Una fiesta de gratitud

DÍA 34

Salmo 21

Dosis: Acción de Gracia

Una fiesta de gratitud

“En tu fuerza, SEÑOR, se regocija el rey; ¡cuánto se alegra en tus victorias! Le has concedido lo que su corazón desea; no le has negado lo que sus labios piden. Has salido a su encuentro con ricas bendiciones; lo has coronado con diadema de oro fino”. (Salmo 21:1–3) (NVI)

A diferencia del Salmo anterior, este no es una oración de petición, sino una acción de gracias del pueblo por los favores que Dios le ha concedido al Rey. ¡Qué interesante que luego del clamor se encuentre la alabanza! Pues muchas veces oramos y pedimos y cuando llega la respuesta no agradecemos ni nos regocijamos como dice el salmista. ¡Parece ser que este pueblo hacía una fiesta de gratitud!

Lo primero que se destaca es la bondad divina. Dios le ha dado el triunfo al rey sobre sus enemigos ha coronado sus esfuerzos. Lo ha protegido, le ha concedido los deseos de su corazón. El salmista busca una forma poética e ilustrativa para expresar la magnitud de la bondad de este Padre dadivoso y dice: “le has salido al encuentro con ricas bendiciones” Esta es una figura preciosa. Dios toma la iniciativa, sale al encuentro del hombre con sus más ricas bendiciones y nos encuentra en el camino.

Recuerdo cuando era pequeña, mi madre nos enseñó a salir al encuentro de nuestro padre cuando llegaba a casa. Papá llegaba cansado luego de un día arduo de trabajo. Con las pantuflas en mano, un café caliente si era invierno, un refresco si era verano, corríamos a su encuentro. Nos turnábamos por atenderlo. No teníamos para darle más que nuestro cariño y la alegría infantil, nuestra gratitud por lo que hacía por nosotros. Lo coronábamos de amor.

Aquí la figura está invertida. Quien nos bendice sale a nuestro encuentro para bendecirnos aún más. El pueblo reconoce que Dios es quien da la honra. Dios sale al encuentro del rey para bendecirlo y coronar su cabeza.

Amada, yo me siento así cada día. Coronada de favores y misericordias. Hagamos fiesta. Dios debe recibir toda la honra por nuestras victorias personales. Seamos agradecidas.

Oración: Señor enséñanos a reconocer la honra que nos has dado y todas tus bendiciones cada día. Amén.

De Vergara, P. A., de Vera, A. D., & Harris, K. O. (2012). Isha-Salmos: Una dosis diaria de fe para ti. (P. A. de Vergara, Ed.) (Primera Edición, p. 49). Lima, Perú: Ediciones Verbo Vivo.


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