6 de septiembre

La bondad del poder de Dios
Jehová es tardo para la ira y grande en poder.
Nahum 1:3
El poder de Dios, uno de sus atributos principales, se muestra a menudo para nuestro bien. Nos apoya en nuestros problemas y fortalece nuestra vida espiritual. Casi al fin de su vida, Moisés le dijo al pueblo de Dios: «El eterno Dios es tu refugio, y acá abajo los brazos eternos» (Dt. 33:27).
En sus palabras de despedida a los discípulos, antes de su ascensión, Jesús prometió: «Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra» (Hch. 1:8).
Sean favorables o desfavorables nuestras circunstancias externas, estas y otras promesas divinas acerca del poder de Dios están allí para que las reclamemos.
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