David Robles se desempeña como pastor docente de la Iglesia Evangelica León y es presidente fundador y profesor del Seminario BEREA (España). Tiene un amplio ministerio de enseñanza y predicación en toda España y otros países de habla hispana. David se graduó del Seminario Bíblico de Multnomah (Certificado Bíblico, 2001) y del Seminario de Maestría (M.Div. 2004).
Podcast «No es tan simple como parece» donde el Pastor Miguel Nuñez responde a la pregunta: La Biblia dice que Jesús fue tentado en todo. ¿Implica esto entonces, que Jesús pudo haber pecado?
Mira nuestro video de Lee la Biblia sobre el libro de 2 Corintios, que desglosa el diseño literario del libro y su línea de pensamiento. En 2 Corintios, Pablo soluciona su conflicto con los corintios mostrándoles como el escándalo de la crucifixión pone al revés nuestros sistemas de valores.
Uno de los hechos más preocupantes que ha revelado la pandemia durante este último año es la falta de conexión social y espiritual existente entre los fieles de muchas congregaciones protestantes americanas.
Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estado nosotros muertos en pecado, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos).Efesios 2:4-5
¿Quién es Jesucristo? (2)Testimonio
¿Qué le pasa?, me preguntó el predicador. Estoy conmovido… le respondí. Entonces me dijo: Leamos la Biblia, busquemos 1 Juan 1: 7. Leí, pero no entendí la primera parte del versículo; sin embargo, cuando llegué a la parte que dice: “Y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”, me detuve. El predicador me pidió que lo leyera otra vez, y subrayó las palabras: “Y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”. Luego me preguntó: ¿Quién es Jesucristo? Yo le respondí: ¡Mi salvador!
Me mostró Romanos 8: 1: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús”.
El predicador salió y yo seguí repitiendo: ¡Mi Salvador, mi Salvador! “La sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”. ¡Él murió por mí!
Luego, un pequeño grupo cantó el himno “Cuán glorioso es el cambio operado en mi ser”. Allí estaban los rostros alegres de mi abuela, mi mamá, la vecina, mi tía, y mi papá.
Mi papá también aceptó al Señor Jesús como su Salvador. Esa noche, mientras yo hablaba con el predicador, él, arrepentido de sus muchos pecados, clamó al Señor por la salvación de su alma.
Doy gracias a Dios por todos los que fueron usados para llevarme al conocimiento de la verdad…