DÍA 31

Salmo 19
Dosis: Palabra Rectora
Oro y Miel
“Son más deseables que el oro, más que mucho oro refinado; son más dulces que la miel, la miel que destila del panal. Por ellas queda advertido tu siervo; quien las obedece recibe una gran recompensa. (Salmo 19:10–11) (NVI)
Una gran cantidad de personas posee una Biblia en sus hogares. Algunos la tienen de adorno, otros la adquirieron como herencia, otros consideran que es un libro infaltable en la biblioteca familiar, pero lo triste es que en la mayoría de los casos está empolvada y olvidada.
¿Sería irrespetuoso decir que ellos tienen una bomba desactivada? No porque la Palabra no sea poderosa, sino porque si nunca la leen y la mantienen cerrada e ignorada, jamás van a experimentar su poder transformador.
El salmista ama la Palabra y siente tal atracción y apego por ella que la compara con el oro y la miel. Aunque estos son elementos disímiles, los considera adecuados para describir la naturaleza y el efecto de la Palabra de Dios.
El oro expresa el gran valor que el salmista da a la Palabra de Dios, estimándola superior a la riqueza de este mundo. Podemos tener muchos bienes materiales, pero la mayor riqueza está en las cosas celestiales y eternas. En lo que acumulamos y atesoramos para nuestra alma. Una mente saturada de la Palabra de Dios es la mayor riqueza que podemos tener, podemos aprender a sacar provecho de la Palabra obedeciéndola y cosechando sus frutos.
El salmista describe luego el efecto de la Palabra en el alma. Y dice que es más dulce que la miel que destila de los panales. Cuando la Palabra de Dios es amada y recibida tiene un gusto especial. El salmista contrasta así los placeres que pueden darnos nuestros sentidos que no llegan a satisfacernos del todo, con la dulzura de una Palabra que sacia, guía y orienta.
Culmina diciendo que quien obedece la Palabra tiene una gran recompensa o un gran galardón. Podemos disfrutar de los resultados y las consecuencias de obedecer. ¡Saboreando la dulzura de la Palabra!
Oración: Señor amado, gracias por tu Palabra, enséñame a amarla, saborearla y disfrutarla. Amén.
De Vergara, P. A., de Vera, A. D., & Harris, K. O. (2012). Isha-Salmos: Una dosis diaria de fe para ti. (P. A. de Vergara, Ed.) (Primera Edición, p. 46). Lima, Perú: Ediciones Verbo Vivo.