Tesis #25 – Prediquemos para preservar la verdad, no las ovejas

Ministerios Integridad & Sabiduría

Tesis # 25

Prediquemos para preservar la verdad, no las ovejas

95 Tesis para la iglesia evangélica de hoy

Miguel Nuñez

Miguel Núñez

Es miembro del concilio de Coalición por el Evangelio. Es el pastor de predicación y visión de la Iglesia Bautista Internacional, y presidente de Ministerios Integridad y Sabiduría. El Dr. Núñez y su ministerio es responsable de las conferencias Por Su Causa, que procuran atraer a los latinoamericanos a las verdades del cristianismo histórico. Puede encontrarlo en Twitter.

Una producción de Ministerios Integridad & Sabiduría

12 consejos para mis hermanos continuistas

Coalición por el Evangelio

12 consejos para mis hermanos continuistas

JOSÉ MERCADO

Mike es pastor en la ciudad de Charleston en Carolina del Sur y uno de mis mejores amigos en el servicio ministerial. Él forma parte de un ministerio llamado OneCharleston, que está trabajando para promover la reconciliación entre iglesias blancas y afroamericanas en su ciudad. En las conferencias del ministerio hablan de principios generales sobre la unidad racial. Luego dejan que un pastor blanco exhorte a personas blancas en áreas que deben crecer, y un pastor afroamericano hace lo mismo con la comunidad afroamericana.

Pienso que continuistas y cesacionistas podemos aprender de este modelo. En mi opinión, no es de mucha ayuda cuando un cesacionista trata de corregir a un continuista bíblico. De la misma manera, no creo que soy el indicado para apuntar posibles abusos que creo percibir en el campo cesacionista.

Tengo muchos amigos cesacionistas que respeto y la gran mayoría reconocen que hay una debilidad hermenéutica en su argumento y que se basan más en conclusiones teológicas e históricas. Al mismo tiempo los continuistas podemos señalar que pudiera haber datos históricos que disminuyan la fuerza de nuestro argumento. Por eso es que hay una  gran diferencia de opiniones: el argumento no es tan claro. También es la razón por las que muchos caen en extremos peligrosos en cuanto a este tema.

Sin embargo, a pesar de los abusos en ambos lados, tanto continuistas como cesasionistas pueden llegar a convicciones bíblicas que pueden ser respetadas. Este no debe ser un tema que trae completa separación de comunión entre hermanos de la fe que caen en los abusos extremos de un lado o del otro.

Entonces, quisiera exhortar a mis hermanos continuistas a crecer en ciertas áreas que muchas veces son abusadas por aquellos que creen en la continuidad de los dones espirituales.

1. Usen argumentos bíblicos.

Usen argumentos bíblicos en nuestros debates o foros. Que sea la Palabra de Dios la que abunde cuando hablen de este tema y no simplemente anécdotas u opiniones. De este punto se desprende el próximo:

2. No usen sus experiencias apologéticamente.

Que la información que den para convencer a otros no sean cosas que han visto. Sabemos claramente que la Biblia nos dice que ciertas manifestaciones no necesariamente serán del Espíritu (Mt. 7:22-23). Estemos convencidos por la Palabra, no por lo que hemos visto.

Tampoco solo hables de tus experiencias. No estoy diciendo que no es bueno compartir los testimonios de lo que Dios ha hecho. Al contrario, es importante hacerlo. Pero a fin de cuentas, la Palabra es el mayor regalo de Dios para Su pueblo. Su Palabra ha sido revelada para que podamos conocer Su carácter. Entonces, hablemos más de la Biblia que de lo que he experimentado.

3. No caricaturicen a sus hermanos cesacionistas.

Es fácil tratar de defendernos de esta forma ya que en ocasiones pensamos que hacen lo mismo con nosotros, pero no es piadoso mofarnos o representar cosas que no conocemos bien. Decir que lo cesacionistas no creen que Dios puede sanar enfermos en la mayoría de los casos es una mentira. Así que tengamos cuidado de cómo generalizamos las diferentes posiciones.

4. Aprendan el argumento contrario.

Si deseas participar en el debate, aprende la posición teológica de los cesacionistas.[1] Aprender y entender qué piensan aquellos con los que no estamos de acuerdo es evidencia de humildad. Hace unos años tomé una semana para completar un curso en el Seminario Southern sobre el Espíritu Santo. Muchos continuistas me dijeron, “Vas a perder tu tiempo y dinero”, ellos pueden aprender de ti. Primeramente aprendí mucho del Dr. Chad Brand. Pero lo más importante es que aprendí el argumento cesacionista directamente de un cesacionista, pude leer los libros más destacados sobre el tema (no fue Fuego Extraño), y pude tener conversaciones inteligentes con personas que respeto y que piensan diferente a mí.

5. Practiquen los dones dentro de parámetros bíblicos.

Si eres continuista tienes que vivir en 1 Corintios 12 al 14. Tienes que saber lo que la Biblia permite en las reuniones de la iglesia. Nadie debe hablar en lenguas a no ser que haya un intérprete. No se debe hablar en lenguas más de una persona a la vez. En tal efecto, en un servicio tienes que tener la valentía de detener prácticas erróneas en el momento que se presentan. Ninguna manifestación es apropiada si la Biblia claramente la prohíbe, sin importar si “sentimos” la presencia de Dios.

6. Levanten la predicación expositiva.

Haz de la predicación bíblica una prioridad, particularmente la predicación expositiva. Uno de los problemas principales que afectan a los continuistas es que a muchos que se catalogan de esta manera les emociona más el ministerio de danza que la fiel exposición de la Palabra de Dios.

7. No hagan la profecía más importante que la Biblia.

Este es uno de los puntos que más le preocupa a nuestros hermanos cesacionistas. Y con buena razón. Es problemático cuando vivimos más emocionados por lo que comparte un hombre falible que lo que dice la infalible Palabra de Dios. La profecía en el Nuevo Testamento siempre tiene que estar sujetada a la Biblia (1 Co. 141 Tes. 5).

8. Usen correctamente el lenguaje bíblico.

Ten cuidado de cómo empleas términos como “revelación”. Lo dicho puede ser un problema para un cesacionista, ya puede entender que estás equiparando algo más al nivel de la Escritura. Así que usa lenguaje que ayude en la comunicación y que no hace que la temática se vuelva más complicada.

9. Amen con sus palabras.

Sigue el ejemplo de 1 Corintios 13. ¿De qué me vale profetizar y hablar en lenguas? Así que aunque no estemos de acuerdo con ciertas posiciones doctrinales, que nuestras palabras, memes y posts de Facebook estén sazonados con gracia y la realidad del evangelio.

10. No siembren discordia.

No te dejes usar por el enemigo creando división por alguien por quien Jesús murió en la cruz (Ef. 4). Lucha por mantener la unidad y no hagas nada que pueda causar separación. Proponte crear lazos de amistad con cesacionistas. Es más difícil usar palabras duras con una persona que amas. Es fácil insultar y mofarnos en Facebook, pero es más difícil cuando la persona con la que estás debatiendo es alguien quien respetas y amas.

11. No pongan a todos en un mismo barco.

Quizás estás cansado de leer memes ofensivos en Facebook, o de ver personas continuar citando Fuego Extraño como el libro 67 del canon. No caigas en el error de poner a todos los cesacionistas en la misma categoría de personas que piensan que tienes que ser cesacionista para ser creyente. Cuando hacemos esto repetimos lo mismo que nos ofende cuando vemos memes ofensivos contra el continuismo.

12. Hagan el evangelio central.

Centra tu vida, esa que Cristo compró por medio de Su sangre, en el evangelio. No podrás experimentar ninguna manifestación sobrenatural en el resto de tu vida si no entiendes que Jesús es suficiente.

Que Dios nos ayude a ser apasionados por ver su Espíritu trabajar en nosotros de una forma que esté de acuerdo con la Biblia. Pero que lo que más nos apasione sea ver unidad en el cuerpo centrada en la Palabra de Dios, sin permitir que las diferencias que tengamos en asuntos secundarios nos dividan.https://www.youtube.com/embed/KIj2nLUFVd8?rel=0


[1] Recomiendo que toda persona que quiera participar de este diálogo, tiene que leer el libro Milagros Falsificados de B. B. Warfield, reconocida como la obra inicial que le dio forma al movimiento cesacionista. No es posible tener una discusión responsable sin haber estudiado este escrito.

José (Joselo) Mercado es miembro del concilio de Coalición por el Evangelio. Oriundo de Puerto Rico, renuncia a su carrera de consultoría en el año 2006 para ingresar al colegio de pastores de Sovereign Grace Ministries. Es el pastor principal de la Iglesia Gracia Soberana en Gaithersburg, Maryland. Joselo completó su Maestría en Artes en estudios teologícos en SBTS, y está casado con Kathy Mercado y es padre de Joey y Janelle. Puedes encontralo en Facebook y Twitter.

Convicción compasiva

Ministerios Ligonier

El Blog de Ligonier

Serie: La ética cristiana

Convicción compasiva
Por Lowell A. Ivey

Nota del editor: Este es el octavo y último capítulo en la serie de artículos de Tabletalk Magazine: La ética cristiana

Es imposible sobreestimar el poder santificador de un ministerio con un púlpito sólido. Dios diseñó la predicación de la Palabra para que fuera el medio principal de gracia en la vida de cada cristiano. La proclamación de la Escritura debe ser el medio principal por el Nunca olvidaré un sermón que escuché en una reunión de mi iglesia regional. El sermón fue predicado por un hombre que estaba siendo examinado para su ordenación. Sus oyentes eran, en su mayoría, ministros y ancianos. Predicó sobre la humildad en Proverbios 3:33-34. En ese sermón, el Espíritu del Señor Jesús resucitado me habló de manera suave, poderosa y directa, convenciéndome de mi orgullo y persuadiéndome de mi necesidad de un corazón más conforme al corazón manso y humilde de mi Salvador.

La verdad, dicha en el amor de Cristo, tiene un tremendo poder espiritual para penetrar incluso en los corazones más endurecidos y obstinados. La verdad de Dios nunca nos llega como una mera compilación de propuestas doctrinales. Viene como una persona de carne y hueso, como la encarnación misma del amor eterno del Padre por nosotros en la historia, como el Verbo eterno hecho carne para habitar entre nosotros, y en nosotros, «lleno de gracia y de verdad» (Jn 1:14). En Cristo, Dios demuestra Su amor por los pecadores al revelar ese amor en el carácter misericordioso y en la obra expiatoria y reconciliadora de Su Hijo (Rom 5:8). La verdad de la muerte y resurrección de Cristo nos llega como una revelación viva en el tiempo y el espacio de la mansedumbre y la compasión del Dios triuno. Este es el patrón que da forma no solo a lo que creemos, sino también a cómo hablamos y vivimos (Ef 4; 1 Jn 4:7-11).

Ser cristiano es ser semejante a Cristo, lleno de gracia y de verdad. O para decirlo de otra manera, un cristiano da testimonio tanto de la gracia como de la verdad que hay en Cristo. De esa manera, damos a conocer a un Cristo entero, un Cristo íntegro, un Cristo completo, el único tipo de Cristo capaz de salvar, santificar y glorificar a los pecadores que perecen en la incredulidad y que están atrapados por Satanás, el dios de este mundo.

Lo que esto requiere, en términos prácticos, es que busquemos ser cristianos íntegros. Todo cristiano íntegro es un cristiano cuyas convicciones se basan en la compasión y cuya compasión se fortalece con la convicción. Estar en Cristo es estar unido a un Salvador cuyo corazón fue «movido a compasión» cuando vio la confusión, la ignorancia y el desconcierto moral de aquellos a quienes vino a buscar y salvar (Lc 19:10). Su compasión fue tan grande que proclamó la verdad del evangelio, llamando a los que estaban en la oscuridad a volverse a Él como la luz del mundo, Aquel que vino hablando palabras de vida eterna.

La compasión se define por la persona y la obra redentora de Jesucristo. ¿Cómo sabemos cómo luce una convicción compasiva en la vida real? Mediante el estudio de la vida y del ministerio de nuestro Salvador. Ver a Jesús es ver el corazón mismo de Dios abierto y revestido de nuestra naturaleza humana. Es ver una compasión sin principio, que tiene sus raíces en el suelo de la eternidad. Es ver una compasión que nunca puede terminar sino que seguirá dando frutos para siempre en la nueva creación. La encarnación, la vida sin pecado, el ministerio, los milagros, la muerte, el entierro y la resurrección de Jesucristo, todos dan testimonio de la compasión que había en el corazón de Dios el Padre antes de la fundación del mundo. Esa compasión se nos revela más claramente en las Escrituras y es confirmada por medio del testimonio del Espíritu en nuestros corazones de que somos hijos de Dios (Rom 8:16).

Entonces, ¿cómo nosotros, como hijos de Dios, expresamos nuestras convicciones de una manera que sea consistente con la compasión de Jesucristo? Lo hacemos recordando que estamos llamados a decir la verdad en amor (Ef 4:15). Decimos la verdad con un propósito compasivo. «No salga de vuestra boca ninguna palabra mala, sino solo la que sea buena para edificación, según la necesidad del momento, para que imparta gracia a los que escuchan» (v. 29). El discurso corrupto es, literalmente, un discurso que deteriora. Es lo opuesto al discurso que da vida. Es un discurso que busca derribar y destruir, no edificar o cultivar el crecimiento espiritual. El discurso compasivo es edificante. Es un discurso que afirma tanto la verdad que se está hablando como la dignidad humana de la persona a la que se le habla o de quien se habla. El discurso compasivo es proposicional y a la vez personal. Afirma lo que es verdad sin destruir ni maldecir la imagen de Dios (Stg 3:1-12). Si estamos en Cristo, hablamos como aquellos que anhelan ver a Cristo formado en los corazones de aquellos que escuchan lo que tenemos que decir (Gal 4:19).

Esto es cierto, de manera especial, en nuestra era de comunicación electrónica. La Internet ha hecho que el mensaje del evangelio sea más accesible que nunca. Pero con cada nuevo medio de comunicación surgen tentaciones y desafíos nuevos y únicos. El gran peligro de hablar con otros desde atrás de la barrera inexpugnable de un dispositivo electrónico es que olvidamos con demasiada facilidad la individualidad de quienes están al otro lado de la pantalla. Una ética cristiana de la comunicación digital requiere que recordemos y reconozcamos el significado eterno de nuestro discurso y que nos esforcemos siempre por hablar con compasión, incluso cuando no podemos ver —y posiblemente nunca conozcamos— a los destinatarios de nuestras palabras en línea.¿Esto significa que un cristiano compasivo nunca dirá nada que pueda ofender? No, Jesús fue condenado a muerte por decir la verdad en perfecto amor. La verdad por su propia naturaleza es ofensiva para la mente carnal, esa mente que es hostil y se opone a Jesús, quien es tanto la verdad como el amor encarnado. Pero hay una diferencia entre decir una verdad ofensiva y decir la verdad para ofender. Estar en Cristo es tener el Espíritu de Cristo morando en ti. ¿Cristo ha mostrado compasión al revelarte Su gracia y verdad? Si es así, deja que Su compasión te enseñe no solo cómo mantener tus convicciones, sino también cómo compartirlas de una manera que le den honor y gloria.


Publicado originalmente en Tabletalk Magazine.
Lowell A. Ivey
Lowell A. Ivey

El Rev. Lowell A. Ivey es el pastor organizador de Reformation Presbyterian Church en Virginia Beach, Va.

Una promesa divina

Miércoles 2 Febrero

(Jesús dijo:) Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.Mateo 11:28

Una promesa divina

La sociedad ha cambiado tan rápido estos últimos años que muchos no saben hacia dónde dirigirse para encontrar un equilibrio. Otros se desesperan ante un futuro tan incierto. Hoy en día se nos incita a rechazar toda moral para ser libres frente a la sexualidad, el divorcio, el aborto, las drogas, etc. La pretensión de los hombres a decidir por sí mismos lo que está bien o mal conduce a trivializar, e incluso, a veces, a legalizar todo tipo de prácticas y comportamientos que Dios condena. Los gobiernos legislan bajo la presión de la opinión pública que, so pretexto de libertad, hace que la gente se vuelva esclava de sus pasiones y vaya a la destrucción.

Pero a todos los que se sienten mal ante dicho panorama y están preocupados por esta transformación, Dios da un maravilloso mensaje: su Hijo Jesucristo vino a liberarnos. Esta buena nueva es para todos, preocupados o indiferentes, deprimidos o supuestamente satisfechos. No pensemos que la situación general mejorará: “Los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor” (2 Timoteo 3:13).

Dios se dirige personalmente a usted. Ante un futuro tan imprevisible, no espere; abra la Biblia y lea los evangelios. Jesucristo le dará una nueva vida, certezas para el futuro y una paz interior irremplazable: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14:27).

“Si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida” (Romanos 5:10).

Génesis 36 – Mateo 21:1-22 – Salmo 18:37-42 – Proverbios 6:20-26

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