Perdona a tus enemigos y recrearás a Cristo

15 de febrero

«Te recrean». Salmo 45:8

¿Quién tiene el privilegio de recrear al Salvador?

Su Iglesia, su pueblo. Sin embargo, ¿es esto posible? Él nos ha recreado a nosotros, mas ¿cómo podemos nosotros recrearle a él? Por nuestro amor. ¡Ay!, nuestro amor es tan frío y tan débil… No obstante, a Cristo le resulta muy agradable. Oye el elogio que él hace de ese amor: «¡Cuán hermosos son tus amores, hermana mía, esposa mía! ¡Cuánto mejores que el vino tus amores!» (Cnt. 4:10). ¡Mira, amante corazón, cómo él se deleita en ti! Cuando reclinas la cabeza en su pecho no solo recibes gozo tú, sino que también se lo das a él; cuando contemplas con amor su glorioso rostro no solamente tú obtienes solaz, sino que le impartes deleite a él.

Nuestra alabanza también le proporciona gozo: no la alabanza de labios, sino la melodía de la profunda gratitud del corazón. Nuestros dones le son igualmente muy placenteros: él se goza también cuando nos ve poner nuestro tiempo, nuestros talentos y nuestros bienes sobre su altar, no por el valor de aquello que damos, sino por el móvil que lo origina. Para él la modesta ofrenda de sus santos es más aceptable que millares de piezas de oro y de plata.

La santidad iguala al incienso y a la mirra. Perdona a tus enemigos y recrearás a Cristo; da de tus bienes a los pobres y él se gozará; sé un medio para la salvación de las almas y le harás ver el fruto de sus trabajos; proclama el evangelio y serás para él olor fragante; ve a los ignorantes y levanta el estandarte de la cruz, y lo honrarás.

Aún puedes quebrar el alabastro de ungüento y derramar sobre su cabeza el precioso óleo de gozo, como lo hizo aquella mujer de la antigüedad, cuyo recuerdo se hace presente hasta el día de hoy dondequiera que el evangelio es predicado. ¿Te mostrarás entonces negligente? ¿No quieres perfumar a tu amado Señor con la mirra, el óleo y la casia de la alabanza de tu corazón? Sí, palacios de marfil, vosotros oiréis los cánticos de los santos.

Spurgeon, C. H. (2012). Lecturas vespertinas: Lecturas diarias para el culto familiar (S. D. Daglio, Trad.; 4a edición, p. 54). Editorial Peregrino.


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