo de manos de Noemí, también debes adquirir a Rut la moabita, viuda del difunto, a fin de conservar el nombre del difunto en su heredad”. Y el pariente más cercano respondió: “No puedo redimirla para mí mismo, no sea que perjudique mi heredad. Redímela para ti; usa tú mi derecho de redención, pues yo no puedo redimirla”.

la costumbre en tiempos pasados en Israel tocante a la redención y el intercambio de tierras para confirmar cualquier asunto era esta: uno se quitaba la sandalia y se la daba al otro; y esta era la manera de confirmar tratos en Israel. El pariente más cercano dijo a Booz: “Cómprala para ti”. Y se quitó la sandalia. Entonces Booz dijo a los ancianos y a todo el pueblo: “Ustedes son testigos hoy que he comprado de la mano de Noemí todo lo que pertenecía a Elimelec y todo lo que pertenecía a Quelión y a Mahlón. Además, he adquirido a Rut la moabita, la viuda de Mahlón, para que sea mi mujer a fin de preservar el nombre del difunto en su heredad, para que el nombre del difunto no sea cortado de entre sus hermanos, ni del atrio de su lugar de nacimiento; ustedes son testigos hoy”. Y todo el pueblo que estaba en el atrio, y los ancianos, dijeron: “Somos testigos. Haga el Señor a la mujer que entra en tu casa como a Raquel y a Lea, las cuales edificaron la casa de Israel; y que tú adquieras riquezas en Efrata y seas célebre en Belén. Además, sea tu casa como la casa de Fares, el que Tamar dio a luz a Judá, por medio de la descendenciaque el Señor te dará de esta joven”.

Booz tomó a Rut y ella fue su mujer, y se llegó a ella. Y el Señor hizo que concibiera, y ella dio a luz un hijo. Entonces las mujeres dijeron a Noemí: “Bendito sea el Señor que no te ha dejado hoy sin redentor; que su nombre sea célebre en Israel. Que el niño también sea para ti restaurador de tu vida y sustentador de tu vejez; porque tu nuera, que te ama y que es de más valor para ti que siete hijos, lo ha dado a luz”. Entonces Noemí tomó al niño, lo puso en su regazoy se encargó de criarlo. Las mujeres vecinas le dieron un nombre y dijeron: “Le ha nacido un hijo a Noemí”. Y lo llamaron Obed. Él es el padre de Isaí, padre de David.

Estas son las generaciones de Fares: 

Fares fue el padre de Hezrón, Hezrón el padre de Ram, Ram el padre de Aminadab, Aminadab el padre de Naasón, Naasón el padre de Salmón, Salmón el padre de Booz, Booz el padre de Obed, Obed el padre de Isaí e Isaí fue el padre de David».

Nancy: Qué emocionante es esta historia, y qué bendición es escuchar juntas la Palabra de Dios. Entonces, estamos a punto de descubrir cuánto significado, rico y práctico tiene esta historia para nosotras.

Parece que en todos los lugares donde miro en estos días, escucho una historia. Hablo con muchas mujeres diferentes, escucho de ellas a través de notas, correos electrónicos, diferentes tipos de correspondencia y llamadas. En todos lados escucho algunas historias estremecedoras de lo que atraviesan las mujeres en su propio peregrinaje.

Conozco algunas de ustedes y conozco algunas de sus historias. Sé que algunas han tenido problemas reales, dolorosos y difíciles. Me encontré con una mujer la semana pasada, no la conocía. Ella me dijo quién era y luego le pregunté: «¿Qué hace tu esposo, a que se dedica?» Pensando que esta era tan solo una simple pregunta para conocerla.

Ella comenzó a contarme una larga y desgarradora historia de la infidelidad de su esposo, que finalmente lo llevó a la muerte de una manera espantosa, y también a problemas dolorosos y complicados con sus hijos, que eran pequeños en ese momento pero que ahora son adultos. Toda una historia de múltiples generaciones de abuso sexual, inmoralidad y divorcio.

Escuchas ese tipo historias y a veces te sientes tentada a pensar: No hay esperanza es demasiado complejo. ¿Cómo puede todo esto alguna vez convertirse en algo bello o en algo bueno?

En ocasiones puedes sentirte tentada a pensar que tu situación, algo en tu familia, algo cercano a tu vida o algo por lo que estás atravesando puede ser demasiado complicado, demasiado dañado…tal vez como si ni siquiera hubiera esperanza. ¿Dónde está Dios cuando necesitas Su ayuda?

Este mes, en esta serie veremos una historia de dos mujeres que según sus circunstancias y su trasfondo, podrían haber tenido vidas sumamente disfuncionales.

Sin embargo, es una historia que me da mucha esperanza porque vemos cómo Dios transformó una situación sin esperanza en gozo, cómo sacó belleza de las cenizas; y todo tiene que ver con el hecho de que Dios, en efecto, tiene un plan soberano.

En medio de las situaciones más desesperadas de la vida, Dios está cumpliendo sus propósitos. Vamos a encontrar en esta historia un redentor, Cristo Jesús, quien hace toda la diferencia en cómo termina nuestra historia.

Estamos hablando del libro de Rut, la historia de Rut y su suegra, Noemí. Algunas de ustedes saben que Rut es uno de los dos libros de la Biblia que lleva el nombre de una mujer. (El otro libro es Ester).

Ester era una mujer judía que se casó con un rey gentil pagano. Rut era una mujer gentil que se casó con un judío adinerado. Ambas mujeres son ejemplos increíbles de fe y obediencia. Dios usó a ambas mujeres de una manera significativa.

Quizás sabes que Ester fue usada para salvar a la nación judía de la destrucción. Rut fue parte del plan de Dios para traer al Mesías, el Salvador, al mundo. Ella se convirtió en uno de los ancestros del Mesías.

Quiero animarte durante estos próximos días a que leas el libro de Rut y no te conformes con solo escucharme contar la historia. Léelo en tu casa, abre tu Biblia y lee este corto libro. Son ochenta y tantos versículos, cuatro capítulos cortos. He estado leyendo y releyendo el libro de Rut varias veces durante la semana pasada, mientras nos preparábamos para estas transmisiones. Aunque he leído el libro muchas veces antes, ahora que lo leo nuevamente encuentro que ha sido muy refrescante para mí. Dios me ha dado una nueva percepción y nuevas emociones con esta maravillosa historia. 

La historia de Rut es una de las historias de amor más hermosas de todos los tiempos, y es un amor en muchos planos o niveles diferentes. En esta historia lees sobre el amor de una joven por su suegra viuda y afligida, y allí ella demuestra un amor sacrificial.

En la historia también vemos el sorprendente amor de un rico terrateniente, que se llamaba Booz, por una joven viuda afligida por la pobreza -–una inmigrante, una extranjera, y vemos cómo este judío adinerado llegó a amar a esta joven que era tan pobre. 

Encontramos en esta historia el amor sencillo de una mujer por su Dios; alguien que no comenzó la vida conociendo acerca de ese Dios, pero llegó a conocerlo, y su devoción por Él es admirable.

El amor más importante de todos en esta historia es el increíble amor de Dios por Su pueblo, y vemos ese amor vivo en medio de la desesperación y las circunstancias más difíciles de la vida.

Esta historia muestra el increíble poder del amor para transformar una vida. Aparte del amor de Dios, la historia de Rut y Noemí nunca habría tenido un buen final. Pero es el amor de Dios lo que trajo plenitud, sanidad y esperanza a sus vidas.

Y es el amor de Rut por una suegra viuda (podría agregar, y amargada); es el amor de Rut por esa mujer difícil de amar lo que le trajo plenitud y sanidad. Entonces vemos cómo el amor de Dios por nosotras transforma nuestras vidas, y luego cómo ese amor puede fluir a través de nosotras y traer gracia a las vidas de aquellos a quienes amamos.

Esta es una historia sobre relaciones. Vivimos en un mundo donde la gente está hambrienta por tener una relación. Vemos desesperación por estar conectadas, por tener relaciones duraderas, porque muchas de las relaciones que tenemos hoy no perduran.

Naces en una familia, luego descubres que tu papá se va; abandona a la familia. O tu mamá deja a tu papá, o tu esposo te deja a ti, o tus hijos se van de la casa enojados o rebeldes. Tenemos tantas relaciones rotas hoy en día.

Pero esta es una historia sobre cómo las relaciones pueden restaurarse y pueden ser plenas e íntimas. En esta historia aprendemos mucho sobre cómo desarrollar el tipo de relaciones correctas.

Una de las cosas que más aprecio de la historia de Rut, es que en algún punto en este pequeño libro, hay una imagen de casi todas las etapas que una mujer va a atravesar, casi todas las experiencias que una mujer puede tener en la vida –sin duda aquellas que son más comunes para las mujeres.

Leemos, por supuesto, sobre el noviazgo y el matrimonio, todo el proceso de elegir pareja.

Leemos lo que sucede cuando una mujer tiene un marido que toma una decisión equivocada y eso trae consecuencias que toda la familia tiene que vivir.

Leemos sobre la situación de la pérdida del cónyuge, el duelo, la viudez…hay quienes en nuestra audiencia han experimentado esto. Y todo el aspecto de volver a casarse, el segundo matrimonio y llegar a esa situación.

Está la temporada de esterilidad, la falta de hijos, que algunas mujeres han vivido. Esto también sucede en el libro de Rut.

Luego está la temporada del parto, dar a luz a una nueva vida, y las mujeres de esta historia experimentan esa alegría.

Está la temporada de criar hijos mayores, hijos que van en su propia dirección, que no siempre hacen lo que tú les enseñaste a hacer.

Y luego, la tristeza y el dolor de perder a un hijo. Algunas han atravesado por eso y lo vemos también en esta historia.

El tema de varias generaciones que viven juntas: abuelos e hijas y luego nietos, y algunos de los desafíos de esa etapa de la vida.

La temporada de la vida del cuidado de los padres ancianos.

La época de envejecer y preguntarse: ¿Quién me va a cuidar cuando no tenga familia?

La época de hacer cambios importantes, quizás geográficamente a una nueva área. Estar desarraigada experimentando inseguridad e incertidumbre.

Hay momentos en esta historia en los que los personajes claves experimentan prosperidad y abundancia financiera, y luego hay momentos en los que lo pierden todo y se ven afectados por la pobreza.

Muchas de las emociones aflictivas que la mayoría de nosotras experimentamos, como mujeres, se encuentran en esta historia: dolor, depresión, soledad, aislamiento e ira.

Recientemente, he escuchado a muchas mujeres hablar sobre el enojo: enojo hacia Dios, enojo hacia su pareja, enojo hacia una situación en la vida sobre la que no tienen control. Encontramos ira en esta historia.

Encontramos que la ira se convierte en amargura, y durante las próximas semanas vamos a hablar sobre cómo lidiar con el tipo de circunstancias en la vida por las que nos amargamos.

Aquí encontramos cómo enfrentarse al miedo. Hay una mujer en esta historia que se enfrentó al peligro en su lugar de trabajo y cómo manejó eso. La lucha de las relaciones difíciles y dolorosas, estar casada con un incrédulo. De eso habla este libro.

Las emociones conectadas con anhelos insatisfechos. Estas son temporadas de confusión en la vida –donde no estás segura de qué dirección tomar, donde existe la necesidad de una guía.

Estas fueron mujeres que entendieron el fracaso, el tomar decisiones equivocadas, decisiones que tuvieron consecuencias en sus vidas, y algunas de ellas dolorosas.

En esta historia vemos también cómo lidiar con la culpa. Vemos el anhelo de una relación más íntima con Dios… Y creo que muchas de nosotras tenemos ese anhelo en nuestro corazón, como hijas de Dios, de tener una relación más íntima con Él.

Y la verdad es que sentimos emociones en medio de las circunstancias aflictivas, y cuestionamos a Dios, y nos preguntamos si Él ha cometido un error. Nuestra teología nos dice que no lo ha hecho, pero acaso ¿no sentimos: esto simplemente no tiene sentido?

Incluso vemos la tendencia a culpar a Dios. «Si Dios solo hubiera hecho esto o aquello, si hubiera detenido esto, entonces las cosas serían diferentes en mi vida». Somos tentadas a hacer eso. Y en esta historia nos encontramos con dos mujeres que tenían esos mismos sentimientos, esas mismas tentaciones.

Son dos mujeres de orígenes muy diferentes: Rut y su suegra Noemí. Pero ambas son trofeos de la gracia de Dios. Son un vivo ejemplo de lo que Dios puede hacer cuando le permitimos que Él haga Su voluntad en nuestras vidas.

Tenemos ilustraciones increíbles del amor redentor y del poder de Dios, quien toma nuestro mundo, toma nuestras circunstancias y situaciones, y a Su manera, en Su tiempo, si se lo permitimos, si nos rendimos, Él puede convertir todo eso en algo hermoso.

Veo en Rut un hermoso modelo que realmente enciende mi corazón, mi interés, y me reta sobre lo que significa ser una mujer de Dios. Hay tantas cualidades excepcionales y preciosas en esta mujer. Ella es un retrato de una mujer piadosa. La miro y digo: «Estas son las cualidades que Dios debe desarrollar en mi vida».

Sobre todo, esta es una historia sobre la redención y el Redentor. Es una historia que, una vez que te familiarices con ella, verás la salvación bajo una luz diferente, tal vez, como jamás la hayas visto antes. Te darás cuenta de lo precioso que es el hecho de que Cristo nos haya redimido. Y esto, de una manera que sobrepasa las pérdidas y los fracasos causados por nuestros pecados.

Ahora bien, esa historia no siempre llega a un final rápido. La belleza al final de las cenizas, la alegría al final de las lágrimas, no ocurre, como todas sabemos, de inmediato. De hecho, Pablo dice en Romanos 8, que estamos en el proceso de ser redimidos, y que mientras estamos en ese proceso, hay gemidos que continuarán. 

Dice Romanos 8:22: «Pues sabemos que la creación entera gime y sufre hasta ahora dolores de parto». ¿Pero, por qué? Porque está esperando la redención que se está llevando a cabo y que Dios está trayendo a nuestro mundo.

Mientras tanto, mientras vivimos ese proceso de ser redimidas, Pablo dice que confiemos. Miramos el capítulo final, miramos hacia el final de la historia y, al verlo, podemos regocijarnos, incluso mientras gemimos y sufrimos el dolor que nos trae la vida en este planeta.

Así que esta es una historia de redención y como resultado tiene un final feliz. ¿No te gustan las historias con finales felices? Esta, la historia de la redención, tiene un final feliz. Y también lo tendrá tu historia, si permites que Dios lo haga a Su manera, si te rindes a Él, si dejas que Él haga Su voluntad en tu vida y use lo que está sucediendo en tu vida de una manera redentora.

Habrá alegría al final del viaje. No puedo decirte cuándo llegará ni cuánto tiempo te llevará llegar allí, pero la historia de Rut nos dice que habrá un final feliz, que habrá gozo y alegría, que habrá belleza que saldrá de las cenizas. Incluso nuestros momentos de mayor desesperación pueden volverse fructíferos en nuestra vida.

Dios tiene una manera increíble de tomar las piezas dañadas y las que no sabemos cómo encajan, piezas que nos desconciertan de nuestras historias, y construir algo que es muy hermoso y precioso y que, en última instancia, trae gran gloria a Jesús, nuestro Redentor.

Annamarie: Esta ha sido una hermosa introducción al viaje en el que nos embarcaremos durante las próximas semanas. Mañana Nancy abordará el tema de la vergüenza. Creo que todas nos avergonzamos de algo relacionado a nuestro pasado, pero no podemos olvidar que en Cristo tenemos verdadera esperanza. Asegúrate de acompañarnos para escuchar más acerca de esto. 

Conociendo el poder del amor redentor juntas, Aviva Nuestros Corazones es un ministerio de alcance de Revive Our Hearts.

Todas las Escrituras son tomadas de la Nueva Biblia de Las Américas, a menos que se indique lo contrario.

Nancy DeMoss Wolgemuth

Nancy DeMoss Wolgemuth ha tocado las vidas de millones de mujeres a través del ministerio de Aviva Nuestros Corazones y del Movimiento de Mujer Verdadera, llamando a las mujeres a un avivamiento espiritual y a la feminidad bíblica. Su amor por Cristo y por Su Palabra es contagioso y permea todos sus alcances, desde sus conferencias hasta sus programas de radio.

Ha escrito veintidós libros, incluyendo Mentiras que las mujeres creen y la Verdad que las hace libres, En busca de Dios (junto a Tim Grissom), y Adornadas. Sus libros han vendido más de cuatro millones de copias y están llegando a los corazones de las mujeres alrededor del mundo. Nancy y su esposo, Robert, radican en Michigan.

47 – El uso, mal uso y abuso de los dones espirituales

Ministerios Integridad & Sabiduría

Tesis # 47

El uso, mal uso y abuso de los dones espirituales

95 Tesis para la iglesia evangélica de hoy

Miguel Núñez

Miguel Núñez

Es miembro del concilio de Coalición por el Evangelio. Es el pastor de predicación y visión de la Iglesia Bautista Internacional, y presidente de Ministerios Integridad y Sabiduría. El Dr. Núñez y su ministerio es responsable de las conferencias Por Su Causa, que procuran atraer a los latinoamericanos a las verdades del cristianismo histórico. Puede encontrarlo en Twitter.

Una producción de Ministerios Integridad & Sabiduría

Discipulando personas que están heridas

9Mark

Serie: CLASES ESENCIALES: DISCIPULADO

Clase 10

Discipulando personas que están heridas

Por: Capitol Hill Baptist Church

Introducción

Imagina estas situaciones:

  • Un amigo cercano llama, su esposa acaba de morir en un accidente trágico.
  • Uno de los miembros de tu grupo pequeño acaba ser despedido de su trabajo.
  • Tu esposa sufre un dolor crónico que afecta todo lo que hace.
  • Una joven esposa viene a tu puerta llena llorando. Su esposo acaba de empacar y dijo que la abandonaba.

¿Cómo respondes a estas situaciones? ¿Qué haces? ¿Cómo oras? ¿Cómo oras por esta persona? ¿A qué lugar de la Escritura vas? ¿Cómo das consuelo?

Vivimos en un mundo caído que muchas veces trae dolor, dificultad y sufrimiento. Para ser un buen discipulador es importante pensar en cómo ministrar a aquellos que están heridos.

Aunque nuestro estudio de hoy no será comprensivo, espero que sea una buena introducción al tema.

Lo que estamos pensando hoy es lo que los teólogos llaman una teología del sufrimiento. Cuando estudiamos una teología del sufrimiento somos forzados a hacer varias preguntas:

  • ¿Cómo veo el sufrimiento?
  • ¿Cómo es que mi visión del sufrimiento da forma a mi fe?
  • ¿Hay alguno de mis pensamientos sobre el sufrimiento que no sea bíblico?
  • ¿Cómo es que mi visión del sufrimiento da forma a la manera que cuido de los demás?

Para la mayoría de las personas (¡incluyendo muchos cristianos!), es una regla general buscar placer y evitar el dolor a toda costa. Sin embargo, lo que encontramos en la Escritura es que Dios utiliza el sufrimiento como un medio para ayudarnos a crecer en intimidad con Él y para darle más gloria. John Piper escribe:

«Debemos hablar de tal manera que hagamos que sufrimiento parezca normal y útil, y que no es una sorpresa en esta era caída. Los esfuerzos de la cultura norteamericana están casi todas diseñadas para construir una cosmovisión opuesta en nuestra mente. Aumentar la comodidad, la facilidad y la seguridad. Eliminar todas las decisiones que puedan traer incomodidad, problemas, dificultad, dolor o sufrimiento. Añade este esfuerzo cultural a nuestro deseo natural de gratificación inmediata y placer efímero, y el poder combinado para debilitar la satisfacción superior del alma en la gloria de Dios a través del sufrimiento es grande.» (John Piper, Counseling Suffering People [Aconsejando a personas que sufren], JBC, invierno 2003)

¿Qué dice la Biblia acerca del sufrimiento? 

  • La Biblia es realista y honesta acerca del sufrimiento en un mundo caído. No pinta una imagen «optimista» de la vida cristiana, sino que es directa acerca de las dificultades que enfrentamos como creyentes (Génesis 3:16-192 Pedro 3:8-224:12-19).
  • Dios es totalmente soberano y totalmente bueno. (Isaías 40; Lucas 18:19). Sabemos de la Escritura que esto es verdad, aunque en tiempos difíciles nuestro intelecto o sentimientos nos llevan a negarlo. Nuestra mente pregunta, «¿Por qué un Dios bueno permite que le sucedan cosas malas a las personas buenas?» Nuestros sentimientos nos dejan ver lo muy heridos que estamos y por eso dudamos de la bondad de Dios. La verdad es verdad, aun cuando estamos luchando. Esa es una realidad a la que necesitamos aferrarnos AHORA MISMO. En lugar de negar a Dios, necesitamos clamar a Dios. Clamar a Dios es una manera de reconocer su soberanía y bondad, aun en medio de la confusión y el dolor. La cruz (la muerte de Cristo por nosotros) es de hecho la evidencia principal de la soberanía (Hechos 4:27-28) y  bondad de Dios (Romanos 5:8).
  • Al mismo tiempo, el hombre es pecador y responsable de sus acciones (Romanos 3:23; Gálatas 6; Filipenses 2:12-13). El pecado viene del hombre no de Dios. Decir lo contrario sería una blasfemia contra un Dios Santo. El hombre tiene una responsabilidad total en las decisiones pecaminosas que toma. Salomón describe como el necio cosecha necedad sobre su cabeza a través de la vida que vive.
  • Dios utiliza todo para sus buenos propósitos. Los hombres y las mujeres toman decisiones pecaminosas que los hieren a ellos mismos y a los demás, y cosechan dificultades en su propia vida y la vida de los demás. Dios usa todo (incluyendo nuestra decisión necia y sus consecuencias) para sus buenos propósitos (Génesis 50:20Romanos 8:28).
  • Dios construye cosas buenas en la vida de sus hijos, aun a través de las circunstancias difíciles. Las circunstancias difíciles no son agradables. El dolor es real y no es placentero. En consecuencia, las personas muchas veces interpretan el sufrimiento como un castigo de Dios. Sin embargo, la Escritura dice que Dios utiliza el sufrimiento para formar y moldear a sus hijos. No debemos desanimarnos porque nuestro sufrimiento «da fruto apacible de justicia» a los que en ella han sido ejercitados. (Hebreos 12:5-11).
  • ¿Cómo debemos responder al sufrimiento como cristianos: volvernos a Dios y no alejarnos de Él. [Ejemplos de capellanía.] Para aquellos que están padeciendo sufrimientos hay muchas preguntas que deben ser respondidas, como «¿qué hacemos para que las cosas mejoren?» o «¿por qué está sucediendo esto?» Sin embargo, la pregunta más importante que una persona puede hacer y responder es: «¿Hacia quien nos volvemos en medio de nuestro sufrimiento?» Debemos confiar en la bondad soberana de Dios (Salmo 42:51156:3).

¿Cuáles son los propósitos de Dios en el sufrimiento?

En un mundo que normalmente vive para el placer y evita el dolor, los cristianos deben luchar por la tendencia a evitar el sufrimiento. El sufrimiento no es algo insignificante. Dios tiene propósitos para nuestro sufrimiento. Nosotros ciertamente no podemos entender todos los propósitos de Dios para el sufrimiento, pero podemos entender algunos porque son revelados en la Escritura.

  • El sufrimiento nos da una oportunidad para destacarnos como cristianos en un mundo que no honra a Dios. Debemos tener como un privilegio el sufrir como cristiano; no debe haber vergüenza en ello. «Pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello» (1 Pedro 4:16).
  • El sufrimiento nos enseña a depender de Dios y no de nosotros mismos. Lo que es sufrimiento muchas veces hace en nosotros es que elimina los aspectos superficiales de nuestra vida, es como cuando pelamos una cebolla hasta llegar al centro. Lo que encontramos cuando llegamos al centro es la fealdad y falsedad de nuestro pecado; no queremos confiar en Dios o construir nuestra vida alrededor de Él. Queremos ser auto-dependientes y autosuficientes. Sin embargo, el sufrimiento nos enseña a volvernos de nuestra auto-dependencia y en lugar de eso volvernos hacia Dios. «Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra tribulación que nos sobrevino en Asia… pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos» (2 Corintios 1:8-9).
  • El sufrimiento nos enseña los decretos de Dios. «Bueno me es haber sido humillado,
    Para que aprenda tus estatutos.» (Salmo 119:71).
  • El sufrimiento nos hace madurar hasta convertirnos en personas piadosas que el Señor está moldeando por Él mismo. «Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas,sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna» (Santiago 1:2-4).
  • El Salvador recibe gloria a través de nuestro sufrimiento. «Sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría» (1 Pedro 4:13).
  • El sufrimiento hasta nos permite compartir la gloria del Hijo. «Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados» (Romanos 8:17).

Es la prerrogativa de Dios permitir el sufrimiento. El dolor puede insignificante o significativo. Considera esto por un momento: Dios pudo haber escogido dejarnos en nuestro dolor y no hacer nada al respecto. Sin embargo, en su misericordia y porque el dolor no está más allá de la soberanía de Dios, Él utiliza el sufrimiento para traer mayor gloria hacia sí mismo y para formarnos más a su imagen.

Es nuestro privilegio y gozo ser partícipes del sufrimiento ya que Dios recibe gloria a través de ello.[PAUSA PARA PREGUNTAS]

¿Cómo preparamos a nuestros amigos del discipulado para el sufrimiento?

El mejor momento para aprender acerca del sufrimiento no es en medio de una crisis. La mejor manera de preparar a alguien para el sufrimiento es reflexionando sobre una teología del sufrimiento cuando los tiempos son buenos.

  • Toma tiempo para hablar acerca del sufrimiento. Generalmente, en nuestras relaciones de discipulado solo hablamos acerca de las dificultades cuando estamos experimentando sufrimiento. No esperes a que llegue el sufrimiento para hablar acerca de ello. Si estás discipulando a alguien, haz que sea una prioridad hablar acerca del sufrimiento antes de que llegue. Sabemos que todo el mundo pasará por algún sufrimiento (en mayor o menor grado) en su vida. Por tanto, no se trata de un asunto de si el sufrimiento llegará sino
  • Ayúdales a eliminar los conceptos mundanos acerca del sufrimiento. Para la mayoría de los cristianos, hay algunas afirmaciones mundanas que influencian sus pensamientos acerca del sufrimiento. Ayúdales a desenredar las afirmaciones mundanas de su sufrimiento. Por ejemplo: mencionamos anteriormente como las personas consideran que el sufrimiento es algo malo. Ayúdales a darse cuenta que esto es contrario a la Escritura; el sufrimiento es una parte normal de la vida cristiana.
  • Estudia los propósitos de Dios para el sufrimiento según lo revelado en su Palabra. ¿Por qué? Eres más capaz de otorgar un significado piadoso al sufrimiento en medio de las dificultades si tienes tiempo para estudiar con antelación los propósitos de Dios según son revelados en la Escritura.
  • Estudia el sufrimiento utilizando buenos artículos y libros cristianos. Debido a que los autores cristianos han luchado con este tema por cientos de años, hay muchas cosas buenas escritas sobre el tema. Dos recomendaciones de libros: el libro de Steve Estes y Joni Erickson Tada titulado When God Weeps [Cuando Dios llora] o el libro de Don Carson How Long Oh Lord? [¿Por cuánto tiempo Dios?].
  • Construye relaciones antes de que llegue el sufrimiento. Como discipulador, puedes conocer mejor a la persona cuando las cosas no están tan difíciles—puedes explorar más de su vida, conocer sus fortalezas y debilidades y aprender acerca de ellos cuando las cosas están bien. Si construyes la relación en los tiempos buenos tendrás un fundamento sobre el cual trabajar cuando las cosas se pongan difíciles.
  • Enfócate en la fe. Recuérdales que los problemas llegarán y que deben prepararse para responder a ellos con fe (Juan 16:33).
  • Ayúdales a construir un fundamento en la bondad y soberanía de Dios. Cuando los cristianos luchan con el sufrimiento, ya sea que se den cuenta o no, lo que hacen muchas veces es dudar del carácter de Dios (Lucas 6:47-48). Ellos dudan de la bondad o de la soberanía de Dios o de ambas cosas. Puedes ayudar a preparar a las personas para el sufrimiento construyendo en ellos un entendimiento firme del carácter de Dios, especialmente de su bondad y soberanía. Una de las mejores cosas que puedes hacer como discipulador es estudiar el carácter de Dios con tu amigo cristiano, no solo con el fin de prepararlo para el sufrimiento sino porque le ayudará durante toda su vida cristiana.
  • Enséñales a meditar en el evangelio. Antes de que llegue el sufrimiento, construye en ellos el hábito de consultar y meditar regularmente sobre las verdades del evangelio. Ayúdales a recordar que Dios envió a su Hijo a sufrir en su nombre.

¿Cómo podemos ayudar a nuestro amigo discipulado cuando los tiempos son difíciles?

  • Como discipulador y miembro de la misma iglesia, debes aceptar tu responsabilidad del pacto para ser partícipe de su sufrimiento. Nuestro pacto dice, «para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan» (1 Corintios 12:25-26). Si una persona lucha, no todos sentimos su dolor literalmente, pero si debemos mostrar preocupación por la persona. (Hablando de manera práctica, en una iglesia de 800 personas no podemos todos mostrar preocupación con el mismo nivel de involucramiento; algunos estarán directamente involucrados, mientras otros lo estarán en un segundo plano y orarán.)
  • Está presente cuando llegue el sufrimiento. No permitas que las personas experimenten el sufrimiento a solas. A pesar de sus muchos comentarios necios, debemos seguir dándole el crédito a los amigos de Job por la manera como lo cuidaron al principio de sus pruebas. Cuando fueron donde él se angustiaron mucho por los sufrimientos de Job. Después de un primer lamento y de rasgar sus vestidos, ellos siguieron la costumbre judía y se sentaron con él en silencio por siete días y noches. ¿Por qué? El texto dice: «Así se sentaron con él en tierra por siete días y siete noches, y ninguno le hablaba palabra, porque veían que su dolor era muy grande» (Job 2:13). Tu presencia en medio del sufrimiento es un medio poderoso de cuidar de los demás.

[Historia: Si hay tiempo, contaré la historia del hospital acerca del camionero y su esposa que perdieron su bebé. Él lloró como un bebé luego que la enfermera les llevó el niño muerto y les permitió sostenerlo, yo me senté en silencio por un largo tiempo y no sabía que decir. Finalmente, oré por ellos y me fui. Me sentí incompetente e inútil porque me senté en silencio por un largo tiempo y no supe que decir. Más tarde, me di cuenta lo mucho que significó para ellos el que solo me senté con ellos en medio de su dolor.]

  • Sé un embajador de consolación. Tienes un deber de mostrar consolación a los demás debido a que Dios primero lo hizo por ti. Pablo escribe: «Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios» (2 Corintios 1:3-4). No acapares la consolación que has recibido. Dios te consuela para que puedas consolar a otros. ¿Cómo hemos sido consolados? Por el evangelio. Dios envió a su Hijo a morir por nuestros pecados para que no tuviéramos que soportar la ira de Dios que merecíamos. ¡Qué buenas nuevas es eso para nuestros oídos! ¡Cuán consolador debe ser eso para nuestros corazones! Dios cuidó de nosotros al convertirse en el sacrificio principal en nuestro nombre—al enviar a su Hijo a morir por nosotros.
  • Ponte en la disposición de hacer sacrificios por los demás (Gálatas 6:10). Sufrir nunca parece llegar en un momento conveniente. No puedes programar una crisis en tu zarzamora y esperar que se ajuste perfectamente al tiempo asignado. Muchas veces las situaciones difíciles surgen cuando no tienes el tiempo para dedicarte a los demás. Por tanto, sería muy probable que requiera que como discipulador hagas sacrificios de tu tiempo para cuidar de una persona que tiene una lucha.
  • Instruye gentilmente en la dificultad pero principalmente consuela en la crisis. En medio de una situación difícil las personas pueden rápidamente abrumarse por las emociones y confundirse acerca de lo que deben hacer. Gentilmente y con gracia instrúyeles y guíales si necesitan ayuda, pero tu objetivo principal es mostrar consolación en medio de una crisis.
  • Reafirma el carácter de Dios: habla acerca de la misericordia y la bondad de Dios (2 Samuel 24:14Salmo 34:8). En medio de sus luchas las personas muchas veces buscan respuestas a las preguntas difíciles: «¿Por qué mi hijo está muriendo de cáncer?» «¿Por qué mi esposo tiene que morir ahora de un infarto?» «¿Por qué perdí mi trabajo; es que a Dios no le importa?» No te sumerjas en una discusión abstracta y teórica acerca de teología (por ejemplo: no trates de explicar el problema de maldad y como un Dios bueno puede permitir que maldad prevalezca). Enfoca tu conversación en reafirmar el carácter de Dios y su necesidad de confiar en su misericordia y bondad.
  • No trates de explicar lo que no sabes. Puede que no tengas una buena respuesta con algunas de estas preguntas «por qué.» No te sientas como que necesitas elaborar una respuesta o que has fallado en tu discipulado cristiano. Está ben decir «no sé.» Y luego enfoca tus respuestas lo mejor que puedas en las verdades fundamentales que han sido reveladas a nosotros en la Escritura. En lugar de tratar de responder las preguntas que no sabes, responde lo que sabes: el evangelio. En su sufrimiento, recuérdales verdades del gran evangelio como el carácter misericordioso y amoroso de Dios; el sacrificio suficiente del Salvador sufriente en nuestro lugar, etc.
  • La verdad siempre es verdad y el pecado siempre es pecado (Jeremías 10:10-11Romanos 6:23). En medio de una crisis, la verdad en blanco y negro y el pecado puede muchas veces convertirse en gris. Algunas veces las personas pueden comenzar a reconstruir su teología del sufrimiento en medio de una crisis. Cuando eso suceda, asegúrate de permanecer firme en lo que sabes que es verdad y lo que sabes que es mentira.
  • Ora con ellos y/o por ellos. Una de las cosas más consoladoras que puedes hacer por una persona es orar por ellos en medio de sus luchas. Ellos pueden no saber cómo orar porque están abrumados por sus luchas. Ora palabras de consuelo. Permite también que tus oraciones sean instructivas, dirigiendo su mente y corazón hacia verdades que pueden ser difíciles de enfocar en medio de su lucha. Para los creyentes que pueden hacerlo, ofrece orar con ellos. Es una motivación orar juntos e ir ante el trono juntos (Efesios 1:15-23).
  • Piensa como servirles de manera práctica, especialmente en medio de una crisis (Gálatas 6:13). Una de las primeras preguntas que puedes hacer cuando una persona está pasando por una lucha o crisis es, «¿Qué puedo hacer para ayudarte?» Piensa de manera práctica en lo que se refiere a ayudar a una persona que está luchando.

[Dos ejemplos: (1) Timmy se quedará con el carro de su papá luego del infarto. Justo después de que mi papá murió, Timmy se presentó y preguntó que podía hacer para ayudar. Él se dio cuenta de que el carro de papá aun estaba esperando en Newark y lo rescató en solo minutos antes de que fuera retirado por la grúa. (2) El miembro de la iglesia que respondió el teléfono por el pastor que mató a alguien en un accidente de automóvil. La mujer se presentó en la casa del pastor y se ofreció a lidiar con la gran cantidad de llamadas que sabía que llegarían una vez que la voz se difundiera en la iglesia.]

  • No temas pedir ayuda externa. Como discipulador, habrá momentos cuando estarás agobiado por las dificultades de tu amigo que está siendo discipulado. No temas buscar consejo externo (especialmente de pastores, o de otros miembros piadosos), y acércate a otros si no estás seguro sobre cómo ayudar. Estar abrumado o el hecho de que los demás tienen más conocimiento sobre cómo ayudar en un problema específico, pueden ser indicadores de que debes buscar ayuda externa.

En conclusión –

  • Discipular personas que están heridas comienza cuando los tiempos son buenos para edificar un fundamento sólido para cuando lleguen los tiempos difíciles.
  • Lidiar con las dificultades y las crisis requiere de discernimiento, mucha oración, amabilidad y consolación y una disposición a ayudar.
  • Alabado sea Dios por el privilegio que tenemos de guiar a otros que están sufriendo hacia la bondad y la misericordia de Dios.

CHBC

Capitol Hill Baptist Church (CHBC) es una iglesia bautista en Washington, D.C., Estados Unidos

Practicando el Evangelio Integral

Entendiendo Los Tiempos

Serie: 1 Temporada | Entendiendo Los Tiempos

Practicando el Evangelio Integral

 

Surge en el 2013 como programa de radio bajo la cobertura de la emisora cristiana Radio Eternidad en la estación 990am. Las temáticas de nuestro programa son diversas y contemporáneas con las necesidades que se presentan hoy en día en la sociedad. Todo tema es llevado a la luz de la Palabra de Dios que es la única mediadora entre los hombres y la única verdad que puede hacerle libre. Tratamos diferentes temas con el propósito de entender el presente bajo una cosmovisión bíblica y actuar en base a esta. Con nuestro productor Andrés Figueroa y el equipo de Gracia TV, quienes semanalmente transmiten este programa en un formato para Radio y TV.

1 Temporada | Entendiendo Los Tiempos

Ayudar a la gente a conocer a Dios

Ministerios Ligonier

Serie: El ahora cuenta para siempre

Nota del editor: Este es el primer capítulo en la serie de artículos de Tabletalk Magazine: El ahora cuenta para siempre

Por Burk Parsons

En 1971, Dios usó a R.C. y Vesta Sproul para establecer Ligonier Valley Study Center. Lo que comenzó como un pequeño centro de estudios en las afueras del oeste de Pensilvania hace cincuenta años se ha convertido, por la maravillosa gracia de Dios, en un ministerio de enseñanza y discipulado que alcanza a millones de personas en todo el mundo. Cuando conocí los Ministerios Ligonier hace más de veinticinco años, lo que más me sorprendió fue que Ligonier no se parecía a ningún otro ministerio que yo conociera hasta entonces. Inmediatamente reconocí que el Dr. Sproul no solo se preocupaba por alcanzar a los incrédulos con el evangelio, sino que también tenía una pasión por alcanzar a los cristianos profesantes con el evangelio. Pero no se detuvo ahí. Su preocupación era ayudar a los creyentes a ser cristianos reflexivos y elocuentes que conocieran no solo el evangelio sino también todo el consejo de Dios, la teología de la Palabra de Dios, la historia de esa teología y cómo defender la totalidad de su fe. La pasión del Dr. Sproul era ayudar al mundo a conocer a Dios y ayudar a la Iglesia a conocer a Dios, no al Dios que nosotros creamos, sino al único Dios soberano, bondadoso, amoroso y santo de la Escritura.

Desde el principio de su ministerio, el Dr. Sproul observó que mucha gente en el mundo vive toda su vida centrada únicamente en asuntos temporales, en el aquí y ahora, prestando poca atención a la eternidad. Su preocupación alimentó su pasión por ayudar a la gente a conocer a Dios para que, al conocerlo, pudieran saber lo que realmente importa en la vida. Además, conocer a Dios nos ayuda a entender que nuestras vidas importan; que lo que hacemos importa y que conocer, amar y glorificar a Dios da sentido y propósito a nuestras vidas. Esta es una de las razones por las que el Dr. Sproul enseñaba con tanta pasión. Es la razón por la que muchos de nosotros nos sentimos atraídos por él, porque creímos que se preocupaba por nosotros lo suficiente como para estar dispuesto a enseñarnos las verdades difíciles sobre Dios. El Dr. Sproul no quiso que tuviéramos una visión superficial de Dios. Quería que creciéramos en nuestra comprensión de Dios para que supiéramos cuán grande es Su gracia y cuán santo es nuestro Dios.

Debido a la pasión y el compromiso del Dr. Sproul con la Palabra de Dios, Ministerios Ligonier siempre ha sido un hogar para los cristianos que no temen pensar con profundidad en lo que más importa en la vida y en la eternidad. Para R.C., decir que el ahora cuenta para siempre no era solo un eslogan o un nombre ingenioso para su columna de Tabletalk. Realmente lo creía, y vivió su vida para ayudarnos a creerlo. En Ligonier, nosotros también lo creemos, y existimos simplemente para servir a Dios ayudando a la gente a conocer a Dios y glorificarlo para siempre.

Publicado originalmente en Tabletalk Magazine.
Burk Parsons
Burk Parsons

El Dr. Burk Parsons es pastor principal de Saint Andrew’s Chapel [Capilla de San Andrés] en Sanford, Florida, director de publicaciones de Ligonier Ministries, editor de Tabletalk magazine, y maestro de la Confraternidad de Enseñanza de Ligonier Ministries. Él es un ministro ordenado en la Iglesia Presbiteriana en América y director de Church Planting Fellowship. Es autor de Why Do We Have Creeds?, editor de Assured by God y John Calvin: A Heart for Devotion, Doctrine, and Doxology, y co-traductor y co-editor de ¿Cómo debe vivir el cristiano? de Juan Calvino.

Cuando El Espíritu Habla, Parte 1

Ministerios El Amor Que Vale

Cuando El Espíritu Habla, Parte 1

Ps. Adrian Rogers

Acerca de Dr. Adrian Rogers El pastor, maestro y autor Dr. Adrián Rogers (1931-2005) ha dado a conocer el amor de Jesucristo a personas por todo el mundo, y ha impactado innumerables vidas al presentar la profunda verdad bíblica con tanta sencillez que un niño de 5 años puede entenderla y, sin embargo, aún habla al corazón de uno de 50 años de edad.

Más acerca del pastor Adrián Rogers en http://www.ElAmorQueVale.org

La Biblia habla de usted y de mí (5)

Lunes 7 Marzo

El Señor lo sustentará sobre el lecho del dolor; mullirás toda su cama en su enfermedad. Yo dije: Señor, ten misericordia de mí; sana mi alma.

Salmo 41:3-4

La Biblia habla de usted y de mí (5)

Es difícil hablar de enfermedad cuando el sufrimiento físico está ahí, cuando las fuerzas disminuyen, cuando el médico no puede garantizar nada… cuando estamos cansados de sufrir, cuando quisiéramos estar sanos, volver a nuestras actividades, disfrutar de nuestros familiares y amigos, cuando incluso tenemos que soportar los comentarios incómodos de algunos visitantes que quieren expresarnos su simpatía…

Los que están enfermos pueden encontrar en la Biblia expresiones o pasajes que corresponden a lo que están viviendo, a sus percepciones. Dios les dará una palabra de ánimo, de consuelo.

No nos sanará necesariamente, aunque podría hacerlo. Él es soberano y no tiene que darnos explicaciones.

Sin embargo, en la Biblia encontramos palabras reconfortantes. Sea cual sea el desenlace de la enfermedad, Dios quiere que el creyente experimente su presencia y sus cuidados en medio de la prueba. Él es quien mejor comprende a la persona que sufre, y además tiene el poder para sostenerla.

Pero hay una curación que es segura, es la curación del alma. Jesús vino a la tierra como el médico divino. Si bien es cierto que sanó enfermedades físicas, sobre todo quiso salvarnos de la enfermedad mortal del pecado. Esta es la primera curación que debemos desear, pues todos la necesitamos y está asegurada a todos los que se la piden.

(continuará el próximo lunes)

Éxodo 19 – Hechos 14 – Salmo 31:1-8 – Proverbios 11:3-4

© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)
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