«Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios»

18 de octubre

«Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios».

1 Samuel 15:22

ASaúl se le había ordenado que destruyera completamente a todos los amalecitas y sus rebaños. En lugar de hacerlo así, Saúl preservó la vida del rey y permitió que su gente tomara lo mejor de los bueyes y de las ovejas. Cuando se le llamó para rendir cuenta de esto, declaró que lo había hecho con la intención de ofrecer a Dios sacrificio; pero Samuel le refutó enseguida con el argumento de que el sacrificio no podía servir de excusa para un acto de manifiesta rebelión. El pasaje bíblico que estamos considerando es digno de imprimirse con letras de oro y colgarse a la vista de la actual generación idólatra, que se muestra muy afecta a los adornos del culto voluntario pero olvida por completo las leyes de Dios. Recuerda siempre esto: que el mantenerse rigurosamente dentro de la senda de los mandamientos del Salvador es mejor que cualquier acto religioso externo; y que el oír sus mandamientos con oído atento vale más que traer sebo de carneros o cualquier otra cosa preciosa y colocarla sobre su altar. Si no estás guardando los más insignificantes mandamientos que Cristo dio a sus discípulos, te ruego que dejes de desobedecer. Todas tus apariencias de adhesión a tu Señor y todos los actos de devoción que practicas no pueden compensar por la desobediencia. «El obedecer [en las cosas más pequeñas y triviales] es mejor que los sacrificios», aunque estos sean pomposos. No hables de cantos gregorianos, de ropas suntuosas, de incienso y de pendones. Lo primero que Dios requiere de sus hijos es la obediencia; y aunque entregues tu cuerpo para ser quemado y todos tus bienes para dar de comer a los pobres, si no atiendes a los preceptos del Señor, todas tus formalidades no te aprovecharán en absoluto. Es una bendición tener la facilidad de un niño para aprender, pero es una bendición mayor aún el que cuando aprendemos la lección la pongamos en práctica. ¡Cuántos adornan sus templos y engalanan a sus sacerdotes, pero rehúsan obedecer la Palabra de Dios! Alma mía, no entres en el consejo de los tales.

Spurgeon, C. H. (2012). Lecturas vespertinas: Lecturas diarias para el culto familiar. (S. D. Daglio, Trad.) (4a edición, p. 302). Moral de Calatrava, Ciudad Real: Editorial Peregrino.


Deja un comentario