42 – Ignorancia e idolatría 500 años después de la Reforma

Ministerios Integridad & Sabiduría

Tesis # 42

Ignorancia e idolatría 500 años después de la Reforma

95 Tesis para la iglesia evangélica de hoy

Miguel Núñez

Miguel Núñez

Es miembro del concilio de Coalición por el Evangelio. Es el pastor de predicación y visión de la Iglesia Bautista Internacional, y presidente de Ministerios Integridad y Sabiduría. El Dr. Núñez y su ministerio es responsable de las conferencias Por Su Causa, que procuran atraer a los latinoamericanos a las verdades del cristianismo histórico. Puede encontrarlo en Twitter.

Una producción de Ministerios Integridad & Sabiduría

REFUGIO

El valle de la visión

Oraciones Puritanas

R E F U G I O
Oh Señor,
Cuyo poder es infinito y sabiduría infalible, ordena las cosas de manera
que ellas no pueden ni detenerme ni desanimarme, ni ofrecer obstáculos
para el progreso de Tu causa. Permanece entre mí y toda contienda, que
ningún mal acontezca, ni el pecado corrompa mis dones, celo, logros. Que
yo pueda seguir el deber y no cualquier disposición tonta de mí mismo. No
me dejes trabajar en la obra que Tú no bendecirás, para que yo pueda
servirte sin deshonra o atraso. Concédeme habitar en Tu lugar secretísimo,
bajo Tu sombra, donde la protección es impenetrable, a salvo de la flecha
que vuela de día, la pestilencia que anda en oscuridad, la contienda de
lenguas, la malicia, la mala voluntad, el dolor de la conversación cruel, los
lazos de la [mala] compañía, de los peligros de la juventud, de las
tentaciones de la vida madura, de las aflicciones de la vejez, del miedo a la
muerte. Soy completamente dependiente de Tu apoyo, consejo, consuelo.
Ampárame por Tu espíritu libre, y que yo no me imagine ser lo suficiente,
para ser preservado de caer, más que siempre pueda proseguir, abundando
siempre en la obra que Tú me das que haga. Fortaléceme por Tu Espíritu
en mi interior para todo propósito de mi vida Cristiana. Todos mis tesoros,
los entrego a la sombra de la seguridad que está en Ti, mi nombre nuevo en
Cristo, mi cuerpo, alma, talento, carácter, mi éxito, esposa, hijos, amigos,
trabajo, mi presente, mi futuro, mi fin. Tómalos, porque son Tuyos, y yo
soy Tuyo, ahora y para siempre.

La predestinación y las acciones humanas

Ministerios Ligonier

Serie: Doctrinas mal entendidas

La predestinación y las acciones humanas
Por James Anderson

Nota del editor: Este es el cuarto capítulo en la serie de artículos de Tabletalk Magazine: Doctrinas mal entendidas

a leyenda de Edipo a menudo se considera como el ejemplo clásico del fatalismo griego. Preocupado por las dudas sobre su origen, el protagonista consulta un oráculo que declara que está destinado a asesinar a su padre y casarse con su madre. Aunque Edipo repudia esa terrible profecía, los acontecimientos conspiran cruelmente para conseguir su cumplimiento. Todos sus esfuerzos por evadir su destino resultan inútiles. 

Las doctrinas reformadas o calvinistas de la providencia y la predestinación a menudo son acusadas de ser fatalistas. Sin embargo, esta caracterización se basa en algunas confusiones profundas. El calvinismo ciertamente afirma que todos los eventos de la creación están predeterminados por Dios. Como dice la Confesión de Fe de Westminster: «Dios, desde toda la eternidad, por el sapientísimo y santísimo consejo de Su propia voluntad, ordenó libre e inmutablemente todo lo que acontece» (3.1). Sin embargo, la confesión agrega inmediatamente que esta preordenación divina no deja sin sentido la voluntad de las criaturas de Dios. Por el contrario, Dios normalmente lleva a cabo Sus propósitos eternos por medio de causas secundarias, como agentes humanos y procesos naturales. Los ejemplos bíblicos de Dios dirigiendo las acciones humanas para lograr Sus propios fines incluyen la historia de José (Gn 45:5-850:20), la conquista asiria del reino de Israel (Is 10:5-11) y la crucifixión del Señor Jesús (Hch 4:27-28).

Entonces, ¿en qué se diferencia el calvinismo del fatalismo? ¿No debería un calvinista admitir que Judas estaba destinado a traicionar a Jesús (Jn 17:12Hch 1:16) así como Edipo estaba destinado a matar a su padre? En primer lugar, debemos señalar que los antiguos entendían que el «destino» era un principio o fuerza impersonal que se aplicaba por igual a hombres y dioses. Así como los griegos fallaron en reconocer a un Creador personal trascendente, también carecieron de la noción de un Dios soberano que dirige todas las cosas «para Sus propios fines santos» (CFW 5.4). Para el fatalista pagano, no hay una mano divina de la providencia, ni un plan general de Dios. No tienen sentido los resultados predestinados; el universo es un teatro del absurdo y la tragedia. Compara eso con la cosmovisión bíblica, según la cual Dios «obra todas las cosas conforme al consejo de su voluntad» (Ef 1:11) y «todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito» (Rom 8:28).

Ya se ha mencionado una segunda gran diferencia entre el calvinismo y el fatalismo. El calvinismo sostiene que Dios determina no solo los fines (los resultados finales de los eventos) sino también los medios para esos fines. En otras palabras, en la providencia de Dios los medios están coordinados con los fines de tal manera que los fines dependen de los medios. Por lo tanto, Dios no simplemente ordenó que José terminara siendo el segundo en autoridad después de Faraón; sino que ordenó toda la serie de eventos que culminaron en ese resultado, incluidas las acciones pecaminosas de los hermanos de José. No debemos imaginar que Dios planeó que José se volviera tan importante para el faraón, independientemente de cómo lo trataran sus hermanos.

El fatalismo, por otro lado, tiende a desconectar los fines de los medios, lo que implica que nuestras vidas terminarán de cierta manera sin importar lo que hagamos. Una ilustración contemporánea la proporciona una reciente serie de películas en las que un grupo de personas inicialmente engaña a la Muerte, pero su escapatoria siempre termina siendo inevitablemente efímera. La Parca finalmente alcanza a cada uno de ellos, a pesar de sus intentos de evitar su guadaña. El fatalismo sugiere que nuestras acciones son verdaderamente inútiles; no hacen ninguna diferencia práctica en el resultado. Sin embargo, esa idea es completamente ajena a la doctrina reformada de la providencia. Nuestros resultados futuros con toda probabilidad dependerán de las decisiones que tomemos en esta vida. No hay contradicción en afirmar que los resultados futuros dependen de manera crucial de nuestras elecciones y que Dios ordena soberanamente todas las cosas, incluidos los resultados futuros y las decisiones que conducen a ellos. Sí, Dios preordena las acciones de Sus criaturas, pero también preordena que dichas acciones tengan consecuencias significativas.

Una ilustración deportiva puede ayudar a aclarar el punto. Imagina que estás jugando al golf con un amigo, Jacobo, que tiene la costumbre de combinar calvinismo y fatalismo. En el quinto tee, realizas un buen golpe por el fairway. La bola aterriza de lleno en el green y rueda triunfalmente hasta dentro de la copa para un hoyo en uno.

En lugar de felicitarte, Jacobo tiene una sonrisa traviesa en su rostro. «Eres calvinista, ¿no?». «De hecho, sí», respondes, intrigado por saber hacia dónde va esto. «Entonces crees que Dios ha preordenado todas las cosas desde la eternidad, incluido este hoyo en uno. Bueno, si Dios lo preordenó, en realidad no tiene importancia la manera que le pegaste a la pelota. Estaba predestinada a terminar en el hoyo».

Jacobo no es tan inteligente como cree que es. Según su confuso razonamiento, la pelota habría aterrizado en el hoyo incluso si yo ni siquiera la hubiera golpeado. Pero claramente eso es absurdo. El hoyo en uno dependía de que uno golpeara la pelota y que la golpeara bien. El calvinista consecuente dirá que Dios preordenó, no solo el hoyo en uno, sino también que sucediera como resultado de golpear la pelota con precisión. Un golpe bien dirigido fue realmente importante.

Esto no es minuciosidad filosófica. La distinción entre calvinismo y fatalismo tiene implicaciones enormemente significativas para la vida cristiana. Significa que nuestras oraciones realmente marcan la diferencia, porque Dios ha ordenado que los eventos futuros ocurran en respuesta a nuestras oraciones. Significa que el evangelismo es esencial, porque Dios ha decretado que Sus elegidos serán salvos al escuchar y creer en el evangelio. Significa que debemos ser diligentes para hacer firme nuestro llamado y elección (2 Pe 1:10), porque aunque el Pastor no perderá ninguna de Sus ovejas, esas ovejas finalmente serán salvas solo si perseveran en la fe hasta el fin.

Al comprender que Dios ordena tanto los medios como los fines, los calvinistas pueden decir verdaderamente: «Si no hubiéramos orado, no habría sucedido; si no hubiéramos compartido el evangelio, ellos no lo habrían escuchado; si no nos mantenemos firmes en la fe, no recibiremos la corona de la vida». Sin embargo, al mismo tiempo, los calvinistas darán el máximo crédito por todo esto a la gracia soberana de Dios.


Publicado originalmente en Tabletalk Magazine.
James Anderson

El Dr. James N. Anderson es Profesor Carl W. McMurray de Teología y Filosofía en el Reformed Theological Seminary en Charlotte, N.C., y es ministro ordenado en la Associate Reformed Presbyterian Church (Iglesia Presbiteriana Reformada Asociada). Es el maestro de la serie de enseñanza de Ligonier Exploring Islam y autor de What’s Your Worldview?

Pactos

BibleProject – Español

BibleProject – Español

La principal manera en que la Biblia habla acerca de la relación de Dios con la humanidad es usando la imagen de una asociación. Este video traza la forma en que Dios entró en una serie de relaciones formales con varios asociados humanos para así rescatar al mundo a través de Jesús, el máximo asociado del pacto.

BibleProjectEspañol #Pacto #Biblia

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Producción de Localización en Español – Unicornio Films, Santo Domingo, República Dominicana.

Créditos de localización:
Traducción: Jairo Namnún/Luis Sena
Locución: Juancho Carranza/Raeldo López
Diseño y Animación: Abraham Sánchez/Mario Escobar
Supervisor de Postproducción: Mario Escobar
Ingeniero de Sonido: Federico Álvarez
Asistente de Producción: Laura Cabrera
Producción: Denny Féliz
Coordinación de Producción: Jammy Báez

Una norma segura

Jueves 24 Febrero

Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él… ¿No te he escrito tres veces en consejos y en ciencia, para hacerte saber la certidumbre de las palabras de verdad?

Proverbios 22:620-21

Una norma segura

Nuestro siglo rechaza cada vez más la idea de establecer normas generales para regir el comportamiento humano. ¡Se aboga por la libertad en todos los ámbitos! Esto significa que yo soy el único juez de lo que hago, que nadie puede juzgarme por mi manera de vivir, ni imponerme reglas. Esta idea va acompañada del rechazo a la fe cristiana y del abandono de las raíces judeo-cristianas de nuestra sociedad. De este modo cada uno piensa construirse una felicidad “a su medida”. Pero, ¿es posible?

Incluso con la mejor voluntad podemos equivocarnos. En la Biblia Dios nos dice que “el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos” (Jeremías 10:23), y también: “Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte” (Proverbios 14:12).

Los que han sido detenidos en este camino fatal por el llamado de Jesucristo, por el Evangelio, necesitan más que nunca las normas seguras consignadas en la Palabra de Dios, necesitan conocerlas y ceñirse a ellas. Esto no es fácil, pues es ir en contra de la sociedad que nos rodea. Pero “la bendición del Señor es la que enriquece” (Proverbios 10:22). Esta prosperidad no es necesariamente material, sino que consiste primero en una feliz comunión con nuestro Dios.

No olvidemos instruir a nuestros hijos en su camino, según la Palabra de Dios, como lo indica el versículo del día: “¿No te he escrito tres veces en consejos y en ciencia, para hacerte saber la certidumbre de las palabras de verdad, a fin de que vuelvas a llevar palabras de verdad a los que te enviaron?” (Proverbios 22:20-21).

Éxodo 8 – Hechos 7:30-60 – Salmo 26:1-7 – Proverbios 10:15-16

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